viernes, 11 de octubre de 2013

MONTSEC ULTRA TRAIL

Tras la Matagalls-Montserrat, recibí una llamada de mi compañero Esteve. Me proponía realizar una ultra que celebraba su primera edición, en un principio dude bastante pues en mi curriculum hay un alto índice de abandonos en ultras. Decidí informarme y busque información y tiempos de paso para ver si podía ser factible, cuando vi que la carrera pintaba estupenda por el recorrido ( nunca había pasado por el Congost de Mont-rebei y me hacía ilusión) y por el hecho de que uno de los organizadores era un conocido de otras ultras, me anime a apuntarme.

El viernes había quedado con Esteve para subir juntos hacia Lleida, el tiempo era horrible pues estaba muy nublado y llovía muchísimo. Por suerte cuando llegamos a la provincia de Lleida el tiempo mejoro, al llegar nos dirigimos hacia el camping para recoger nuestro dorsal y acudir a la charla técnica. Tras la charla salimos bastante animados, la cosa pintaba bien y aunque dura la Ultra iba a ser de las que íbamos a disfrutar.
Sábado había llegado el momento, al salir del apartamento comprobamos que había algo de niebla y algo de frio. Fuimos a dejar las bolsas de corredor en el camping y después caminando hasta la colegiata, por culpa de la niebla no podíamos apreciar muy bien la belleza del lugar. Poco a poco fueron llegando los participantes, y entre ellos algunos compañeros de club como Xavi Y Natalia y otros conocidos de las marchas. En esta primera edición de la Montsec Ultra Trail habían dos categorías, la Ultra y la Maratón, como era de esperar en la Maratón había muchos más participantes. Mientras que en la Ultra, íbamos a correr en familia ya que éramos 60.

La salida de la Montsec Ultra Trail se daba a las ocho, se salía justo con la última campanada que sonara. Dicho y hecho tras la última campanada, salida conjunta de las dos pruebas. Como era de esperar los primeros metros se formo un pequeño tapón, pero era por culpa de haber de atravesar unos estrechos callejones. Una vez en el camino bueno la gente actuó como se esperaba, salió todo el mundo quemando rueda a tope y nosotros decidimos dejarnos ir un poco. Al poco de salir del pueblo entramos en un tramo de campos que transcurría por pista ancha, era un sube y baja pero sin apenas desnivel apreciable. Pensábamos que en aquellos momentos ya íbamos los últimos, como teníamos claro que tarde o temprano sucedería. Pero no era así, detrás nuestro había 3 compañeros de club que iban cerrando la carrera.
Tras 1:30 horas, llegamos al primer control de la carrera (Corça) ya llevábamos 9 kilómetros y la verdad es que físicamente me encontraba bien. La semana anterior lo había pasado muy mal por culpa de unas molestias musculares, suerte que el jueves había ido al fisio a que me dieran una paliza. Tras reponer fuerzas nos dispusimos a retomar la marcha, afrontábamos la primera subida algo seria de la marcha. la verdad es que la subida fue mas cómoda de lo que yo me pensaba, subimos 500 metros sin apenas darnos cuenta por unos senderos muy guapos. A medida que subíamos íbamos dejando a nuestros pies la espesa capa de niebla que cubría el valle, la panorámica al llegar a lo más alto era de lo más bonito. 
El mar de nubes
Ante nuestros ojos se extendía un enorme mar de nubes el cual dejaba asomarse los picos de las montañas cercanas, tras salir del sendero entramos en una pista y zas cagada. Proseguimos por la pista unos 5 min pero de repente nos dimos cuenta de que algo no iba bien, no veíamos señales desde hacía rato y decidimos volver hasta la última que habíamos visto. Efectivamente, al llegar pudimos comprobar que nos habíamos desviado del camino. En ese momento llegaba un chico que pensábamos que era de la maratón, pero al preguntarle nos dijo que era el escoba. Mierda pensamos, no llevamos nada y ya estamos con el escoba. Nos dijo que se llamaba Paco Robles y que no nos preocupáramos que íbamos sobrados, al decirnos eso nos tranquilizo y proseguimos el camino, esta vez ya en forma de trió.
Poco a poco el terreno y el paisaje iban cambiando y se tornaba más salvaje y abrupto, los contrastes de luz del paisaje y la niebla formaban escenas impresionantes. 
Escenas espectaculares
Un sendero que atravesaba un bosque precedió al momento más esperado de la marcha, habíamos llegado al Congost de Mont-rebei. Ante nuestros ojos se alzaban majestuosas dos enormes paredes de piedra, para atravesar este congosto hay que pasar por un estrecho sendero. La verdad es que la experiencia de pasar por aquel paso tan estrecho, era una de las razones que me habían hecho decantarme por apuntarme a la ultra. Infinidad de excursionistas se cruzaban en nuestro paso, y el estrecho margen que te da el sendero hacia más emocionante este furtivo encuentro.
El Congost de Mont-rebei
Sendero estrecho por la roca
Apenas 2 km más adelante llegamos al siguiente punto interesante de la marcha, el Pont penjant. Un puente colgante que durante la charla técnica, habían advertido que se movía bastante y que pasáramos de uno en uno. La verdad es que no era para tanto, se movía un poco, pero no había ningún peligro. A unos 100 metros del puente nos encontramos con el avituallamiento, ya llevábamos 20 kilómetros e íbamos muy bien de tiempo. Allí sentados con cara de agotamiento, habían 5 personas de la maratón que lo dejaban. Paco nos había dicho hacia un rato, que en esa marcha iba haber muchos abandonos y empezábamos a comprobarlo.
Solo salir del control tuvimos otra equivocación de camino y tuvimos que volver hacia atrás, una vez en el camino correcto pudimos ver que detrás nuestro llegaban los tres compañeros del club que cerraban la carrera. Nuevamente afrontábamos un tramos de subida, subimos ligeramente y después descendimos a una especie de barranco. El descenso por terreno algo más técnico me hizo resentirme algo del pie derecho, pero la cosa no fue a más. Una vez en el inframundo como dijo Paco, cogimos un sendero muy frondoso y bastante largo que nos condujo hasta el inicio de la subida. Menudo subidon, y no precisamente de energía. Una larga y dura subida por sendero, hizo mella en nuestras fuerzas. Al llegar arriba tuvimos que descansar un poco para recuperar el aliento, parecía que la subida había terminado.
Vistas mientras descansabamos
Un tramo de sendero por el interior de un bosque nos hizo pensar que ya llegábamos al pueblo, nueva equivocación. Aun nos quedaba un tramito de subida que castigo nuestras maltrechas piernas, suerte de Paco que no callaba y nos iba entreteniendo explicándonos sus aventuras. Tras la subida por fin llegamos al siguiente control, estábamos en Alsamora. Solo nos quedaban 6,8 km y llegaríamos al primer corte horario de la carrera. en este avituallamiento había mucha más comida que en los anteriores, cosa que aprovechamos para recargar energías. 
Alsamora
Una vez recuperadas las fuerzas salimos del pueblo y nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino, el Coll d’Ares. A medida que íbamos subiendo la inclinación del camino se hacía más evidente, justo a la mitad de la subida encontramos corredores. Pensábamos que nos íbamos a tener que despedir de Paco, pero la verdad es que todos los que encontrábamos participaban en la Maratón. A medida que íbamos pasándolos a todos les hacíamos la misma pregunta, eres de la Ultra o de la Maratón? La verdad es que todos reaccionaron igual, diciéndonos que a la Maratón  que la Ultra eran palabras mayores. Justo cuando quedaban unos 500 metros para llegar, llegaron a nuestro encuentro los hijos y la mujer de Esteve. Nos acompañaron hasta la cima y allí nos hicieron de apoyo logístico, nos trajeron pasta la cual devoramos entre los dos y nos dieron muchos ánimos. La gente del control también era muy simpática y nos ofrecieron de todo, la verdad es que nos hubiéramos quedado allí un buen rato pero debíamos seguir adelante. En ese punto en concreto la carrera se dividía en dos recorridos, uno iba hacia la maratón y el otro hacia la Ultra. Oficialmente ya éramos los últimos y por lo tanto Paco debía ir quitando cintas, como íbamos muy a gusto los 3 decidimos que le echaríamos una mano y arrancaríamos cintas con él. 
Vistas durante la subida al Coll d'Ares
Afrontábamos el tramo más largo de la marcha 12,3 km, el primer tramo lo hicimos por pista y disfrutando de las bonitas vistas que había desde allí. Cuando ya llevábamos un buen rato vimos algo curioso, en medio de un prado había un seiscientos estrellado ( como … habían llevado el coche hasta allí)
Paisajes diferentes
Como llevaron el coche hasta alli?
En una curva del camino nos desviamos e iniciamos un vertiginoso descenso por sendero. La verdad es que la bajada se nos hizo bastante larga porque tuvimos que quitar infinidad de cintas, ese hecho nos hizo aflojar bastante nuestro ritmo. hablamos entre los tres, y decidimos que en el siguiente control les diríamos que no podíamos continuar sacando cintas o no llegaríamos al corte. La llegada hasta el control se hizo de rogar, una vez en el control les explicamos lo de las cintas y nos pusimos a avituallarnos. En el control me puse fino de cruasanes de chocolate, y después nos sacaron una coca que estaba buenísima.
Iniciando el descenso
Paco con la bolsa de las cintas
Teníamos 9 km hasta el siguiente corte de tiempo y queríamos intentar llegar de día, todo hacía indicar que sería bastante sencillo pero nuevamente nos equivocamos. Primero hicimos un tramo muy cómodo por pista, pero después giramos y nos metimos en un tupido bosque. Allí cogimos un sendero que subía bastante inclinado, una vez arriba llaneamos por la ladera de la montaña y después iniciamos un pequeño descenso. 
Seria ese el lago al cual debiamos ir?
Poco a poco el día se iba apagando y la idea de llegar de día al control, iba desapareciendo de nuestra cabeza. Apuramos al máximo el ponernos el frontal, pero ya llego un punto en el que no veíamos nada y decidimos no alargar mas la espera. 
Iba anocheciendo y comenzabamos a descender
Con los frontales colocados iniciamos un vertiginoso descenso hacia el fondo de un barranco, el terreno se volvió más técnico y mis compañeros aumentaron la velocidad. Casi llegando al final de la bajada les tuve que decir que aflojaran el ritmo o yo me quedaba, se pararon y me dejaron ponerme delante. Tras un rodeo tremendo resiguiendo un oscuro sendero, llegamos a una carretera. Seguimos el itinerario de unos antiguos túneles que nos condujeron hasta una presa, pasamos al otro lado y continuamos unos 2 km más por carretera hasta llegar al control. La mujer que estaba allí se alegro mucho de vernos, estuvimos un rato hablando con ella y también aprovechamos para hacer un cambio de equipacion. Yo aproveche y me cambie de todo, calzoncillos, calcetines, perneras y mallas. Habíamos llegado al corte de tiempo con 1:20 horas de margen, así que pudimos hacer todo eso tranquilamente. En este punto de la ultra nuestros GPS empezaban a mostrar datos que nos parecían un poco extraños, la distancia que nos marcaba no se correspondía con la que había dado la organización.

Salimos del control y nos mentalizamos para afrontar lo que iba a ser el tramo más duro de la Ultra, 10,74 km con 1098 metros de desnivel positivo, Paco nos había hablado de la subida que nos esperaba. Nos conto que era una subida que tenia 100 curvas, pero que no era excesivamente dura. Tenía ganas de encarar aquella subida y ver si Paco estaba en lo cierto o no, por fin llegamos y pude comprobar con mis propios ojos y contándolas una por una, que efectivamente había 100 curvas. Suerte que fui contando las curvas, porque la subida se me hizo realmente dura. Paco se había adelantado y Esteve y yo sufrimos de lo lindo, finalmente llegamos a la ermita. Descendimos un poco y de nuevo subida, parecía que la subida no se iba a acabar nunca. Otras 62 curvas mas y por fin se suavizo el camino, en teoría nos desviamos encontrar el avituallamiento en un cruce de pistas. Anduvimos un buen rato y no llegábamos al control, Paco preocupado llamo a Dani de la organización para preguntar que había pasado. Al parecer el control lo habían trasladado un poco más lejos y ya en lo más alto, lo bueno era que en el siguiente tramo no tendríamos que hacer mucho subida. Cuando llegamos al control hacia bastante fresco, los chicos que estaban allí se refugiaban en una fogata. Nos ofrecieron caldo calentito el cual aceptamos de buen grado, estuvimos 5 min de tertulia y proseguimos nuestro camino. Los del chicos nos dijeron que nos quedaban 6 km hasta el siguiente control, el primer tramo fue una bajada bastante técnica y después llegamos a una pista. El tramo de pista se nos hizo bastante largo, pero finalmente llegamos. El control era una mesa iluminada por los faros de una furgoneta, los dos hombres que estaban allí fueron muy amables y nos ofrecieron de todo. Aproveche la parada para rehidratarme ya que hacía mucho tiempo que no bebía, y para cambiar las pilas del frontal y del GPS Cuando nos fuimos los hombres del control nos dijeron que nos pillarían por el camino, proseguimos la marcha y reseguimos un interminable tramo de pista. Casi a mitad de trayecto nos paso la furgoneta del avituallamiento, seguimos nuestra marcha y tras una pequeña subida. Giramos por un sendero e iniciamos una larguísima bajada, además de larga era muy técnica y con mucha piedra suelta. Finalmente al acabar la bajada, llegamos a una nueva pista en la cual giramos a la derecha. A los pocos metros Paco se paró de repente, nos dijo que según el track debíamos haber girado antes por algún sendero. Volvimos hacia atrás para ver si veíamos las marcas, al ver que no había marcas por ningún lado. Paco decidió llamar a Enric para preguntarle, le dijeron que se había cambiado ligeramente el track porque el sendero estaba en mal estado, pero que siguiendo la pista volveríamos al camino bueno. Efectivamente, seguimos la pista y a los pocos metros volvimos a ver cintas. Siguiendo la pista pasamos bajo unas imponentes paredes de piedra, un lugar que si hubiéramos pasado de día habría sido realmente espectacular. El cielo estaba estrellado, apagamos nuestro frontal y nos deleitamos unos momentos con la inmensidad del firmamento. Pocos minutos después llegamos al avituallamiento, allí había un chico y una chica con cara de sueño y pasando bastante frio. Esta situación no impidió que nos trataran como nos habían tratado en todos los avituallamientos, con una sonrisa de oreja a oreja y ofreciéndonos todo lo que quisiéramos coger.

Habíamos conseguido nuestro objetivo, llegar al último control horario con tiempo de sobra. Estuvimos poco rato en el avituallamiento y nos pusimos de nuevo en marcha, nos tocaba otro tramo largo y con la última subida seria de la jornada. El inicio del tramo era más bien llaneando y en bajada, mi problema fue que me estaba empezando a entrar sueño y andaba ya por inercia. Suerte que Paco no callaba y nos mantenía entretenidos, hubo un momento en que le comente que me dormía y me recomendó que me tomara un gel de cafeína. Me daba miedo tomármelo, ya que en toda la marcha no había tenido problemas de estomago y no quería que por tomarme el gel se me estropeara la barriga. Finalmente me lo tome y pronto hizo efecto, parecía que había vencido al sueño. Suerte que me despejo ya que tras una subida, hicimos una larguísima bajada por un camino muy resbaladizo. Acabada la bajada un largo tramo de pista nos acerco hacia lo que iba a ser el ultimo avituallamiento de la Ultra, estaba amaneciendo y cada vez veíamos más claramente que íbamos a finalizar con éxito la Ultra. 
Amaneciendo
Cuando nos quedaba algo más de 1 km para llegar al pueblo, vimos aparecer a Enric (organizador de la carrera) y Juan Carlos ( gran corredor de larga distancia) habían venido a nuestro encuentro y a preguntar como andábamos. Nos acompañaron un rato, hasta que llegamos al avituallamiento. allí se quedo Enric y Juan Carlos dijo que haría con nosotros los últimos 7km, después de comer algo en el avituallamiento proseguimos la marcha, ya con muchas ganas de llegar a meta. Los últimos 7 km fueron un continuo sube y baja por pista, amenizado con las historias que nos contaban Paco y Juan Carlos. Cuando nos quedaba aproximadamente 1 km para la gloria, aparecieron los hijos de Esteve para acompañarnos hasta la meta. Y finalmente y tras 25:26 horas, hacíamos nuestra triunfal entrada por el arco de meta.
Esteve, Paco y Blas. Entrada triunfal
107 kilómetros 

5669 metros de desnivel positivo

5669 Metros de desnivel negativo

11338 Metros de desnivel total acumulado

25:26 Horas

En conclusión, un reto más conseguido. A pesar de mi lesión, este año he conseguido terminar 2 ultras de más de 100 kilómetros. Qué decir de la Montsec Ultra Trail, Enric y Dani han acertado de pleno en el recorrido. Hemos disfrutado de paisajes de ensueño y zonas técnicas casi casi por un igual, los avituallamientos estaban muy bien, había bebida en abundancia y comida de sobras ( teniendo en cuenta que pasamos los últimos esto es un dato a tener en cuenta) los voluntarios estupendos, siempre nos recibían con una sonrisa y un trato muy amable. El marcaje de la Ultra, realmente espectacular, era prácticamente imposible perderse si estabas pendiente de la señalización. Nosotros nos perdimos pero fue más por despiste nuestro, en pocas palabras una ultra muy recomendable. La experiencia de caminar con el escoba durante 98 km ha sido única, nos permitió conocer a una gran persona ( Paco Robles) y en el tramo final a un tío de lo más divertido y campechano ( Juan Carlos).
Ha sido todo un honor conocer a Paco y  poder compartir toda la Ultra con él , sin ellos habría sido más difícil conseguirlo. Con Esteve me quedan muchos kilómetros por compartir, con Paco, Juan Carlos Y Enric espero coincidir en algún otro ultra.
Para acabar, felicitar a Enric y Dani por haber organizado una Ultra cojonuda.
Muchos ánimos para las siguientes ediciones¡¡¡
Salut y Km para todos,
Blas