lunes, 24 de julio de 2017

EHUNMILAK 2017

Después de una temporada intensa y llena de carreras, me enfrentaba al gran reto de la temporada la Ehunmilak.
La Ehunmilak es una carrera que discurre por el país vasco y surge de la idea de un corredor que hizo la UTMB. Mientras se recuperaba de una lesión tuvo la idea de hacer el mismo tipo de prueba que la francesa en el país vasco y así nació Ehunmilak. La prueba consta de tres carreras: la prueba reina la Ehunmilak Ultra-trail de 168 km y 11000 metros de desnivel positivo, la Goirriko Haundiak de 88 km y 6500 metros de desnivel positivo, la Marimurumendi de 42 km y 2300 metros de desnivel positivo.
Yo me enfrentaba a la prueba reina la Ehunmilak de 168 km, lo hacia con respeto pero con seguridad en mi mismo ya que tenia muchas ganas de correr esta carrera.
En esta aventura me acompañarían mi mujer Cristina y Jordi un amigo. El jueves tarde lo dedicamos a quedar con los compañeros del CEI Francisco y Xavi para cenar. El viernes tocaba ir a buscar el dorsal y hacer tiempo para ir a la zona de salida. Al ir a prepararme las bosas de vida me di cuenta que me había dejado una de las bolsas que llevaba preparadas, ni más ni menos que la ropa que quería ponerme para salir en la carrera. Me tocaba cambiar de estrategia y dejar la ropa para cambiarme en Etzegarate, arriesgándome a que no podría cambiarme en Tolosa. Después de recoger el dorsal nos fuimos a comer con los compañeros en el palacio Igartza, lugar donde la organización había programado la pasta party. Después de comer nos fuimos hacia el hotel donde se hospedaban Xavi y Francisco, allí nos dejaron una sala para que pudiéramos tumbarnos a descansar un rato. Estuvimos tumbados 1:30h pero yo no fui capaz de dormir, después nos cambiamos y nos fuimos hacia la zona de salida para entregar las bolsas de vida y la de ducha.
A las 17:00h pasamos al corralito, antes de entrar en la zona donde estaban todos los corredores había que pasar un control de material aleatorio. Nosotros al llevar mochila grande ni nos pararon. Nos reunimos todos los compañeros del CEI y estuvimos comentando la jugada hasta que empezaron los actos previos a la salida. 

Comentando lo que podíamos encontrarnos en carrera.

Con los compañeros del CEI justo antes de empezar la batalla.
Primero tocaron la Txalaparta que es un instrumento de percusión de origen tradicional, después salieron varias personas cantando un himno a las montañas en vasco y por último nos deleitaron con el Aurresku (danza vasca que se baila a modo de reverencia).
Ya ubicados y tras desearnos suerte para la carrera solo faltaba ponerse en marcha, tras ponernos la música de Conquest of Paradise de Vangelis (la misma que ponen en UTMB) estábamos con los vellos de punta.
Cuenta atrás en vasco y ya estábamos en el lio, los primeros metros por las calles de Beasain fueron un subidón de adrenalina brutal. Muchísima gente jaleándonos y dándonos ánimos nos daba energía para afrontar la gran aventura, comenzamos trotando y subíamos por carretera. 
Momento espectacular con todo el pelotón.

Primeros metros de la carrera.

Después de casi 1 km corriendo sin parar y sin dejar de subir, le tuve que decir a Xavi que aflojara un poco el ritmo. Nos habíamos quedado Xavi, Francisco y yo dejando atrás a los demás compañeros del CEI. Tras dejar la carretera nos metimos en un bonito camino sombreado, el calor era considerable y sudábamos muchísimo. Nos pusimos de nuevo a trotar ya que el camino era ancho y subía ligeramente, de repente encontramos un tapón en medio del camino y tuvimos que parar en seco. El camino giraba y se metía por un sendero que parecía una selva para salvar un tramo de pista, volvimos a la pista la seguimos un rato y de nuevo a un tramo de sendero inclinado. En ese sendero sufrimos muchísimo ya que la inclinación era considerable y el calor y humedad bestiales, poco a poco íbamos ganando altura hasta que al final llegamos a un tramo muy inclinado en el que a lo lejos se veía una enorme cruz. Justo antes de llegar a la cruz nos recibieron entre aplausos y vítores haciéndonos un pasillo, llegamos arriba y bajamos durante un pequeño tramo hasta una especie de merendero. 
Llegando al final de la primera subida.
Desde allí iniciamos una subida corta, después bajamos por un prado y seguimos llaneando para encarar una nueva subida a una ermita. Cuando llegamos a la zona del avituallamiento pudimos comprobar el ambiente de la Ehunmilak. Un pasillo formado por la gente vitoreaba la llegada de los corredores, justo antes de entrar nos pasó un tio que venía lanzado de la bajada y al que los de la organización tuvieron que frenar.
Con Xavi subiendo una nueva subida con energia.

Ambiente espectacular en el primer avituallamiento.
Íbamos dentro del planning que yo tenía planificado, repusimos líquidos y nos pusimos de nuevo en marcha. Descendimos llaneamos mientras el tiempo iba poco a poco cambiando, iniciamos una subida por pista mientras la niebla se iba apoderando de la montaña. Al llegar arriba veíamos a lo lejos una montaña coronada por una cruz, aquel seria nuestro siguiente objetivo. Descendimos y comenzó la subida, una subida que iba ganando en inclinación a cada paso, Xavi se adelantó y Francisco y yo no podíamos seguirlo así que decidimos subir a nuestro ritmo. Las vistas del valle engullido por las nubes era impresionante, seguimos nuestro camino y preguntamos cuanto quedaba hasta Zumarraga. 

La inclinación de la subida era considerabla.

Llegando al final de la subida.
Nos dijeron que en 30 minutos llegábamos, pero no nos fiamos ni un pelo. Comenzamos el descenso y a los pocos minutos de estar bajando tuvimos que parar, a Francisco se le subían los gemelos del esfuerzo de la subida. Solucionado el problema seguimos trotando suave para que Francisco se recuperara bien, por suerte el camino era bueno y acabamos llegando hasta las calles de Zumarraga siguiendo una larga pista.
Llegando a Zumarraga con energias.
Al entrar en el pueblo dimos un pequeño rodeo antes de encarar la entrada al avituallamiento, allí nos recibieron Cristina, Jordi, Betlem con Roger y Esteve Jr. y Vanesa con María. Entramos al avituallamiento con la intención de hacer una parada breve para no perder mucho tiempo, ya teníamos pasado el primer corte horario con un buen margen. Comimos todo lo que pudimos y lo que nos entraba y bebimos para recuperar líquidos, ya que habíamos sudado mucho. Una vez repusimos energías y nos despedimos de nuestros suporters nos pusimos en marcha, nos encontrábamos muy bien de energías y dispuestos a afrontar la primera noche.
Justo antes de meternos en la montaña de nuevo nos paramos a ponernos los frontales, solo salir el camino picaba hacia arriba y atravesaba un frondoso bosque. Subíamos a buen ritmo y aguantamos toda la subida sin ponernos los frontales, al llegar arriba la niebla era muy espesa y caía una fina capa de lluvia. 
Momentos previos al anochecer.
Cuando oscureció era muy complicado ver las señales, me puse al frente de mis compañeros porque supuestamente yo era el que veía mejor. La verdad es que yo tampoco era capaz de ver a pocos metros delante mio, además las luces de los frontales se mezclaban unas con otras y hacían que mi sombra tapara mi visión. Bajamos una zona muy inclinada y resbaladiza y después nos metimos en un bosque muy oscuro, o al menos era esa la sensación. Algunos corredores se atrevían a bajar trotando con esa niebla tan espesa que había, nosotros decidimos no arriesgar y bajar andando a buen ritmo. Parecía que la bajada había terminado pero fuimos haciendo pequeñas subidas y bajadas, en una de aquellas subidas llevaba a un tio enganchado y no se me despegó hasta que no paramos nosotros para dejarle un frontal a Xavi ya que el suyo no alumbraba. El tramo hasta Madarixa se hizo eterno ya que era el más largo de la carrera, pero si además le sumamos las condiciones que tuvimos se puede uno imaginar lo que se nos atragantó. El avituallamiento estaba a oscuras por algún tipo de fallo eléctrico, pero había muy buen ambiente. Aprovechamos que allí tenían caldo caliente y nos bebimos un vasito, también comimos algo y nos pusimos de nuevo en marcha.
Íbamos bastante mejor de lo que yo tenía programado así que no hacía falta forzar, nos dijeron que para llegar al siguiente avituallamiento había que subir un poco y después descender hasta Azpeitia por una bajada muy técnica por una calzada romana. La subida no tuvo mayor historia ya que nos encontrábamos cómodos y subíamos a nuestro ritmo, la bajada ya fue otra cosa. Un sufrimiento constante mirando donde poníamos el pie a cada paso, piedras resbaladizas, barro y alguna caída sin importancia. Cuando llegamos a terreno firme dimos las gracias por que se hubiera terminado aquel larguísimo suplicio. Una vez en Azpeitia llegamos a un pueblo desértico en el que no vimos a nadie debido a las horas de la mañana que eran, íbamos muy bien de ánimos pero ya no tan bien físicamente. Descansamos unos minutos y nos pusimos de nuevo en marcha, salimos del avituallamiento y atravesamos las calles de Azpeitia hasta llegar a una especie de paseo paralelo al rio. Desde allí llegamos hasta las vías del tren que cruzamos e iniciamos la subida, la subida hacia Zelatun a parte de larga era durísima. Algunos tramos tenían una inclinación considerable y el terreno era herboso por lo que resbalaba bastante, antes de acabar de subir ya amaneció y pudimos comprobar que el día seguía muy tapado y continuaba cayéndonos el maldito Txirimiri que nos había acompañado toda la noche.
El día amaneció nublado.
Llegamos al avituallamiento de Zelatun con ganas de llegar ya a Tolosa, yo empezaba a notar muchas molestias en la espalda y tenía ganas de llegar para que me pusieran alguna cosa. Salimos del avituallamiento y nos enfrentamos a un tramo que no era excesivamente duro, pero que a mí se me atragantó bastante y los compañeros se me iban distanciando. Subíamos y bajábamos continuamente con una humedad considerable, poco a poco el día iba abriendo y la subida iba terminando. Iniciamos el descenso hacia Tolosa. El primer tramo de la bajada era de mal pisar y con zonas muy resbaladizas, después atravesamos un bonito sendero que discurría por un frondoso bosque. La bajada acababa atravesando varios campos de cultivo para entrar en las calles de Tolosa, para llegar al avituallamiento nos hicieron dar un rodeo impresionante. El calor empezaba a apretar de lo lindo, yo hacía rato que quería quitarme ropa pero no lo había hecho para no perder tiempo. Empecé a notar el desgaste del calor y cada vez me iba costando más andar, tras un buen rato dando vueltas por Tolosa llegamos al avituallamiento.
Habíamos llegado al avituallamiento de la base de vida, llevábamos un buen tiempo y allí nos esperaban nuestros acompañantes. Yo me fui directamente hacia la cruz roja a ponerme algo en la espalda, cuando estaba esperando me dio un bajón y tuve que vomitar. Me encontraba fundido físicamente, necesitaba un buen rato descansando y seguro que me recuperaría. La medico de la cruz roja me dijo que no podían ponerme nada en la espalda, pero finalmente me pusieron un buen apósito y me dijeron que descansara un buen rato antes de salir de nuevo. Tuve que ir al servicio para soltar algo de lastre y encontrarme mejor, llevaba parado más de 20 minutos y aún no había comido nada. Habían llegado Esteve, Martí y Vicenç y estaban junto a Xavi y Francisco. Martí y Vicenç tuvieron la mala suerte que por problemas médicos no los dejaron continuar, Martí con dolor en la rodilla y Vicenç con una alergia en las piernas. Mientras descansaba, Cristina me cambió los calcetines, luego  intenté comer algo. Xavi dijo que si salíamos ya y yo le pedí un poco de tiempo. No quería hipotecar la carrera de los compañeros así que salí con ellos sabiendo que lo pasaría mal durante un rato, a los pocos metros los compañeros se iban alejando. Salimos de Tolosa atravesando un polígono y entramos en un sendero de subida, allí definitivamente los compañeros se alejaron. Tocaba tirar de coco y superar aquel mal momento, después de descender por una carretera y justo cuando venia un tramo de subida me tuve que parar a descansar 10 minutos. Pasado ese tiempo me tomé un gel y me puse de nuevo en marcha, parecía que había recuperado un poco las fuerzas y subía bastante bien. Acabada la carretera coincidí con una chica (Arancha) estuvimos hablando de que si llegaba la noche y no nos juntábamos con nadie ir juntos. En carreras largas si te quedas solo y más de noche, te rayas mucho y el coco te hace abandonar. Como me encontraba bien porque me había recuperado bastante, subí a buen ritmo ya que el camino apenas tenía pendiente. Después llegué al tramo de bajada que llevaba hacia el siguiente avituallamiento, un tramo que se me hizo larguísimo. Cuando llegué al avituallamiento les comenté que mi GPS marcaba unos 4 kilómetros más de lo que daba la organización, me comentaron que a todo el mundo le pasaba lo mismo y a todos les marcaba la misma distancia. Quedaban unos 9 kilómetros hasta Amezqueta, un nuevo punto donde podría ver a Cristina y Jordi. No estaba en condiciones de correr, pero si de caminar lo más rápido que podía así que así lo hice y poco a poco fui avanzando. Justo antes de llegar al asfalto me pilló Arancha a la cual había dejado atrás en la subida, ella había bajado trotando y me había ganado tiempo. Justo cuando llegué al asfalto me encontré a Jordi que había subido hasta allí a esperarme, le comenté que había pasado un mal momento pero ya estaba recuperado y con energía para afrontar lo que me quedaba. Continuamos bajando hacia el pueblo junto a Arancha. Cristina me esperaba a la entrada del pueblo. Justo cuando iba a llegar al avituallamiento vi que salían los compañeros, ellos ya habían parado y habían repuesto energía. Yo estaba recuperado pero tenía que comer algo para recargar más energías, comí todo lo que pude y me puse en marcha dispuesto a intentar atrapar a los compañeros. Cuando salí me despedí de Arancha y le dije que nos encontraríamos más adelante. Inicié la subida hacia el Txindoki con ganas, cuando ya hacia un ratito que había salido de Amezqueta me encontré con la agradable sorpresa de ver a Jordi y Cristina en un merendero. Me dijeron que los compañeros no hacía mucho que habían marchado de allí, me despedí de ellos y encaré las primeras rampas. El primer tramo de la subida era una pista por lo que podía caminar rápido, desde que salí de Amezqueta iba totalmente solo y no tenia nadie ni delante ni detrás. La pista fueron unos 2 km y me desvié hacia la izquierda por un sendero que subía bastante empedrado, llevaba un buen ritmo de subida y poco a poco iba avanzando. A medida que subía la pendiente se inclinaba más y más, decidí bajar el ritmo y subir algo más despacio. Hasta ese momento había hecho buen tiempo y pensaba que subiría el Txindoki sin problemas, pero me equivocaba. A medida que iba ganando altura la niebla se iba apoderando de la montaña. Veía excursionistas descendiendo, pero no veía a nadie subiendo. Justo cuando iba por un poco más de la mitad de la subida, escuché a Xavi animando a los demás compañeros. No sé porque no me dio por pegarles un grito para que me esperaran, pensaba que los tenía muy cerca y los pillaría. Llegué a un cambio de sentido en el camino y le pregunté a una pareja que quedaba a la cima, me dijeron que unos 30 minutos con un tramo muy inclinado y después algo más suave. Seguí subiendo y después de pasar un cercado sorteando alguna vaca que otra comenzó una subida muy inclinada, bajé un poco más mi ritmo y fui subiendo poco a poco. Comenzaba a hacer frio pero no quería parar a abrigarme hasta llegar a la cima, cometí un error porque empecé a sentir frio y no llegaba nunca a la cima. Subía lento y apenas veía lo que tenía delante debido a la niebla, me pasaron dos corredores que me dejaron atrás enseguida. A duras penas llegué al control de paso, pensaba que estaría en algún sitio resguardado del frio. Pero me equivoqué ya que solo había una pequeña tienda, me senté dentro y me puse el chubasquero ya que se había puesto a llover. Pasé el control justo a la hora que tenía prevista pasar, así que pensé que a pesar de haber pasado un mal momento iba bien. Tocaba seguir subiendo, la niebla era muy espesa y la lluvia cada vez caía con más fuerza. A parte de eso soplaba bastante aire, llaneé un buen rato y pensé que al menos no había mucha subida. Me equivoqué nuevamente, empecé a subir por una ladera que debido a la niebla se me hizo interminable. Acababa la ladera, llaneaba y de nuevo otra ladera. Así estuve un buen rato, este tramo me estaba desgastando psíquicamente. Tras un tramo bastante largo de llaneo descendí por un campo repleto de piedras, de vez en cuando veía alguna tienda de campaña entre medio de la niebla. Seguí caminando y tras unas dos o tres rampas más llegué a lo que parecía el pico, nueva equivocación. Aquel tramo era corto si lo hubiera hecho con sol y buen tiempo, pero con aquellas condiciones se hizo larguísimo. Parecía que empezaba a descender pero nuevamente volvías a ascender, el frio me había entrado en el cuerpo y me estaba asustando. Llegué a un punto donde habían dos tios de la organización, les pregunté si quedaba mucho para el avituallamiento porque quería que me miraran los de la cruz roja. Me dijeron que si que aun quedaba un buen trozo, pero que en 3 kilómetros había un puesto de la cruz roja. Inicié el descenso extremando las precauciones ya que las piedras resbalaban un pelín, el descenso era por un valle que tenía aspecto tétrico debido a la niebla pero que en un buen día tenía que ser espectacular. Un valle con infinidad de rocas y repleto de ovejas, intenté apretar el ritmo en una zona donde parecía que no había tantas piedras. Miré hacia atrás y vi que se acercaban 3 corredores, como bajo lento me habían casi pillado. Las malas sensaciones por el frio poco a poco iban desapareciendo, pero necesitaba la opinión de los de la cruz roja. Así que cuando llegué al puesto me metí dentro y les comenté lo que me pasaba, me pusieron una manta térmica y me hicieron varias pruebas. El médico me preguntó que si iba a continuar o no. Pero me comentó que quizás si continuaba lo mismo me recuperaba del todo o no llegaba a hacer 10 kilómetros. Esas palabras me hicieron recapacitar y decidí dejarlo allí, no era cuestión de jugarse la salud. La carrera el año que viene también se hará y podría volver a acabar lo que había empezado, en esas llegó Arancha a cambiarse de ropa porque tenía mucho frio. Cuando se iba le comenté que no era capaz de ponerme en contacto con mi mujer, que si era tan amable de informarle que había tenido que dejarlo allí.
Estuve un buen rato a que me trasladaran a Beasain, cuando llegamos a Beasain me tumbaron en la camilla y me hicieron descansar allí. Al principio en el puesto de la cruz roja y en el trayecto del coche había tenido mucho frio, pero allí ya me encontraba mejor. Tras un buen rato sin localizar a Cristina por fin pude hablar con ella, me vino a buscar y nos fuimos al hotel a descansar.
A la mañana siguiente me encontraba perfectamente, dolido en mi orgullo pero físicamente perfecto. Le dije a Cristina si me dejaría hacer los últimos kilómetros siguiendo a los compañeros, me dijo que si así que nos fuimos hacia Mutiloa el último avituallamiento antes de llegar a Beasain. Después de almorzar con Cristina y Jordi, nos fuimos Jordi y yo a ver si veíamos a los compañeros por el camino. Retrocedimos 4 kilómetros hasta encontrarnos con ellos, les saludamos y nos pusimos a caminar unos metros más atrás que ellos. No podíamos caminar a su lado ya que corrían el riesgo de que les descalificaran. Llegamos a Mutiloa y los compañeros avituallaron y salieron, yo esperé unos 5 minutos y me fui detrás de ellos. Quería hacer los últimos kilómetros de la carrera para quitarme un poco el mal sabor de boca, el tramo desde Mutiloa hasta Beasain era bastante fácil y casi todo por pista. Al llegar a las calles de Beasain yo me adelanté a los compañeros y fui avisando a todos los demás que ya llegaban. Al poco hicieron su entrada triunfal Francisco ,Xavi y Esteve FINISHERS.

Mi aventura:

113 kilometros

6762 Metros de desnivel positivo

6027 Metros de desnivel negativo

12789 Metros de desnivel acumulado

27:24 Horas


En conclusión, llegaba en muy buena forma pero eso no es garantía de victoria. En esta ultra he aprendido varias cosas a utilizar en próximos retos, en carrera he de intentar comer aunque no tenga hambre, el tema de la hidratación creo que lo llevé bastante bien pero me faltó gasolina para el cuerpo. Quizás debería tomar algún gel de vez en cuando para meterle energía al cuerpo, pero siempre intento no tomar ninguno. En el tema de planificación fue súper controlado, pero lo que no pude controlar fue el tiempo. Me alegro mucho que los compañeros pudieran llegar a meta, y como siempre fue un placer poder hacer tantos kilómetros juntos. Una lástima no haber pegado un grito cuando los escuché subiendo al Txindoki, quizás tendría que haberme abrigado antes? Quizás si en el puesto de la cruz roja me hubiera cambiado y hubiera descansado me habría recuperado? Son preguntas o suposiciones que no sirven una vez ha pasado todo, lo que tengo claro es que volveré a terminar lo que he empezado. Dar las gracias una vez más a Cristina por estar ahí en todo momento y a Jordi por hacerle compañía y darnos ánimos. En el tema de la carrera, el marcaje era perfecto, imposible perderse incluso habiendo niebla,  los avituallamientos eran muy completos, quizás hubiera puesto algo más en alguno, los voluntarios de 10, siempre atentos al corredor, el recorrido me gustó muchísimo (al menos el tramo que yo hice). Agradecer también el trato a los miembros de la cruz roja su trato tanto en Tolosa donde me hicieron la cura de la herida de la espalda, en el puesto de control donde me retiré porque me trataron muy bien y en Beasain donde siguieron estando por mi hasta que llegó Cristina. Por poner un pero a la organización, sería el puesto de avituallamiento de Lizarrausti. Un puesto donde no había ninguna manera de comunicar con ellos, allí estaba mi mujer Cristina y me fue imposible contactar con ella, tampoco pudieron informar a los del puesto de los abandonos en el tramo del Txindoki un tramo bastante propenso a haber abandonos. Agradecer a Arancha que avisara a mi mujer y la tranquilizara. 

domingo, 2 de julio de 2017

GRAN TRAIL SOBRARBE 2017

El día de San Juan ya se está convirtiendo en una tradición de visitar el Sobrarbe, y no vamos porque nos encante la comarca, nos guste visitar sus emblemáticos pueblos  o vayamos a celebrar la verbena. Al Sobrarbe vamos porque se celebra la Gran Trail Sobrarbe, una carrera que cruza la comarca del Sobrarbe y pasa por lugares emblemáticos como el Ibon de Plan y el Collado de la Cruz de Guardia,  y en la que la organización de la carrera se vuelca en que los corredores vivamos un fin de semana inolvidable.
Este era el sexto año que venía a participar.  La primera vez que vine fue el año 2011 tentado en correr una ultra en la comarca donde pasaba las vacaciones de pequeño. A pesar de no poder terminar y acabar destrozado, la carrera me enganchó y volví en los años posteriores en las que me quedé a las puertas en 3 ocasiones y fui allegador en otras 2, así que este año tocaba igualar el palmarés y conseguir ser allegador por tercera vez.
Este año volvíamos a viajar una pequeña expedición del CEI, que representaríamos al club en todas las distancias que conforman el Gran Trail del Sobrarbe. Xavi Torrijos, Toni Santana, Xavier Felip y yo mismo participábamos en la Gran Trail de 71 km. Dolo y David afrontaban la maratón y Jordi y Toni Gómez correrían la Trail de 22 km.
La tarde del viernes la dedicamos a ir a buscar el dorsal y acudir a la charla técnica. Durante la charla explicaron que al igual que el año anterior habría un corredor globo, dicho corredor haría la carrera en tiempos de llegar en 14 horas. El año pasado no funcionó muy bien ya que durante la primera parte de la carrera iba con bastantes y sin embargo llegó a Bielsa creo que con un par,  así que veríamos como iría este año. Después de la charla nos fuimos al camping, allí hicimos una cena de hermandad entre todos los compañeros y nuestras parejas y acompañantes.
Sábado 24 de junio
El despertador suena a las 4:30h, ha llegado el gran día. Me levanto y me preparo para la carrera, había quedado con los compañeros a las 5:15h para ir hacia Ainsa. Llegamos al castillo y ya nos vamos metiendo en el ambiente, saludo a Jordi Cot un antiguo vecino de Martorelles que también hará la Gran Trail (el quedaría entre los 20 primeros jejeje) pasamos el control de salida y nos vamos dirigiendo hacia los primeros puestos. 
Preparados para darlo todo.
El ambiente te transporta a la edad media, 300 valientes esperamos el lanzamiento del cohete para salir a la batalla. Música celta de ambiente mezclada con heavy metal, el speaker nos anima a levantar las manos y comienza la cuenta atrás 10,9,8,7,6….
Vamoooos, Toni arranca con un buen sprint y yo me espero a que llegue Xavi ya que se había quedado un poco descolgado. Atravesamos la plaza mayor de Ainsa y las bonitas calles del casco antiguo a gran velocidad, salimos del casco antiguo y salimos a la carretera. La carrera era neutralizada hasta la salida del pueblo, a pesar de ello el ritmo que llevábamos era bastante alto. Seguimos la carretera que lleva al Pueyo de Araguas durante unos 2 km, giramos a la izquierda y nos metimos en una de las zonas que más me gustan de la carrera. Un continuo sube y baja por un sendero magnifico por terreno ondulado, el ritmo era alto y cada vez que me paraba a hacer una foto me costaba bastante pillar a los compañeros. Casi sin darnos cuenta y tras una pequeña subida, llegamos al Pueyo de Araguas que nos daba la bienvenida bajo la atenta mirada de la imponente Peña Montañesa. 
Bonita zona de toboganes.

El Pueyo de Araguas bajo la Peña Montañesa.
Desde el Pueyo hasta el pueblo de Araguas venía uno de los tramos más complicados de la primera parte de la carrera, ascendíamos y descendíamos atravesando un bonito bosque hasta que llegábamos a una zona donde llaneábamos con unas bonitas vistas del macizo del Monte Perdido al frente hasta llegar a Araguas. Seguiamos llevando un ritmo constante pero sin forzar mucho la máquina. De Araguas hasta Laspuña el recorrido no presentaba apenas dificultad ya que era mayormente plano excepto una pequeña subida. Llegamos a Laspuña primer corte horario de la carrera con mejor tiempo que el año pasado, en el avituallamiento me bebí hasta 4 vasos de Aquarius y comí frutos secos y membrillo. Llevábamos solo 15 kilómetros y de momento no tenía problemas para comer, seguimos nuestro camino y bajamos hasta la carretera la cual seguimos unos metros para después desviarnos para seguir paralelos al rio Cinca. El tramo más corrible de la carrera según la organización, la verdad es que se puede correr bastante en ese tramo pero el más corrible no diría yo que fuera.
Corriendo paralelos al Cinca.
Se dividía en dos tramos, el primer tramo desde la carretera hasta que entrabamos al bosque era por camino ancho. Después nos metíamos en el bosque y había tramos de pequeñas subidas y bajadas, la llegada a Badain se hacía muy larga. Toni iba acelerando de vez en cuando porque se veía con ganas, Xavi y yo le seguíamos sin rechistar. Por fin y tras un buen rato llegamos al puente que cruza el rio y que tras una pequeña subida te lleva a Badain, al llegar nos recibieron Eva la novia de Toni, los padres de Eva, mi mujer Cristina y Sonia una amiga. Cristina me sujetó los palos mientras yo me avituallaba y me pregunto si necesitaba alguna cosa más, le dije que no y les dije a los compañeros que si arrancábamos.
Habíamos pasado un cuarto de carrera, llevábamos 25 kilómetros y habíamos tardado solo 3 horas. El ritmo hasta allí había sido muy alto y nos tocaba afrontar la primera gran subida, Xavi nos dijo que a partir de ese punto reguláramos y yo le dije que estaba de acuerdo. Iniciamos la subida y Toni se puso a tirar en cabeza, llevaba un ritmo bastante alto y me costaba seguirlo. Se notaba que acaba de comer y necesitaba unos minutos para calentarme, seguimos subiendo por el sombreado camino que subía hacia el Collado San Miguel. La subida no era excesivamente dura e íbamos subiendo poco a poco, salimos del sendero y llegamos a una pista en la que seguimos subiendo 1,5 kilómetros. Después giramos a la izquierda y llegamos al Collado siguiendo un bonito sendero, Toni y yo recordábamos que el año pasado hicimos parte del tramo que nos venía caminando. Le dijimos a Xavi que intentaríamos ganar un poco de tiempo trotando un poco, seguimos la pista un buen trozo a ratos trotando y a ratos caminando rápido. Después nos metimos en el bosque y salimos al espectacular mirador desde donde podíamos ver el valle de Chistau, nos dijeron que desde allí hasta el pueblo teníamos 2 kilómetros pero a Toni y a mí nos pareció poco.
Mirador hacia el valle de Chistau.
Bajamos un tramo bastante técnico andando para evitar lesionarnos, nos pasaban muchos corredores que bajaban a gran velocidad pero eso no nos importaba. Cuando quedaba poco para llegar a Saravillo, Toni aceleró el ritmo y nos dejó atrás, él baja mejor que Xavi y yo. Llegamos a Saravillo y justo antes de llegar al avituallamiento nos encontramos a Cristina y Sonia, seguimos unos metros y llegamos al avituallamiento. El calor estaba apretando fuerte, así que la fuente que había nos sirvió para refrescarnos la cabeza y mojar nuestras gorras. Tras avituallarnos tocaba afrontar el ascenso al Ibon de Plan, iniciamos el ascenso a ritmo suave y avanzando bastante rápido debido a que el primer tramo de subida es bastante fácil. Tras cruzar una pista el ascenso se iba complicando porque la pendiente se iba acentuando, por suerte recordábamos que a media subida encontraríamos la balsa de agua. Al llegar aprovechamos para refrescarnos la cabeza y yo vi que también se podía beber de un caño de agua, el calor ya empezaba a ser bastante fuerte y aún nos quedaba un poco para el avituallamiento. 
Paisaje espectacular subiendo hacia el Ibón de Plan.
Los 2 kilómetros que habían desde la balsa hasta el refugio Labasar se hicieron muy duros, el calor y las fuertes rampas nos hacia ir un poco más lento de lo que queríamos pero por fin llegamos al refugio. Allí estaba Eva con sus padres, habían subido a ver el Ibon, se puede llegar en coche hasta el refugio y desde allí al Ibon es un recorrido fácil para hacer en familia. Habíamos pasado un nuevo corte horario y continuábamos teniendo un buen margen. Mientras nos dirigíamos hacia el Ibon, veíamos a otros corredores que volvían. El entorno del Ibon de Plan es espectacular y el Ibon es uno de los lagos de montaña más bonitos de los pirineos aragoneses. Allí había muchísima gente entre corredores y turistas. Nos hicieron la foto en el photocall y nos pusimos en marcha en dirección a iniciar la bajada hacia Plan. 
Caminando hacia el Ibón.

El pibón del Ibón.

Equipazo posando en el Ibón.

Encaramos la bajada bajando cada uno a su ritmo, Toni más rápido, Xavi y yo más tranquilitos. Durante la bajada se cruza el rio una cuantas veces y se atraviesan varias zonas de tarteras, llegando a un tramo final de la bajada que era más fácil. Bajamos mucho mejor que el año pasado así que la bajada se me hizo relativamente corta, al final de la bajada se llegaba a una pista donde había un colaborador que nos indicó que quedaban 2 kilómetros de pista hasta Plan. El año pasado hicimos todo ese tramo caminando. Trotamos un poco para ganar un poco de tiempo pero al final acabamos haciendo el tramo andando rápido.
Atravesando una tartera durante el descenso.
Habíamos llegado a Plan 1 hora menos que el año pasado y allí nos esperaban todos nuestros acompañantes, habían llegado mis padres y se habían unido a todos los demás. Nos fuimos a una sombra con nuestro plato de macarrones, nos quitamos la mochila y nos pusimos a comer. Mientras comíamos nuestros acompañantes nos iban ofreciendo cosas, yo recordaba que el año pasado hicimos una parada demasiado larga en Plan que después nos obligó a correr al final. Les dije a los compañeros que hiciéramos una parada de 15 min máximo. 
Reponiendo fuerzas en Plan.
Después de remojarnos un poco la cabeza nos pusimos de nuevo en marcha. Habíamos parado 14 minutos exactamente así que íbamos muy bien, subimos por el paseo hasta la salida del pueblo e iniciamos la subida hacia Gistain. El año pasado sufrimos mucho en este tramo por el calor, y de nuevo se repetía la misma historia. Subíamos por bastantes zonas con sombra pero el calor en ese tramo es infernal, parecía que estábamos andando dentro de una sauna. Yo me puse a tirar y Xavi me seguía de cerca, Toni nos dijo que tenía mucho calor y poco a poco se iba quedando atrás. Tras casi 30 minutos llegábamos a las calles de Gistain. Toni y yo recordábamos que había una fuente en el pueblo pero no veas lo que costó llegar. Durante la subida adelantamos a una chica que nos había adelantado durante la subida hacia el Ibon de Plan, ella iba muy sobrada esperando a su novio que no estaba pasando un buen día. La chica se llamaba Nerea y el chico Jorge, hasta ese momento habían ido coincidiendo con nosotros durante todo el recorrido. Tras refrescarnos en la fuente nos quedaba subir una pequeña rampa, arriba teníamos una bonita panorámica de Plan. 
Llegando al pueblo de Gistain.

Vista panoramica de Plan.
Nos tocaba afrontar un tramo de llano y bajada, Nerea y Jorge nos pasaron nuevamente. No entendíamos como el chico que iba muy tocado subiendo, era capaz de correr en las bajadas. Nosotros bajamos trotando un poco pero sin acelerarnos, a mitad de bajada Toni nos dijo que tenía que ir urgentemente a hacer una parada técnica larga. Nos dijo que fuéramos tirando que ya nos pillaría, Xavi se puso a caminar bastante rápido. En medio del sendero estaban atendiendo a un corredor que se había hecho daño. A medida que avanzábamos la vegetación en el sendero era más espesa y costaba ver el suelo. Salimos a una pista en la que Toni nos dio alcance, la seguimos 1 kilómetro antes de desviarnos por un sendero que bajaba por terreno muy técnico hasta el pueblo de Serveto donde estaba el siguiente avituallamiento. Empezaba la subida seria de la carrera, primero atravesamos el pueblo abandonado de Señes para empezar a subir por un sendero que iba ganando altura poco a poco. Me puse a tirar a un ritmo bastante alto junto con Xavi, Toni se iba quedando atrás y hubo un momento que no lo veíamos. Mientras íbamos subiendo el calor apretaba de lo lindo, yo le decía a Xavi que pronto encontraríamos un riachuelo donde nos podríamos remojar la cabeza. Durante la subida volvimos a adelantar a Nerea y Jorge, seguíamos avanzando pero no llegábamos al rio. Le comenté a Xavi que cuando llegáramos al rio nos esperaríamos que llegara a Toni, tras un buen rato por fin llegamos al tan esperado rio. Buscamos un rincón con sombra para esperar a Toni y enseguida lo vimos llegar, mientras estábamos rellenando nuestras reservas de agua nos volvieron a pasar Nerea y Jorge. Tras cruzar el rio afrontábamos un tramo duro, una subida muy inclinada por un sendero herboso que llevaba hasta una cabaña en el camino. Pasamos a la pareja de Nerea que iba muy tocado y seguimos subiendo. Pasamos la cabaña y tras un tramo atravesando un campo llegamos a un avituallamiento extra que había puesto la organización. Tras el avituallamiento nos tocaba afrontar una rampa muy inclinada, tras la rampa Xavi se puso a tirar a un ritmo muy alto. Yo iba tirando pero no le podía seguir y Toni iba detrás de mí. Poco a poco Xavi se alejaba de mí y yo me alejaba de Toni. Tras un tramo de fuerte rampa por fin el camino se suavizaba y llegué a la Cruz de Guardia, Xavi ya hacia un rato que estaba allí y a los pocos minutos llegó Toni. 
Subiendo por una fuerte rampa.

Llegando al collado de la Cruz de Guardia.

Con Xavi en la cima justo antes de empezar a bajar.
En el avituallamiento estaba Nerea esperando a su chico que aún le quedaba un buen rato para llegar. Nosotros seguíamos a por nuestra carrera. Iniciábamos el descenso hacia Bielsa viendo la posibilidad de hacer un buen tiempo. El día de antes Toni me comentó si yo veía factible hacerla en 12:30h y yo le dije que no creía, pero viendo el tiempo que llevábamos y que tocaba descenso aun era factible conseguirlo, pero no íbamos a forzar para nada. Bajamos andando el primer tramo de la bajada que era algo más técnico y peligroso, después entramos en el bosque y alternamos tramos trotando suave y tramos caminando rápido. 
Iniciando el descenso.

vistas espectaculares mientras descendemos.
Mientras íbamos bajando en una zona algo más fácil, nos volvió a pasar la pareja Nerea y Jorge. Nuevamente nos quedamos sorprendidos de que el chico fuera capaz de bajar corriendo tal y como había subido, durante la bajada fuimos a un ritmo bastante más alto que el año pasado. Cuando estábamos a 4 kilómetros de llegar a Bielsa, Toni se torció el tobillo y estuvo unos minutos hasta que se le calentó sufriendo dolor. Por suerte se le paso rápido y pudo continuar sin problemas, cuando llegamos al final del sendero en la pista había un chico de la organización ofreciendo agua. No cogimos porque lo que teníamos ganas era de llegar. Toni se puso a trotar y lo seguimos pero por suerte fue poco rato. Llegamos a la entrada de Bielsa y comenzamos a trotar de nuevo, cuando ya encarábamos la recta final a meta nos abrazamos los 3 para hacer nuestra entrada triunfal. 
Llegada triunfal a Bielsa.
Siii lo habíamos conseguido, un tiempo espectacular de 12:34 horas. Habíamos hecho casi 1:45h menos que el año pasado. Nos colgaron la medalla de allegador y nos fuimos hacia las duchas. (por cierto el agua de la ducha estaba helada)
El domingo por la mañana había propuesto a los compañeros, si alguno me acompañaba a hacer mi tradicional subida al Castillo de Boltaña. Solo David y su hijo se apuntaron, hicimos nuestra excursión al castillo y después volvimos por el camino de los Mosquerales. Después nos reunimos todos los componentes de la expedición para culminar el gran fin de semana con una barbacoa.
La expedición del Sobrarbe al completo.

En conclusión, el Sobrarbe es una carrera que sin duda repetiré siempre que pueda. Es una pena que el año que viene no la hagan y ahora pase a ser bianual. El recorrido es espectacular y el hecho de no estar marcada y tener que seguir la señalización de GR y PR le da un aire más aventurero. Dar las gracias a organizadores y voluntarios por hacer que queramos repetir año a año. En lo referente a mi carrera decir que me he encontrado mejor que nunca y no he tenido ningún momento de bajón. El compartir kilómetros con amigos te da un plus de energía. Con Xavi ya son muchos años y muchísimos kilómetros compartidos y con Toni ya llevo también unas cuantas carreras. Siempre es un placer compartir kilómetros con ellos. Agradecerle a Eva, los padres de Eva, Sonia y sobre todo a Cristina el apoyo que nos han dado en todos los avituallamientos.