Después de acabar el Grand Raid des
Pyrénées mi cuerpo me pedía descansar una semanita, pero justo fue eso
descansar una semana ya que justo 7 días después del gran reto del año me iba a
subir al Monte Perdido desde Torla. Un entreno de 50
kilómetros y subiendo a un 3000 para ver cómo estaba de forma de cara a una
carrera muy dura como seria Rialp Matxicots.
La Rialp Matxicots se puede
considerar una carrera alpina debido a su recorrido y terreno, una carrera
donde se asciende las emblemáticas cimas de la zona sud del Pallars Subirà, el
Montsent de Pallars i el Macizo del Orri. En sus primeras ediciones la prueba
era sobre un recorrido único a cubrir en una jornada, con el paso de los años
han ido introduciendo nuevas distancias y endureciendo más aún si cabe sus
recorridos.
Este año se cumplía la 9ª edición de
la carrera y la prueba se dividía en cinco modalidades:
1ª La prueba reina era la combinada,
una carrera en dos etapas donde se podía correr en individual o por parejas, compuesta por el Trail 60km y 5000 metros de
desnivel positivo el sábado y media maratón 23 km y 1500 metros de desnivel
positivo el domingo.
2ª Trail 60km y 5000 metros de
desnivel positivo.
3ª Maratón 44 km y 4000 metros de
desnivel positivo
4ª Media Maratón 23 km y 1500 metros
de desnivel positivo
5ª La caminada 11 km modalidad no
competitiva, que estrenaba recorrido y que salía desde el pueblo de Roní y con
llegada a Rialp.
Yo participaría en la prueba reina
(la Combinada) formando pareja con Francisco un amigo del CEI, también tenían
que haber formado pareja Natalia y Xavi Torrijos pero a última hora Xavi se
puso enfermo y no pudo venir. Cristina haría una vez más de seguidora
incondicional, que paciencia tiene pobre.
Fuimos todos juntos hacia Rialp,
llegamos y nos alojamos en el hotel. Fuimos a recoger los dorsales que se
entregaban en la oficina del banco, y después nos fuimos a escuchar el breafing
de la carrera. Como la charla duraba demasiado y no decían nada interesante,
nos fuimos a cenar y para dormir que al día siguiente tocaba madrugar y meterle
caña al cuerpo.
Sábado Trail 60km y 5000 metros positivos.
Las 3:45 h suena el despertador, me
cambio y bajo a almorzar junto a los compañeros de aventura. Vamos hacia la
zona de salida y encontramos algún conocido del mundillo como Pau Correcat ,
Pau Triebel, Nuria Codina, Santi Barril… a parte de la gente conocida se podía
ver en el corralito de salida el nivel que tenía la carrera con corredores muy
experimentados en la larga distancia.
Con los amigos Natalia y Francisco antes de la salida. |
5:30h da comienzo nuestra aventura,
tras unos dos primeros kilómetros para ir estirando el grupo atravesando las
calles de Rialp y un camino paralelo al rio empezamos a subir.
Aunque
oficialmente vamos en pareja Francisco y yo, Natalia va con nosotros y formamos
un equipo. Subimos a un ritmo bastante rápido por sendero, al llegar a una
bifurcación vemos que bajan muchos corredores de un camino que sale a la
izquierda. Se habían equivocado por seguir al de delante y eso que la señal se
veía perfectamente, iniciamos un descenso por pista trotando hasta que
ascendemos de nuevo para pasar por el pueblo de Altron. Es noche cerrada por lo
que el pueblo presenta un aspecto fantasmagórico hasta que llegamos a un cruce
de carreteras donde encontramos mucha gente animándonos, a partir de allí se
iniciaba una subida hasta llegar al primer avituallamiento situado en el pueblo
de Saurí. Al llegar al avituallamiento no me di cuenta que había venido
Cristina, no la esperaba allí y me llevé una sorpresa.
Avanzando a buen ritmo por un camino facíl. |
Llegando al pueblo de saurí. |
Lástima que salimos muy
rápido de allí ya que Natalia no se fiaba de pasar el corte y nos apretaba para
que siguiéramos, salimos del pueblo y descendimos por un bonito sendero.
Empezaba a amanecer y también empezaba la primera subida dura del día,
empezamos a subir por un sendero muy inclinado pasando a bastantes corredores
ya que subíamos a buen ritmo. Atravesamos una pista haciendo pequeños atajos y
llegamos a un punto donde las vistas hacia nuestra espalda eran espectaculares,
a partir de allí se iniciaba una dura subida por la ladera de la montaña por un
camino herboso y muy inclinado. El Montsent de Pallars ya mostraba su imponente
figura a nuestra derecha, íbamos subiendo y la pala de hierba parecía no tener
fin.
Iniciando un autentico kilómetro vertical |
El Montsent de Pallars mostraba todo su esplendor. |
Descenso muy vertical por terreno herboso. |
Habíamos llegado al corte horario y
con bastante margen, el avituallamiento estaba situado dentro de una tienda
militar (aquella tienda me recordó a mis tiempos de la mili, donde yo montaba
tiendas de ese tipo) cuando estábamos en el avituallamiento llegó Santi, le
esperaba su mujer y salió antes de que arrancáramos nosotros. Tras reponer
fuerzas nos dispusimos a afrontar la subida al Montsent de Pallars, la niebla
cubría la montaña y no nos dejaba ver por donde debíamos ir. Íbamos subiendo
por una pradera de hierba donde pastaban caballos, un paisaje magnífico. De
repente Francisco empezó a tener problemas de rampas. Aflojamos el ritmo pero
él no podía seguirnos, nos dijo que fuéramos tirando hacia arriba que él se recuperaría
poco a poco. Fuimos tirando hacia arriba pero siempre echando un ojo de no
dejarlo muy atrás, la subida se iba endureciendo a medida que ascendíamos. Tras
una pala de hierba que subía muy inclinada el camino giraba hacia la derecha
para pasar por entre las rocas, escuchábamos gritos de ánimo desde hacía rato y
no sabíamos de dónde venían. Tras atravesar por un paso entre las rocas por un
sendero muy inclinado, vimos de donde procedían las voces de ánimo. Era un
grupo de voluntarios que nos jaleaban a nuestro paso, yo localicé donde estaba
situada una fotógrafa y le dije a Natalia que hiciéramos un poco de postureo.
Postureo del bueno al ver una fotografa. |
Dureza extrema subiendo, pero siempre con la sonrisa. |
Seguimos subiendo y Francisco no llegaba, esperamos unos minutos y enseguida
apareció por el estrecho paso entre rocas. Le lanzamos un grito de ánimo y
seguimos subiendo, cada vez estábamos más cerca de la cima y el paisaje era
espectacular. A un lado un extenso mar de nubes cubría el valle y las montañas,
al otro lado el espectacular Parc
Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant
Maurici.
El Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. |
El mar de nubes, simplemente impresionante. |
Una vez en la cima Natalia me dijo que ella iba tirando que no quería coger frió, yo le dije que esperaría a
Francisco y seguiríamos juntos. Mientras llegaba Francisco
estuve deleitándome con las impresionantes vistas a lado y lado de la cima,
Francisco llegó enseguida y nos hicimos una foto antes de emprender de nuevo la
marcha.
Con Natalia en la cima del Montsent de Pallars. |
Con Francisco a unos metros de la cima. |
Comenzamos a descender por un sendero muy empedrado, llaneamos un rato
y enseguida encaramos una nueva subida. La subida hacia el Montorroio,
Francisco se iba quedando atrás y decidí volverlo a esperar en la cima. Por
suerte esta subida no era tan larga como la anterior y pese a la inclinación
considerable, se llegaba enseguida a la cima.
Una vez arriba no tuve que esperar mucho a que llegara Francisco, estaba sufriendo con las rampas pero no se le veía con mala cara. Iniciamos la bajada hacia el siguiente avituallamiento y nuevo punto de corte horario, Natalia no estaba allí y había seguido hacia adelante. La bajada era un poco machacona para los cuadriceps ya que bajaba muy inclinada, un primer tramo con mucha piedra y un segundo tramo con tierra suelta donde tenias que ir clavando talones para bajar. Al avituallamiento se llegaba llaneando por un prado, antes de llegar Francisco me comentó que no era su dia y que conociendo lo que quedaba hasta el siguiente punto lo mejor era retirarse. Me supo mal que se tuviera que retirar, pero si no se encontraba fino tomó la mejor decisión que podía tomar. Estuve unos minutos con él en el avituallamiento y nos despedimos, yo me puse en marcha para ver si podía pillar a Natalia y al menos ir juntos hasta Rialp. Tocaba subir a las Picardes, Francisco me había comentado que esa subida tenía tela y enseguida lo pude comprobar. Al inicio se seguia un senderó que se distinguía bien, pero de repente el camino giraba y te encontrabas con una auténtica pared de hierba frente a tus ojos. Empecé a subir a buen ritmo pero a medida que iba subiendo me notaba que me estaba quedando sin fuerzas, decidí aflojar un poco el ritmo y avanzaba a ritmo muy lento pero sin pararme. A pesar del ritmo que llevaba adelanté a varios corredores que se paraban exhaustos del tremendo esfuerzo que estaban realizando para subir aquella subida. A mitad de la subida había un cartel que indicaba que a 500 metros se desviaban la Trail y la maratón, que largos se me hicieron aquellos 500 metros. Además de largos la inclinación en aquel tramo era brutal, al llegar arriba me tomé unos segundos de respiro y continué mi camino. No veía hacia donde tenia que ir porque la niebla cubría la montaña pero si que notaba que seguía ascendiendo, poco a poco la niebla se abrió y pude apreciar que estaba llegando a una cresta aérea. Nuevamente un paisaje espectacular a medida que avanzaba por aquel paso entre rocas, finalmente llegué a la cima de les Picardes (como había costado llegar hasta allí) tocaba afrontar la bajada y ver si recuperaba un poco las fuerzas.
El primer tramo de la bajada era muy técnico y se descendía por las rocas, después se llegaba un collado donde había un voluntario que advertía que venia un descenso muy vertical por un senderó de piedra suelta. Empecé a descendir extremando las precauciones, a lo lejos vi que tenia a Natalia bastante cerca y decidí acelerar un poco el ritmo. Vi como Natalia se caía a unos pocos metros delante mio y un chico la ayudaba a levantarse. El camino resbalaba bastante debido a la cantidad de piedra suelta que tenia. Bajé clavando talones para descendir mejor, a medida que descendía la bota se me iba llenando de piedrecillas. Por fin llegué al final de la bajada y allí estaba Natalia junto a otros dos chicos quitándose las piedrecillas, le dije que si me esperaba a que me quitara las piedras y me dijo que iba tirando que la pillara. Me quité las piedras y me puse en marcha para atrapar a Natalia, descendimos por un camino empedrado antes de iniciar la subida nueva de la carrera la Pla de Eixe. Enseguida comprobaríamos por qué la llamaban así, el primer tramo de subida no era excesivamente duro pero de repente girabas y te encontrabas un verdadero muro vertical. Natalia y yo soltamos un “me cago en la puta” los dos a la vez y comenzamos a subir, poco a poco conseguimos llegar a la cima. Tocaba descender hasta Espot Esquí, un primer tramo de descenso muy vertical daba paso a un descenso siguiendo las pistas de esquí hasta la estación de esqui.
Llegando al Montorroio. |
Una vez arriba no tuve que esperar mucho a que llegara Francisco, estaba sufriendo con las rampas pero no se le veía con mala cara. Iniciamos la bajada hacia el siguiente avituallamiento y nuevo punto de corte horario, Natalia no estaba allí y había seguido hacia adelante. La bajada era un poco machacona para los cuadriceps ya que bajaba muy inclinada, un primer tramo con mucha piedra y un segundo tramo con tierra suelta donde tenias que ir clavando talones para bajar. Al avituallamiento se llegaba llaneando por un prado, antes de llegar Francisco me comentó que no era su dia y que conociendo lo que quedaba hasta el siguiente punto lo mejor era retirarse. Me supo mal que se tuviera que retirar, pero si no se encontraba fino tomó la mejor decisión que podía tomar. Estuve unos minutos con él en el avituallamiento y nos despedimos, yo me puse en marcha para ver si podía pillar a Natalia y al menos ir juntos hasta Rialp. Tocaba subir a las Picardes, Francisco me había comentado que esa subida tenía tela y enseguida lo pude comprobar. Al inicio se seguia un senderó que se distinguía bien, pero de repente el camino giraba y te encontrabas con una auténtica pared de hierba frente a tus ojos. Empecé a subir a buen ritmo pero a medida que iba subiendo me notaba que me estaba quedando sin fuerzas, decidí aflojar un poco el ritmo y avanzaba a ritmo muy lento pero sin pararme. A pesar del ritmo que llevaba adelanté a varios corredores que se paraban exhaustos del tremendo esfuerzo que estaban realizando para subir aquella subida. A mitad de la subida había un cartel que indicaba que a 500 metros se desviaban la Trail y la maratón, que largos se me hicieron aquellos 500 metros. Además de largos la inclinación en aquel tramo era brutal, al llegar arriba me tomé unos segundos de respiro y continué mi camino. No veía hacia donde tenia que ir porque la niebla cubría la montaña pero si que notaba que seguía ascendiendo, poco a poco la niebla se abrió y pude apreciar que estaba llegando a una cresta aérea. Nuevamente un paisaje espectacular a medida que avanzaba por aquel paso entre rocas, finalmente llegué a la cima de les Picardes (como había costado llegar hasta allí) tocaba afrontar la bajada y ver si recuperaba un poco las fuerzas.
El primer tramo de la bajada era muy técnico y se descendía por las rocas, después se llegaba un collado donde había un voluntario que advertía que venia un descenso muy vertical por un senderó de piedra suelta. Empecé a descendir extremando las precauciones, a lo lejos vi que tenia a Natalia bastante cerca y decidí acelerar un poco el ritmo. Vi como Natalia se caía a unos pocos metros delante mio y un chico la ayudaba a levantarse. El camino resbalaba bastante debido a la cantidad de piedra suelta que tenia. Bajé clavando talones para descendir mejor, a medida que descendía la bota se me iba llenando de piedrecillas. Por fin llegué al final de la bajada y allí estaba Natalia junto a otros dos chicos quitándose las piedrecillas, le dije que si me esperaba a que me quitara las piedras y me dijo que iba tirando que la pillara. Me quité las piedras y me puse en marcha para atrapar a Natalia, descendimos por un camino empedrado antes de iniciar la subida nueva de la carrera la Pla de Eixe. Enseguida comprobaríamos por qué la llamaban así, el primer tramo de subida no era excesivamente duro pero de repente girabas y te encontrabas un verdadero muro vertical. Natalia y yo soltamos un “me cago en la puta” los dos a la vez y comenzamos a subir, poco a poco conseguimos llegar a la cima. Tocaba descender hasta Espot Esquí, un primer tramo de descenso muy vertical daba paso a un descenso siguiendo las pistas de esquí hasta la estación de esqui.
Allí estaba situado un nuevo
corte horario y llegábamos con 1:15h de margen, antes de entrar dentro un tío
nos dijo que no nos entretuviéramos mucho allí que íbamos justos. Pero si íbamos
con tiempo de sobras, Natalia que ya iba nerviosa pensando que no llegábamos se
puso aún mas nerviosa. Yo necesitaba parar un rato allí ya que había llegado
muy tocado, a parte pensaba que hasta allí podia llegar Cristina con coche y la
verdad es que solo se podía llegar en 4X4. Llamé a Cristina y le dije que estábamos
bien y que salíamos enseguida para encarar el ultimo tramo de carrera, Natalia
no se fiaba de conseguir llegar en hora a Rialp pero yo le dije que tranquila
que seguro que llegábamos incluso antes de que se hiciera de noche. Solo
abandonar las pistas de Espot esqui comenzamos a ascender por un senderó, la
subida no fue muy larga y llegamos a la cima con una intensa niebla. Empezamos
a descendir por pista ancha hasta llegar a un cruce de caminos, desde allí
llaneamos por senderó atravesando la niebla. Comenzamos a descendir y la niebla
desapareció de repente, bajamos hasta un rió que reseguimos para subir un poco
y comenzar un largo descenso por un bonito bosque. Yo me paré a cambiarme los
calcetines ya que los llevaba empapados de agua de haber cruzado un rió,
Natalia se fue hacia adelante pero como bajé rapido no me costó volver a
pillarla. Llegamos a la ermita de la mare de Déu de Caregue y seguimos una
pista hasta llegar a las calles del pueblo de Caregue, paramos muy poco en el
avituallamiento y le dije a Natalia que iba a llamar a Cristina para decirle
que estábamos allí. Justo cuando estaba llamando vi que aparecia junto a Francisco
subiendo, nos acompañaron hasta la salida del pueblo y nos despedimos hasta
meta.
Habíamos pasado el último corte horario con muchísimo margen, salimos del pueblo y descendimos hasta el rió siguiendo un sendero. Desde allí subimos una rampa corta pero inclinada hasta el pueblo de Escàs, atravesamos el pueblo subiendo por un inclinado tramo de escaleras. Salimos del pueblo y nos metimos en un sendero, comenzábamos a ascender la última subida de la carrera. Al inicio del sendero una cabra se enganchó a Natalia y la seguía mientras subíamos, subíamos a un ritmo bastante fuerte y poco a poco nos acercábamos a los corredores que teníamos delante nuestro. Llegamos al último avituallamiento antes de meta, comimos algo y nos pusimos de nuevo en marcha. Vimos que teníamos un grupo de 4 corredores delante a pocos metros y aceleramos el ritmo para ver si los pillábamos, una vez en la cima ya veíamos a lo lejos el pueblo de Rialp. Cuando empezaba el descenso le dije a Natalia (seguro que en cuanto estemos cerca se ponen a correr, y dicho y hecho). En un cruce había un coche con voluntarios que ofrecían bebida, aprovechamos para beber algo y seguimos descendiendo ya con ganas de llegar a meta. Pasamos por el pueblo de Surp y comenzamos a descendir por una pista con mucha piedra, la bajada se nos hizo larguísima por culpa de algún cartel de señalización que nos engañaba con la distancia que quedaba a Rialp. Por fin después de pasar junto a las ruinas de un Castillo entramos a las calles de Rialp, atravesamos las calles y llegamos a meta justo antes de que anocheciera. Lo habíamos conseguido una primera etapa de la combinada muy dura, pero superada con éxito. Lastima que Francisco no pudiera acabar la etapa, pero esperábamos que lo dejaran correr el domingo la media con nosotros.
Habíamos pasado el último corte horario con muchísimo margen, salimos del pueblo y descendimos hasta el rió siguiendo un sendero. Desde allí subimos una rampa corta pero inclinada hasta el pueblo de Escàs, atravesamos el pueblo subiendo por un inclinado tramo de escaleras. Salimos del pueblo y nos metimos en un sendero, comenzábamos a ascender la última subida de la carrera. Al inicio del sendero una cabra se enganchó a Natalia y la seguía mientras subíamos, subíamos a un ritmo bastante fuerte y poco a poco nos acercábamos a los corredores que teníamos delante nuestro. Llegamos al último avituallamiento antes de meta, comimos algo y nos pusimos de nuevo en marcha. Vimos que teníamos un grupo de 4 corredores delante a pocos metros y aceleramos el ritmo para ver si los pillábamos, una vez en la cima ya veíamos a lo lejos el pueblo de Rialp. Cuando empezaba el descenso le dije a Natalia (seguro que en cuanto estemos cerca se ponen a correr, y dicho y hecho). En un cruce había un coche con voluntarios que ofrecían bebida, aprovechamos para beber algo y seguimos descendiendo ya con ganas de llegar a meta. Pasamos por el pueblo de Surp y comenzamos a descendir por una pista con mucha piedra, la bajada se nos hizo larguísima por culpa de algún cartel de señalización que nos engañaba con la distancia que quedaba a Rialp. Por fin después de pasar junto a las ruinas de un Castillo entramos a las calles de Rialp, atravesamos las calles y llegamos a meta justo antes de que anocheciera. Lo habíamos conseguido una primera etapa de la combinada muy dura, pero superada con éxito. Lastima que Francisco no pudiera acabar la etapa, pero esperábamos que lo dejaran correr el domingo la media con nosotros.
Con Txuse, Natalia y Merce. |
55,3 Kilómetros
5000 Metros de desnivel positivo
5000 Metros de desnivel negativo
10000 Metros de desnivel total acumulado
15:00 Horas
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