miércoles, 1 de agosto de 2018

EHUNMILAK 2018 ( LAS TORMENTAS ACABARON CON EL GRAN RETO)


La Ehunmilak es una espectacular Ultra Trail que se celebra en el País Vasco. Se recorre por los mágicos montes de 5 comarcas de Euskal Herria, el Goierri, Urola, Urola Kosta, Debagoiena y Tolosaldea. La prueba reina es la Ehunmilak las 100 millas vascas, con sus 168 km y 11000 metros de desnivel positivo. Pero también se celebran dos pruebas más, la G2 Haundiak Goierri trail con 88 km y 6000 metros de desnivel positivo y la prueba pequeña la Marimurumendi con 42,195 km y 2300 metros de desnivel positivo.
El año pasado me quedó la espinita clavada en la Ehunmilak, ya que me tuve que retirar por principio de hipotermia en el km 113. Este año tenía que ser el bueno, así que cuando salieron las inscripciones no lo dudé y me apunté de nuevo.
Jueves 12 de julio
En esta aventura me iba a compañar una vez más Cristina y también Jordi, al mediodía salimos hacia Beasain. A las 19:00h ya estábamos allí. Y nos fuimos para el hotel y primera sorpresa del fin de semana, ya hacía tiempo que teníamos el hotel reservado y cuando pedimos la habitación nos dicen que las tenían todas ocupadas. Después de un buen rato esperando para ver si nos solucionaban el problema, nos consiguieron alojamiento en unos apartamentos en Zegama. No era el plan que teníamos previsto, pero al menos teníamos sitio donde dormir.
Viernes 13 de julio
Llegó el gran día, nos acercamos a Beasain para recoger el dorsal y las bolsas de vida. Una vez recogido el dorsal nos encontramos con los compañeros del CEI que también correrían la Ehunmilak Martí y Vicenç y sus parejas, Maite y Anna, Jordi correría la Marimurumendi. 
La Expedición del CEI al completo.

Fuimos a tomar unos pinchos y después a la comida que organizaba la carrera, allí nos encontramos con Jordi Cot que también correría la Ehunmilak. Después de comer fuimos a dejar las bolsas de vida, y luego hacia el apartamento para tumbarme un rato, yo no soy de hacer siestas así que lo único que hice fue tumbarme un rato para intentar descansar un poco.
A las  17h y me dirigí junto a los compañeros a la zona de salida, pasamos el control de material y entramos en el corralito. La espera antes de la salida se hace más amena escuchando como tocan la Txalaparta un instrumento que se toca con troncos de madera, después desde la organización nos comentaron las previsiones meteorológicas. Por lo que comentaron la cosa no pintaba muy bien, teníamos un montón de tormentas eléctricas rondando por la zona y nos comentaron que según evolucionaran podrían haber neutralizaciones temporales.
Antes de la salida con Vicenç y Martí.

A las 18:00h y tras presenciar el Aurresku dio comienzo nuestra aventura, los primeros metros de la carrera discurren por las calles de Beasain unas calles repletas de gente animando. Yo me puse a trotar pero sin forzar en exceso, Vicenç me seguía pero Martí se había quedado un poco más atrás. 
Trotando por las calles de Beasain.

Salimos de Beasain y entramos en el monte, tras unos metros de pista llegamos al primer sendero de la carrera. El tapón para entrar en el sendero era considerable y al igual que el año pasado el calor y la humedad eran bestiales, tras casi 10 minutos conseguimos entrar en el sendero. Poco a poco íbamos subiendo hasta conectar de nuevo con la pista, por suerte no llovía y parecía que se estaban abriendo claros. Tras un buen rato subiendo llegamos al tramo final de la primera subida, los últimos metros de la ascensión estaban repletos de gente animando a pesar del mal tiempo que estaba haciendo. Yo llegué primero arriba y enseguida llegó Vicenç, a  Martí no se le veía venir. Nos sabia mal que no nos pudiera seguir, pero antes de salir ya habíamos hablado de no hipotecarnos la carrera. Empezamos a descender por un sendero algo resbaladizo, empezaba a llover con bastante intensidad y al final de la bajada decidimos pararnos a ponernos el chubasquero y así esperábamos por si llegaba Martí. Estuvimos un buen rato esperando y no llegaba, decidimos seguir y haber si en Zumarraga nos podíamos juntar. A los pocos metros de habernos puesto el impermeable, nos tuvimos que parar nuevamente a quitárnoslo ya que hacia muchísima calor. 

Animados para conseguir el objetivo.
Tras bajar por unos prados y después de una pequeña subida, descendimos a travesando un pequeño bosque repleto de gente animando y llegamos al primer avituallamiento Mandubia. Llevábamos 10 kilómetros y 1:50h, unos 20 minutos peor de lo que tenía previsto.
Saliendo del avituallamiento.

Salimos del avituallamiento y seguíamos sin tener señales de Martí, tras salir del avituallamiento se seguía un camino ancho y se iba subiendo hasta llegar a una ermita. El tiempo nos estaba respetando y eso hacía que nos fuéramos animando, Ttras descender por una pista donde pudimos trotar cómodamente, nos tocaba afrontar la segunda subida del día. El inicio de la subida era muy inclinado y poco a poco iba dejando atrás a Vicenç. Me dijo que tirara hacia adelante, yo me encontraba muy bien y subía sin esfuerzo. La parte final de la subida la hice bajo una intensa niebla que no me dejaba admirar el paisaje, casi sin darme cuenta empecé a escuchar a un voluntario dando ánimos desde la cima. Llegué a la cima casi sin darme cuenta, una vez arriba me puse a bajar caminando para ver si Vicenç se juntaba. La niebla era densa y no era cuestión de quedarnos solos, a los pocos minutos llegó Vicenç, seguimos juntos bajando por un fantasmagórico bosque. Al salir del bosque llegamos a una pista, volvían a verse claros en el cielo. Aprovechamos la pista para ponernos a trotar y ganar un poco de tiempo, descendimos por un camino asfaltado hasta las calles de Zumarraga y enseguida llegamos a donde nos esperaban Cristina, Maite, Ana y Jordi. Estábamos en el km 20 y llevábamos 3:42h así que le habíamos ganado algo de tiempo al corte horario.
Entrando en el avituallamiento de Zumarraga.

Tras avituallarnos, nos pusimos los frontales dispuestos a afrontar la primera noche de la carrera. Salimos de Zumarraga y nos metimos en un bosque, enseguida llegamos a una carretera que seguimos hasta un merendero. Ya era de noche y habíamos tenido que encender los frontales, el tiempo seguía respetándonos pero se empezaban a ver relámpagos a lo lejos. Tras atravesar el merendero, la subida se endurecía bastante y el sendero se inclinaba en el interior de un bosque. Vicenç se iba quedando cada vez más atrás y me sabia mal alejarme, cuando llegué a la cima me encontré que habían dos voluntarios con agua y una tortilla de patatas con muy buena pinta. Cuando llegó Vicenç nos dijeron que si queríamos comer podíamos, no nos lo pensamos dos veces y nos comimos un poco. Antes de empezar el descenso tuvimos que crestear y pasar por pequeñas cimas, la niebla volvía a hacer acto de presencia y esta vez era muy intensa. Había tramos donde nos encontrábamos mucha niebla y otros donde apenas había, empezamos a descender por el inclinado sendero del bosque y avanzando poco a poco. Los relámpagos seguían escuchándose pero por suerte no llovía, una vez atravesamos el bosque pasamos un tramo de pista y llegamos a un nuevo avituallamiento.

Preguntamos cómo estaba el tema de las tormentas y nos dijeron que nos iban a pillar de pleno, mientras estábamos en el avituallamiento empezó a llover con fuerza. Algunos corredores abandonaban allí mismo, pero nosotros lo que queríamos era terminar y nos daba igual que lloviera. Salimos del avituallamiento con la esperanza de que las tormentas cambiaran de dirección y no nos pillaran, a 1 km del avituallamiento y cuando pasamos por un cruce de carreteras nos encontramos un tío que nos dijo que nos iban a neutralizar en Azpeitia. Eso nos desanimó mucho ya que no esperábamos que nos cortaran, seguimos el camino con esperanza de que el tiempo cambiara. Empezamos a ascender por una pista bajo una persistente lluvia, empezamos a descender por un largo tramo de pista. De repente nuevamente el camino volvía a subir, la subida se hizo durilla y al llegar arriba nos encontramos con un tío que nos dijo que las tormentas se estaban alejando y que en 3,5 kilómetros encontraríamos un avituallamiento donde había flan casero. La noticia de las tormentas nos devolvió la confianza, pero cuando llevábamos unos metros de descenso vimos que subía un tío y nos dijo que en Azpeitia se había suspendido la carrera por las tormentas. ¿Pero por qué? Si apenas llovía y encima estaba haciendo un tiempo fantástico ya que no hacia ni frio ni calor. La noticia nos dejó hechos polvo y seguimos bajando hacia el avituallamiento con la esperanza de que aquello no fuera cierto, el tramo hasta el avituallamiento se nos hizo larguísimo. Una vez llegamos al avituallamiento nos confirmaron la mala noticia, la carrera se había suspendido definitivamente en Azpeitia. Nos dijeron que a nosotros nos llevarían hacia allí desde Madarixa, salimos del avituallamiento en el que por cierto no quedaba ni un solo flan, dispuestos a afrontar los últimos kilómetros de nuestra aventura. Descendimos por una pista hasta una carretera y allí seguimos la carretera unos 2 km hasta el pueblo de Madarixa, comimos algo y nos pusimos en la cola para que nos llevaran hasta Azpeitia. Al haber tal cantidad de corredores esperando, nos iban recogiendo en autobuses, ambulancias y coches particulares. Cuando llegamos a Azpeitia nos encontramos con Martí, el llevaba un rato allí y había venido desde el control que había justo después de Zumarraga. También estaba Jordi Cot que había llegado hasta allí, tuvimos que esperar un buen rato a que viniera un autocar a buscarnos. Cuando llegamos a Beasain nos habían venido a buscar Cristina, Maite, Anna y Jordi.

Al día siguiente a la carrera el día era espectacular. Como nos habíamos quedado con ganas de andar decidimos hacer una excursión familiar a San Adrian.
Toda la expedición en San Adrian.



43,67 Kilómetros

2508 Metros de desnivel positivo

2140 Metros de desnivel negativo

4648 Metros de desnivel acumulado

8:46 Horas

En conclusión, este año llegaba con muchas ganas y mucha confianza a la carrera. Lamentablemente no se puede luchar contra las inclemencias meteorológicas. Felicitar a la organización por la decisión tomada. En un principio cuando te dan la noticia no te la tomas muy bien, pero después piensas que podía haber pasado alguna desgracia y éramos mucha gente entre voluntarios y corredores esparcidos por las montañas. En el aspecto físico, tenía mis dudas por unas molestias que tengo en los pies últimamente. La verdad es que en carrera me encontraba muy bien y los pies no me molestaban nada, quizás podría haber tirado un poco más rápido pero como iba más o menos como tenía previsto, decidí ir con Vicenç para ir juntos durante la noche. Lástima que Martí no pudiera seguirnos, habría estado muy bien haber hecho todos los kilómetros que hicimos juntos. Habrá que volver nuevamente al País Vasco para terminar la carrera, no sé si será el año que viene o en otra ocasión pero la Ehunmilak a de caer. Agradecerle nuevamente a Cristina que me acompañe en estas aventuras, también agradecerles a Maite y Anna los ánimos y a Jordi por los suyos. Jordi renunció a correr la Marimurumendi la única prueba que se pudo disputar por completo, lástima porque yo hubiera corrido si me hubiesen dejado.


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