jueves, 29 de agosto de 2019

GRAND RAID DES PYRENEES 2019

Tras mi última aventura en tierras vascas apenas había pasado un mes, pero nuevamente me enfrentaba a un nuevo reto deportivo. El nuevo reto al que me tenia que enfrentar suponía el hacer la mayor cantidad de kilómetros a los que me había enfrentado nunca, 220 kilómetros recorriendo los Altos Pirineos Franceses participando en el Grand Raid des Pyrenees una carrera en la que ya el año pasado conseguí ser finisher en los 170 km.

El Grand Raid des Pyrénées es una prueba deportiva que se celebra en las montañas de los Altos Pirineos de Francia, recorriendo infinidad de senderos y pasos por encima de 2000 metros de altitud.

Durante el fin de semana la prueba ofrece varias carreras con diferentes niveles de dificultad y distancia.

La carrera a la que me iba a enfrentar era la Ultra Tour de 220 kilómetros con 12500 metros de desnivel positivo a realizar en 72 horas.

Me enfrentaba a este nuevo reto con dudas, ya que arrastraba una sobrecarga en la rodilla izquierda que me había dado problemas en los entrenos previos a la carrera. ¿Sería capaz de hacer tantos km? ¿La rodilla me dolería? ¿Cómo afrontar la tercera noche? muchas preguntas antes de la carrera, pero lo único seguro es que yo me veía capaz de hacerla y con muchas ganas.

En esta nueva aventura volvía a contar con un gran equipo de apoyo, Mi mujer Cristina, Pedro un amigo del pueblo y Carmen la mujer de Pedro. La carrera salía el jueves, por lo que el lunes fui al fisío para que me pusiera los músculos a tono y me mirara la rodilla. El martes salimos hacia Francia haciendo una parada en Boltaña (Huesca). El tiempo del martes era lluvioso pero por suerte anunciaban buen tiempo para los días de la carrera, el miércoles ya salimos en dirección a Francia. Desde Boltaña nos dirigimos hacia Bielsa para cruzar el túnel que separa España de Francia, antes de cruzar al país vecino visitamos el pueblo de Bielsa y el Valle de Pineta. Después de comer nos dirigimos hacia Francia, solo entrar en el país vecino te quedas maravillado con la inmensidad de un valle rodeado de enormes montañas. Una vez instalados en Sant Lary Soulan que era donde teníamos el hotel, solo quedaba hacer tiempo hasta la hora de la entrega de dorsales en el vecino pueblo de Ville Aure.

A las 17:00 h nos fuimos hacia Ville Aure, tras aparcar el coche nos dirigimos hacia la enorme carpa donde repartían los dorsales. Antes de entrar te entregaban un papel con todo el material obligatorio que había que presentar y una bandeja donde tenias que depositarlo, al igual que me paso el año pasado ya me había dejado cosas que era obligatorio presentar. Por suerte llevaba las mochilas de las bolsas de vida así que pude coger lo que necesitaba para pasar el control, una vez pasado el control de material me dirigí a la cola donde te entregaban el dorsal y te ponen la pulsera para poder pasar por los avituallamientos. Al ponerme la pulsera no me di cuenta que me la habían puesto demasiado floja y tuve que volver para ver si me la podían cambiar, no me entendieron pero por suerte al ir a comprar dos tickets para el buffet de clausura para Pedro y Carmen, la mujer que había allí me cambió la pulsera y me la puso bien apretada.

Tras pasar todos los trámites de recogida de dorsales solo me quedaba entregar las bolsas para las bases de vida. Las bases de vida son puntos de la carrera donde se puede dejar una bolsa con ropa limpia, bambas, comida, frontales, para poder utilizar en caso de necesidad. En la carrera iba a disponer de tres bases de vida en el km 74, km 112 y km 167. Con todos los deberes hechos nos fuimos a cenar en el apartamento en el que se alojaban Pedro y carmen, allí conocimos a un chico, Borja, que también corría mi carrera, nos comentó si nos importaba acercarlo hasta la salida el jueves y le dijimos que no había ningún problema. Tras cenar tocaba acabar de preparar la ropa para el dia siguiente y acostarse pronto ya que el jueves tocaba madrugar.

Recogiendo el dorsal.


Jueves 22 de agosto

A las 5:00 h pasamos a recoger a Pedro, Carmen y Borja para ir hacia la salida. Enseguida llegamos a la zona de salida y nos dirigimos hacia el bar que había junto al arco de salida para tomar un café antes de la salida, una vez me tomé el café salí junto a Borja para colocarnos junto al arco de salida. El año pasado me puse en primera línea y me fue bien así que este año quería repetir, sabía que enseguida me pasarían muchos corredores pero al menos evitaría encontrar tapón y no perdería tiempo.

Esperando el momento que dieran la salida.
Cristina, Pedro y Carmen me hicieron compañía un rato pero después salieron para colocarse para ver la salida, antes de salir me llevé una sorpresa ya que un amigo del club, Jesús, que estaba pasando unos días en la zona vino a saludarme. Poco a poco se acercaba la hora de la salida y el speaker calentaba el ambiente haciéndonos levantar los brazos y jaleando al público asistente.




Ville Aure - Payolle 20,1 km   1019+  721-
Tiempo límite: 4:45 horas  Tiempo invertido: 2:48 horas

A las 6:00 h comienza la aventura, el pelotón sale a una velocidad considerable y enseguida me van adelantando corredores. Paso el primer km corriendo sin parar y con un terreno muy llano, decido bajar un poco el ritmo porque veo que voy demasiado rápido. Pasado el primer km salimos del asfalto y tras cruzar un puente de madera entramos en un camino ancho que nos lleva hasta un pequeño lago, tras pasar el lago comienza la subida. 

Entramos en un sendero estrecho que sube ligeramente para enseguida convertirse en una pista que sube ya con más inclinación, por fin aquel era mi terreno y no tanto correr. Me pongo a caminar utilizando los bastones y adelanto a muchos corredores. Al final de la subida en teoría ya había hecho el desnivel positivo del primer tramo que me había marcado como referencia, como siempre me iba a equivocar o simplemente la organización no había puesto el desnivel correcto. 

Tras bajar por asfalto hasta unas casas donde se agolpaban varias personas animando comenzaba una nueva subida por asfalto, la oscuridad de la noche poco a poco iba desapareciendo y amanecía un día radiante. A medida que iba subiendo observaba como la niebla estaba presente en el valle, tras la breve subida se descendía hasta el pueblo de Ancizan. Ya llevaba 7 kilómetros de carrera y apenas una hora, el ritmo estaba siendo elevado y a pesar de eso me habían pasado muchísimos corredores. Tampoco me preocupaba el hecho de que me adelantaran ya que yo tenía que hacer mi carrera y no mirar el ritmo de los demás. Tocaba iniciar la primera subida de la carrera. 

Poco a poco iba ascendiendo por un camino ancho y bastante embarrado, no puse un ritmo muy fuerte para reservar energías para el tramo final de la carrera. A medida que iba ascendiendo disfrutaba de un paisaje espectacular con un mar de nubes al fondo del valle, poco antes de llegar al final de la subida me pilló Borja que se había quedado atrás al principio y se fue hacia adelante. Justo antes de llegar a la cima me paré para quitarme el frontal y los manguitos ya que empezaba a notarse calor. A medida que me acercaba hacia la cima pude comprobar que ya al fondo se veía la cima del Pic du Midi a la que más tarde tendría que ascender. 

Ascendiendo a la primera cima de la carrera.


Una vez en la cima me deleité con el espectacular paisaje, en la zona se congregaba una gran cantidad de gente animando. Tocaba descender hasta el primer avituallamiento de la carrera, el primer tramo de la bajada era por una zona de hierba húmeda que resbalaba bastante pero que por suerte pude bajar sin ningún problema.

Espectacular vista desde la cima.

Al final de ese primer tramo se llegaba a una planicie de hierba en la que se corría muy cómodo y acompañado por la silueta del Pic du Midi al fondo, tras atravesar la planicie se descendía atravesando zonas de bosque preciosas y se llegaba nuevamente a una gran planicie en la que la carretera estaba muy cerca de donde estábamos corriendo. Mientras corría por la planicie me adelantaron Salvador Vilalta y Jaume Folguera dos grandes corredores de Catalunya, no podía ser o ellos iban muy tranquilos o es que yo estaba tirando muy fuerte. 


Me adelantaron y enseguida me dejaron bastante atrás y seguí mi camino hacia el avituallamiento, casi sin darme cuenta llegué al avituallamiento. La gente se amontonaba delante de las mesas del avituallamiento y poder coger algo para comer fue toda una odisea, a parte de comer me hidraté bastante bien para afrontar lo que me venía por delante. 

En teoría había quedado en el avituallamiento con Cristina, Pedro y Carmen pero aún no estaban allí, cuando estaba a punto de llamarlos para decirles que iba a continuar los vi llegar. Llamé a Pedro y se dieron cuenta de que estaba allí, cuando llegaron los saludé y me puse de nuevo en marcha.

En el avituallamiento de Payolle.


Payolle - Pic du Midi  19,3 km  1857+  568-
Tiempo límite: 10 horas  Tiempo invertido: 6:58 horas

Solo salir del avituallamiento subimos hacia una casa desde allí se descendía y se atravesaba un bonito bosque, poco a poco iba avanzando por un terreno con vegetación baja. De repente una corta pero inclinada subida me permitió abrir un pequeño hueco con los corredores que llevaba detrás. Una vez arriba de la subida se descendía por un sendero donde nuevamente me iban adelantando.

El terreno era bueno y avanzaba bastante rápido, a medida que iba avanzando el paisaje iba cambiando y de un espectacular valle con el Pic du Midi al fondo pasaba a un frondoso bosque cerca de Artigues que era donde me encontré un punto de agua. Tocaba afrontar la subida con más desnivel de toda la carrera y desconocía qué tipo de terreno me iba a encontrar. Tras reponer agua inicio la subida ascendiendo paralelo al río. 

Enseguida llegué a una carretera donde habían muchas personas animando, allí nos pararon hasta que cortaron el tráfico para que pasáramos. Solo cruzar la carretera se iniciaba una subida vertical por el interior de un frondoso bosque siguiendo una valla de madera, la inclinación era considerable y eso me permitió ir avanzando a corredores ya que a mí se me da bien la subida. 

El sendero pasaba junto a una espectacular cascada, poco a poco iba avanzando y llegué a un valle muy bonito donde habían algunas casas de pastor. En aquella zona se dejaba el sendero y se subía por una pista ancha, allí pude avanzar algo más rápido, la pista se fue estrechando hasta que nuevamente se convirtió en un nuevo sendero. El sendero discurría por un nuevo valle, un valle espectacular con una imagen brutal del Pic du Midi al fondo. Le pedí a un corredor si me podía hacer una foto y el me pidió a mi lo mismo ya que la foto valía la pena.

A mi espalda el Pic du Midi, el objetivo al finalizar la subida.

el sendero comenzaba a ascender cada vez con más inclinación. Yo no aumente el ritmo pero a pesar de eso avanzaba bastante más rápido que algunos corredores que me habían adelantado bajando, poco a poco iba ascendiendo y el terreno se iba volviendo algo más complicado a medida que ganábamos altura. 


Duro ascenso hasta el Col de Sencours


Las piedras y bloques de roca hacían acto de presencia y endurecían la subida, cada vez me acercaba más a la cima y podía ver el teleférico que lleva hasta la cima del Pic du Midi desde la Mongie. Las paredes verticales que me rodeaban impresionaba pero yo solo pensaba en llegar al Col de Sencours donde iba a encontrar un nuevo avituallamiento. Tras un buen rato subiendo por rocas por fin llegué al Col de Sencours, allí había mucha gente, algunos animando y otros haciendo excursiones por allí. Al llegar al avituallamiento lo primero que hice fue coger la botella de agua con gas para poder hidratarme, el agua con gas me va muy bien en las carreras largas. Después me cogí algo de comer pero sin pasarme ya que tras subir a la cima tenía que volver a pasar por allí, una vez avituallado llamé a Cristina para decirle que iniciaba la subida hacia la cima. 

Cristina ya sabía que ella no podía subir en el telecabina por el embarazo. Cuando la llamé me dijo que les iba a ser imposible ir a verme a la cima ya que había mucha cola para subir, como unas 2 horas y pico y yo en menos de 1 h. estaría arriba. Le dije que no se preocuparan pero que me sabía mal por Pedro y Carmen que iban a perder la oportunidad de ver aquel sitio tan bonito y además hacía un día espléndido y las vistas desde arriba tenían que ser una pasada. 

Me puse en marcha dispuesto a hacer la subida a buen ritmo, la primera parte de la subida era por pista ancha y ganaba desnivel suavemente además estaba entretenido saludando a los corredores que descendían de la cima. Mientras subía me crucé con Borja que ya descendía de la cima, nos saludamos y seguí con mi ascenso. Al terminar la pista me encontré con las famosas llamas del Pic du Midi que estaban pastando por allí. De la pista ancha se pasaba a un sendero estrecho en el que te cruzabas con los corredores que bajaban, los excursionistas que subían y bajaban, total un caos de último tramo.

Llegando a la cima.

El sendero era bastante inclinado pero lo subí mucho mejor que el año pasado, además iba disfrutando del día espectacular que estábamos teniendo y de las impresionantes vistas que nos estaba ofreciendo. Una vez arriba y cuando llegué a la terraza del Pic du Midi me quedé sorprendido de la cantidad de gente que había allí arriba, la terraza estaba repleta de gente y corredores de la carrera por etapas que terminaba su primera etapa allí. Me quedé unos 5 min disfrutando del paisaje y me puse de nuevo en marcha, iba muy bien de tiempo y podía llegar de día a la primera base de vida si no pasaba nada raro.

Un turista más en la cima del Pic du Midi.

Pic du Midi -  Hautacam  21,9 km   756+  1579-
Tiempo límite: 15:45 horas  Tiempo invertido: 11:44 horas

El descenso por el sendero estrecho lo hice bastante rápido trotando un poco en las zonas que podía hacerlo, mientras descendía vi que en la pista había unas llamas allí paradas y yo quería hacerles una foto. Una vez en la pista y cuando me disponía a hacerle una foto a las Llamas, un ruido ensordecedor me dio un buen susto. Un avión de guerra pasó por allí a baja altitud, como me había dicho en voz alta que me había dado un susto, un corredor se giró y me preguntó si era español y que de donde era. Le dije que era de Catalunya y de Barcelona, el me dijo que era de Girona. Me paré a hacerle unas fotos a las Llamas y me puse en marcha, empecé a descender trotando suavemente y enseguida pillé al corredor de Girona. Se llamaba Joan y fuimos hablando un rato mientras bajábamos, yo me puse a trotar y Joan no me siguió. 

El sendero de subida hacia la cima.


Las llamas se mezclaban entre los corredores.
Poco poco me acercaba al avituallamiento del Col du Sencours por segunda vez, esta vez el avituallamiento estaba dentro de una casa de piedra. Me volví a tomar bastante líquido y comí alguna cosa antes de ponerme de nuevo en marcha, a la salida del avituallamiento te controlaban que habías pasado por allí. Mientras me pasaban el control, la chica me dijo que tenía que tener cuidado más adelante ya que había un perro peligroso, que cuando llegara allí no corriera y llevará los bastones pegados al cuerpo. Me puse de nuevo en marcha y comencé a descender por una pista que bordeaba un espectacular lago.

Bordeando el bonito lago.
Tras descender un buen tramo por la pista me desvié hacia un sendero que comenzaba a ascender hacia el Col d'Aobue. Antes de iniciar la subida me tuve que parar a quitarme alguna piedra que me estaba dando por saco. Comencé  a ascender por el sendero mientras disfrutaba del fantástico paisaje ya que el año pasado no pude hacerlo ya que en este tramo había niebla. El tiempo este año estaba siendo perfecto hasta ese momento. Al final de la subida se descendía hacia un valle por un sendero bastante técnico. 

Al iniciar la bajada me empezó a molestar la rodilla izquierda, no podía ser, apenas llevaba 42 kilómetros y ya me estaba molestando la rodilla. En las primeras bajadas me había molestado, pero no como lo estaba haciendo en ese momento. Me empecé a animar a mi mismo de que aquel dolor no iría a más y que se pasaría pronto, al final de la bajada el sendero se adentraba en el valle en dirección a una subida vertical. Tras atravesar una zona de mucha piedra se iniciaba la subida hacia el Col d'Aobue, antes de iniciar la subida me volví a cruzar con Joan con el que estuve hablando un rato hasta que me fui distanciando de él.

Desde la cima del Col d'Aobue.

Una vez en la cima del Col d'Aobue me senté un momento a tomar un poco de aire, me tocaba afrontar un tramo de bajada. Me volvió a adelantar Joan bajando y me dejó atrás, si bajaba trotando la rodilla no me molestaba mucho pero depende como pisaba las molestias volvían a aparecer. Tras la bajada el terreno se allanaba atravesando una bonita zona repleta de ovejas pastando, a medida que iba avanzando observaba que al fondo del valle había un enorme lago, el lac Bleu. 

De repente el sendero descendía hacia el lago por una zona muy resbaladiza y por un tramo de matorrales donde apenas se podían poner los pies, una vez abajo se ascendía por un camino muy empedrado hacia la base del lago. En aquella zona el año pasado me estaba cayendo un diluvio y apenas pude disfrutar, esta vez era totalmente diferente y un día radiante y caluroso me estaba acompañando. 

Comencé a ascender por una zona de roca lisa, al final del primer tramo de subida la imagen del lago era impactante. Llaneé un tramo y enseguida cambié de vertiente de la montaña para iniciar una subida muy vertical, ascendiendo por un sendero muy inclinado hasta coronar la cima del Coll de Bareilles 2238m. Las vistas del lac Bleu y el Pic du Midi eran de ensueño pero tocaba iniciar un nuevo descenso.

Paisaje de ensueño desde el Coll de Bareilles.


Esta vez un descenso algo más inclinado. El año pasado sin molestias en la rodilla bajé por allí bastante rápido. Comencé a descender trotando donde podía y caminando rápido donde no podía trotar. Al final de la bajada volví a contactar con Joan, pero él se fue hacia adelante ya que yo me tuve que parar a cambiarme los calcetines, se me había hecho un agujero debido a los descensos que habíamos hecho hasta aquel momento. 

Una vez con calcetines nuevos me puse de nuevo en marcha, cruce un puente de madera y comencé a descender hacía el Lac d'Ourrec. A medida que iba descendiendo me paso la primera chica de la Ultra, una vez en el lago me encontré un nuevo avituallamiento líquido. Tras bordear el lago se iniciaba una nueva subida, recordaba aquella subida del año pasado por lo que me la tomé con bastante calma para no quemar mucha energía.

Bordeando el Lac d'Ourrec.
 
Una vez coronado el Hourquette d'Ouscouau 1872m, tocaba descender y llanear durante un buen rato, el sendero que se seguía invitaba a trotar como hacían muchos corredores que me adelantaron. Yo decidí hacer aquel tramo a ritmo rápido pero caminando, poco a poco iba avanzando y a lo lejos veía muchos coches. Iba avanzando hacia los coches y al llegar a ellos pude descubrir que aquello no era Hautacam. Llamé a Cristina para decirle que estaba llegando al avituallamiento para ver si ellos estaban allí. Le dije que estaba viendo una caseta que pensé que era el avituallamiento, ella me dijo que los tenía que ver ya que estaban al lado del avituallamiento. Nuevamente me había pasado como en Ehunmilak y me había confundido y aquella caseta no era la del avituallamiento, tras pasar una pequeña loma ya pude ver la caseta y la gente al fondo animando. 

A medida que me acercaba ví a Cristina y Pedro. Pedro estaba tocando la bocina para animar. Descendí por la pista de esquí hasta llegar a la altura de Cristina y Pedro. Pedro bajó hasta el camino para acompañarme mientras Cristina se iba junto a Carmen para grabarme mientras entraba en el avituallamiento. Una vez dentro del avituallamiento comprobé que no habían dejado entrar a mi equipo de apoyo. El año pasado llegué a aquel avituallamiento de noche y este año había llegado a las 18 h. de la tarde. Me senté en una silla y cuando estaba comiendo algo me dí cuenta que Joan estaba allí también. Estuve hablando un poco con él y seguí descansando 5 minutos más mientras Cristina y Carmen me miraban desde fuera y Pedro se coló dentro de la zona del avituallamiento.

Avituallamiento de Hautacam.
Hautacam - Pierrefitte  12,7 km  40+  1074-
Tiempo límite: 18:15 horas  Tiempo invertido: 13:52 horas

Tras un buen descanso me puse de nuevo en marcha sabiendo que me quedaba muy poco para llegar a la primera base de vida, me despedí de mi equipo de apoyo y les dije que más abajo pasaba por la carretera y me podían ver allí. Mientras iba bajando los iba viendo que iban a buscar el coche, yo tuve que atravesar una zona de matorrales muy incómoda y una bajada bastante resbaladiza antes de llegar a la carretera. Una vez en la carretera llamé a Cristina para decirle que ya estaba en el asfalto por si les daba tiempo a llegar a verme, me dijo que estaban un  poco más abajo esperándome. 

Al llegar a su altura les salude y me siguieron con el coche unos metros, salí de la carretera y me metí en un camino ancho. Me volví a encontrar con Joan y me preguntó si había podido ver a mi mujer y le dije que si, él se puso a trotar y rápidamente me dejó atrás. Yo continué un rato caminando rápido y a tramos trotando para avanzar algo más rápido, dejé la pista ancha y me metí en un sendero bastante pronunciado pero muy guapo. 

Estaba bajando bastante rápido pero con cuidado con mi rodilla, mientras descendía me pasó la segunda chica de la ultra. Poco a poco me acercaba al pueblo de Villalongue pero no llegaba nunca, iba atravesando un sendero interminable hasta que por fin llegué al pueblo.

Villalongue desde el sendero de bajada.
Recordaba cuando llegué el año pasado de noche, este año había llegado de día y con bastante margen al corte horario. Aún me quedaban unos kilómetros para llegar a Pierrefitte, tras atravesar todo el pueblo se descendía hasta la carretera. Tras atravesar por debajo la carretera se caminaba paralelos a la carretera por un incómodo camino, una vez en la entrada del pueblo se tenía que cruzar de nuevo la carretera y subir por un sendero muy inclinado. Tras la subida se descendía hacia el pueblo, una vez en el pueblo se atravesaba un tramo y enseguida se llegaba a la base de vida. 


Al entrar en la base de vida de Pierrefitte me dí cuenta que mi equipo de apoyo no estaba allí. Llamé a Cristina para decirle que ya había llegado y me dijo que enseguida llegaban. Mientras mi equipo de apoyo llegaba yo me fui al lavabo para cambiarme de ropa, saqué toda la ropa limpia y vi como Cristina, Pedro y Carmen entraban en la base de vida. Pedro vino a ayudarme y le paso la mochila a Cristina para que fuera rellenando los bidones y me ponía a cargar el reloj, tuvimos algún problema con la crema para las rozaduras ya que se le había olvidado, pero por suerte yo llevaba una pequeña y me pude poner un poco. Una vez cambiado de ropa me fui a coger algo de comer y de beber y me senté junto a mi equipo de apoyo, estuve descansando unos 45 minutos antes de ponerme de nuevo en marcha.

Base de vida de Pierrefitte.

Con Pedro, Carmen y Cristina.
Pierrefitte - Estaing  18,1 km  1176+  666-
Tiempo límite: 24:30 horas  Tiempo invertido: 18:38 horas

Solo salir de la base de vida me despedí de mi equipo de apoyo ya que hasta la mañana no los volvería a ver, comencé a caminar con mucho frío pero enseguida empecé a subir y rápidamente se me quito. Aún me quedaban unos 40 minutos de luz y tenía que intentar hacer el máximo tramo de día posible. Tras llanear un buen rato el camino empezó a subir. 

Poco a poco iba ganando altura siguiendo un camino que iba haciendo curvas, a medida que avanzaba el camino se volvía más oscuro debido a la vegetación del bosque. Al llegar a un claro aproveché para ponerme el frontal, un grupo de 4 corredores me pasó mientras estaba parado. Seguía subiendo por aquel camino cómodamente hasta que aquel camino ancho se convirtió en un sendero que subía más suave que la pista y se atravesaban varias puertas para ganado. Al final del sendero se volvía a llegar a una nueva pista en la que adelanté al grupo de corredores que me había adelantado anteriormente. 

Iba mirando el GPS porque según mi planing el siguiente punto al que debía llegar estaba a una altitud de 1321 m. Lo que no contaba yo que al llegar a aquella altitud aún seguía ascendiendo. Seguí ascendiendo por aquella pista y por sendero hasta los 1549 m. Aquellos metros de más que había ascendido me dejaron algo tocado, pero al iniciar la bajada me fui animando mentalmente. Estaba bajando bastante bien por un sendero bastante amplio pero muy oscuro, a medida que descendía me iba encontrando vacas por el camino pero mi sorpresa fue cuando me encontré con un corredor que estaba parado en medio del camino. 

Al mirar que pasaba me di cuenta que en medio del camino había un grupo de 6 vacas, como no se movían me puse a hacer gritos para espantarlas. Al parecer aquello funcionó y las vacas se movieron, el problema es que taponaban el camino y teníamos que ir trotando detrás de ellas. Mientras íbamos avanzando escuché como se acercaba otro grupo de vacas al trote por detrás nuestro, avisé al compañero que se apartara a un lado y nos pasaron 3 vacas. Por suerte el sendero se bifurcaba y las vacas tomaron la dirección contraria a la nuestra, el sendero pasaba de un tramo llano a descender con fuerte inclinación. Por suerte no había muchas piedras y pude bajar trotando sin que me molestara mucho la rodilla, así llegué al avituallamiento de Cabane d'Artigue det Mi. 

Me senté un momento en una silla a quitarme una piedra y me puse de nuevo en marcha, tras bajar un rato por pista de repente las señales se desviaban hacia un sendero a la derecha, un sendero muy cerrado y de muy mal pisar. Tras pasar ese tramo malo, el sendero seguía bajando con mucha inclinación y con bastantes piedras, lo que hacia que me molestara más la rodilla. Tras un buen rato bajando por un bosque interminable, llegué a un llano que me llevó al avituallamiento de Estaing, que estaba en un local. Después de reponer fuerzas me puse de nuevo en marcha. 


Estaing - Cauterets 19´2 km. 1271+  1330-
Tiempo limite: 30:45 horas  Tiempo invertido: 24:00 horas

Tras salir del avituallamiento me entró un frío terrible. El sendero por el que estaba pasando estaba al lado del río, por suerte rápidamente salimos a una carretera la cual fui subiendo. El frío se me quitó porque seguí subiendo por la carretera durante un buen rato hasta que el camino otra vez se metía por un sendero que tenía pequeñas subidas y bajadas. 

Nuevamente salimos a la carreta y se seguía hasta el lago de Estaing. Bordeé el lago y salí de la carretera para volver comenzar una nueva subida. Iba subiendo poco a poco ya que había mucha inclinación, iba avanzando y la subida se me estaba haciendo muy larga. además me estaba entrando sueño y me tuve que parar en alguna piedra a descansar. A medida que iba subiendo iba alcanzando a corredores. La subida cada vez era más dura y no se veía el final. Yo subía con la cabeza agachada para no ver lo que me quedaba. Iba coronando las pequeñas lomas pensando que ya llegaba al final pero cuando llegaba a una veía luces de los frontales al fondo del valle, lo que significaba que tenía que subir más. 

Después de hora y media subiendo me tumbé en una roca durante 2 minutos para coger aire para afrontar el tramo final. Una vez en marcha de nuevo continué subiendo a ritmo suave para no gastar más energía. A pesar de subir tan despacio adelanté a algún corredor, incluso a la tercera mujer de la Ultra. Al pasar por su altura me dijo en francés que aquello era muy duro. Poco a poco ya iba viendo el final de la subida hasta que por fin llegué a la cima. 

Empecé a descender caminando para no gastar energía. Las señales no estaban muy bien puestas y en un par de ocasiones perdí el camino de vista. Una vez encarrilado en el camino seguí llaneando durante un buen rato hasta que de nuevo vino otra subida por suerte era más corta y enseguida llegué arriba. Una vez arriba se veía a lo lejos una caseta. Descendí por una pista y entré en un sendero con muchas piedras hasta que llegué a la caseta. Yo pensaba que allí me encontraría con un avituallamiento pero solo había un control de paso. Me senté en un banco y comí frutos secos que llevaba en la mochila. 

Solo salir de la caseta se seguía una pista que bajaba. Después de unos metros me encontré con un cartel que ponía Sendero Iniciación de BTT. El sendero era muy inclinado y muy largo, y en algunos tramos con bastantes piedras. En algunas zonas del sendero la rodilla me molestaba bastante. Al final del tramo se llegaba a un llano y enseguida se metía en un bosque que tenía muchas raíces por el suelo. Ya veía el pueblo a lo lejos pero no llegaba nunca. Al llegar al pueblo se tenía que recorrer mucho tramo urbano. Justo antes de llegar al avituallamiento me encontré con Cristina y Pedro. Dentro de la base de vida me tumbé a descansar media hora. Luego me cambié de ropa y comí algo. 

Aprovechando las camillas, me tumbe unos 30 min.


Apunto para continuar con 112 km en las piernas.

Cauterets - Refugio des Oulettes 14 km. 1224+  0-
Tiempo límite: 36:15 horas  Tiempo invertido: 29:04 horas

Eran las 7 h. de la mañana y ya había amanecido. Nada más salir del avituallamiento y tras cruzar un parque se subía por unas escaleras para llegar a un camino bastante llano que se seguía durante 1´5 km. Luego se seguía unos metros por una carretera y se desviaba por un camino paralelo al río. Del camino ancho se pasaba a un sendero que iba ascendiendo. Te ibas encontrando con varias cascadas a cada cual más impresionante. La subida era incómoda porque se tenía que subir continuamente  escalones de piedra. 

Viendo cascadas durante todo el camino.

Avanzaba poco a poco y el sendero se estrechaba. Tras un buen rato subiendo llegué al Pont D´Espagne. Justo antes de llegar vi a Cristina y Pedro que acababan de llegar al cruce de caminos. Nos hicimos un par de fotos y continué mi camino para arriba. Pasé por encima del puente y me desvié para el sendero que subía para el lago Gaube.

Con Cristina en el Pont d'Espagne.
 
En un cartel se indicaba que el lago estaba a 1 hora. El camino eran escalones de piedras lo que hacía que el avanzar fuera muy lento. Había quedado con mi equipo de apoyo que subirían al lago a verme pero no sabían si les daría tiempo a ellos de subir, ya que tenían que coger un telecabina y un telesilla y no abría hasta las 9 h. Al llegar al lago no vi ningún telesilla y pensé que aquel no era el mismo lago.

Lac Gaube.
Intenté llamar a Cristina para avisarle de que ya estaba en el lago pero no tenía cobertura. El camino continuaba bordeando el lado, un tramo muy técnico con muchas piedras sueltas. Luego se subía por un tramo muy inclinado y con más escalones de piedras. A medida que iba subiendo la vista del Vignamale era más impresionante. Llegué a una zona donde había una cascada al fondo, a la que se llegaba atravesando un valle con muchas piedras.

Avanzando por un paraje espectacular.
Antes de llegar el sendero se desviaba y se subía por el lado derecho de la cascada. Una vez arriba se llegaba a un espectacular valle con la imponente figura del Vignamale. Enseguida llegué al refugio des Oulettes, que estaba a 2150 m. de altura. Dentro del refugio estaba el avituallamiento donde repuse fuerzas y descansé 5 min.

El Macizo del Vignamale a mi espalda.

Refugio des Oulettes - Gavarnie  19´2 km.  674+  1454-
Tiempo límite: 42:30 horas  Tiempo invertido: 34:11 horas

Salí del refugio pensando en que debía enfrentarme a una subida durísima, un sendero repleto de rocas y en el que había que subir peldaños formados por la roca. Eso hacía que el cansancio fuera mayor, por suerte la vista a medida que iba subiendo era espectacular. 

Me acercaba a las faldas del Vignamale y el Pic Long con sus imponentes paredes de piedra, debido a la altura a la que estaba en ese momento y la sensación de inmensidad que tenían aquellas paredes pensaba que aquella montaña tenía más de 3000 metros pero en realidad eran 3200 m. Los metros finales se me hicieron interminables.

Vistas durante el ascenso al collado.
 
A lo lejos iba viendo el collado al que tenía que llegar y pude observar que había bastante gente en el a pesar de la altura a la que se encontraba. Yo me había planificado un tiempo para hacer los 4,2 km que separaban el refugio desde el que había salido y el refugio al que debía llegar, pero lo que no había tenido en cuenta era la dureza de aquel tramo, ya que en apenas 3 km subías un desnivel de casi 600 metros positivos por un terreno muy complicado. 

Una vez en la cima, me senté para coger aire y disfrutar de las vistas. Teóricamente desde allí hasta Gavarnie solamente tendría unos 100 metros positivos más. Comencé a bajar y me di cuenta que el dolor de la rodilla cada vez era más fuerte. 

El tipo de terreno por el que bajaba me hacía cargar mucho el peso en las rodillas y eso hacía que me molestara mucho la izquierda. Desde la cima en 15 min llegué al Refuge de Baysellance. 

Por un momento pensé en entrar y pedir un refresco ya que iba muy bien de tiempo, había tardado 10 min menos de lo calculado en hacer el último tramo. Me pasaron control de paso y me ofrecieron agua, también me dijeron si necesitaba recargar líquido puesto que en 14 km no había agua. Les dije que si necesitaba ya cargaría en los ríos y me puse en marcha para ver si conseguía hacer aquellos 14 km lo más rápido posible. Antes de salir el voluntario que había allí me dijo que tuviera cuidado en los primeros 4 km de bajada ya que eran muy técnicos y con pasos expuestos. 

Comencé a bajar intentando no forzar mucho la rodilla, me notaba que me empezaba a venir un bajón de energía pero por suerte era bajada larga y tendría tiempo de recuperar. El sendero por el que estaba descendiendo era espectacular. Descendía hacia un enorme valle atravesando riachuelos y una enorme cascada, aproveché un momento que el sendero pasaba bastante cerca de uno de los riachuelos para coger agua fresca. 

A lo lejos veía un grupo de 3 corredores que iban bajando trotando, yo bajaba andando lo más ligero que podía, me adelantó un corredor que bajaba bastante bien pero eso no me preocupó ya que yo seguía a lo mio. Al final de aquellos 4 km técnicos se cruzaba un río y se llegaba a una enorme planicie que supongo que cuando llueva mucho estará repleta de agua. Aproveché aquel tramo para caminar más rápido. 

Al final de aquella planicie se llegaba a un camino ancho, por fin un sitio donde poder avanzar algo más ligero. Decidí probar si podía aumentar la velocidad aprovechando el buen terreno. Para no forzar la rodilla lo que hice fue caminar lo más rápido posible. La rodilla no me molestaba en aquel terreno y podía caminar a 7 km/h sin problemas. Tras un largo tramo de camino ancho llegué al Pont d'Artigouli. 

Solo me quedaban 5,3 km hasta Gavarnie y estaba pensando en abandonar allí. No quería abandonar porque ya no tuviera fuerzas o no me viera capaz de acabar la carrera, el problema eran las molestias en la rodilla que cada vez iban a más y no me la quería fastidiar. 

El camino hasta Gavarnie no era un paseo si estabas tocado, se seguía un sendero con pequeños subes y bajas, después se descendía un buen tramo atravesando un frondoso bosque. Al salir del bosque se ascendía una rampa que se me atragantó bastante y finalmente se atravesaban un par de aparcamientos de auto caravanas antes de encarar el sendero final que llevaba hasta Gavarnie.

Los últimos kilómetros de mi carrera.
Justo antes de bajar al pueblo me encontré que Pedro había venido a buscarme para acompañarme, le comenté que iba a abandonar allí. Me dijo que le sabía muy mal pero que lo primero era mi rodilla. Al llegar abajo estaba Cristina esperando. Le comenté que me dolía la rodilla y que igual podía probar de llegar al km 167, a la tercera base de vida. Me dijo que si tenía pensamiento de abandonar, que daba igual abandonar allí o en el siguiente avituallamiento. 

Cuando llegué al avituallamiento les comenté que abandonaba, me cortaron un trozo del dorsal y un voluntario me llevó donde estaban los fisios para que me miraran. Me cogió una chica que no entendía muy bien el español. Me iba haciendo preguntas de donde me molestaba y más o menos por gestos le iba diciendo. Al final me comentó otra chica que si hablaba un poco el español que tenía inflamado el tendón de la rodilla y no debía continuar. Por suerte esa decisión ya la había tomado, así que solo quedaba ir hacía el hotel y a descansar.

Siendo tratado por los fisios.
Bueno tras una temporada cargada de retos en las que he podido terminar todas las carreras en las que había participado, llegaba un abandono por culpa de la sobrecarga en la rodilla.

146,2 Kilómetros

8455 Metros de desnivel positivo

7885 Metros de desnivel negativo

16340 Metros de desnivel total acumulado

34:11 Horas


En conclusión, me enfrentaba al mayor reto al que jamás me había apuntado. Hacer una carrera de más de 200 kilómetros no es fácil, pero si además le añades el desnivel y el tipo de terreno al que me tenía que enfrentar hacían que aquello fuera más complicado. 

Estoy contento porque si no hubiera sido por los dolores de mi rodilla izquierda, creo que hubiera conseguido acabar el reto sin problemas y además mucho mejor de lo que me había planificado. Ya venía tocado de la rodilla desde que acabé Ehunmilak y en estos días previos a la carrera no me he recuperado del todo, esto me servirá de lección para el futuro y cuando tenga alguna molestia miraré de descansar más. 

Sobre la carrera que puedo decir, ya cuando la hice el año pasado me quedé maravillado de sus paisajes y entorno. El recorrido es espectacular con una mezcla muy buena de sendero, pistas, bosques, piedras, lagos, subidas interminables, bajadas larguísimas y con un marcaje muy bueno ya que excepto alguna zona, era muy difícil perderse. 

Por poner un pero, comentar que los avituallamientos estaban un poco distanciados, así que si estás pensando en hacer esta carrera deberías llevar una buena reserva de comida por si acaso. Personalmente creo que llevé un buen control de lo que comía y bebía hasta el km 100 a partir de allí comí menos, no se si seria por el mayor nivel de desgaste o que no quería comer mientras subía y aquello no paraba de subir. 

En el apartado de agradecimientos he de agradecerle a Jesús que se acercara a la salida para darme ánimos,  y como no agradecerle infinitamente el haber venido a Pedro y Carmen un equipo de apoyo de lujo. Me sabe mal no haber podido acabar la carrera y que no hayan podido disfrutar del ambiente hasta el final, también por ir un poco más rápido de lo previsto se quedaron sin poder subir a verme al Pic du Midi. Pero siempre se agradece el ver una cara conocida cuando estás haciendo este tipo de carreras, y el ver a Pedro, Cristina y Carmen cuando llegaba a los avituallamientos me daba mucha energía. Pedro se quedó con las ganas de haberme acompañado en algún tramo, pero seguro que volveremos a coincidir en otras carreras y podrá hacerlo. 

Una vez más no tengo palabras para agradecerle a mi mujer Cristina, que me acompañe siempre, pero esta vez con más razón ya que está embarazada de 7 meses y tenía que hacer un esfuerzo extra. Ahora toca desconectar un tiempo del mundo de las carreras, en noviembre nacerá nuestro hijo Marc y me he de dedicar en exclusiva a cuidar de él y de Cristina. Espero seguir disfrutando de las montañas muchos años y poder explicarle a Marc todas mis aventuras. Te quiero mucho Cristina!! y a ti Marc, aún no has nacido, pero te quiero con locura.