Llegue a Benasque junto a Esteve y su
familia sobre las 21:30 horas, no pude acudir al breafing de la carrera (cosa
muy necesaria como podría comprobar más adelante) allí nos encontramos con Ramón,
Andreu y Bea con los que cenamos. A las 23:15 h nos dirigimos al control de
material, el ambiente ya empezaba a ser muy bueno. La Avda. desde donde se
iniciaba la carrera estaba inundada de gente, 2 speaker animaban a la gente y
música marchosa nos ponía la adrenalina a tope. Cuando quedaban 5 min para que
diera inicio la prueba, hicimos un minuto de silencio por las victimas del
accidente de tren.
Con música de AC/DC de fondo se dio
inicio a la cuenta atrás 5,4,3,2,1 gritos de ánimo y en marcha. Salimos a la carrera y durante los primeros
metros recorrimos las calles de Benasque, calles abarrotadas de gente animando.
Este hecho me puso los vellos de punta de la emoción que me transmitía los ánimos
de la gente, a la salida del pueblo dejamos de trotar y nos pusimos a caminar a
buen ritmo. Llevábamos poco mas de 500 metros y ya éramos los últimos y con el
coche escoba pegado a nuestro culo, Andreu había tirado hacia delante así que
nos habíamos quedado Ramon, Esteve, Bea y yo como últimos clasificados.
El tramo hasta el primer punto de control
lo hicimos a un ritmo altísimo, por suerte todo era pista y se podía trotar
perfectamente. Nosotros decidimos no trotar sino caminar bastante rápido, Ramón
impuso un ritmo fortísimo y se nos distancio. Nos habíamos quedado Esteve, Bea
y yo solos, a partir del primer punto de control el camino cambio. A pesar de que era noche cerrada, podíamos
intuir que estábamos atravesando un valle espectacular. Caminamos por pista un
buen rato mas, pero hubo un pequeño tramo en el que nos desviamos y subimos por
un sendero muy inclinado. Al salir del sendero entramos en una pista,
proseguimos por la pista que iba subiendo ligeramente hasta llegar al 2º
control. Empezaba la primera de las subidas fuertes de la que constaba la
Ultra, el primer tramo no era excesivamente duro ya que discurría por pista. El
siguiente tramo nos llevo en una subida progresiva hasta los ibones de Vallibierna,
a pesar de que era noche cerrada se podía apreciar la espectacularidad de la
zona.
A lo lejos podíamos observar una luz que
como si fuera un faro nos indicaba el camino, la verdad es que cuando vimos la
luz pensamos que en muy poco tiempo llegaríamos al final de la subida. No
podíamos imaginarnos lo que nos esperaba, empezamos a bordear los ibones y
empezó una zona de piedras enormes las cuales teníamos que ir saltando. Nos costó
bastante pasar la zona de piedra puesto que temíamos por nuestros tobillos,
acabadas las piedras empezó la zona de neveros. Zonas con acumulación de nieve
por las cuales costaba subir, a la inclinación de la subida teníamos que
sumarle el estado de la nieve. La nieve estaba dura y resbalaba bastante,
seguíamos viendo la luz pero nunca llegábamos a ella. Cuando ya estábamos en el
tramo final conseguimos contactar con Ramón, realizamos la ultima rampa y por
fin estábamos en el Collado de Vallibierna (2732m). La verdad es que no nos
quedamos mucho rato allí arriba pues hacia bastante frio, iniciamos la bajada
esperando poder avanzar algo mas rápido.
Vistas desde el Collado Vallibierna (2732m) |
El primer tramo de la bajada era muy
técnico pues debías tener mucho cuidado de donde ponías los pies, después para
rematarlo tuvimos que bajar una gran zona de nevada. El descenso por la nieve
era algo que sabíamos que podría darse, de lo que no nos habían informado era
del estado en el que se encontraba dicha nieve. Según los organizadores por
allí se podía bajar corriendo sin problemas, los maquinas y los mas
acostumbrados seguramente lo harían. Pero nosotros no nos arriesgamos y bajamos
con sumo cuidado, pese a bajar tan cuidadosamente no nos libramos de alguna que
otra caída. Una vez salimos de la nieve seguimos una senda, después dudamos un
poco hacia donde teníamos que ir ya que la Ultra no estaba señalizada. Cuando
dimos con el camino correcto iniciamos un largo y duro descenso saltando rocas
y atravesando pequeños riachuelos, después de un buen rato bajando llegamos a
un ibón impresionante. Al llegar a orillas del Ibón tuvimos que realizar un
tramo muy técnico de rocas, después de una ligera subida llegamos a una especie
de refugio. Pensábamos que ya habíamos llegado al control y primer
avituallamiento de la marcha, nos equivocamos pues aun no se veía el
avituallamiento ni de lejos. Proseguimos nuestro camino y bajamos por una
bajada bastante técnica hasta el lago de Llauset (2193m), atravesamos un salto
de agua por un puente doblado por la fuerza del agua y bordeamos el lago hasta
el avituallamiento.
Paisaje espectacular en Llauset |
Habíamos llegado con 1 hora de margen
sobre el cierre así que íbamos bastante tranquilos, en el avituallamiento y
para nuestro asombro. No había nada de lo que habían comentado que habría, solo
quedaban frutos secos y agua. Antes de reanudar nuestra marcha nos dijeron que
allí había abandonado gente, la verdad es que podíamos creerlo puesto que
llevábamos 21 km y habíamos tardado 7:00 horas en hacerlos. Los siguientes 2 km
fueron en una subida progresiva que nos volvió a subir a una altura
considerable, iniciamos el descenso hacia unos Ibones muy bonitos. En la bajada
Bea resbalo y se hizo daño en el hombro, por suerte solo fue un pequeño susto.
Paramos unos minutos y repusimos fuerzas, nos esperaba bajada antes de iniciar
la siguiente gran subida. La verdad es que no esperábamos que la bajada fuera
tan larga y técnica, perdimos parte del tiempo de margen que llevábamos y
llegamos al control con media hora de margen.
Tras la subida deleite para nuestros ojos |
Terreno bueno para caminar (algo poco común en la marcha) |
Iniciamos la subida por un bosque
espectacular que amagaba lugares mágicos con grandes saltos de agua, una vez
pasado el bosque nos encontramos con los primeros tramos de piedra. Había que
ir saltando de piedra en piedra con el consiguiente peligro para nuestros
tobillos, atravesamos un rio y un poco más adelante Bea nos dijo que tiráramos.
Nos sabia mal dejarla sola, por suerte Ramón se ofreció a hacerle compañía.
No seria el primero ni el ultimo rio que cruzaríamos |
Esteve tiro porque se encontraba bien, yo lo seguía pero en las piedras me
costaba seguir su ritmo ( yo iba con miedo a lesionarme) hubo un momento que
Esteve se distancio y eso fue mi perdición, no porque me encontrara mal
físicamente sino porque perdí el camino a seguir. Este incidente me hizo que
fuera saltando piedras sin parar y sin rumbo fijo, en un momento me di cuenta
de que me había desviado bastante y debía haber seguido pegado al rio. Conmigo
venían 3 chicos que me venían siguiendo pensando que yo sabía el camino, Esteve
estaba cada vez más lejos pero yo no quería forzar para pillarlo. Ya llevábamos
1:20 Horas subiendo y empezaron los neveros (grandes acumulaciones de nieve) la
verdad es que habían avisado que habría nieve pero no tanta. Para evitar la
resbaladiza nieve había que ir por los costados, no sabía si era mejor evitarla
o pisarla. Si subías por la nieve resbalabas bastante pero si subías por las
rocas te desgastabas mucho físicamente, opte por subir por las rocas y una vez
pasada la lengua de nieve, me encontré muy cansado físicamente. Los 3 chicos
que iban conmigo estaban en la misma situación, para acabar de desmoralizarme
empezaron a pasar los participantes de la Vuelta al Aneto. Pase hasta 3
inmensas lenguas de nieve y no conseguía ver la subida final, después de subir
la 4ª lengua y girar por fin vi el tramo final de la subida. Debido al
agotamiento físico ya iba totalmente fuera del corte horario, decidí afrontar
la subida final por el tramo de nieve.
Primeros neveros y rampas severas |
A lo lejos se veía el Collado pero las fuerzas empezaban a flaquear |
El tramo final de subida no tendría más
de 2 km pero se me hizo eterno, la nieve resbalaba una barbaridad y debía ir
buscando las huellas de los compañeros. Después de esa primera lengua venia un
tramo de piedras que se hacía durísimo, para rematarlo empezó a hacer un viento
muy fuerte que te incomodaba la subida. Pasadas las rocas y en un tramo de
nieve de unos 300 metros habían colocado unas cuerdas para ayudar a los
corredores, pase el tramo no sin apuros por el viento y los resbalones. Pasado
ese tramo dos voluntarios me dieron ánimos diciéndome que me quedaba muy poco, me
costó 20 min realizar un tramo de 50 metros.
Tramo final de dureza extrema |
Una vez en la cima del Collado Palenques
(2807 m) el viento era impresionante, tuve que parar 5 min a coger aire y
recuperarme del gran esfuerzo que había hecho. Empezaba la bajada, sabía que sería
dura porque daban 1 hora para hacer 2 km. No puedo clasificar la bajada como
dura sino como infernal, la organización había dicho que había nieve pero que
estaba en buenas condiciones para bajar corriendo. Para bajar corriendo por
allí había que estar bastante loco o no tener miedo a lesionarse, la lengua de
nieve se perdía en el horizonte y frente a mi veía escenas de todo tipo. Había
valientes que bajaban corriendo, algunos lo hacían como si esquiaran y otros
bajaban deslizándose con el culo. Yo primero probé opciones, después de caer de
culo 4 veces opte por deslizarme con el culo en el suelo. Era la mejor opción
pero en algunas zonas temía por mi integridad ya que la velocidad que alcanzaba
era muy alta, tras mucho rato bajando llegue a una zona en la que no había
nieve. La cosa duro poco pero por suerte los siguientes tramos de nieve ya no
resbalaban tanto, después me encontré con un rio el cual no sabía por dónde
cruzar.
Inicio del descenso (los corredores bajaban como podían) |
Tuvimos que descender casi casi hasta los pies del Ibon |
Cuando conseguí cruzarlo me había desviado bastante del trazado del
camino, volví a bajar y poco a poco me acerque a una nueva subida. A mitad de
la subida tuve que parar porque estaba fundido, un chico se paro y se intereso
por mi estado le dije que lo único que necesitaba era descansar. Saque fuerzas
de donde no las tenía y acabe la subida sin tener que parar, lo había
conseguido pero al poco de iniciar la bajada me tuve que parar en unas piedras
a descansar.
Sabía que tenía que llegar hasta una zona
donde me pudieran evacuar ya que me habían cortado por tiempo, me iba a costar
llegar porque físicamente estaba muy mal pero no podía rendirme. Llegaron 3
chicas y se pararon para interesarse por mi estado, me ofrecieron agua y comida
y además me dijeron que me acompañarían hasta la zona donde me evacuarían. Las
3 chicas eran vascas ( siento no acordarme de vuestros nombres chicas) la
bajada era muy técnica pero gracias a ellas que se pusieron delante, sabia
donde tenía que poner los pies. La bajada hasta Aigualluts era un no parar de
saltar piedras y cruzar riachuelos, las lluvias que habían azotado aquella zona
habían hecho desaparecer los senderos. Una de las chicas me indico que
pasábamos por la ladera del Aneto así que aproveche y me hice una foto
Posando con el Glaciar del Aneto a mi espalda |
Algo más
abajo y después de muchas piedras había un fotógrafo que hacia fotos a los que
íbamos llegando. Un poco mas de esfuerzo por una bajada muy técnica y llegamos
a la planicie de Agualluts, una llanura por la cual atravesaba una especie de
canal natural. Un sitio espectacular ( lastima estar tan mal físicamente y no
disfrutarlo) cuando llegue a donde estaban los del control, me dijeron que tenía
que bajar hasta la Besurta para que me llevaran a Benasque.
Aigualluts un valle espectacular |
Decidimos salir
rápido porque el cielo se había tapado y amenazaba tormenta de las fuertes, por
suerte el camino que llevaba hacia la Besurta no tenía ninguna dificultad. Justo
cuando nos quedaba muy poco para llegar empezó a llover, por suerte justo
cuando llegamos es cuando empezó a caer con fuerza. Me preocupo que lloviera de
aquella forma, Bea y Ramón aun estarían bajando de Salenques y aquello sería
peligroso. Mi sorpresa fue cuando vi que allí estaba Esteve, se había retirado
porque iba fuera de tiempo, me senté y comí algo y después me puse ropa de
abrigo para no coger frio. Nos dijeron que hasta las 21:00 h no vendría el
autobús para llevarnos a Benasque y eran las 19:00h, por suerte Esteve conoció
a una mujer que le dijo que nos llevaba. Nos despedimos de las chicas y nos
fuimos con aquella mujer en el autobús que bajaba a Llanos del Hospital, allí
tenia el coche y desde allí nos llevaría a Benasque. Una Vez en Benasque nos
fuimos para el apartamento que tenia Esteve y allí nos duchamos, llamamos a
Andreu que también había abandonado y fuimos los 3 a cenar mientras Bea y Ramón
llegaban. La verdad es que estuvimos desde que abandonamos en la Besurta
intentando contactar con ellos, no pudimos hasta que ya los bajaban hacia
Benasque. A Bea la bajaron en ambulancia por una bajada de azúcar y Ramón llego
antes, cuando llego Bea nos preocupamos por su estado pero rápidamente vimos
que no era nada y que se recuperaría rápido. Gracias al buen don de gentes de Ramón
pudimos dormir en la Escuela de Alta Montaña de Benasque. A la mañana siguiente
almuerzo y para casa a contar nuestra aventura.
45,86 Kilómetros
4071 Metros de desnivel positivo
3422 Metros de desnivel negativo
7593 Metros de desnivel total acumulado
19:12 Horas
En conclusión, sabía que me había
apuntado a una marcha dura. Pero jamás imagine lo que me iba a encontrar, tengo
que decir que el recorrido es espectacular y pasa por lugares únicos. La
organización quizás se ha equivocado a la hora de informar a la gente, se debía
haber informado del material necesario y sobre todo del tipo de terreno y en
las condiciones en las que se encontraba. Mi estado físico ha sido muy bueno,
las piernas han respondido a la perfección, lo único es que me he desfondado por
saltar de piedra en piedra. Creo que he realizado un entreno espectacular de
cara a la UTMB tanto física como mentalmente, agradecerle a las 3 chicas vascas
el haberme acompañado (siento no acordarme de vuestros nombres) y sobre todo
haber disfrutado de una gran carrera junto a grandes compañeros, gracias
Ramon, Esteve, Bea y Andreu.