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domingo, 8 de mayo de 2016

O VIENTO RONDADOR

El año pasado participe por primera vez en la carrera O Viento Rondador que se celebra en Boltaña. Me gustó mucho el ambiente y el recorrido, así que me la apunté en posibles carreras a repetir.
Boltaña es el pueblo donde pasaba los veranos cuando era pequeño. Me encanta escaparme allí siempre que puedo y disfrutar de sus montañas. Cuando vi que tenía la posibilidad de apuntarme de nuevo a la carrera no me lo pensé dos veces, además tenía el aliciente que al celebrarse la quinta edición este año se realizaba la primera maratón O Viento Rondador.
El viernes fuimos Cristina y yo hacia Boltaña. Después de dejar las cosas en el camping nos dirigimos hacia la plaza del pueblo. Boltaña es un pueblo que está en un cerro, sus calles son todas con subida y muy estrechitas, así que tocaba hacer el calentamiento para la carrera je je je. Llegamos a la plaza y recogí el dorsal. Después nos dirigimos hacia la casa de cultura para escuchar la charla técnica. Allí nos comentaron los lugares por donde pasaríamos y los tramos más complicados que encontraríamos. Al acabar nos fuimos hacia el camping, cenamos y a la cama prontito.
Después de estar toda la noche lloviendo, a las 6:45 h cuando sonó el despertador aun estaba lloviendo. No sabía si afrontaría la carrera bajo la lluvia y eso me tenía un poco preocupado. No por no poder afrontarla con garantías, sino porque si llovía no podría hacer fotos ni disfrutar de los paisajes. Por suerte cuando salimos hacia la plaza mayor había dejado de llover, además la temperatura era perfecta ya que no hacía nada de frio. Poco a Poco fueron  llegando los corredores, entre ellos llegaron los compañeros Enric Sabaté, Tomàs Zapata y Antoni Martí. Cuando quedaba poco para que dieran la salida pude saludar a Jordi Cot, un compañero que antes vivía en mi pueblo. Después entramos en el corralito y cada uno se colocó para tomar la salida.
con Tomàs, Enric y Antoni.
Tras un cohete que lanzó el alcalde de Boltaña dio inicio la carrera. Los primeros 500 metros eran en bajada y por asfalto. Después nos metimos en un sendero en el que el grupo se apiñó. Tomas ya había tirado fuerte hacia delante. Yo seguía con Enric y Antoni, pero mi ritmo en subida era un poco más fuerte así que me adelanté un poco pero siempre teniéndolos cerca. Poco a poco íbamos ganando altura atravesando bonitos senderos, hasta que salimos a una pista que enseguida nos llevó hasta el primer avituallamiento que estaba a los 5 kilometros. Después del control venía un sendero de bajada en el cual se podía ir bastante rápido. Decidí grabar un poco de video ya que llevaba la cámara de la cabeza. Lo malo es que no me la apreté demasiado y se me movía. Intenté apretármela y se me salió del anclaje. Tuve que pararme para recolocarlo y pasé de ir prácticamente solo a que vinieran un montón de corredores arrollando. Una vez solventado el problema aumenté un poco el ritmo y llego un tramo de subida donde me pude separar un poco otra vez. Llegamos a una zona donde había pequeños saltos de agua y algún paso bastante resbaladizo. Subimos un poco más y llegamos a unas pozas espectaculares. Pasamos por al lado de las pozas subiendo por una ladera de piedra mojada que resbalaba una barbaridad. 
Zona muy bonita con las pozas.
Enric subiendo por al lado de las pozas.
Tras acabar la subida se llegaba a un puente de piedra. Desde el puente pude ver que Enric me seguía bastante cerca, pero no veía a Antoni. Proseguí mi camino y enseguida llegué al pueblo abandonado de Ascaso. Un pueblo donde hay un curioso reloj solar y en el que encontramos un nuevo avituallamiento. Repuse líquidos y comí algo de fruta y me dispuse a atacar la subida hacia Nabain.
Reloj de sol de Ascaso.
La subida era muy inclinada, sobretodo el primer tramo que subía por una ladera de piedra en el que el grado de inclinación era realmente fuerte. Después había un segundo tramo en el que se subía por una pequeña senda que habían habilitado para la carrera, lástima que el día estuviera nublado porque las vistas desde allí arriba eran espectaculares. Una vez arriba estaba a 1630 metros, las vistas abarcaban todo el valle e incluso se podía ver un trozo del Pantano de Mediano. 
En Nabain 1630 metros.
Me dispuse a afrontar la bajada, pero antes quería llamar a Cristina para decirle que iba un poco adelantado al horario previsto. Mientras buscaba el móvil seguía caminando, una vez lo cogí llame a Cristina. Solo fueron 2 minutos y cuando había salido de la subida iba solo, pues en esos dos minutos parecía que había habido una estampida. Empezaron a bajar corredores a todo trapo y me tuve que apartar a un lado para poder guardar el móvil. Decidí que durante la bajada haría un par de fotos ya que pararse podía ser peligroso. 
Vistas durante la bajada.
El sendero que habían abierto los de la organización era espectacular, además te hacia trabajar los cuádriceps a tope porque estaba muy inclinado. El primer tramo era de muy mal pisar y con mucha piedra suelta, pero el segundo tramo era un sendero que te permitía ir a mucha velocidad, eso sí tirando de cuádriceps para no forzar las rodillas. Una vez acabada la vertiginosa bajada, tuve que cruzar la carretera. Por suerte habían colaboradores cortando el tráfico ya que por esa carretera pasan muchísimos coches, una vez cruzada la carretera vi que el camino no pasaba por el puente para ir hacia Jánovas y nos desviaba hacia otro paso. A lo lejos pude ver que Cristina ya estaba allí esperándome. Cuando llegué donde estaba ella vi la cantidad de agua que llevaba el rio. Me acompañó hasta el avituallamiento y allí vi que enseguida llegó Enric. Le dije que yo iba tirando y que ya me pillarían ya que Antoni aun no había llegado. Cristina me acompañó mientras cruzaba las abandonadas calles del pueblo de Jánovas y una vez a las afueras del pueblo nos despedimos y me puse a trotar un poco aprovechando que venía llano. 
Con Enric en Jánovas.
a la entrada del pueblo.
El camino te hacía cruzar un par de veces el rio antes de comenzar la subida hacia Aguilar. En subida iba fuerte así que aumente un poco el ritmo. Eso me permitió ir pasando a corredores, el sendero por el que iba era espectacular, y en algunas zonas era un continuo sube y baja. Por fin y tras un buen rato desde que había salido de Jánovas llegué al avituallamiento de Aguilar. Allí había dos chicas y yo había leído que solo había dos en carrera. Se lo comente y me dijeron que no, que habían cuatro chicas, pero al parecer una de aquellas chicas no iba al maratón y se había equivocado. Así que la chica que estaba allí que siguió, iba la tercera e iba con dos chicos. En la bajada me dejaron atrás pero cuando empezó la subida hacia Campodarbe les adelanté. En subida me encontraba muy fuerte pero perdía toda la ventaja en los llanos y bajadas en los que todo el mundo se ponía a correr. Tras la subida que se me hizo mucho más corta que el año pasado, igual porque hacia menos calor y porque yo estoy más fuerte. Después de un poco de llanero llegamos a la carretera que llevaba a Campodarbe. A lo lejos pude ver que Cristina ya estaba allí. Como había hecho en los puntos anteriores, quise entrar grabando mi llegada. Pero fui a coger la cámara de la mochila y no estaba. Me asusté pensando que la había perdido. Pero después de comentárselo a unos chicos, uno de ellos me dijo que la llevaba en la cabeza. Que tonto había sido, yo pensando que había perdido la cámara y es que la llevaba en la cabeza. En el avituallamiento me hidraté bien y comí algo de fruta, y enseguida vi que llegaba Enric. Hasta ese momento yo iba tirando en solitario, pero como vi que Enric llevaba un ritmo parecido al mío decidí que acabaría la carrera con él.
En campodarbe.
Nos despedimos de cristina y nos dispusimos a continuar. Tomamos un desvío que indicaba hacia la cascada del confesionario. Enric se puso a tirar y me costaba bastante seguirle el ritmo ya que bajando yo no soy muy rápido y Enric tiraba bastante fuerte. Después de un tramo bastante largo de bajada, enlazamos con un tramo de llano por el interior de un bonito bosque. Después del bosque llegamos a una cascada que llaman el Coño del Mundo, dicen que es porque allí nacía el mundo según los antiguos habitantes. Bueno ya puedo decir que estuve en el Coño del Mundo. 
El Coño del Mundo.
Hicimos una pequeña subida y miré la cascada haber si de verdad tenia forma de coño pero desde allí no pude apreciarlo. Pasamos un par de ríos y después nos metimos en una serie de senderos espectaculares, acabando en un tramo donde vimos un letrero que indicaba Morcat por senda. Jodo con la senda!!! Subía bastante inclinado para llegar al pueblo abandonado de Morcat. Allí había un avituallamiento donde pudimos reponer líquidos. Me adelanté un poco para hacerle una foto al paisaje y me esperé en un rincón a que viniera Enric. Antes de iniciar la bajada nos pasaron un grupo de ciclistas.
Enric atravesando Morcat.
Iniciamos la bajada junto a un chico, bajamos a bastante velocidad. Primero por un tramo de bastantes piedras y luego por senderos más llevaderos. No paramos de correr en prácticamente ningún momento. Pasamos por sitios muy bonitos como una especie de masía abandonada que se llamaba Luparuelo y pequeñas casas abandonadas en medio del bosque. Cada vez me costaba seguir el ritmo cuando íbamos en llano ya que tenía bastante cargadas las piernas debido al no ir con palos y haberlas hecho trabajar en las bajadas anteriores. Por suerte enseguida vino un tramo de subida que me ayudó a descargar un poco las piernas. Después vino un pequeño tramo de bajada y llegamos a un nuevo avituallamiento. Cada vez que parábamos en un avituallamiento aparecían corredores de la nada, proseguimos nuestro camino. Esta vez nos quedaban unos 4 kilometros hasta Sieste. Se hicieron bastante largos ya que el sendero unas veces bajaba durante mucho rato y otras hacia pequeños subes y bajas. Hasta que después de hacer un tramo muy chulo de bajada cruzamos un rio. Al cruzar el rio empezamos a subir hacia Sieste. El calor a pesar de que el día estaba nublado se hacía notar. La subida era corta pero muy intensa y ganabas un buen desnivel. Al llegar a la entrada del pueblo vimos a Cristina, eso me dio alegría y un plus de energía extra. Nos acompañó hasta el avituallamiento, tomamos algo y nos dispusimos a encarar los últimos 5 kilometros pero antes teníamos que darle la vuelta al pequeño monte de la Madalena. 
Atravesando las calles de Sieste.
Justo habíamos salido del pueblo vimos llegar a Tomas. Había llegado a la meta  y se había vuelto hacia atrás para acompañarnos en los últimos kilómetros, menudo maquinon.  Al parecer el ver a Tomas le dio un soplo de energía a Enric. Se pusieron a tirar los dos y a duras penas podía seguirlos. Por suerte el sendero por el que bajábamos era muy corrible y divertido, eso hizo que aunque fuera a un poco de distancia pudiera seguirlos. Tras un buen rato por dentro del bosque llegamos hasta el camping Boltaña por un sendero muy empedrado y resbaladizo. En ese tramo Enric y Tomas hicieron valer su mejor bajar y me sacaron distancia. Tuve que apretar los dientes y aumentar el ritmo en el tramo llano para poder engancharme a ellos de nuevo. Pasamos junto al Monasterio de Boltaña y cogimos el camino de Marguded hasta llegar a la entrada del camping La Gorga y cruzar el puente sobre el rio. Nos esperaba la última subida… una subida por las estrechas calles de Boltaña para llegar a la calle principal y encarar los últimos metros. Allí ya estaba Cristina esperándome. Enric me dijo que entrara corriendo, pero yo le dije que no, que entraríamos juntos. Entramos en meta y un poco más y no nos dicen el número de dorsal ya que estaban hablando con la chica que había quedado tercera.
Con Enric y Tomàs.
42,5 kilometros

2600 Metros de desnivel positivo

2600 Metros de desnivel negativo

5200 metros de desnivel acumulado total


En conclusión, la carrera O Viento Rondador es una gran carrera de montaña. Además es una carrera que no está masificada y en la que no prima el negocio, sino que los corredores se encuentren a gusto y tengan ganas de repetir. El recorrido era muy bonito, estaba muy bien marcada y era imposible perderse, los avituallamientos muy continuos y bastante bien, voluntarios de 10 y una comida final fantástica, recomendable 100%. He podido saludar a Jordi Cot y hacer prácticamente entera la maratón con Enric Sabaté. Ha sido un placer conocer a Antoni y a Tomas y haber compartido algún kilometro con ellos. Darle las gracias a Cristina una vez más por apoyarme y seguirme durante toda la carrera. 

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