miércoles, 4 de abril de 2018

MARXA 24 H CAP DE CREUS 2018


Esta era mi quinta participación consecutiva en la marxa del Cap de Creus. Cada año la motivación ha sido superar el tiempo del año anterior ya que el terreno me lo conozco como si fuera la Serralada Litoral.
 La marxa del Cap de Creus es una marcha de resistencia por montaña individual de 87 Km. Dentro de la misma prueba cuenta con una distancia de 60 km.  y una más corta de 27 km. La filosofía de la marcha es hacer un recorrido que transcurra por la región del Mar de Arriba, incluyendo partes dentro o cercanas a los dos entornos protegidos que tenemos en la zona: el Paraje Natural Protegido de la Albera y el Parque Natural del Cap de Creus. Para dar a conocer las actividades de senderismo y el territorio por donde se desarrolla. Transcurre básicamente por senderos y pistas forestales, incluyendo tramos de las Grandes Rutas: GR11 - El Sendero Pirenaico y el GR92 - El Sendero Mediterráneo. Transcurre por los parajes de la Mar de Arriba con lugares muy conocidos y emblemáticos como Cadaqués, Cala Jòncols, Cap de Creus, Sant Pere de Rodes. Pero también con pequeñas sorpresas de parajes como San Silvestre y la Sierra de Verdera. Es una marcha que comienza en la playa con un tramo de unos 100 metros y donde se tiene la visión del mar durante prácticamente todo el recorrido.
En esta nueva aventura me acompañaban mi mujer Cristina y mi amigo Jordi, que tenía que correr la distancia de 60 km. pero el jueves se lesionó en un entrenamiento previo. Subimos a Llançà por la mañana para aprovechar el día, al llegar nos relajamos un rato en la habitación antes de ir a dar una vuelta por el puerto y subir al illot de Castellar. Como este año no se hacia el breafing explicativo de la carrera aprovechamos para ir a cenar pronto. En la cena coincidimos con dos amigos del CEI (Ana y Martí) después de cenar a la cama que al día siguiente había que madrugar.
Tras una noche sin poder dormir por culpa del ruido que hacían los vecinos de habitación de la pensión, suena el despertador a las 6:15h. A las 6:45h. junto con Cristina y Jordi nos dirigimos hacia el puerto para recoger el dorsal, de camino nos encontramos con Martí y Ana y fuimos juntos hasta el puerto. Una vez recogimos el dorsal nos fuimos a almorzar, mientras estábamos almorzando llegó Toni Santana, un amigo con el que he hecho bastantes carreras, con él venía su pareja, Eva. Este año la marxa no entraba en la copa catalana, eso hizo que no hubiera muchos compañeros del CEI apuntados. Aun así pude saludar a alguno y también a compañeros con los que hacía tiempo que no coincidía como Roque y Bea. Toni estaba acompañado por un compañero de los Oju Ke Passu, David Isabel y dos chicos más que no conozco.
Con Cristina antes de ir hacia la salida.

Con Toni antes de empezar.
Cuando quedaba poco para empezar nos fuimos hacia la línea de salida para coger posiciones, antes de empezar pude saludar a David Anchuela que corría la carrera de 27km.
A las 8:00 h se dio la salida desde la arena de la playa. Arranqué enganchado a Toni y David pero a los 500 metros ya vi que no iba a poder aguantar el ritmo que llevaban. Decidí aflojar el ritmo y disfrutar de la carrera. Tras cruzar el paseo marítimo y dos pequeñas calas entramos en las playas del Cap Ras. Un tramo donde se pasa por antiguos bunkers y bonitas calas, llegando a cruzar por una larga playa para ir a encarar la primera subida de la marxa. 

Atravesando la zona del Cap Ras.
Espectaculares paisajes.
 Toni y David se habían distanciado bastante y no los veía a lo lejos, seguí a mi ritmo y encaré la subida con fuerza adelantando a varios corredores. Tras la primera subida se llegaba a una pista que ascendía a las montañas de Colera, una subida que invitaba a correr por la escasa inclinación del inicio. Yo decidí correr solo en los tramos llanos, donde el camino se inclinaba yo caminaba rápido y mi ritmo era superior a algunos que iban corriendo. Tras 12 km. desde la salida, llegué al primer avituallamiento de la marxa que estaba situado en la ermita de Sant Miquel de Colera. Tras comer un par de donuts y beber algo para reponer fuerzas, me puse de nuevo en marcha. Tras un par de senderos llegué a la corta pero inclinada subida hacia el Puig d’Esquers. Las vistas desde la cima eran espectaculares, a un lado se podía admirar toda la costa de Llançà y el Port de la Selva y al otro los pirineos nevados.
Magnificas vistas desde la cima del Puid d'Esquers.
La bajada del Puig d’Esquers es bastante técnica, pero cada año la bajo mejor y más rápido a pesar de no ser muy bueno bajando. Tras la bajada me puse a trotar para ganar algo de tiempo. El sendero que descendía hasta el segundo avituallamiento también lo hice más rápido que el año anterior a pesar de ser un sendero de mal pisar y en el que en el tramo final había una buena inclinación. Como en el avituallamiento solo había agua ni siquiera me paré, quería aprovechar que venía una bajada larga por pista para acelerar un poco para intentar pillar a Toni. Tras dejar la pista se descendía hacia a la iglesia de Sant Silvestre de Valleta, desde allí venia un largo tramo siguiendo la riera hasta que se llegaba al pueblo de Valleta. 
Sant Silvestre de Valleta.

Un tramo que se me hace muy pesado ya que no soy corredor y son unos 5 km. prácticamente llanos, tras pasar el pueblo de Valleta se sube un corta fuegos muy inclinado. Llegué al tecer avituallamiento y nuevamente decidí no parar, ya que quedaban pocos kilómetros para llegar a Llançà y llevaba un tiempo muy bueno. Tras una ligera subida me dispuse a encarar la bajada hacia Llançà pasando por las ruinas de Sant Genis del Terrer. 
Sant Genis del Terrer antes de descender a Llança.
Bajé por el sendero bastante rápido y al llegar abajo me despisté y me metí en la riera. Tuve que atravesar unos campos para volver al camino, una vez en el camino me encontré con tres corredores que me preguntaron si íbamos bien. Yo les dije que sí que enseguida llegaríamos al último tramo, seguimos juntos y llegamos al tramo cementado. Un largo tramo por una riera cimentada donde los tres corredores me dejaron atrás enseguida, yo no quería forzar porque aun me quedaba mucho y encima iba muy por debajo del tiempo del año pasado. Casi sin darme cuenta llegué al avituallamiento de Llançà, llevaba 27 km y 3:05 horas así que iba demasiado rápido. Me senté a comerme un plato de macarrones y descansar unos 10 minutos, cuando me levanté para encarar el bucle de 60 km. me di cuenta que los isquios los tenía bastante cargados.
Me despedí de Cristina y Jordi y me puse en marcha, empezaba el tramo de 60 km. unos 45 minutos antes de que salieran los que iban a correr esa distancia. Los primeros metros de subida me costaron bastante ya que con el plato de macarrones se me había revuelto un poco el estómago, tuve suerte que tras una primera rampa venia un tramo que llaneaba bastante. Este tramo me sirvió para recuperarme y pude aumentar el ritmo, tras una ligera bajada empezaba la subida en serio. Se subía en dirección hacia Roca Miralles pasando un primer tramo muy inclinado en el que el calor empezaba a notarse. Por la mañana habíamos tenido un tiempo nublado y fresco ideal para correr pero mientras subía no corría aire y el sol pegaba con fuerzas. Tras subir a buen ritmo llegué al final del sendero, desde allí el camino giraba y se encaraba hacia el corta fuegos de Roca Miralles. Un camino muy inclinado en el que al llegar arriba se disfruta de unas vistas espectaculares de la costa de Llançà, era la primera vez en cinco años que llegaba allí casi solo. 

Bonita imagen de la costa de Llança.

Tenía algún corredor delante pero a lo lejos y los que venían por detrás también los tenía a cierta distancia. Tras llegar al final de la subida se disfruta de una bonita vista de Sant Pere de Rodes. Seguí trotando por la pista hasta el avituallamiento. Como me quedaba muy poco para llegar a Sant Pere y allí solo había agua decidí no parar, una ligera subida y llegué a las ruinas de Santa Helena previas a la llegada al monasterio de Sant Pere de Rodes. La llegada hasta el avituallamiento se hace atravesando un paseo en el que hay muchísima gente, justo antes de llegar al avituallamiento me crucé con Eva, su hermano y sus padres. Me dijo que Toni hacia poco que había salido de allí y que me esperaría en la subida ya que iba tocado de piernas. A los pocos metros me esperaba Cristina, me ayudó a llenar los bidones y me pregunto que como iba. Le comenté que ya iba cansadillo pero que intentaría coger a Toni, me dijo que no forzara y nos despedimos hasta el próximo avituallamiento donde nos pudiéramos ver que sería en Cadaqués.
Me dispuse a encarar la subida hacia el Castell de Sant Salvador de Verdera con energía, mientras subía por el estrecho sendero me iba cruzando con muchísimos turistas. Durante la subida se puede disfrutar de una bonita vista del monasterio, una vez arriba se accede al castillo atravesando un portón que te transporta a la edad media. 
Sant Pere de Rodes desde la subida a Sant Salvador.

Tras atravesar unos metros por el interior del castillo se salía por un hueco en el muro, el camino se dirigía hacia la temida cresta de Sant Salvador. Unos primeros metros y se llegaba a un mirador desde donde se podía admirar perfectamente el Golfo de Roses. 
El Golfo de Roses y el Golfo de Rojo.


Castillo de sant salvador de Verdera.

Tras la foto de rigor me dispuse a encarar la cresta antes de que llegaran los primeros corredores de 60 km. Cuando llevaba unos pocos metros cresteando y en un tramo de bajada, metí la pierna izquierda entre dos rocas y me dio un fuerte tirón el gemelo. Tras unos segundos me pude poner de nuevo en marcha aunque con dolores. Seguí avanzando y me encontré con algunos compañeros del CEI que hacían la carrera de 60 km. y habían salido 1:30h antes de la salida oficial para poder disfrutar de la marxa durante más horas de sol. Cuando estaba a punto de adelantarlos y nuevamente en un tramo de bajada, me dio un fuerte tirón el gemelo, pero esta vez el de la pierna derecha. Por suerte como Vicente compañero del club estaba cerca le pedí que me estirara el músculo. Me puse en marcha y adelanté a los compañeros. Afrontaba el tramo que quedaba de cresta con dolor en los dos gemelos. A cada paso el dolor era más fuerte y estaba deseando abandonar la cresta, una vez finalizo la cresta inicié la bajada por un sendero bastante bueno para correr. Yo podía trotar pero no podía acelerar el ritmo, de repente el viento empezó a soplar con fuerza y había zonas en las que costaba avanzar. Me costó bastante llegar al avituallamiento ya que entre los dolores en los gemelos, el viento y el continuo sube y baja se me hizo larguísimo el tramo desde que salí de Sant Pere de Rodes. Una vez llegué al avituallamiento me fui directamente a los chicos de la ambulancia, les comenté lo que me había pasado y si me podían poner alguna crema. Me metieron en la ambulancia y me hicieron un masaje en los gemelos con antiinflamatorio, mientras estaba en la camilla llamé a Toni para preguntarle por donde iba. Me comentó que hacía 15 minutos que había salido del avituallamiento y que iba tocado de piernas, que nos veríamos en Cadaqués. Inicié la subida hacia el Pení con dolor en los gemelos, a los pocos metros de iniciar la subida el viento empezó a soplar con mucha fuerza y la sensación de frio era considerable. Me paré un momento y me puse el corta vientos, como me dolían los gemelos decidí hacer un poco de trampa y subir por la carretera en vez de subir por el sendero. Quería subir por un terreno favorable para que mis gemelos entraran en calor, como la carretera no tenía mucha inclinación me puse a caminar todo lo rápido que pude para ver si podía recortarle un poco de tiempo a Toni.
Cuando llegué donde se juntaban la carretera y el sendero comenzó a soplar el viento con muchísima fuerza. Cuando llegué al final de la subida y estaba a punto de encarar la bajada hacia Cala Joncols vino una ráfaga de viento que me empujaba hacia adelante y casi no podía frenar. Por suerte cuando descendí unos metros el viento cesó un poco, la bajada hacia Cala Joncols es una pista larguísima con unas vistas al mar magníficas. Me puse a trotar pero sin forzar ya que si apretaba los gemelos se quejaban. A medida que bajaba me fijé que a lo lejos se veía como caían cortinas de agua en el medio del mar. Cuando ya encaraba los últimos 2 km. antes del avituallamiento vinieron un par de ráfagas de viento en contra que no me dejaba avanzar, justo antes de llegar al avituallamiento el viento cesó de repente y comenzó a hacer mucho calor. Aprovechando el avituallamiento me senté para quitarme el corta vientos ya que tenía mucho calor. Allí saludé a Albert Torrents de Ultres Catalunya. Tocaba subida y recordaba que era bastante inclinada y yo estaba pasando un mal momento debido al calor que tenía y el dolor en los gemelos, subí sufriendo bastante ya que me encontraba flojo. Al llegar al final de la subida me puse el corta vientos y llamé a Toni para preguntarle por donde iba, me dijo que iba 1,5 km por delante así que seguía llevándome 15 min. de ventaja.
Bonita imagen de Cadaqués durante la bajada.

Ya vi que no iba a poder pillarlo a no ser que parara un buen rato en Cadaqués, como lo estaba pasando mal se me pasó por la cabeza que si Toni no estaba en el avituallamiento abandonaría. Traté de bajar trotando en los tramos en los que el camino bajaba y de caminar rápido en el resto. Al entrar en Cadaqués me encontré con la misma escena de todos los años muchísimos turistas invadiendo el paseo marítimo por donde discurría la marxa. Tras dejar el paseo y subir un pequeño tramo llegué al pabellón, allí me esperaban Cristina y Jordi y por suerte Toni aun seguía allí ya que había hecho una parada larga para recuperarse.
Toni ya iba a salir y le pedí que me esperara 5 min. para salir juntos, igual hubiera necesitado algo más de descanso pero el poder ir acompañado me haría recuperar antes. Salimos de Cadaqués pasando por Port Lligat y la casa de Dalí, tras cruzar una urbanización entramos en un sendero que iba paralelo a la carretera. Tras subir por la carretera unos metros se entraba en sendero para encarar 4 km. hasta el faro, este tramo se nos hizo larguísimo por no poder trotar y tener que hacerlo andando, además es un continuo sube y baja por terreno muy empedrado. Cuando ya estábamos a punto de llegar al faro nos dio alcance Xavi Rodríguez que había venido a correr la de 60 km.
Llegando al faro del Cap de Creus.
 
continuamos los tres juntos hasta el faro aunque a mí me costó seguir el ritmo de Toni y Xavi subiendo. En el faro soplaba viento y no era muy recomendable parar mucho rato, pillamos algo de comer y de nuevo en marcha. Mientras bajábamos Xavi nos dijo que fuéramos con él, yo le comenté que a mí me era imposible trotar y que los gemelos me molestaban bastante. Me ofreció magnesio y una pastilla de sal, cuando dejamos atrás el parquin del faro nuevamente comenzó a soplar el viento con muchísima fuerza. El viento no nos dejaba avanzar, por suerte enseguida llegamos al sendero que bordeaba la carretera y que iba entre matorrales cosa que hacía que el viento no molestara tanto. A medida que avanzábamos por el sendero el viento iba aflojando. El sendero discurría paralelo a la carretera pero se convertía en un auténtico laberinto entre matorrales. Tras un buen rato cruzamos la carretera y nos dirigimos hacia una zona solitaria, sin vistas y con un paisaje muy poco atractivo a la vista. El ritmo que llevábamos era bueno teniendo en cuenta que íbamos caminando, tras descender a una riera iniciamos la última subida dura de la marcha. Desde allí a Sant Baldiri aun quedaban un par de subidas pero no tan duras, llegamos al avituallamiento de día. Ni el año pasado que batí mí récord había conseguido llegar a aquel avituallamiento con tanta luz solar.
Salimos del avituallamiento dispuestos a afrontar los últimos 12 km. de la marcha, la última subida la hicimos casi sin darnos cuenta. Nos paramos a ponernos los frontales para encarar la bajada hacia el Port de la Selva, la bajada la hicimos entera andando. Yo me había recuperado bastante del dolor en los gemelos, me veía con fuerzas para trotar un poco pero Toni tenía las piernas muy cargadas y bajamos andando. Cuando llegamos a la carretera que lleva al Port de la Selva besé el asfalto por haber llegado a un terreno bueno. Seguimos la carretera andando a buen ritmo mientras nos pasaban algunos corredores de la carrera de 60 km. Llegamos al Camí de Ronda que lleva desde el Port de la Selva a Llançà. Eran las 21 h. y Toni me comentó que podíamos llegar a las 22 h. o antes. Yo le dije que lo veía muy difícil a no ser que trotáramos todo el camino de ronda, Toni me dijo que él no tenía fuerzas para trotar y yo tampoco estaba en condiciones así que tocaba andar. El camí de Ronda si se hace como un paseo sin haber hecho nada antes, no tiene dificultad. Pero si vienes con 80 km. en las piernas, las pequeñas subidas y los tramos de escaleras que te encuentras se convierten en un suplicio. Ya para rematar el suplicio antes de llegar a la meta se tiene que cruzar la Playa del cau del LLop y subir un tramos de escaleras. Una vez hecho ese tramo enseguida encaramos la última bajada hacia la meta. Al llegar a los metros finales nos pusimos a trotar. En meta nos esperaban Cristina, Jordi, Eva, los padres, el hermano de Eva y Ana la mujer de Martí. Tras recoger la camiseta y comer algo, nos fuimos para la pensión a ducharme y a dormir.

87,6 Kilómetros

3460 Metros de desnivel positivo

3460 Metros de desnivel negativo

6920 Metros de desnivel acumulado total

14:24 Horas

En conclusión, seguimos sumando kilómetros y condiciones adversas de cara al gran reto de la temporada. Una vez más he disfrutado de los paisajes del parque natural del Cap de Creus. Físicamente me he encontrado muy bien hasta que me han dado los dos tirones en los gemelos. Durante la carrera hemos tenido de todo menos lluvia, al principio un día nublado con buena temperatura, al mediodía calor y por la tarde ráfagas de viento muy fuertes. Agradecer a Vicente que me ayudara en la cresta y a Toni que me esperara en Cadaqués, quizás si no me hubiera esperado me habría retirado por precaución, pero el ir acompañado me sirvió para poder acabar. Como siempre no tengo palabras para agradecerle a Cristina que me hiciera el seguimiento, ella sabe que cuando hago una carrera y la veo en los avituallamientos me da energías.


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