El año
pasado participe por primera vez en la carrera O Viento Rondador que se celebra
en Boltaña. Me gustó mucho el ambiente y el recorrido, así que me la apunté en
posibles carreras a repetir.
Boltaña
es el pueblo donde pasaba los veranos cuando era pequeño. Me encanta escaparme allí
siempre que puedo y disfrutar de sus montañas. Cuando vi que tenía la
posibilidad de apuntarme de nuevo a la carrera no me lo pensé dos veces, además
tenía el aliciente que al celebrarse la quinta edición este año se realizaba la
primera maratón O Viento Rondador.
El viernes
fuimos Cristina y yo hacia Boltaña. Después de dejar las cosas en el camping
nos dirigimos hacia la plaza del pueblo. Boltaña es un pueblo que está en un
cerro, sus calles son todas con subida y muy estrechitas, así que tocaba hacer
el calentamiento para la carrera je je je. Llegamos a la plaza y recogí el
dorsal. Después nos dirigimos hacia la casa de cultura para escuchar la charla técnica.
Allí nos comentaron los lugares por donde pasaríamos y los tramos más
complicados que encontraríamos. Al acabar nos fuimos hacia el camping, cenamos
y a la cama prontito.
Después
de estar toda la noche lloviendo, a las 6:45 h cuando sonó el despertador aun
estaba lloviendo. No sabía si afrontaría la carrera bajo la lluvia y eso me
tenía un poco preocupado. No por no poder afrontarla con garantías, sino porque
si llovía no podría hacer fotos ni disfrutar de los paisajes. Por suerte cuando
salimos hacia la plaza mayor había dejado de llover, además la temperatura era
perfecta ya que no hacía nada de frio. Poco a Poco fueron llegando los corredores, entre ellos llegaron
los compañeros Enric Sabaté, Tomàs Zapata y Antoni Martí. Cuando quedaba poco
para que dieran la salida pude saludar a Jordi Cot, un compañero que antes vivía
en mi pueblo. Después entramos en el corralito y cada uno se colocó para tomar
la salida.
con Tomàs, Enric y Antoni. |
Tras un
cohete que lanzó el alcalde de Boltaña dio inicio la carrera. Los primeros 500
metros eran en bajada y por asfalto. Después nos metimos en un sendero en el
que el grupo se apiñó. Tomas ya había tirado fuerte hacia delante. Yo seguía con
Enric y Antoni, pero mi ritmo en subida era un poco más fuerte así que me
adelanté un poco pero siempre teniéndolos cerca. Poco a poco íbamos ganando
altura atravesando bonitos senderos, hasta que salimos a una pista que
enseguida nos llevó hasta el primer avituallamiento que estaba a los 5
kilometros. Después del control venía un sendero de bajada en el cual se podía ir
bastante rápido. Decidí grabar un poco de video ya que llevaba la cámara de la
cabeza. Lo malo es que no me la apreté demasiado y se me movía. Intenté apretármela
y se me salió del anclaje. Tuve que pararme para recolocarlo y pasé de ir prácticamente
solo a que vinieran un montón de corredores arrollando. Una vez solventado el
problema aumenté un poco el ritmo y llego un tramo de subida donde me pude
separar un poco otra vez. Llegamos a una zona donde había pequeños saltos de
agua y algún paso bastante resbaladizo. Subimos un poco más y llegamos a unas
pozas espectaculares. Pasamos por al lado de las pozas subiendo por una ladera
de piedra mojada que resbalaba una barbaridad.
Zona muy bonita con las pozas. |
Enric subiendo por al lado de las pozas. |
Tras acabar la subida se llegaba
a un puente de piedra. Desde el puente pude ver que Enric me seguía bastante
cerca, pero no veía a Antoni. Proseguí mi camino y enseguida llegué al pueblo
abandonado de Ascaso. Un pueblo donde hay un curioso reloj solar y en el que
encontramos un nuevo avituallamiento. Repuse líquidos y comí algo de fruta y me
dispuse a atacar la subida hacia Nabain.
Reloj de sol de Ascaso. |
La subida
era muy inclinada, sobretodo el primer tramo que subía por una ladera de piedra
en el que el grado de inclinación era realmente fuerte. Después había un
segundo tramo en el que se subía por una pequeña senda que habían habilitado
para la carrera, lástima que el día estuviera nublado porque las vistas desde allí
arriba eran espectaculares. Una vez arriba estaba a 1630 metros, las vistas
abarcaban todo el valle e incluso se podía ver un trozo del Pantano de Mediano.
En Nabain 1630 metros. |
Me dispuse a afrontar la bajada, pero antes quería llamar a Cristina para
decirle que iba un poco adelantado al horario previsto. Mientras buscaba el móvil
seguía caminando, una vez lo cogí llame a Cristina. Solo fueron 2 minutos y
cuando había salido de la subida iba solo, pues en esos dos minutos parecía que
había habido una estampida. Empezaron a bajar corredores a todo trapo y me tuve
que apartar a un lado para poder guardar el móvil. Decidí que durante la bajada
haría un par de fotos ya que pararse podía ser peligroso.
Vistas durante la bajada. |
El sendero que habían
abierto los de la organización era espectacular, además te hacia trabajar los cuádriceps
a tope porque estaba muy inclinado. El primer tramo era de muy mal pisar y con
mucha piedra suelta, pero el segundo tramo era un sendero que te permitía ir a
mucha velocidad, eso sí tirando de cuádriceps para no forzar las rodillas. Una vez
acabada la vertiginosa bajada, tuve que cruzar la carretera. Por suerte habían colaboradores
cortando el tráfico ya que por esa carretera pasan muchísimos coches, una vez
cruzada la carretera vi que el camino no pasaba por el puente para ir hacia Jánovas
y nos desviaba hacia otro paso. A lo lejos pude ver que Cristina ya estaba allí
esperándome. Cuando llegué donde estaba ella vi la cantidad de agua que llevaba
el rio. Me acompañó hasta el avituallamiento y allí vi que enseguida llegó
Enric. Le dije que yo iba tirando y que ya me pillarían ya que Antoni aun no había
llegado. Cristina me acompañó mientras cruzaba las abandonadas calles del
pueblo de Jánovas y una vez a las afueras del pueblo nos despedimos y me puse a
trotar un poco aprovechando que venía llano.
Con Enric en Jánovas. |
a la entrada del pueblo. |
El camino te hacía cruzar un par
de veces el rio antes de comenzar la subida hacia Aguilar. En subida iba fuerte
así que aumente un poco el ritmo. Eso me permitió ir pasando a corredores, el
sendero por el que iba era espectacular, y en algunas zonas era un continuo
sube y baja. Por fin y tras un buen rato desde que había salido de Jánovas
llegué al avituallamiento de Aguilar. Allí había dos chicas y yo había leído que
solo había dos en carrera. Se lo comente y me dijeron que no, que habían cuatro
chicas, pero al parecer una de aquellas chicas no iba al maratón y se había equivocado.
Así que la chica que estaba allí que siguió, iba la tercera e iba con dos
chicos. En la bajada me dejaron atrás pero cuando empezó la subida hacia
Campodarbe les adelanté. En subida me encontraba muy fuerte pero perdía toda la
ventaja en los llanos y bajadas en los que todo el mundo se ponía a correr. Tras
la subida que se me hizo mucho más corta que el año pasado, igual porque hacia menos
calor y porque yo estoy más fuerte. Después de un poco de llanero llegamos a la
carretera que llevaba a Campodarbe. A lo lejos pude ver que Cristina ya estaba allí.
Como había hecho en los puntos anteriores, quise entrar grabando mi llegada. Pero
fui a coger la cámara de la mochila y no estaba. Me asusté pensando que la había
perdido. Pero después de comentárselo a unos chicos, uno de ellos me dijo que
la llevaba en la cabeza. Que tonto había sido, yo pensando que había perdido la
cámara y es que la llevaba en la cabeza. En el avituallamiento me hidraté bien
y comí algo de fruta, y enseguida vi que llegaba Enric. Hasta ese momento yo
iba tirando en solitario, pero como vi que Enric llevaba un ritmo parecido al
mío decidí que acabaría la carrera con él.
En campodarbe. |
Nos despedimos
de cristina y nos dispusimos a continuar. Tomamos un desvío que indicaba hacia
la cascada del confesionario. Enric se puso a tirar y me costaba bastante
seguirle el ritmo ya que bajando yo no soy muy rápido y Enric tiraba bastante
fuerte. Después de un tramo bastante largo de bajada, enlazamos con un tramo de
llano por el interior de un bonito bosque. Después del bosque llegamos a una
cascada que llaman el Coño del Mundo, dicen que es porque allí nacía el mundo según
los antiguos habitantes. Bueno ya puedo decir que estuve en el Coño del Mundo.
El Coño del Mundo. |
Hicimos una pequeña subida y miré la cascada haber si de verdad tenia forma de
coño pero desde allí no pude apreciarlo. Pasamos un par de ríos y después nos
metimos en una serie de senderos espectaculares, acabando en un tramo donde
vimos un letrero que indicaba Morcat por senda. Jodo con la senda!!! Subía
bastante inclinado para llegar al pueblo abandonado de Morcat. Allí había un
avituallamiento donde pudimos reponer líquidos. Me adelanté un poco para
hacerle una foto al paisaje y me esperé en un rincón a que viniera Enric. Antes
de iniciar la bajada nos pasaron un grupo de ciclistas.
Enric atravesando Morcat. |
Iniciamos
la bajada junto a un chico, bajamos a bastante velocidad. Primero por un tramo
de bastantes piedras y luego por senderos más llevaderos. No paramos de correr
en prácticamente ningún momento. Pasamos por sitios muy bonitos como una
especie de masía abandonada que se llamaba Luparuelo y pequeñas casas abandonadas
en medio del bosque. Cada vez me costaba seguir el ritmo cuando íbamos en llano
ya que tenía bastante cargadas las piernas debido al no ir con palos y haberlas
hecho trabajar en las bajadas anteriores. Por suerte enseguida vino un tramo de
subida que me ayudó a descargar un poco las piernas. Después vino un pequeño
tramo de bajada y llegamos a un nuevo avituallamiento. Cada vez que parábamos en
un avituallamiento aparecían corredores de la nada, proseguimos nuestro camino.
Esta vez nos quedaban unos 4 kilometros hasta Sieste. Se hicieron bastante
largos ya que el sendero unas veces bajaba durante mucho rato y otras hacia
pequeños subes y bajas. Hasta que después de hacer un tramo muy chulo de bajada
cruzamos un rio. Al cruzar el rio empezamos a subir hacia Sieste. El calor a
pesar de que el día estaba nublado se hacía notar. La subida era corta pero muy
intensa y ganabas un buen desnivel. Al llegar a la entrada del pueblo vimos a
Cristina, eso me dio alegría y un plus de energía extra. Nos acompañó hasta el
avituallamiento, tomamos algo y nos dispusimos a encarar los últimos 5
kilometros pero antes teníamos que darle la vuelta al pequeño monte de la Madalena.
Atravesando las calles de Sieste. |
Justo habíamos salido del pueblo vimos llegar a Tomas. Había llegado a la meta y se había vuelto hacia atrás para
acompañarnos en los últimos kilómetros, menudo maquinon. Al parecer el ver a Tomas le dio un soplo de energía
a Enric. Se pusieron a tirar los dos y a duras penas podía seguirlos. Por suerte
el sendero por el que bajábamos era muy corrible y divertido, eso hizo que
aunque fuera a un poco de distancia pudiera seguirlos. Tras un buen rato por
dentro del bosque llegamos hasta el camping Boltaña por un sendero muy empedrado
y resbaladizo. En ese tramo Enric y Tomas hicieron valer su mejor bajar y me
sacaron distancia. Tuve que apretar los dientes y aumentar el ritmo en el tramo
llano para poder engancharme a ellos de nuevo. Pasamos junto al Monasterio de
Boltaña y cogimos el camino de Marguded hasta llegar a la entrada del camping
La Gorga y cruzar el puente sobre el rio. Nos esperaba la última subida… una
subida por las estrechas calles de Boltaña para llegar a la calle principal y
encarar los últimos metros. Allí ya estaba Cristina esperándome. Enric me dijo
que entrara corriendo, pero yo le dije que no, que entraríamos juntos. Entramos
en meta y un poco más y no nos dicen el número de dorsal ya que estaban
hablando con la chica que había quedado tercera.
Con Enric y Tomàs. |
42,5
kilometros
2600
Metros de desnivel positivo
2600
Metros de desnivel negativo
5200
metros de desnivel acumulado total
En conclusión,
la carrera O Viento Rondador es una gran carrera de montaña. Además es una
carrera que no está masificada y en la que no prima el negocio, sino que los
corredores se encuentren a gusto y tengan ganas de repetir. El recorrido era
muy bonito, estaba muy bien marcada y era imposible perderse, los
avituallamientos muy continuos y bastante bien, voluntarios de 10 y una comida
final fantástica, recomendable 100%. He podido saludar a Jordi Cot y hacer prácticamente
entera la maratón con Enric Sabaté. Ha sido un placer conocer a Antoni y a Tomas
y haber compartido algún kilometro con ellos. Darle las gracias a Cristina una
vez más por apoyarme y seguirme durante toda la carrera.
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