domingo, 8 de julio de 2012

ULTRA TRAIL SOBRARBE "PEÑA MONTAÑESA"


El fin de semana pasado disfruté con compañeros del club de una de las mejores Ultras en las que he participado, la ULTRA TRAIL SOBRARBE “PEÑA MONTAÑESA”.

Esta Ultra la organiza el club CAS de Ainsa, esta ha sido la primera edición de esta Ultra ya que han convertido una carrera por montaña que se realizaba todos los años como la subida a la Peña Montañesa en una dura y exigente Ultra. Los paisajes y senderos que recorre son espectaculares y su dureza se ve incrementada con los cortes horarios ya que te exige que corras en muchos momentos y con la orientación ya que tenias que seguir las señales de Pr.

Esta Ultra iba a ser diferente ya que íbamos a pasar el fin de semana como en familia ya que íbamos 6 compañeros del club a participar (lástima que Miquel no pudiera venir).

El viernes por la tarde salimos para Ainsa. Íbamos, Xavi, el presi, Marta (la mujer del presi), Cris (mi mujer) y yo. Al llegar a Ainsa, fuimos a recoger los dorsales. Allí vimos a José Luis, un organizador de la Ultra. Lo conocimos el año pasado, estuvimos hablando con él. Después fuimos a tomar algo al casco antiguo y volvimos a la charla técnica. Allí nos encontramos con 2  compañeros más del CEI, Alberto y Mari. Después de la charla, una buena cena y hacia el camping a dormir.

El sábado a las 5:30h estábamos en el pabellón desayunando  algo y charlando con algún compañero. Después de fichar, entramos en el campo de futbol. Nos pusieron música para animarnos. La adrenalina ya estaba a tope. Nos fuimos hacia la salida para coger posiciones,  sin darnos cuenta estábamos los primeros en la línea de salida.
Con los compañeros del Cei
A las 6:05h empezó la cuenta atrás y dieron la salida. Ya no había vuelta atrás empezaba el espectáculo. Los 3 primeros km no paramos de trotar y poco a poco nos acercábamos hacia la Peña Montañesa. Al acabar la carretera nos metimos en un sendero que nos iba haciendo ganar altura. Llegamos a una zona rocosa que formaba una especie de tubos entre sus laderas la bajada por aquella zona era resbaladiza pero la pasamos sin problemas, casi sin darnos cuenta llegamos a los Molinos ya llevábamos 7’7 km
Acercandonos a la Peña Montañesa
Al llegar a San Juan de Toledo el calor ya apretaba de lo lindo. Empezaba la subida más larga de la Ultra 900 metros de desnivel positivo. La verdad que la subida hasta el Collado el Santo no se hizo muy dura, cabe destacar el calor que pasamos ya que había mucha humedad y sudábamos de lo lindo. Suerte que a mitad de la subida encontramos un voluntario que te ofrecía vasos de agua de una fuente cuya agua estaba fresquísima y se agradecía.

Hasta llegar al collado seguimos un sendero que zigzagueaba entre pastizales y pequeños tramos de bosque, fuimos adelantando gente hasta que por fin llegamos a la bandera que nosotros pensábamos que era el final de la subida. Estábamos equivocados puesto que aun quedaban unos pocos metros que por suerte no se hicieron muy duros, al llegar a la cima del collado pudimos disfrutar de unas magnificas vistas del macizo del Cotiella y la llanura de la Fueva. La verdad que si no hubiera sido por el tema de los cortes horarios aquel sitio invitaba a quedarse un rato sentado disfrutando de las vistas, iniciamos el descenso hacia el Collado Cullivert.
El presi admirando la vista del macizo del Cotiella
Llegaban noticias de que mucha gente lo dejaba al llegar al collado, en ese momento pude comprobar lo dura que iba a ser la prueba y no podía alejar los fantasmas del dolor de estomago que me lleva atormentando toda la temporada. Por suerte estaba perfecto del estomago así que a tope, quedaban 19 km hasta Ceresa y teníamos 3 horas para hacerlos  así que nos pusimos manos a la obra. A pesar de que estábamos a 30 de junio nos sentimos como si estuviéramos en los san fermines ya que al dar una curva nos encontramos con un enorme rebaño de vacas y tuvimos que trotar junto a ellas un buen rato. Después de casi 1 hora trotando sin apenas descanso llegamos al siguiente avituallamiento. Aquí se me vino a la mente lo que habían dicho en la charla técnica, habían advertido que desde aquel punto hasta Ceresa venia uno de los tramos más duros de la Ultra.
San Fermines en la Ultra
Qué razón tenían ya que los 9 km que quedaban hasta Ceresa se hicieron realmente duros. En el punto de control había un chico que nos dijo que nos quedaban unos 4km hasta Ceresa con un par de repechoncillos. En el descenso hacia Ceresa pasamos junto a las ruinas de un castillo y disfrutamos de una panorámica magnifica del emplazamiento del pueblo ya que este pequeño núcleo urbano esta acostado a los pies de La Peña Solana ( 1931 metros ).
Menudas vistas del Monte Perdido

El pueblo de Ceresa bajo la sombra de Peña Solana
En Ceresa nos encontramos con Cris, Marta y mis padres que estaban allí con avituallamiento extra. Xavi y el presi se bebieron una cervecita bien fría y degustaron un trozo de longaniza, mientras yo me bebía un vaso de limonada fresca, también comía longaniza y cambiaba el agua del camel que ya estaba calentísima. Antes de seguir con la aventura pasamos todos por la fuente para refrescarnos bien. Cuando salimos de Ceresa no estábamos 100% seguros de que fuéramos los últimos que seguían para la ruta larga pero la gran cantidad de gente que lo dejaba allí casi casi nos lo hacía pensar.

Al poco de iniciar la subida hacia la collada de Ceresa encontramos un tío que bajaba porque decía que le habían entrado rampas y lo dejaba. Seguimos y a los pocos metros nos encontramos otro que bajaba con la cara totalmente desencajada y los ojos rojos como tomates  (me vino a la mente la imagen de la ultra de Barcelona cuando me tuve que retirar, tuve los mismos síntomas) yo seguía estando bastante bien pero decidí que no subiría fuerte para no quemarme. Después de cruzar varias veces una pista por senderos ya cogimos uno que subía decididamente hacia arriba, el presi tomo las riendas y se puso a tirar. Yo iba tirando a mi ritmo pero veía que Xavi se iba frenando cada vez más, eso era extraño ya que Xavi es una maquina y las subidas nunca pueden con él. Seguramente el esfuerzo realizado en la Ultra de l’Emmona le estaba pasando factura. Descansamos un poco y nos tomamos una bebida energética, el presi sacó una que llevaba él y nos ofreció. Proseguimos nuestro camino y a los pocos metros Xavi paró de repente y se puso a vomitar a lo bestia. Yo no miré mucho por si a mí me daban ganas también de vomitar. Cuando a Xavi se le pasó un poco continuamos tirando hacia arriba. Mientras íbamos subiendo escuche una voz femenina que gritaba “presi” era Elvira compañera del club que se había perdido y había estado subiendo por un camino erróneo durante 1 hora. Como la vi tocada y yo también iba flojo me puse a su altura y subimos juntos hasta la collada de Ceresa.

Al llegar a la collada Elvira se puso a llorar desconsoladamente, eso y el hecho de que hubiera podido llegar hasta allí sin problemas de estomago también me emociono y solté alguna lagrimilla de felicidad. Me fundí en un sentido abrazo con Xavi  y el presi para agradecerles que me hubieran ayudado a llegar hasta allí, paramos muy poco tiempo el justo para admirar las vistas y nos pusimos en marcha.
Magnificas vistas desde la Collada de Ceresa
Iniciamos la larga bajada hacia Oncins, pensábamos que todo el camino seria bajada continua y llegaríamos sin problemas al corte de horario que estaba en Torrelisa. Llevábamos casi 1 hora bajando a buen ritmo  pero no nos cuadraba el kilometraje ya que se nos estaba haciendo muy larga la bajada hacia Oncins.
Inicio de la bajada hacia Oncins
Casi sin darnos cuenta ya llevábamos 11:15 h y aun no habíamos llegado a Oncins. El presi empezó a temer que no llegábamos al corte horario y aceleró el ritmo. Debido a ese cambio de ritmo se me revolvió un poco el estomago y tuve que parar a hacer una parada técnica larga. Xavi, el presi y Elvira se fueron para adelante y quedamos que nos veríamos en Torrelisa. La parada técnica duró más de lo normal y cuando proseguí mi camino intenté aumentar el ritmo. Enseguida vi a lo lejos el pueblo de Oncins. Justo al llegar al pueblo había una fuente, aproveché y me remojé la cabeza y bebí agua bien fresca. Justo antes de llegar al control tuve que vomitar. Al llegar al control me comentaron que me quedaban 15 min y quedaban 2,800 km hasta Torrelisa, corte horario. Me dijeron si quería intentarlo o me quedaba allí. Por una vez fui fuerte mentalmente y decidí que lo tenía que intentar.  Salí del control y a los pocos metros me puse a trotar unos minutos. Como vi que trotando no iba muy cómodo decidí andar lo más rápido posible, por suerte casi todo el camino era bajada pero justo cuando me quedaban unos 100 metros para llegar al control me encontré con un inmenso rebaño de ovejas que me hizo parar la marcha. Cuando llegamos al control nos dijeron que si queríamos que nos regaran con una manguera, agradecimos el ofrecimiento y aceptamos ser regados. Al acabar le dijimos al del control si podíamos continuar pero nos dijo que no que el control ya estaba cerrado. Yo le dije que por 15 min nos podía dejar pasar. Me dijo que si quería continuar lo hiciera sin dorsal y decidí no arriesgarme y resignarme a que un año más no acabaría la ultra pero al menos este año no era por tener que retirarme.

De bajada hacia Ainsa caí que podía haberle dicho al del control que seguía ya que el escoba aun no había pasado por allí, son cosas que no piensas en el momento.

Cuando llegué a Ainsa me fui hacía la organización y pregunté que si por 7 km que me habían quedado me darían la camiseta de finisher. Después de que me dieran la camiseta lo que mejor sentaba era  una duchita. Luego me reuní con Cris, Marta, Susana y Nuria para esperar que llegaran los compañeros.

Susana (mujer de Xavi) me comentó que Xavi le había dicho por teléfono que si yo seguía la marcha que ellos llegarían a meta para fichar y que volverían atrás para buscarme. Detalles como ese demuestra ya no el compañerismo sino la amistad que existe en el mundo de las marchas.

Cuando estaban a punto de entrar en el campo de futbol  (lugar de llegada) salí al encuentro de los compañeros para llevarles la señera y a Nuria (la hija de Xavi). Entramos corriendo portando la señera y llevando a la hija de Xavi a cuestas.
Entrando a meta con los compañeros
Tardaron 13:41h. el tiempo límite eran 14 h. Un abrazo para celebrar la gesta y a esperar que los compañeros se ducharan y repusieran un poco las fuerzas. Después nos fuimos con la familia hacia el pabellón donde se hacia la cena del corredor. Al igual que el año pasado no me entraba nada de comida. Bueno al menos me entraron los macarrones. Como hacía mucho calor a mi me estaba entrando un mareo y decidí salir fuera a que me diera un poco el aire. Metí  los pies en la piscina. Después salieron Xavi, el presi, Alberto  y también más compañeros que se unieron al pequeño remojón. Volvimos al camping y a dormir que al día siguiente teníamos la parte más dura de una carrera, el post carrera.

Una buena barbacoa en el camping de mis padres puso el colofón a un gran fin de semana.

57,200 kilómetros

3500 metros de desnivel positivo

Mi tiempo hasta Torrelisa: 12:15 horas

En conclusión, pasé un fin de semana espectacular ya que disfruté de mi deporte favorito y he compartido junto a mi mujer y los compañeros/amigos del club grandes momentos. Las sensaciones de mis piernas fueron magnificas ya que no me dolía nada. Por fin después de mucho tiempo no tuve grandes problemas de estomago solo al final un poco. Como siempre ha sido un placer compartir aventura con Xavi y el presi ya que me han ayudado mucho al controlarme lo que comía. También ha sido un placer haber coincidido con Alberto, Mari y Elvira, compañeros del club. El año que viene el CEI tiene que montar un autocar para ir al Sobrarbe ya que seguro que vamos muchos más componentes.

1 comentario:

  1. Espectacular la salida. Casi me emocioné. Se me puso la piel de gallina. Un gran fin de semana.

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