lunes, 27 de mayo de 2019

EH MENDI ERRONKA POR UNA ESPECTADORA


Esta crónica está escrita desde el punto de vista de un espectador/seguidor.  En un trail somos los que estamos al otro lado de las cintas, viviendo la carrera aunque de forma diferente.

Lo primero de todo me presento, soy Cristina, la mujer de Blas y su fan número 1.

En esta primera ocasión os voy a hablar del seguimiento que le hice a Blas en la EH Mendi Erronka de este pasado fin de semana. Siempre leéis cómo le va a Blas en las carreras pero ¿Qué pasa con nosotros, los seguidores? ¿Qué hacemos en esos ratos de espera? ¿Qué sentimos cuando no llegan? 


Viernes 17-05-19

Era el cumple de Blas. Después de almorzar con parte de mi familia nos dirigimos hacia Leitza (Navarra) a 5:30h. de casa.  Llegamos sobre las 17h. con tiempo de llegar al hotel y descansar un rato. A las 18:30h. fuimos a recoger el dorsal. Ya se palpaba el ambientillo de las carreras. Mucha gente con las bolsas en las manos, otros que se saludan, y nosotros estábamos allí solos, sin conocer a nadie.

Leitza

Siempre me gusta ir haciendo fotos cuando Blas recoge el dorsal, no sé, pienso que quizás es buena foto para luego ponerla en su crónica de la carrera. A las 19:15h pasaban un documental del Tor des Geants de Silvia Trigueros. Por supuesto que fuimos a verlo y la verdad tengo que decir que me emocioné viéndolo. Blas cuando se da cuenta se pone a reír porque sabe que esas cosas me emocionan. Luego me preguntó que por qué me había emocionado y le dije que era cuando Silvia hablaba de su marido, las palabras que le dedicaba con cariño porque le acompañaba en sus carreras y le ayudaba en todo lo posible. Ese reconocimiento me emocionó mucho.  Leo cuando Blas me agradece que vaya a verlo a los controles pero no sabes si pensar que lo hace por peloteo para que le deje ir a otras carreras (je je je) o porque verdaderamente lo siente así.
Después del documental que no pudimos terminar  de ver porque me comencé a marear por el calor que hacía en la sala, nos fuimos a cenar y de ahí ya al hotel a descansar.


Sábado 18-05-19

El despertador de Blas suena muy pronto. Nooooo, necesito dormir un poquito más. Sobre las 7h ya estamos listos y nos vamos a desayunar a una cafetería que ya habíamos visto el día antes y sabíamos que estaría abierta. Sobre las 7:25h ya estamos al lado de la salida. Nos hacemos fotos de recuerdo y busco el mejor sitio para ver la salida.



Cuando dan aviso de que los corredores ya pueden entrar al corralito, nos despedimos. Blas se va por un lado del arco de salida para el típico control de material mientras yo tengo que ir por otro lado para situarme para ver la salida.

Una vez Blas ya está dentro del corralito me puedo acercar lo suficiente para hacerle alguna foto más. 


Regreso a mi sitio antes de que me lo quiten. Creo que estoy en buen sitio porque la salida es un poco recta y luego hace curva, y en donde estoy no me tapará nadie la visión.  Faltan 15 min. y comienza a llover un poco. En ese momento te acuerdas de …

El reloj del arco de salida va avanzando y se acerca ya a las 8h. Minutos antes han hecho un homenaje a Iker Carrera.



Estamos en el último minuto y ya está sonando la música a tope que te pone los pelillos de punta de la emoción. Blas está en primera línea de salida y lo veo perfectamente. Comienza la cuenta atrás en euskera, 3, 2, 1… Salen los corredores y la gente comienza a animar, en ese momento se junta la emoción, la adrenalina de los corredores. Buscas a tu corredor entre la multitud, normalmente los ojos van a 100 por hora en ese momento pero por suerte como Blas estaba en primera línea no tuve problemas y lo pude saludar. Iba sonriendo y grabando la salida.

Me quedo grabando hasta que pasan los últimos corredores y veo a los escobas. Acabo de grabar y cuando me giro para irme, veo que toda la gente sale corriendo hacia una calle. En otras circunstancias hubiera salido corriendo sin saber bien a donde ir porque eso significaba que los corredores pasaban por un punto cercano y se les podía ver. Esta vez me tocaba caminar un poco rápido pero sin llegar a correr. Cuando llegué a la rotonda donde estaba la gente, vi a lo lejos la cola del pelotón.

La carrera ya está en marcha y ahora comienza mi seguimiento. Es hora de regresar al hotel y prepararme las cosas para irme. Mochila, paraguas, algo de comer, agua, un libro, cargador del tel. Repaso donde creo que está el avituallamiento y preparo el gps del tel.

Ya en el coche y en marcha me dirijo hasta el pueblo de Gorriti que estaba a 15 min. Blas me dijo que el avituallamiento estaría en Pagozelai y el único sitio con ese nombre era un área de servicio de la A-15. Entro en el área pero no veo ningún movimiento de carrera. Salgo del área y continuo por la A-15. Justo 500 mts. antes de la salida de Gorriti veo que hay gente caminando por un camino lateral a la autopista. Por ahí debe estar el primer avituallamiento.

Mientras voy saliendo por la salida me encuentro coches aparcados en el arcén. Sin pensármelo mucho me coloco detrás del último y aparco. Antes de salir del coche ya tenía 3 coches aparcados detrás de mí.

Sigo a la gente y entro en el camino de tierra que va paralelo a la autopista. El camino parece toboganes, subiendo y bajando. A unos 400 mts. aprox. llego al sitio por donde pasa la carrera y se bifurca para subir una buena cuesta. Hay bastante gente animando en la subida. Veo a lo lejos el avituallamiento que estaba situado justo encima de un túnel que había justo al salir del área, por eso motivo no vi ningún movimiento de gente porque desde la parte del área no se veía.

Podría continuar caminando por el camino hasta llegar al avituallamiento pero tenía que subir más y ya estaba cansada. Además los corredores venían por ese camino, así que me quedé allí a esperar. Me coloqué en un sitio para verlo subir y así darme tiempo a hacer foto o vídeo.

Solo llevaban 9´6 km y todavía se les veía que iban frescos. Vi a varias corredoras. Uf que valor, tienen todo mi respeto por hacer esa hazaña. Me encanta cuando la gente va en grupo a animar y montan jaleo. Yo estaba sola animando a Blas.

Gorriti
Conoces la camiseta que tú corredor lleva puesta pero tienes que pensar que quizás va con el chubasquero y no lo controlo bien, así que ya tienes que buscar a alguien de rojo/negro o de azul. Venía con la camiseta del club y cuando me vio me sacó una buena sonrisa. Al no estar en el avituallamiento quizás pensaba que no iba a estar en ese punto. Se paró y me dio un beso. Ahí no podía pararse mucho por lo que fue un visto y no visto.

¿Vale la pena haber estado ahí para verlo pasar unos segundos?  Para mí sí porque es la única forma que tengo de ver cómo va.  Una vez se ha marchado regreso para el coche. Por el camino ya voy poniendo el gps para el siguiente punto. Tengo unos 20 min de coche hasta el pueblo de Arribe. Para él son solo 5 km.

Llego al coche y miro la montaña que estaba subiendo Blas. Arriba del todo por el borde de la montaña se ve pasar a los corredores.  No me lo pienso mucho más y me pongo en marcha sino él llegará antes que yo.

Al llegar al pueblo de Arribe, los corredores tenían que atravesar la carretera por donde yo iba. Eso hizo que los voluntarios cortaran la circulación cada vez que se acercaba un corredor para cruzar. Después de estar como 5 min. esperando y ya comenzar a ponerme nerviosa por si pasaba Blas y no lo veía, consigo pasar ese tramo. Ahora toca aparcar. Por los dos lados de la carretera había coches aparcados. Veo que en el sentido contrario hay hueco y aprovecho una gasolinera para dar la vuelta. Por suerte casi al salir de la gasolinera veo un hueco y dejo ahí el coche.

En la gasolinera habían varios taxis. Sabía que en ese pueblo la organización ponía un servicio de taxis para llevar a la gente al pueblo de Gaintza, donde estaba el siguiente avituallamiento. Seguramente esos eran los taxis.

Voy caminando por la carretera hasta el punto por donde cruzaban los corredores. Estaba en otro sitio donde solamente vería pasar a Blas. Pasaban corredores que me sonaban de haberlos vistos en el punto anterior. No tardaría mucho en pasar Blas. Por un momento pensé que quizás ya había pasado y no sabía si irme o no. Por suerte no lo hice y Blas pasó enseguida. Otra gran sonrisa en su cara. Le dije que si podía que subiría a Gaintza.

Regreso a la gasolinera y pregunto a los voluntarios por los taxis. Es un servicio gratuito, pero tengo que esperar a que vengan más personas porque solo estaba yo para subir. Le digo a un chico que iba al coche un momento para coger el paraguas, que con las prisas me lo había dejado. Cuando regreso veo que venían 5 chicas corriendo y que se suben a una furgoneta taxi. El voluntario le dice al conductor que yo estaba primero pero no le escuchó. Otro conductor me dice, vente conmigo que voy ya para arriba. Un taxi para mi sola. Era un trayecto de 3 km. el conductor me iba hablando de la carrera. Aproveché para preguntarle cómo estaba la carretera para ir al santuario de San Miguel de Aralar ya que por google lo había mirado y parecía un poco estrecha. Me dijo es más ancha que esta por la que vamos. Me quedé más tranquila.

Enseguida llegamos al pueblo de Gaintza. Un pueblo muy pequeño. Con razón no dejaban subir a la gente con coches privados ya que se colapsaría el pueblo, tal y como me contó el conductor que pasó en la primera edición de la carrera, desde entonces se sube en taxi a ese punto.   
La llegada a ese pueblo para los corredores era en subida. Estuve esperando a Blas justo al lado del avituallamiento. Los corredores iban llegando y a ratos el avituallamiento estaba muy lleno y a ratos solo había 8-10 corredores.

Vi llegar a Blas, venía grabando. Le cogí los bastones para que pudiera comer tranquilo y no tuviera nada en las manos. Estaba en el km. 19. Comió y bebió un poco y enseguida se puso en marcha. Justo en ese punto marcaba que comenzaba el kilómetro vertical. Lo vi marchar a paso ligero y eso que iba subiendo.
Gaintza

Regresé al sitio donde me había dejado el taxi. Allí había una chica con su hijo que estaban esperando para bajar en taxi. Esta vez era un coche de un voluntario. Me hizo gracia porque el hombre tenía los asientos y las alfombras, todo protegido con bolsas de basura. Nos contó que luego tenía que ir a punto a recoger a corredores si se retiraban y claro al estar el día lloviendo y con barro en la montaña, el coche quedaría fatal.

La chica iba diciendo que su marido decía de retirarse en la sierra de Aralar. Yo pensaba, para qué continua si ya piensa en retirarse al siguiente punto. Yo les comenté que según el planing de mi marido llegaría a meta casi a la hora del cierre, pero que con llegar ya estaba contento.
Nos despedimos en la gasolinera y me fui para coger el coche. Gps en marcha dirección Lekunberri, aunque no tenía pérdida porque era por la carretera que había llegado al pueblo de Arribe y continuar un par de km más.

Mi intención era hacer tiempo en ese pueblo antes de subir al santuario de San Miguel de Aralar. Pensé que arriba no tendría cobertura y que era mejor esperar allí un poco. Me fui a una cafetería a tomar algo e ir al baño. De hora eran las 11 y poco. Mi intención era la de subir al santuario para las 13h. ya que Blas me puso que llegaría sobre las 14:20h pero iba con media hora de adelanto tenía que estar arriba antes. Di una vuelta por el pueblo y como encontré un supermercado aproveché para comprarme algo para comer arriba en el santuario. Cogí pan de molde, embutido de pechuga de pavo y una bolsa de patatas. Bebida ya llevaba. Regresé al coche y comencé a pintar un poco. En otra carrera me había comprado un cuaderno para pintar mandalas. Para pasar el rato y relajarte está bien. De vez en cuando miraba la web del seguimiento del chip que llevan en el dorsal, para ver si le marcaba que ya había pasado por una cima que era el punto anterior al que yo tenía que ir. Me dio por mirar a qué hora había  pasado el primero y vi que no le había marcado. Abrí el listado de todos los corredores y evidentemente en ese punto no estaba marcando a ningún corredor por lo que no podía saber si ya había pasado o no.

Cambio de planes. Aún no eran las 12 h. y yo ya me iba para el santuario. Era preferible subir tranquila y estar allí esperando. No me gustaba la idea de estar sin cobertura pero bueno. Me habían dicho que eran 17 km. de carretera de curvas. Qué alegría!!!

En el km 14 de la carretera había una zona de aparcamiento enorme. El taxista me había dicho que en ese punto se podía ver pasar a los corredores y luego subir un poco más hasta el santuario donde estaría el avituallamiento. Al llegar a ese punto de la carretera los voluntarios paraban el tráfico. Tenía delante un par de coches. Miro a la izquierda para ver a los corredores y veo a Blas. Bajé la ventanilla rápidamente y le animé. Me escuchó y se giró. Le dije que iba para arriba y allí le vería. Cuando nos dan paso continuo subiendo por la carretera. Llegamos un poco más arriba y nos detenemos de nuevo. Estamos como 5 min. sin movernos y viendo como bajaban un montón de coches. En ese momento ya empiezan los nervios porque no puedes avanzar, tu corredor está a punto de llegar y no sabes donde dejar el coche y salir corriendo.

Me bajé del coche para ver qué pasaba, el chico de delante sacaba la cabeza por la ventanilla para mirar.  Había coches aparcados a los 2 lados de la carretera y solo cabía un coche por medio. Hasta que no terminaran de bajar no podíamos subir. Los nervios suben un nivel y ya te estás cagando en todo. Por suerte comenzamos a movernos y veo hueco un poco más adelante. No me lo pienso y dejo ahí el coche. Mochila, paraguas, venga rápido y para arriba los últimos metros que me faltaban. Veía las carpas a lo lejos y yo sin poder correr. Pensaba que Blas ya estaría allí buscándome.

Lo primero que hice fue acercarme al avituallamiento y buscarlo. No lo veía por ningún lado. ¿Me hubiera llamado si se hubiese ido? Cuando me doy cuenta de que no está en el avituallamiento me relajo un poco y me acerco a mirar por donde llegaban los corredores. Madre mía de mi corazón hermoso!!! (hay que ponerle un poco de salsa a la historia). 

Ahora sin exagerar, bajaban de una montaña toda embarrada. Arriba de todo había varias antenas y se veía a gente caminar por al lado de ellas. Lo que para mí eran 3 km de carretera, yo pensaba que para Blas a campo a través sería menos…resultó que él tenía que hacer una mega subida y luego una buena bajaba. Con razón aún no había llegado el pobre.

Sierra de Aralar
Llovía con más intensidad y ya tuve que abrir el paraguas. Los corredores llegaban con bastante barro en las piernas. Algunos con toda la parte de atrás manchada de haberse caído. Ese era el km. 32

Continuamente iban llegando corredores. Iba buscando montaña arriba para ver si veía a Blas. No sabía si se habría puesto el chubasquero en la cima. Cuando lo había visto cruzar la carretera iba en camiseta. Veo a uno que puede ser, pero no es. Y ese que tal, no no. Hasta que ves a uno y por la forma de andar lo reconoces. Soy miope y a pesar de llevar lentillas, de lejos no veo muy bien, pero cuando llega tu corredor lo ves perfectamente. Si, ese es Blas. Me preparo para grabarlo. Cuando llega a mi altura le cojo los bastones y le digo dónde está la bolsa de vida. Yo tenía que dar una vuelta y esperarlo al otro lado en la salida. No sé porque dicen que los puedes ayudar en los avituallamientos si allí no dejaban entrar a nadie.

Vi que comía algo y se metió en la carpa de las bolsas de vida. Yo no sentía las manos, estaba helada de frío de aguantar el paraguas y los bastones. Estuvo casi 5 min. allí dentro cambiándose de ropa. Cuando salió me dio la bolsa para que yo me la llevara. Le di los bastones, nos despedimos y esperé para verlo bajar hasta que se alejó.

Cuando ya me iba me saludó un señor. Era el voluntario que me había bajado en coche de Gaintza. Me preguntó si mi chico iba bien, y le dije ahí va bajando. Me comentó que la bajada era bastante mala. Qué bien, es bueno saberlo, gracias!! (ironía).

Vista al fondo del santuario de San Miguel Aralar

Rápidamente me fui para el coche. En la parte donde había dejado el coche solo quedaban 3. Uno un poco más arriba que se ve en la foto y luego el que estaba justo delante del mío. Necesitaba entrar en calor y puse la calefacción. Subí con el coche hasta el parking del santuario. No sabía si dar la vuelta y bajar ya o aprovechar y visitar el santuario. Sabía que tenía por lo menos 2 h. de margen así que hice lo segundo. Hice una visita rápida, un par de fotos y al coche de nuevo. Eran las 14h.

Santuario de San Miguel de Aralar

Allí arriba hacía frío así que decidí bajar de nuevo al pueblo de Lekunberri. Mientras pasaba por donde estaba el avituallamiento veía que todavía estaban llegando corredores. Estaba tranquila de saber que Blas no iba muy atrás.

Llegué al pueblo y vi una carpa, pensé que ahí estaría el control. Busqué aparcamiento y justo donde aparqué la carrera pasaba por delante de mío.

Aproveché para comer dentro del coche mientras veía como pasaban los corredores. Seguía lloviendo y no me apetecía nada estar a fuera pasando frío. Calculé el tiempo y me fui para el avituallamiento. No estaba donde había visto la carpa sino más cerca del coche, así que genial para mí, 3 min. caminando.

Allí esperé como unos 20 min. y por fin apareció Blas. Otra sonrisa que me hacía ver que venía perfectamente. Esta vez sí traía el chubasquero puesto. Ahí pudo sentarse y comer un poco de pasta. Estuvo el tiempo justo para descansar un poco y ponerse de nuevo en marcha.



Como tenía el coche en la misma dirección que él iba, lo acompañé hasta que comenzó a aligerar el paso y ya lo dejé ir. Mi misión ya estaba hecha. Era el km 45. Ahora solo me tocaba esperarlo en meta.

Regresé al hotel y estuve esperando 3 h. Iba controlando la web del chip porque en el km 56 tenía que marcar. Vi que paso bien de tiempo, incluso iba avanzado. Lo que suelo hacer llegado ese punto es mirar que tardan en el último tramo. Los corredores que iban más o menos a su ritmo estaban tardando 1:30h. aprox. Así que para las 19:30h quería estar en meta porque según mis cálculos llegaría antes de las 20h.

Como ya he ido diciendo, en otras circunstancias corro a la salida, corro en un avituallamiento e incluso corro detrás de él para grabarlo mientras llega a meta pero ahora no puedo correr así que me tuve que poner lo más cerca posible del arco de meta pero siempre con buena visión a la recta de llegada. Cuando oía palmas de la curva, me preparaba para grabar, por si acaso. Por fin llegaba Blas.



Lo vi llegar medio agachado y casi me da algo. Comencé a animarlo de que ya lo tenía hecho. Solo necesitaba respirar un poco y como nuevo. 




A la llegada tenían un avituallamiento con paella, fruta y bebida. Ahí si pude estar sentada con él.
Mi última ayuda es en el baño del hotel para sacarle las perneras y calcetines sin provocarle una rampa, ja ja, y evitar también que no quedara mucho barro en el baño.

Han sido 11:46h de carrera para hacer 67 km. de dureza y puro barro.

Que puedo decir de Blas, que estoy súper orgullosa de todas las hazañas que hace. Él sabe que siempre puede contar conmigo para acompañarlo en estas locuras. Y no es que me obligue, sino que me gusta ir y estar ahí cerca por si acaso me necesita. 

¿La siguiente? En junio en Ainsa (Huesca). Si Blas me deja un hueco por aquí, os escribiré mis vivencias. 


2 comentarios:

  1. Me gusta mucho Crisrina, és muy emocionante leer tu esperiencia y así ofrecer un punto de vista de loq ue significa para los que no lo viven pero lo sienten igual que los que la corren. Es una lástima que te sientas sola durante todo el tiempo, ahora cuando sepa que Blas hace una yo seguro que pienso en tí un montón por que ahora tengo otro enfoque de las carreras.

    ResponderEliminar
  2. Aquest comentari vol ser un humil homenatge a aquest bellíssim esport i a la vegada també a en Blas. Corria l’any 2008 quan un repte individual agrupava tot un grup d’esportistes al voltant del fòrum de la Matagalls Montserrat d’aquella edició. Entre d’altres n’era ell, en Blas, participant-hi amb entusiasme –com tots i totes ho fèiem- en els comentaris sobre els detalls de la travessa que el mes de setembre ens duria fins el coll Formic per afrontar el que ens semblava tota una proesa: recórrer més de vuitanta quilòmetres fins a Montserrat. Blas ho desconeix, però passats més de deu anys puc confessar-ho ara, que era jo qui va detallar aleshores pam a pam tot el recorregut de la Mm en aquell fòrum. Ens acompanya un sentiment de gran il.lusió pel repte. En el meu cas vaig iniciar els entrenaments en el mes de febrer d’aquell any recorrent parts del recorregut. Mesos abans de l’esdeveniment esportiu, crec que no vaig errat si dic que va proposar en Blas recórrer junts, amb l’acompanyament del mític marxador Jaume Amiel, uns quilòmetres entre Sant Llorenç Savall i la casa de la Rovira. El retrobament va ser breu perquè jo vaig errar en part del recorregut on ens havíem de trobar, però suficient per saber el compromís que teníem per aconseguir el repte.
    Després va arribar el gran dia d’un estiu que moria amb un ambient meravellós. Allà hi érem tots amb els nostres horaris de sortida i amb més de vuitanta quilòmetres per endavant. Els moments previs vam parlar en Blas i jo uns moments. Després vam coincidir durant alguns quilòmetres. A Sant Llorenç Savall l’hi esperava la seva dona, la Cristina, i recordo que també hi era el seu sogre. Sempre han format un gran equip, des del primer dia, a ben segur una part importantíssima dels èxits d’en Blas. Després de partir de la petita vila, cadascú va fer la seva travessa engolits per la nit amb els ulls posats en la muntanya màgica. Per a mi com per ell va ser la consecució d’un gran repte, però pel Blas va ser el començament d’una carrera esportiva de més reptes, cada vegada més exigents, cada vegada més extraordinaris.
    Aquells que estimem la muntanya sabem com enganxen els seus senders, els seus barrancs, els prats, els gorgs, els paisatges de somni...i això afegit a l’esforç titànic per arribar-hi i la lluita mental contra el cansament fa d’aquest esport sigui en molts aspectes un relat èpic d’aventures i desventures, una simbiosi perfecta entre l’essència de l’home i la natura. I tot això queda representat en la carrera esportiva d’en Blas.
    Amb el temps l’amic Blas ha anat plantejant-se nous reptes i ha aconseguit grans èxits, com l’UTMB de l’any 2015, de la qual ell no sap que molts dels seus companys de l’Independent i d’altres marxadors en la Montblanc –Borges Blanques- Montblanc-, entre ells jo, comentàvem i seguíem amb joia com estava a punt d’aconseguir un repte estratosfèric dins el imaginari de qualsevol amant del ultratrail: conquerir els Alps.
    Espero que en Blas em disculpi per aquesta interrupció en el seu blog en forma de comentari, però només és un homenatge a aquest gran esportista a qui li desitjo nous triomfs en els seus reptes de vertigen i que puguem continuar llegint les seves cròniques que ens apropen un xic a mons de somni. I també, com no, un reconeixement a la Cristina que té un paper cabdal en tota aquesta història.
    Manel Martín Castillo

    ResponderEliminar