El fin
de semana pasado disfruté con compañeros del club de una de las mejores Ultras
en las que he participado, la ULTRA TRAIL SOBRARBE “PEÑA MONTAÑESA”.
Esta
Ultra la organiza el club CAS de Ainsa, esta ha sido la primera edición de esta
Ultra ya que han convertido una carrera por montaña que se realizaba todos los
años como la subida a la Peña Montañesa en una dura y exigente Ultra. Los
paisajes y senderos que recorre son espectaculares y su dureza se ve
incrementada con los cortes horarios ya que te exige que corras en muchos
momentos y con la orientación ya que tenias que seguir las señales de Pr.
Esta
Ultra iba a ser diferente ya que íbamos a pasar el fin de semana como en
familia ya que íbamos 6 compañeros del club a participar (lástima que Miquel no
pudiera venir).
El
viernes por la tarde salimos para Ainsa. Íbamos, Xavi, el presi, Marta (la
mujer del presi), Cris (mi mujer) y yo. Al llegar a Ainsa, fuimos a recoger los
dorsales. Allí vimos a José Luis, un organizador de la Ultra. Lo conocimos el año
pasado, estuvimos hablando con él. Después fuimos a tomar algo al casco antiguo
y volvimos a la charla técnica. Allí nos encontramos con 2 compañeros más del CEI, Alberto y Mari. Después
de la charla, una buena cena y hacia el camping a dormir.
El
sábado a las 5:30h estábamos en el pabellón desayunando algo y charlando con algún compañero. Después de
fichar, entramos en el campo de futbol. Nos pusieron música para animarnos. La
adrenalina ya estaba a tope. Nos fuimos hacia la salida para coger posiciones, sin darnos cuenta estábamos los primeros en la
línea de salida.
Con los compañeros del Cei |
Acercandonos a la Peña Montañesa |
Hasta
llegar al collado seguimos un sendero que zigzagueaba entre pastizales y
pequeños tramos de bosque, fuimos adelantando gente hasta que por fin llegamos
a la bandera que nosotros pensábamos que era el final de la subida. Estábamos
equivocados puesto que aun quedaban unos pocos metros que por suerte no se
hicieron muy duros, al llegar a la cima del collado pudimos disfrutar de unas
magnificas vistas del macizo del Cotiella y la llanura de la Fueva. La verdad
que si no hubiera sido por el tema de los cortes horarios aquel sitio invitaba
a quedarse un rato sentado disfrutando de las vistas, iniciamos el descenso
hacia el Collado Cullivert.
El presi admirando la vista del macizo del Cotiella |
Llegaban noticias de que mucha gente lo dejaba al
llegar al collado, en ese momento pude comprobar lo dura que iba a ser la
prueba y no podía alejar los fantasmas del dolor de estomago que me lleva
atormentando toda la temporada. Por suerte estaba perfecto del estomago así que
a tope, quedaban 19 km hasta Ceresa y teníamos 3 horas para hacerlos así que nos pusimos manos a la obra. A pesar
de que estábamos a 30 de junio nos sentimos como si estuviéramos en los san
fermines ya que al dar una curva nos encontramos con un enorme rebaño de vacas
y tuvimos que trotar junto a ellas un buen rato. Después de casi 1 hora
trotando sin apenas descanso llegamos al siguiente avituallamiento. Aquí se me
vino a la mente lo que habían dicho en la charla técnica, habían advertido que
desde aquel punto hasta Ceresa venia uno de los tramos más duros de la Ultra.
San Fermines en la Ultra |
Menudas vistas del Monte Perdido |
El pueblo de Ceresa bajo la sombra de Peña Solana |
Al poco
de iniciar la subida hacia la collada de Ceresa encontramos un tío que bajaba
porque decía que le habían entrado rampas y lo dejaba. Seguimos y a los pocos
metros nos encontramos otro que bajaba con la cara totalmente desencajada y los
ojos rojos como tomates (me vino a la
mente la imagen de la ultra de Barcelona cuando me tuve que retirar, tuve los
mismos síntomas) yo seguía estando bastante bien pero decidí que no subiría fuerte
para no quemarme. Después de cruzar varias veces una pista por senderos ya
cogimos uno que subía decididamente hacia arriba, el presi tomo las riendas y
se puso a tirar. Yo iba tirando a mi ritmo pero veía que Xavi se iba frenando
cada vez más, eso era extraño ya que Xavi es una maquina y las subidas nunca
pueden con él. Seguramente el esfuerzo realizado en la Ultra de l’Emmona le
estaba pasando factura. Descansamos un poco y nos tomamos una bebida energética,
el presi sacó una que llevaba él y nos ofreció. Proseguimos nuestro camino y a
los pocos metros Xavi paró de repente y se puso a vomitar a lo bestia. Yo no
miré mucho por si a mí me daban ganas también de vomitar. Cuando a Xavi se le
pasó un poco continuamos tirando hacia arriba. Mientras íbamos subiendo escuche
una voz femenina que gritaba “presi” era Elvira compañera del club que se había
perdido y había estado subiendo por un camino erróneo durante 1 hora. Como la
vi tocada y yo también iba flojo me puse a su altura y subimos juntos hasta la
collada de Ceresa.
Al
llegar a la collada Elvira se puso a llorar desconsoladamente, eso y el hecho
de que hubiera podido llegar hasta allí sin problemas de estomago también me
emociono y solté alguna lagrimilla de felicidad. Me fundí en un sentido abrazo
con Xavi y el presi para agradecerles
que me hubieran ayudado a llegar hasta allí, paramos muy poco tiempo el justo
para admirar las vistas y nos pusimos en marcha.
Magnificas vistas desde la Collada de Ceresa |
Iniciamos la larga bajada
hacia Oncins, pensábamos que todo el camino seria bajada continua y llegaríamos
sin problemas al corte de horario que estaba en Torrelisa. Llevábamos casi 1
hora bajando a buen ritmo pero no nos
cuadraba el kilometraje ya que se nos estaba haciendo muy larga la bajada hacia
Oncins.
Inicio de la bajada hacia Oncins |
Casi sin darnos cuenta ya llevábamos 11:15 h y aun no habíamos llegado
a Oncins. El presi empezó a temer que no llegábamos al corte horario y aceleró
el ritmo. Debido a ese cambio de ritmo se me revolvió un poco el estomago y
tuve que parar a hacer una parada técnica larga. Xavi, el presi y Elvira se
fueron para adelante y quedamos que nos veríamos en Torrelisa. La parada
técnica duró más de lo normal y cuando proseguí mi camino intenté aumentar el
ritmo. Enseguida vi a lo lejos el pueblo de Oncins. Justo al llegar al pueblo
había una fuente, aproveché y me remojé la cabeza y bebí agua bien fresca.
Justo antes de llegar al control tuve que vomitar. Al llegar al control me
comentaron que me quedaban 15 min y quedaban 2,800 km hasta Torrelisa, corte
horario. Me dijeron si quería intentarlo o me quedaba allí. Por una vez fui
fuerte mentalmente y decidí que lo tenía que intentar. Salí del control y a los pocos metros me puse
a trotar unos minutos. Como vi que trotando no iba muy cómodo decidí andar lo más
rápido posible, por suerte casi todo el camino era bajada pero justo cuando me
quedaban unos 100 metros para llegar al control me encontré con un inmenso
rebaño de ovejas que me hizo parar la marcha. Cuando llegamos al control nos
dijeron que si queríamos que nos regaran con una manguera, agradecimos el
ofrecimiento y aceptamos ser regados. Al acabar le dijimos al del control si
podíamos continuar pero nos dijo que no que el control ya estaba cerrado. Yo le
dije que por 15 min nos podía dejar pasar. Me dijo que si quería continuar lo
hiciera sin dorsal y decidí no arriesgarme y resignarme a que un año más no
acabaría la ultra pero al menos este año no era por tener que retirarme.
De
bajada hacia Ainsa caí que podía haberle dicho al del control que seguía ya que
el escoba aun no había pasado por allí, son cosas que no piensas en el momento.
Cuando
llegué a Ainsa me fui hacía la organización y pregunté que si por 7 km que me
habían quedado me darían la camiseta de finisher. Después de que me dieran la
camiseta lo que mejor sentaba era una
duchita. Luego me reuní con Cris, Marta, Susana y Nuria para esperar que
llegaran los compañeros.
Susana (mujer
de Xavi) me comentó que Xavi le había dicho por teléfono que si yo seguía la
marcha que ellos llegarían a meta para fichar y que volverían atrás para
buscarme. Detalles como ese demuestra ya no el compañerismo sino la amistad que
existe en el mundo de las marchas.
Cuando
estaban a punto de entrar en el campo de futbol (lugar de llegada) salí al encuentro de los
compañeros para llevarles la señera y a Nuria (la hija de Xavi). Entramos
corriendo portando la señera y llevando a la hija de Xavi a cuestas.
Entrando a meta con los compañeros |
Una
buena barbacoa en el camping de mis padres puso el colofón a un gran fin de
semana.
57,200 kilómetros
3500
metros de desnivel positivo
Mi
tiempo hasta Torrelisa: 12:15 horas
En
conclusión, pasé un fin de semana espectacular ya que disfruté de mi deporte
favorito y he compartido junto a mi mujer y los compañeros/amigos del club
grandes momentos. Las sensaciones de mis piernas fueron magnificas ya que no me
dolía nada. Por fin después de mucho tiempo no tuve grandes problemas de
estomago solo al final un poco. Como siempre ha sido un placer compartir
aventura con Xavi y el presi ya que me han ayudado mucho al controlarme lo que comía.
También ha sido un placer haber coincidido con Alberto, Mari y Elvira, compañeros
del club. El año que viene el CEI tiene que montar un autocar para ir al Sobrarbe
ya que seguro que vamos muchos más componentes.
Espectacular la salida. Casi me emocioné. Se me puso la piel de gallina. Un gran fin de semana.
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