viernes, 27 de abril de 2018

MONTSEC ULTRA TRAIL MUT 2018


Siguiendo con la preparación de cara al gran reto de la temporada que serán las 100 millas del País Vasco (Ehunmilak), tenía que hacer una carrera con mucho desnivel y con terreno irregular.
La carrera elegida fue la MUT Montsec Ultra Trail, ¿por qué me decidí por esta carrera? Porque esta fue la primera carrera seria de más de 100 kilómetros que conseguí acabar, fue la primera edición de la MUT y no tenia tanto desnivel ni el recorrido era tan exigente, pero me quedé prendado de los paisajes y los sitios por donde pasamos.
La MUT está considerada como una de las ultras más duras de Catalunya, el recorrido traza una vuelta circular de 110 kilómetros y 7.000 m de desnivel positivo a través de la desconocida Sierra del Montsec, en un terreno técnico lleno de valles, ríos, desfiladeros y embalses. Visita lugares de una belleza indescriptible como el Congost de Montrebei, el camino de las 100 curvas a San Salvador del Bosque, las vertiginosas pasarelas de Montfalcó, la Torre de Alsamora y la cima de Sant Alís (1.675m) como punto más elevado.
Cuando salí de trabajar me fui con Cristina y Jordi hacia Àger. Jordi participaría en la carrera de 21 kilómetros, una carrera que han creado nueva este año a parte de la Ultra y de la Maratón. Llegamos a Àger a las 16h. así que tenía tiempo de tumbarme un rato, no conseguí dormir pero al menos descansé un rato de cara a la caña que me iba a dar. A las 18:30h. nos fuimos a recoger el dorsal, mientras estábamos esperando en la fila llegó Jordi Cot, un amigo de Martorelles que ahora vive en Monzón y es un máquina de las carreras de montaña.
Con Jordi Cot y Jordi Subirà.
Tras recoger el dorsal nos fuimos a cenar como los guiris, a las 19:00h. ya habíamos acabado de cenar y llegaron Toni Santana y Eva y estuvimos hablando un rato hasta que a las 20:00h. nos fuimos hacia el breafing.
Dani el organizador del MUT, solo empezar nos informó que la carrera era muy dura y nos dio una información muy precisa de lo que nos iríamos encontrando a medida que fuéramos avanzando en carrera. Salimos del breafing con ganas de empezar a pesar de saber que nos íbamos a enfrentar a una carrera durísima que nos pondría a prueba física y mentalmente, Toni se fue hacia donde estaba alojado para cambiarse y quedamos en vernos en la colegiata que era el punto de salida de la carrera.
Al llegar a la colegiata pudimos admirar su belleza arquitectónica y comprobar que saldríamos desde un marco incomparable, en la carrera debíamos llevar conectada una APP en el móvil para que nos pudieran seguir los de la organización y nuestros familiares. Antes de salir tuvimos que preguntar cómo funcionaba la APP porque no conseguíamos ponerla en marcha, nos hicimos la foto de grupo y nos dispusimos a comenzar la batalla, saludos entre los conocidos y los no conocidos para desearnos suerte.
Foto de grupo antes de la salida.
Suena una canción motivadora y comienzan a repicar las campanas anunciando que ha llegado la hora de partir. Son las 22h. con la última campanada empieza nuestra aventura. Pasamos una pasarela iluminada con velas y nos adentramos en las entrañas de la colegiata sintiéndonos auténticos caballeros de la edad media,
Saliendo de las entrañas del castillo.
salimos de la colegiata vitoreados por nuestros familiares. Bajamos por un estrecho camino empedrado y llegamos a las calles del pueblo, la salida era neutralizada y teníamos que seguir a dos chicos de la organización. Antes de llegar donde se acababa el tramo neutralizado ya estábamos muy alejados del grupo, eso me recordó a la primera edición en la que participé y en la que fui solo con mi amigo Esteve desde el inicio al final de la carrera.
Salimos del pueblo y nos metemos en campo, pasamos al lado del camping y subimos por pista. Aprovechando que el camino es bueno y todavía no había mucha inclinación íbamos trotando para ganarle tiempo al corte horario, tras unos 3 kilómetros entramos por fin en un sendero. La temperatura era buenísima e incluso hacía calor, íbamos subiendo a buen ritmo ya que el sendero subía pero no tenia gran inclinación. La cosa no iba a ser tan fácil, cuando quedaba poco para llegar al final de la subida el sendero se endurecía. Las rampas eran considerables y empezamos a adelantar a corredores, el último tramo tenía alguna pequeña grimpada pero enseguida llegamos arriba. Ya llevábamos 8 kilómetros y 1000 metros de desnivel positivo, habíamos llegado 15 min. antes de lo que había previsto. Llegamos a una pista y la seguimos hasta que el camino empieza a descender, el terreno era muy irregular y con mucha piedra suelta. Toni empezó a correr rápido y no lo pude volver a pillar hasta que no vino una pequeña rampa, seguimos juntos un tramo hasta que de repente vino una bajada muy técnica de piedra donde Toni se me alejó. Yo no quería arriesgar en la bajada y tampoco quería ir por encima de lo que es mi ritmo, tras bajar ese primer tramo inclinado y empedrado vino un trozo de pista y parecía que la bajada se suavizaba. Dejamos la pista y nos metimos en un sendero con raíces, piedras y tierra muy resbaladiza en el tramo final, donde me resbalé y caí de culo sin hacerme daño. Llegué a una pista que agradecí después de haber sufrido bajando, decidí trotar pero sin llegar a ir a ritmo rápido para aprovechar la pista. Como era de esperar durante la bajada por pista me pasaron varios corredores, tras unos 2 kilómetros por pista el recorrido se desviaba hacia un sendero. Bueno si se puede llamar sendero, era un prado en que las señales estaban situadas en los matorrales. Salí del prado y me metí en un sendero muy guapo por en medio de un bosque, atravesado el bosque se descendía por un sendero donde se podía trotar rápido pero nuevamente decidí conservar. Tras un descenso bastante técnico se llegaba a una riera y desde allí se llegaba a un puente, allí había una fotógrafa a la que no vi ya que solo veía el foco.
Atravesando el puente. 
Tras seguir la carretera un tramo enseguida se llegaba al primer avituallamiento de la carrera, ya llevaba 19 kilómetros y casi 2300 metros positivo.
En el avituallamiento estaba Dani el organizador, me comentó que iba muy bien y que llegaría de sobras al corte horario. Le dije que iba dosificándome ya que no quería sufrir un bajón de fuerzas, salí del avituallamiento solo ya que los corredores que habían llegado justo después de mi seguían allí. Empecé a subir por un sendero zigzagueante a buen ritmo, al poco de empezar a subir me encontré con un corredor que me comentó que Toni iba lejos y no lo pillaría. Yo le comenté que no era mi intención seguirlo y que si pinchaba nos juntaríamos, sino cada uno haría su carrera. El sendero iba subiendo cortando una pista varias veces hasta que llegué a una especie de casa abandonada, allí a lo lejos y arriba se veían luces de corredores. A partir de aquel punto el sendero se endurecía bastante hasta la cima del Coll Colobor, parecía que la subida había terminado pero no, aun seguía subiendo. La señalización era algo escasa en este tramo y había que estar muy atento para no perder las señales de vista, iba totalmente solo y no veía corredores ni delante ni detrás. Después de acabar de subir se seguía un buen rato cresteando hasta que el camino se desviaba hacia una zona de bosque, en este tramo tuve que poner el track porque las señales se habían movido con el viento y no se veían. Pasé varias con gestas de nieve acumulada de las nevadas de las anteriores semanas, llegué a una pista y vi que a lo lejos se veían luces. Aprovechando la pista me puse a trotar y justo antes de entrar en un sendero pille a dos corredores que estaban parados, enseguida me volvieron a adelantar y me quedé solo de nuevo. El sendero bajaba serpenteando con zonas con mucha piedra suelta y me torcí el pie hasta dos veces, eso me hizo aflojar el ritmo. Cuando ya llevaba un rato bajando me encontré que de repente el camino giraba y se subía una pequeña rampa, de repente se llegaba a la ermita de Sant Salvador. Allí comenzaba el camino de las 100 curvas, aunque ya llevábamos unas cuantas antes. Comencé a bajar caminando rápido ya que no me atrevía a trotar por miedo a torcerme el tobillo, a mitad de bajada me llamó Toni y me preguntó por donde iba. Él ya había llegado al avituallamiento, me llevaba 4 kilómetros y ya veía que iba a ser muy difícil cogerlo. Tras pasar unas cuantas capillas de rezo y un montón de curvas llegué a la pista que me dejó en el avituallamiento, me hidraté bien y me quité un par de piedras de las bambas.

En el avituallamiento se retiraron 3 corredores y solo seguía uno que salió un poco después que yo. Tras un largo tramo de pista y un descenso por un sendero bastante técnico llegué al lecho del barranco de Barcedana. Una zona muy perdedora ya que no había un camino evidente, había que seguir las señales que dibujaban un recorrido cruzando hasta 3 veces el rio. Cuando salí del barranco llegué a la carretera, por fin un terreno suave para recuperarse. 2 kilómetros donde aproveché para trotar y caminar rápido, pasando junto al pantano de Terradets mientras iba amaneciendo. Tras pasar un par de túneles llegué al inicio del Barranc del Bosc, empezaba a clarear así que ya me pude quitar el frontal. 
Inicio Barranc del Bosc.
El Barranco es espectacular, se cruzaba subiendo primero y descendiendo hasta el rio después. Tras cruzar el rio empezaba una subida en la que nuevamente di caza a dos corredores, subía a buen ritmo ya que recordaba este tramo de la edición que yo hice. Al llegar al final de la subida se llegaba a un bosque que tras atravesarlo te dejaba en el avituallamiento, empezaba a hacer mucho calor y seguían retirándose corredores. En este avituallamiento se retiraron una de las dos chicas que había en carrera y un chico, yo después de hidratarme bien me puse de nuevo en marcha. Había preguntado en el avituallamiento si el siguiente tramo tenía mucha subida, me dijeron que se llaneaba bastante y que tenía unos 6 kilómetros. La distancia la clavaron, pero llanear lo que se dice llanear hasta los 2 kilómetros más bien se subía, después si se descendía por un bosque y se llegaba a una pista que si llaneaba bastante hasta llegar al avituallamiento fantasma de Morò. Avituallamiento fantasma porque no había ningún colaborador, habían dejado una mesa con comida y bebida a montones en medio de una pista.
Avituallamiento de Morò.
Salí del avituallamiento mentalizado en afrontar la siguiente subida fuerte, adelanté a un corredor que estaba decidido a abandonar en el siguiente avituallamiento y comencé la subida hacia Sant Lis. Un primer tramo de pista bastante bueno daba paso a un sendero que poco a poco iba ganando en inclinación, me encontraba bastante bien pero decidí aflojar el ritmo para reservar energías. Al rato de estar subiendo escuché ruido detrás mío y vi que venían 2 corredores a buen ritmo, uno de ellos me adelanté y me puse a tirar detrás de él hasta coronar la cima. Una vez arriba pensé que se llanearía hasta el avituallamiento, me equivoqué ya que se descendía y se seguía por una pista. Allí en un lateral de la pista había un Seat  600 abandonado, como me quedé mirando el coche y recordaba que la otra edición en la que participé seguía por la pista continué subiendo.
Espectacular paisaje durante la subida.

Curiosidades que encontramos en la montaña.

De repente el reloj me pitó y me puso que estaba fuera de ruta, me había equivocado y tuve que descender unos metros para volver a conectar con el camino bueno. Tras ascender al menos unos 200 metros positivos más se seguía bordeando las pequeñas colinas de la cresta del Montsec d’Ares. Unas vistas espectaculares me hacían más ameno el camino, pero mis cálculos de donde estaba el avituallamiento empezaban a fallar. 
Vistas desde la Cresta.
Había calculado unos 2,5 km desde que había coronado la cima previa hasta el avituallamiento, ya llevaba unos 5 kilómetros y no llegaba al avituallamiento. Pasé por la cima de Sant Alis y su vertex geodésico y descendí a la pista, allí vi a los escobas de la maratón. 
Cima de Sant Lis 1678m.
Aun estaba en el tiempo que me había calculado pero tuve que acelerar para ganar unos segundos, pase una zona donde se estaban tirando en parapente y descendí por la carretera atrapando y cruzándome con algún corredor de la mitja y la maratón  hasta que llegué al avituallamiento. Me paré y me puse a comer para reponer energías y de repente vi que Cristina había venido a verme, me llevé una alegría ya que no me la esperaba allí.
Cristina me ayudé a cambiarme de ropa y me trajo comida y bebida, estuve media hora parado en el avituallamiento y me puse en marcha. 
Reponiendo energías en el avituallamiento.
Bajé andando a ritmo vivo pero sin forzar ya que habían bastantes piedras, me pasaron un par de corredores y me volví a quedar solo. Tras descender bastantes metros llegué a una carretera y seguí un camino paralelo hasta el avituallamiento del pueblo de Alsamora, hacia muchísimo calor y en el avituallamiento me preguntaron si quedaban muchos por pasar. Les comenté que unos cuantos aun estaban en la base de vida parados, allí había un corredor que hacía de escoba de la maratón pero decía que había varios corredores perdidos por el recorrido así que se vino conmigo cuando yo me puse en marcha. 
Atravesando Alsamora.
Teóricamente desde Alsamora me dijeron que quedaban 6 kilómetros hasta el avituallamiento del Pont Penjant. Salí del pueblo junto al escoba y nos pusimos a ascender y descender varios toboganes por un bonito sendero. Le pregunté varias veces si quedaba mucha subida, ya que me notaba flojo y me estaba viniendo una pájara. Llegamos a un tramo donde hicimos una rampa bastante larga e inclinada en la que sufrí muchísimo debido al bajón, al final de la subida pensaba que enseguida llegaríamos al avituallamiento pero aun tuvimos que descender y ascender dos veces el barranco antes de llegar al avituallamiento. Justo cuando iba a llegar escuché que me animaban, eran Eva la pareja de Toni y sus padres que habían estado haciendo una ruta por el Congost de Mont-rebei. Me comentaron que Toni iba bastante adelante y que como iba, les dije que algo justo de tiempo para el corte pero que iba controlando mi ritmo. Me despedí de ellos y fui a avituallar antes de enfrentarme al tramo más emblemático y espectacular de la carrera.
El inicio al Congost de Mont-rebei se hace atravesando el pont penjant, un puente en el que si te cruzas con alguien resulta una experiencia peculiar. El camino que atraviesa el congost es estrecho pero si no tienes vértigo no da sensación de altura, atravesé el congost saludando a todos los turistas que me iba encontrando a mi paso. Por suerte dentro del congost corría una ligera brisa, ya que cuando salí del tramo estrecho el calor era asfixiante, por lo visto los turistas habían quitado las cintas, pero por suerte sabía que había que ir hacia las pasarelas de Montfalcó y volver después hacia atrás para subir hacia el último punto de corte de la carrera.
El Pont Penjant.

El Congost de Mont-rebei en todo su esplendor.

Atravesé el puente colgante que da acceso a las pasarelas y subí por el camino empedrado mientras me cruzaba con muchos turistas, a la altura donde se accede a las pasarelas, me encontré que muchos ya venían de hacer el bucle de Montfalcó. Vi que llegaba la primera chica y le pregunté qué tal iba, se puso a llorar y me dijo que estaba siendo muy duro. Pensé que si ella que iba fuerte estaba sufriendo, a mi no sabía lo que me esperaría. En el breafing nos dijeron que en la parte que iba a hacer, Aragón nos daría la bienvenida a su manera. La manera de saludarnos fue con una larga y calurosa subida, después 3 kilómetros por pista hasta el refugio en los que tuve que acelerar para coger algo de margen para el cierre. Llegué al avituallamiento y apenas paré, en mi mente estaba llegar al corte con margen suficiente. Del avituallamiento al inicio de la subida hacia el control donde estaba el último corte horario, había 4 kilómetros. Los 2 primeros por sendero donde se avanzaba rápido, pero después había que subir las estrechas pasarelas de Montafalcó, 
Apunto de encarar las pasarelas, toda una experiencia.
bajar por el camino empedrado y volver a cruzar el puente colgante, ascendiendo finalmente al cruce de caminos. Un ascenso que se me hizo duro por la calor, al llegar al cruce y empezar la subida hacia el control, tuve que pararme porque me molestaba el estómago y necesitaba soltar lastre. Una vez aliviado intenté acelerar el ritmo aprovechando que la subida no era muy exigente, iba mirando continuamente la hora para ver si tendría tiempo a llegar al corte. No conseguía ver donde estaba el control y cada vez el sendero por donde iba se inclinaba más. Cuando me quedaban unos 25min. para que cerraran el control y llamó Toni para ver cómo iba. Le comenté que no sabía si me quedaba mucho para llegar al control y que no sabía si me daría tiempo a llegar antes del cierre, por suerte enseguida salí a una pista y vi al fondo el avituallamiento. Había llegado 17 min. antes del cierre, allí había un corredor que se disponía a salir, le dije que si me esperaba a que comiera y bebiera algo podíamos afrontar juntos el último tramo de carrera.

El corredor con el que me encontré se llamaba Albert Pinell. Albert fue tirando porque estaba pillando frio y me dijo que me esperaría más arriba. Yo acabé de reponer fuerzas y me tapé para no coger frio y me puse el frontal ya que empezaba a anochecer. Inicié el primer tramo de menos de 1km. pero con un desnivel de 300m. de desnivel positivo con un terreno en el que tenías que clavar bien los palos para no resbalar. Acabado este tramo me encontré con una pared, empecé a subir el pas de l’Onso una dura canal entre paredes de roca con pasos aéreos que había que ir pasando con ayuda de cuerdas. Me junté con Albert y fuimos subiendo juntos, mientras subíamos nos cruzamos con algunos escaladores que bajaban. Si subir era complicado, imagínate bajar y de noche. Al llegar a la cima soplaba aire y la sensación de frio se hizo evidente, tuvimos que pararnos a ponernos el cortaviento y los guantes. Estábamos en una pista en la que se podía avanzar rápido, el problema es que me estaba entrando sueño y no conseguía mantener un ritmo. Albert se me escapaba, pero de vez en cuando me esperaba para reagruparnos. Los 4 kilómetros de pista que hicimos se nos hicieron interminables, ya que era muy monótona. La batería del móvil ya casi habia muerto y me tuve que parar a cargarlo, en esas me llamo Cristina preocupada porque no sabía si había pasado el corte o no, le dije que tranquila que llegaría. Al llegar al avituallamiento me senté a descansar, me ofrecieron comida o algo de beber pero en ese momento tenía el estómago cerrado y no me entraba la comida. Conseguí beber una taza de caldo, aunque no estaba muy caliente me sentó bastante bien. Salimos del avituallamiento con 2 horas de margen para llegar a meta, tras un par de tramos cortando la carretera por pequeños caminos, descendimos unos 2 kilómetros siguiendo la carretera. Albert me decía si podía trotar un poco, yo le dije que me era imposible porque me dolía el estómago y lo único que podía era avanzar caminando rápido. Salimos de la carretera y entramos en un tramo de bajada con muchísimas piedras, en condiciones normales y sin dolor de barriga y pies habría podido bajar trotando despacio, pero bajé como pude a ritmo normal. Tras el largo descenso empedrado por fin llegamos a una pista, Albert me dijo que probara a trotar. Me comentó que fuéramos haciendo cada 30 segundos y así al menos avanzaríamos más rápido, hacía rato que veíamos Àger y el camping pero no llegábamos nunca. Cuando quedaban apenas 2 kilómetros para llegar vinieron a recibirnos unos amigos de Albert y Jordi, nos acompañaron hasta la llegada al camping. Al llegar me esperaba Cristina que llevaba un rato dando vueltas por el camping nerviosa, le di un beso y me acompaño hasta la meta. Lo habíamos conseguido, nos sobraron solo 10 minutos con respecto al cierre pero estábamos muy contentos de haber acabado una carrera tan dura.

112 Kilómetros

7000 Metros de desnivel positivo

7000 Metros de desnivel negativo

14000 Metros de desnivel total acumulado

26:50 Horas

En conclusión, afrontaba esta carrera con la confianza de encontrarme fuerte mentalmente tras mi paso por la Ultra Bandoleros, pero físicamente tenía mis dudas ya que con un terreno con tanta piedra no sabía cómo respondería mi pie derecho. Físicamente me encontré muy bien en todo momento, quizás podría haber trotado en más tramos pero decidí hacer una carrera conservadora y guardar fuerzas para el tramo final. El recorrido de la carrera es realmente impresionante, muy duro por la cantidad de piedras y los fuertes desniveles tanto de subida como de bajada, pero descubrir las maravillas del Montsec no tiene precio. Descender por el sendero de las 100 curvas, atravesar la cresta del Montsec d’Ares, pasar por el barranco que va de Alsamora al Pont penjant, atravesar el majestuoso Congost de Montrebei, subir las pasarelas de Montfalco y ascender el Pas de l’onso. ¿Se puede pedir más? En definitiva dureza y diversión al mismo tiempo, en el tema marcaje se podría decir que era un poco conflictivo ya que en algunas zonas tenias que tirar de track para no perderte y sin embargo en los tramos donde no había sendero evidente te marcaban perfectamente el camino a seguir. Los avituallamientos eran muy completos y el poder disponer de agua con gas en todos es un acierto, los voluntarios muy atentos y animando en todo momento. A pesar de algunas cosas a mejorar, felicitar a Dani y todo su equipo por llevar adelante una carrera así ya que debe ser muy complicado. Felicitar a Toni Santana por el pedazo de tiempo que hizo, estoy contento de su evolución y lo veo cada vez más fuerte. Ha sido un placer compartir con Albert Pinell los últimos kilómetros de la carrera, si no me lo hubiera encontrado se me habrían hecho muy largos. Agradecerle como siempre a Cristina que me acompañe en mis aventuras, me puse muy contento cuando la vi en la base de vida y que me esperara al llegar a meta a pesar de haberla tenido preocupada.  Felicitar a Jordi por su participación en la media maratón.

2 comentarios:

  1. Quiero hacerla este año. Me encanta la zona de Montrebei. Pero me preocupa un poco todo lo que dices de la señalización ya que yo no llevo track. No obstante, creo que me voy a apuntar! Gracias por la crónica!

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