Escribo
esta crónica esperando poder reflejar todas mis sensaciones, han sido 2 días
consecutivos de disfrutar de la montaña y de unos paisajes de ensueño.
Cansancio, soledad, calor, dudas y al final una explosión de alegría al cruzar
la línea de llegada en Chamonix acompañado de mi gran amor Cristina y ondeando
la estelada.
Los
meses de junio y julio no me encontraba en un estado optimo, tenía muchas
molestias en las plantas de los pies e incluso tuve que ir al medico para
descartar una lesión que tirara por tierra todo mi sueño. Durante las
vacaciones he intentado disfrutar al máximo de mi mujer e intentar no pensar en
ese reto que tenía a finales de mes, leer y visitar lugares donde no habíamos
estado fue mi vía de escape.
Durante
este mes de agosto no he descuidado mis entrenamientos y he realizado salidas
para no perder la forma, el primer fin de semana hice una salida a los pirineos
franceses con la intención de realizar un entreno de calidad en altura. El
primer fin de semana de agosto participe en el Trail del Vall D’Aran entrenando
en lluvia, estando fuera también he salido a entrenar ya que estuve en Madeira
y mi mujer me dejaba salir 2 horitas diarias para correr. Una semana antes de
salir hacia Chamonix, hice el último entrenamiento de calidad una doble subida
a Sant Jeroni en Montserrat para entrenar la subida.
Llego
la semana del sueño, iba con la ilusión y la motivación a tope. Sabía que este
año estaba en forma, y además conmigo llevaba un equipo de apoyo como si fuera
una estrella del deporte. El viaje hasta Chamonix lo hice en dos días para que
no fueran tantas horas conduciendo, llegamos a Chamonix el lunes al mediodía.
Mi equipo de apoyo estaba formado por Cristina mi mujer, Jordi un amigo y gran
conocedor del deporte y Antonio mi suegro.
La
llegada a Chamonix no había sido el mejor presagio para la carrera, ya que
cuando llegamos estaba lloviendo a mares y hacia un frio considerable. Después
de instalarnos y descansar un rato del viaje nos dispusimos a comenzar a
introducirnos en el ambiente de la Ultra Trail du Montblanc. Nos dirigimos
hacia el arco de salida para ver salir a los compañeros Esteve, Roque y Bea que
formaban equipo para participar en la PTL la prueba más larga de las que
conforman el Ultra Trail. Estaba lloviendo intensamente, pero eso no impidió
que a la hora de la salida las calles de Chamonix se llenaran de gente animando
a los valientes que salían a afrontar 300 kilómetros.Al ver pasar a mi compañero Esteve me fusione en un sentido abrazo y le desee mucha suerte, salude a Roque pero no pude decirle nada a Bea.
Los valientes de la PTL esperando su momento. |
Con las
emociones a flor de piel solo quedaba esperar que llegara el gran día y pudiera
disfrutar de una carrera espectacular, el martes fuimos a montarnos en un tren
cremallera que hace un recorrido rodeando el Montblanc. Después bajamos en
telecabina a las Houches y volvimos a Chamonix a descansar, al llegar al
apartamento me di cuenta que me había picado algún bicho ya que tenía varias
picadas que se estaban inflamando. NOOO no podía ser que tuviera tan mala
suerte, a solo 3 días para la salida y yo con aquellos picores y con molestias
en la pierna izquierda.
Llego
el miércoles, salida de la TDS desde Courmayeur. Allí participaban dos
compañeros del CEI y mi idea era al día siguiente ir a verlos a la llegada, mi
grupo de apoyo y yo decidimos aprovechar el día espatarrante que hacía para ir
a l’Aigulle du Midi y la Mer de Glace. La inmensidad de las montañas desde allí
arriba fue como una recarga de energía extra, después de un día intenso tocaba
volver al arco de llegada de Chamonix. Como llegamos bien de hora aprovechamos para
ir a buscar el dorsal y pasar el control de material obligatorio.
Pasando el control de material obligatorio. |
después nos
acercamos al arco de salida para ver llegar al primero de la TDS que era un catalán.
Pau Bartolo llego el primero de la TDS, con
un ambiente espectacular y ovacionado por el público.
Llego el
jueves, el ambiente en Chamonix era el de las grandes ocasiones ya que durante
toda la mañana iban llegando corredores de la TDS. Yo le dije a Cristina que me
gustaría ver como llegaban los compañeros del CEI, como vio que me hacía ilusión
me dijo que fuera a buscarlos. Recorrí una distancia de 1,5 kilómetros dando ánimos
a los corredores que iban llegando hasta que me encontré con Txuse y Merce, los
acompañe hasta metros antes de la meta y después nos hicimos una foto de
recuerdo.
Con Txuse,Merce compañeros del CEI y Juanjo un amigo de las marchas. |
Después fui a dar una vuelta por la feria de la ultra, allí tuve la
inmensa suerte de fotografiarme con grandes del Trail Running como Nuria Picas,
Miguel Heras, Scott Jureck, Tofol Castanyer, Dawa Sherpa, Yeray Duran Y Gerard
Morales. Llego
el gran día, intente no pensar para ponerme nervioso y salí a dar una vuelta.
Aprovechando para ir a comprar unas pastillas de sal, al entrar en la farmacia coincidí
con Miguel Heras que estaba buscando un botellín. Le pedí por favor si me podía
pedir las pastillas y me las pidió, esta gente son ídolos pero gente humilde
bravo por ellos. Cuando quedaba 1:30 horas para la salida me fui a llevar la
bolsa de vida que estaría en Courmayeur, después me despedí de Cristina, Jordi
y Antonio y me fui hacia la zona de salida.
Extrañamente no estaba nada
nervioso, quería vivir el ambiente y disfrutar del momento. Durante el pequeño
Briefing que hicieron, comentaron que la climatología iba a ser perfecta. Pero
que tuviéramos precaución por el fuerte calor que haría en las horas diurnas y
nos hidratáramos muy bien.
Quedaban
5 min y la adrenalina empezaba a dispararse, música de ambiente y animación con
gritos de todos los corredores. Cuando de repente empieza a sonar la música de
la Conquista del Paraíso y te das cuenta que estas a punto de empezar un sueño,
un reto que me llevaría a recorrer 170 kilómetros y cruzar 3 países.
Momentos previos a la salida. |
Comenzó
la cuenta atrás y al llegar al 0, un grito de júbilo de todos los corredores.
La marea humana salimos de Chamonix
atravesando la avda principal la cual estaba repleta de gente animando, poco a
poco iba avanzando pero me encontraba que había mucho tapón para empezar a
correr. Justo en el mismo sitio que se puso el anterior año que había acudido
me encontré con Cristina le di un beso y continúe mi camino, no pude empezar a
correr hasta que no Salí de Chamonix. Hasta las Houches que era el primer
avituallamiento, era un camino bastante fácil que tenia pequeñas subidas y
bajadas pero tendía mucho a llanear. Me intente controlar el ritmo y no forzar más
de lo necesario, así que llegue a las Houches dentro de mi planificación.
Comenzaba la primera subida de la ultra, subimos por las pistas de esquí hasta
Delevret. Durante la subida hubo varios tapones los cuales me hacían preocuparme
por no llegar en hora al corte de Saint- Gervais, a mitad de subida me adelanto
Jordi ( Yak de les Muntanyes) y unos metros más adelante adelante al Ramonet
que parecía que iba cojeando. Las
vistas durante la subida eran espectaculares y el paisaje del anochecer sobre
el Montblanc indescriptible.
Subiendo hacia Delevret siguiendo una estela de corredores. |
Vistas espectaculares al llegar a la cima. |
al iniciar la bajada camine a ritmo rápido para no
forzar la máquina. Poco después empezó la bajada que yo temía, una bajada por
al lado de los palos de los telesillas que por suerte no estaba mojada y pude
bajar con relativa comodidad. Esperaba poder llegar a Saint -Gervais sin
frontal ya que estaba bajando al trote y avanzaba bastante rápido, no pudo ser
y me tuve que parar a ponerme el frontal para no sufrir una torcedura que
mandase a la mierda la aventura. Al entrar a las calles de Saint Gervais me
lleve una sorpresa, porque allí estaba Cristina esperándome. Me dio mucha alegría
verla, además también estaban Esteve, Roger, Esteve Jr, Roque, Jordi y Antonio,
me sentía como un profesional rodeado de un gran equipo. En el avituallamiento comí
y bebí todo lo que pude, pero no me pare mucho rato ya que mi intención era
llegar al siguiente corte horario con un margen suficiente.
Salir
de Saint-Gervais es mágico, el pueblo se vuelca en la carrera y hay multitud de
gente animando por las calles. Yo siempre me llevare para el recuerdo la carita
de felicidad de los niños al chocarles las manos, el tramo hasta las Contamines
lo recordaba muy duro porque la anterior vez estaba físicamente roto. Esta vez
pude disfrutar del recorrido viendo que no era tan duro como lo recordaba, había
mucho tramo para trotar en el que yo decidí caminar rápido. Durante el
recorrido pude ver a varios corredores apostados a un lado del camino
vomitando, eso me recordó lo mal que lo había pasado yo dos años antes y lo
bien que me encontraba en ese momento. Después de los tramos de llaneo vinieron
tres o cuatro subidas bastante durillas pero que hice con relativa facilidad, por fin después de una de estas subidas llegue
a la carretera que llevaba a les Contamines. Que diferente la forma de llegar
de este año a la de hace dos, aquel año me costó un mundo subir la pequeña
rampa que llevaba hasta el avituallamiento y este año he subido a buen ritmo.
Al llegar allí estaba Cristina, me sujeto los palos y me relleno el camel con
Aquarius. Estuve 10 minutos con ella y me puse de nuevo en marcha.
En les Contamines con las energias a tope. |
Realmente
en ese momento empezaba la Ultra, no conocía el terreno al que me iba a
enfrentar y me daba un poco de respeto. Pero como me encontraba físicamente perfecto
no le tuve miedo al reto. Casi sin darme cuenta me plante en Notre dame de la
Gorge, un lugar mágico ya que estaba todo el camino iluminado con velas y con
una luz que daba sensación de estar en una película fantástica. Comenzaba la dureza
de la UTMB, me esperaba una larguísima subida hacia el Coll de Bonhomme. El primer
tramo era por pista así que decidí poner un ritmo un poco más alto, iba
subiendo tranquilamente cuando de repente un corredor delante de mí exclamo ¡¡
que ha pasado Nuria!!! Era Nuria Picas que bajaba, se paro y estuvo hablando un
rato con nosotros comentándonos que se había tenido que retirar, al preguntarle
que le había pasado. Nos dijo que subiendo iba bien y a solo min de los de delante, pero que de repente le
había dado una punzada en el pecho y se había asustado. Le dimos ánimos y ella
nos deseo suerte y proseguimos el camino, después del shock del momento decidí
sacarle el lado positivo a lo ocurrido y auto animarme de que yo aun seguía en
carrera. A la media hora de lo ocurrido
llegue al control de la Balme, aun mantenía los 40 minutos de margen con
respecto al corte horario así que decidí parar unos minutos a descansar y reponer
fuerzas. Me senté en un banco y me puse a hablar con un chico de Bilbao, cuando
ya repuse fuerzas me despedí del chico y me puse el mp3 para entretenerme
durante la subida.
Fue una
pena que fuera de noche, ya que el paisaje debía de ser espectacular. Pero a
pesar de ello la estampa era espectacular, cuando miraba al frente podía ver la
imponente luna y si miraba a mi espalda veía la interminable serpiente de
frontales. La subida no acababa en el Col de Bonhomme, había que seguir unos
dos kilómetros que no eran nada fáciles hasta la Croix de Bonhomme. Después de la subida tocaba bajar, yo pensaba
recuperar en ese tramo pero no me esperaba un primer tramo de bajada brutal.
Muy inclinada y de mal pisar en la cual había que estar constantemente apartándose
para dejar pasar a la gente que bajaba corriendo, por suerte lo malo acabo y el
tramo final era por pista con lo cual pude recuperarme un poco. El
avituallamiento de Les Chapieux estaba situado en la nada, no sé si aquello era
un pueblo o un camping pero hasta que no llegabas no sabías que estabas en el
avituallamiento. Allí me hidrate y comí todo lo que pude para recargar energía de
cara a la subida que se avecinaba, la subida más larga de toda la UTMB 10,3 km.
Por suerte los primeros 6 kilómetros discurrían por una carretera por donde se subía
muy cómodamente, además iba hablando con un chico de Zaragoza de carreras y
entrenamientos que habíamos hecho los dos. El siguiente tramo de subida fue un
autentico calvario, un constante zigzagueo que a cada paso se volvía mas
vertical. Por suerte el día ya iba clareando y podía evadirme del cansancio
mirando el paisaje, al llegar a la cima del Col de la Seigne me pare a recrear
la vista con aquel paisaje.
Paisaje de ensueño desde el Col de la Seigne. |
Reemprendí
la marcha y tras un primer tramo de bajada me disponía a afrontar la novedad
del UTMB 2015, en vez de bajar directamente hacia Lac Combal. Nos hicieron
subir al Col des Pyramides Calcaires, una subida que se me atraganto al más no
poder. Durante la subida vi a una chica que estaba sentada en una piedra
llorando del esfuerzo, yo intentaba que aquello no me afectara y subí hasta la
cima con un ritmo lento pero sin pausa. Una vez arriba tome aire y me dispuse a
bajar, yo pensaba que bajaría plácidamente hasta el Lac Combal. Que equivocado
estaba, la bajada era por una tartera que puso a prueba mis maltrechas piernas.
Miraba el reloj y veía que no avanzaba y la hora se me echaba encima, me puse a
caminar rápido ya que no me veía capaz de trotar ni quería gastar energía
tontamente.
Bajando del Col des Pyramides Calcaires. |
Cuando llegue al avituallamiento hice una parada muy breve, pero al
salir vi que había unos lavabos portátiles y yo hacía rato que necesitaba
soltar lastre. Después de evacuar sentado cómodamente, busque una piedra y me
quite la camiseta térmica y los manguitos ya que el calor empezaba a ser
considerable. Proseguí
mi camino y aproveche el tramo que llaneaba para apretar el paso un poco, pero
de repente nos desviamos hacia un sendero y comenzamos a subir. Quedaban pocos kilómetros
hasta Courmayeur y sabia que solo quedaba esa subida hasta allí, no puedo
describir con palabras lo que sufrí subiendo hasta Arete de Mount-Favre. Conseguí
llegar a un ritmo muy lento pero sin paradas, justo antes de llegar a la cima
vi que un helicóptero había aterrizado muy cerca de la cima y había dos
sanitarios atendiendo a un corredor que estaba vomitando. Estaba en mis peores
momentos de la ultra pero decidí auto animarme y realizar alguna actividad que
me devolviera la energía, me hice una foto con el espectacular paisaje y me senté
a observarlo.
Subiendo hacia Arete du Mount -Favre. |
Intentando superar el bajon fisico disfrutando de la cima. |
No hacia ni cinco minutos que había salido de la cima, cuando me
adelanto Ramonet que bajaba corriendo. Yo le dije que no me encontraba bien y
que prefería bajar a mi ritmo, hasta Col Checrouit el terreno no era muy
complicado y llaneaba y bajaba. El tramo se me hizo bastante largo, pero como
iban viniendo excursionistas que nos iban animando se hizo algo más ameno. Por
fin llegue al avituallamiento, decidí no parar mucho y aprovechar para ganar
algo de tiempo. Ya tendría tiempo de parar un poco más en Courmayeur, ya me
quedaban menos de 100 kilómetros y estaba llegando a la base de vida. La bajada
era muy técnica, un sendero con continuos tramos de escalones y ramas de árboles
hacían imposible poner un ritmo alto de bajada. Sabía que llegaba antes de la
hora del cierre a Courmayeur pero quería llegar con algo de tiempo para poder
parar a descansar. Se me hizo muy larga aquella bajada y empezaba a temer que
no llegara al corte, justo cuando Salí del sendero me encontré con Jordi y me
comento que iba muy bien. Yo le dije que me siguiera que iba a correr durante
el kilometro que me quedaba para ganar un poco de tiempo de cara al cierre.
Llegando a Courmayeur. |
A un
ritmo bastante rápido llegue hasta donde me estaba esperando Cristina, me volvió
a dar un subidon de adrenalina verla y llegar a Courmayeur uno de los puntos claves
para acabar la ultra. Esteve estaba dentro con Ramonet dándole su apoyo, pero
yo tenía a Cristina que me obligo a descansar ya que yo quería hacer una parada
breve y salir ya que iba muy justo de tiempo. Me cogí comida y bebida y me senté
en una mesa, Cristina me paso unos calcetines y me repuso el isotónico del
camel. Cuando dieron el aviso de que había que salir de allí antes de 10
minutos decidí ponerme en marcha de nuevo.
Leerlo es diferente a escucharlo de ti, pero igualmente es impresionante. Deseando ya de leer el final.
ResponderEliminarEspectacular relato, me generas una gran envidia sana.
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