lunes, 17 de septiembre de 2018

GRAND RAID DES PYRÉNÉES 2ª PARTE


Pierrefitte – Bederet 13,8 km 1305+ 30-
Tiempo Límite: 24:15 horas   tiempo invertido: 22:00h

Al salir del avituallamiento no me quedaba muy claro que camino había que coger, me habían dicho que debíamos retroceder por donde habíamos llegado, pero yo no veía ninguna marca. Me enganché a dos corredores y salimos los 3 juntos hasta dar de nuevo con el sendero correcto, ya era negra noche y en un letrero pude leer que hasta Bederet había 5:30h de camino. Lógicamente no iba a tardar tanto tiempo, pero no me fiaba mucho. El sendero picaba hacia arriba cada vez más, íbamos subiendo atravesando un frondoso bosque que pese a la oscuridad me permitía apreciar la altura que iba ganando. Me empecé a notar algo flojo y decidí aflojar un poco el ritmo de subida, había llegado la primera pájara? Mientras subía me iba animando a mi mismo de que aquel momento seria pasajero y pasaría enseguida, tras la larga subida (se me hizo interminable) vino un tramo de llaneo donde a lo lejos iba viendo un pueblo. El sendero no era fácil de seguir ya que tenía bastantes raíces y piedras. Salí del sendero y vino un tramo bastante largo de pista. Me animé a trotar un poco pero sin llevar un ritmo muy elevado, me había puesto como tiempo de referencia un punto que se llamaba Virage Viscos. No sabía si aquello era un pueblo o un punto del camino, iba mirando el reloj y cuando llevaba lo que yo había calculado vi un letrero que marcaba Viscos en una curva. Seguramente aquello seria el Virage Viscos, a pesar del bajón de energía que había tenido había hecho el tiempo que había calculado. Tras un giro volví a entrar en un nuevo sendero ascendente, a medida que iba subiendo la niebla iba cubriendo la montaña y la sensación térmica de frio iba aumentando. No tenia frio en el cuerpo, pero si un poco en las manos. Tras un buen rato subiendo llegué al avituallamiento de Bederet. Entré en la carpa y me senté en una silla a descansar un poco y comer algo a ver si me recuperaba. Allí me llevé una sorpresa, Francisco el corredor español con el que había coincidido subiendo al Pic Du Midi estaba allí. Me comentó que lo había pasado muy mal en aquel tramo y que había vomitado y no le entraba la comida, me comentó que igual había sido culpa de la sopa y que muchos corredores habían caído por lo mismo. Tras recuperar fuerzas y equiparme con guantes y gorro, me puse de nuevo en marcha.

Bederet – Cauterets 9,8 km 265+ 1089-
Tiempo límite: 27 horas tiempo invertido: 24:38h

Cuando salí del avituallamiento me entró mucho frio, suerte que venía un tramo de pista y pude acelerar el ritmo para entrar en calor. Dejé atrás a Francisco y le dije que ya nos veríamos en Cauterets, tras 1,5 km por pista ascendente coroné el Col de Riou. A partir de aquel punto todo era bajada hasta Cauterets, la bajada era por un sendero bastante inclinado en algunos puntos y con bastantes raíces. Algunos corredores bajaban trotando, yo decidí bajar caminando lo más rápido posible puesto que aun me notaba raro y sobre todo tenia malestar de estómago. Me volví a dar ánimos a mi mismo diciéndome que pronto llegaría al pueblo y podría tomarme un pequeño descanso, o lo que podía ser más determinante pasar por el lavabo para aliviar mis dolores de estómago. Tras un buen rato bajando llegué al pueblo de Cauterets, como ya venía siendo costumbre antes de llegar al avituallamiento se tenía que dar un rodeo enorme. Nuevamente no me cuadraban los km. que debíamos llevar con los que me marcaba el GPS, yo en aquel punto ya llevaba 100 km y según el libro de ruta deberíamos llevar 97. Por lo menos ya había llegado a la barrera psicológica de los 100, a partir de aquel punto tocaba descontar km, el sueño de ser finisher cada vez estaba más cerca. Al igual que me pasó anteriormente en el avituallamiento de Hautacam, al entrar en el local donde estaba situado el avituallamiento te tentaba a abandonar en aquel punto. Un local calentito, con comida, lavabos y una zona con camillas para tumbarse a descansar. Lo primero que hice fue ir al lavabo para aliviar mis dolores de barriga, cuando salí intenté comer alguna cosa, ya que desde que había salido de la base de vida no me había entrado la comida. Por fin me volvía a entrar la comida, iba bien de tiempo y podía haberme tumbado un poco para descansar un poco. Decidí no hacerlo, puesto que cuando estaba mucho rato parado el pie me dolía horrores. Hasta aquel momento había notado alguna molestia sobre todo en las zonas de mucha piedra, pero empezaba a notar dolores en las plantas de los pies. Me dispuse a continuar, pero antes le pregunte a Francisco como estaba. Me comentó que como iba bien de tiempo intentaría descansar un rato haber si le desaparecían las molestias, le di ánimos y me puse de nuevo en marcha dispuesto a afrontar un nuevo tramo de carrera.

 Cauterets – Luiz Saint Sauver   2ª Base de Vida   17,9 km 1186+ 1425-
Tiempo límite: 32:30 horas tiempo invertido: 29:30 h

Tras salir de las calles de Cauterets se atravesaba un parque y se iniciaba una subida por camino ancho, solo empezar la subida me repetía a mi mismo que ojala toda la subida fuera por un camino tan cómodo como aquel. El camino iba ganando altura a medida que iba subiendo, se subía haciendo curvas. Me estaba empezando a dar mucho sueño, mientras subía intentaba hacer pequeños trucos para ganarle la batalla. Contaba los pasos que daba, contaba las curvas, me sentaba en los pequeños muros de piedra que había en cada curva para hacer micro sueños de 30 segundos con los ojos cerrados, caminaba con los ojos cerrados. Lo único que podría quitarme el sueño definitivamente es que amaneciera, por suerte ya quedaba muy poco para que aquello sucediera. Había subido a buen ritmo y eso incluso me permitió atrapar a algún corredor, había ido solo todo el tramo de subida. Tras más de 1 hora subiendo el camino ancho dio paso a un verde prado, al fondo se veía una enorme montaña y pequeños puntitos subiendo por su ladera. Soplaba el aire y hacia bastante frio, por suerte había que seguir subiendo. Inicié el último tramo de subida hacia el collado, la subida era por un sendero muy inclinado. Subía muy despacio pero sin pararme, aquellos 400 metros de desnivel se me hicieron muy duros y al llegar arriba solté un grito de alivio.
Vistas desde la cima del Col du lisey.
En la cima daba el solecito y se estaba muy bien, me quité el frontal y el gorro y me puse en marcha. Parecía que la bajada hasta el siguiente avituallamiento seria por pista, pero de repente vi que las señales se desviaban para descender por la ladera de la montaña en dirección a las pistas de esquí. La planta de los pies me dolía horrores en aquella bajada, pero intenté bajar lo más deprisa posible. Mientras iba bajando saqué la cámara para grabar un poco y no me di cuenta que se me había caído un palo, tuve que volver hacia atrás unos metros para recuperarlo. Tras aquella bajada pronunciada solo había que seguir una pista ancha para llegar al avituallamiento de Aulian, estaba dentro de la estación de esquí y había comida y bebida para reponer fuerzas. Dudé por unos instantes si comer mucho o no, puesto que la base de vida no quedaba muy lejos. Finalmente y al ver que estaban haciendo creps me decidí a comerme algunas, sin nada dentro por si me daba dolor de estómago. Salí del avituallamiento dispuesto a llegar lo más rápido posible a Saint Sauver, el inicio de la bajada era siguiendo un GR que atravesaba la carretera varias veces. Después llegué a un sendero muy bonito en el que incluso me aventuré a bajar 4 km trotando, las plantas de los pies me molestaban bastante pero el terreno era cómodo para bajar rápido. Rápido lo que se dice rápido no iba, pero avanzaba bastante más que caminando. Al final del sendero se llegaba a un pequeño pueblo o urbanización no tengo claro que era aquello, desde allí un nuevo sendero te llevaba directo a las calles de Luiz Saint Sauver. Iba muy bien de tiempo y al parecer me había recuperado del bajón físico que había tenido, me puse a caminar rápido y atravesé un puente colgante para entrar en una larga calle. Al final de la calle ya pude ver a Cristina que me estaba esperando, desde el día anterior en el Pic Du Midi no nos habíamos visto. Habían pasado unas cuantas horas y verla me dio más energía, me acompañó hasta el avituallamiento. Una vez dentro de la base de vida de Luiz Saint Sauveur, me senté a comer algo mientras Cristina me recogía la bolsa de la ropa seca.
Llegando a Luiz Saint Sauver.
 
Después de comer me fui al lavabo para cambiarme, el lavabo estaba ocupado así que cogí y me cambié allí mismo escondido detrás de unos armarios. Cambio de ropa completo para afrontar los últimos km de la carrera, volví con Cristina y tras unos minutos descansando me puse de nuevo en marcha.

Luiz Saint Sauveur – Refuge de la Glère 13,3 km 1529+ 66-
Tiempo límite: 39 horas       tiempo invertido: 34:21h

Cristina me acompañó unos metros hasta que tome un camino que seguía el rio, quedamos en vernos más tarde en el avituallamiento de Tournaboup.
Ya cambiado saliendo del avituallamiento.
Me enfrentaba a las dos últimas subidas serias de la carrera, la primera subida era por un sendero muy inclinado que iba ganando altura rápidamente. Volvía a encontrarme flojo subiendo así que decidí aflojar un poco el ritmo, a pesar de ello me hice aquellos 700 metros de desnivel bastante bien. Una vez arriba se llaneaba un buen rato por un bonito sendero que atravesaba la ladera de la montaña, al final del sendero comenzaba el terreno complicado. Para empezar tuve que subir una pequeña rampa con un desnivel considerable, después se llegaba a una zona más llana pero con mucha piedra que me llevó hasta la Cabana de Sardiche. Un avituallamiento solo de agua situado en una cabaña en medio del valle, llevaba líquido suficiente por lo que no me paré. Unos metros pasado el avituallamiento pensaba que me había perdido, no veía ningún camino ni sendero y solo un mar planicie de rocas delante de mí. Vi que las señales estaban colocadas en las rocas indicando la dirección y las fui siguiendo, un continuo saltar de roca en roca vigilando de no meter el pie en un agujero. Las plantas de los pies y el pie izquierdo me dolían una barbaridad en las zonas técnicas, por lo que pasar aquel tramo fue un suplicio. Después venían unos cuantos sube y baja por pequeñas rampas repletas de piedras, tras superar aquella zona miré al horizonte y vi que a lo lejos los corredores seguían subiendo por otra montaña. Aquel tramo desde  el avituallamiento se me estaba haciendo interminable, pasé junto a un rio y decidí beber agua para reponer fuerzas. Una última y durísima subida me llevó hasta el collado, desde allí podía ver el refugio donde estaba el siguiente avituallamiento.
Desde el Sarrat de Lagues ya podía ver el refuge de la Glère.
 
Antes de llegar al refugio se daba un gran rodeo saltando más rocas, al fondo del valle se podía ver un espectacular lago. Llegué al refugio y me senté en un banco a comer algo y beber, no les quedaba agua con gas que era lo que me estaba manteniendo con energías así que me conformé con agua. Tras descansar me puse de nuevo en marcha.

Refuge de la Glère – Tornaboup 6,8 km. 36+  750-
Tiempo límite: 41 horas Tiempo invertido: 35:50 horas

Solo salir del avituallamiento se descendía por una pista ancha, por un momento pensé que tendría una bajada plácida hasta el siguiente punto. Una vez más me equivocaba, el recorrido iba atravesando la pista descendiendo por senderos bastante técnicos y con muchas piedras. En condiciones normales no me hubiera costado bajar por allí, pero con el dolor de las plantas de los pies que llevaba me costaba horrores avanzar. En uno de esos senderos me llevé una sorpresa, un corredor volvía hacia atrás. Cuando llegó a mi altura vi que era Martín de Huesca con el que ya había coincidido dos años en la carrera del Vall de Vió, lo saludé y me dijo que se había dejado algo en el avituallamiento y volvía a buscarlo (que ganas de volver a subir, pero bueno no sé lo que se habría dejado) tras un buen rato descendiendo cortando la pista por senderos llegué a una especie de valle donde la pista iba paralela a un rio. Intenté trotar un rato pero no me encontraba cómodo así que decidí ponerme a caminar rápido, me sorprendí porque era capaz de mantener un ritmo de 6,7 – 7 km/h sin forzar. Incluso dejé atrás a dos corredores que había atrapado en el descenso, a medida que iba descendiendo la temperatura iba bajando y me tuve que parar a ponerme los manguitos. Tras dejar la pista se bajaba por un sendero de hierba hasta una carretera, veía casas y pensaba que ya llegaba al avituallamiento. Seguí la carretera durante un rato y me alejaba de aquellas casas, como vi que la carretera descendía me puse a trotar. Me sorprendí porque bajé al menos 2,5 km sin parar de trotar, al llegar abajo había que ascender unos metros y descender nuevamente hasta el avituallamiento. Al llegar al avituallamiento me sorprendí porque no veía a Cristina, cuando la iba a llamar para ver dónde estaba la vi salir del lavabo.
Avituallamiento de Tournaboup.

Reponiendo fuerzas.
 Entró conmigo en el avituallamiento y me ayudó a rellenar los bidones, cuando salí del avituallamiento me despedí de ella hasta la meta.

Tournaboup – Restaurant Merlans 15,7 km. 1246+  644-
Tiempo límite: 48 horas  Tiempo invertido: 40:54 horas

Salí del avituallamiento dispuesto a enfrentarme a las dos últimas subidas largas de la carrera, aprovechando que el primer tramo de la primera subida era por pista, puse un ritmo constante pero sin forzar.
Saliendo del avituallamiento.
Tras acabar la pista se entraba en un sendero más técnico y con mucha piedra que subía bordeando el rio, el ascenso por allí coincidía con los corredores de la prueba de 120 kilómetros así que de ir prácticamente solo hasta Tournaboup pasaba a tener muchos corredores delante y detrás. Cuando ya parecía que había terminado de subir, me encontré con un tramo de pequeñas subidas y llaneos. La niebla empezaba a hacer acto de presencia y la temperatura iba bajando, iba mirando el GPS controlando la altura hasta que por fin llegué al avituallamiento de Cabana d’Aygues Cluses, allí había situada una carpa repleta de corredores resguardándose del frio. Decidí sentarme 2 minutos a descansar, solo salir de la carpa me entro frio por lo que me paré en un muro de piedra protegiéndome del viento para equiparme con guantes, gorro y buff. Tocaba enfrentarse a la última subida dura de la carrera, pensaba que iría ganando metros a base de pequeñas subidas que iba haciendo. Me volví a equivocar nuevamente, de repente y bajo una niebla muy intensa apareció ante mí la silueta de un collado. Empecé a ascender por un sendero muy inclinado, las fuerzas me estaban abandonando y me costaba mucho avanzar. Decidí subir a ritmo muy lento pero sin hacer paradas, me costó casi 25 minutos hacer un tramo de 800 metros de distancia, pero había salvado 350 metros de desnivel positivo. Estaba contento porque teóricamente ya no quedaba ninguna rampa así de dura, pero en realidad aun me quedaban 200 metros de ascenso. Me puse a caminar todo lo rápido que el terreno me permitía ya que era bastante técnico, tras pasar un primer tramo de llaneo empecé a descender. No sé cómo definir el siguiente tramo de la carrera, pero podría denominarlo el tramo fantasma. Una interminable bajada por terreno muy técnico, saltando rocas, atravesando zonas de barros, atravesando riachuelos, saltando raíces, saltando troncos, agachándome constantemente para no golpearme la cabeza… iba mirando el GPS y según los km. que me marcaba debía estar a punto de llegar al siguiente avituallamiento. Llegué a una zona donde había un tío que nos dijo que quedaban 3,5 kilómetros hasta el restaurant Merlans, no podía ser o los kilómetros eran eternos o se habían equivocado al medir la distancia. Tras ascender una dura subida se seguía un sendero muy aéreo y muy oscuro, había anochecido muy rápido y la noche era muy cerrada. La llegada hasta el Restaurant Merlans se me hizo bastante larga, además empezaba a hacer mucho frio. Por fin llegué al avituallamiento, al entrar nuevamente me lo encontré repleto de gente así que busqué un hueco para sentarme y llamé a Cristina para decirle que estaba allí.

Restaurant Merlans – Vielle Aure 13,7 km. 177+   1424-
Tiempo límite: 52 horas Tiempo     Total invertido: 43:54 horas

Solo salir del avituallamiento se subía la misma bajada que habíamos hecho en los primeros kilómetros de la carrera, por suerte pude mantener un buen ritmo de subida. Así casi sin darme cuenta ya me había comido todo el desnivel positivo de la carrera, tocaba bajar y esperaba por el bien de las plantas de mis pies que la bajada fuera cómoda. Empecé a descender por un sendero bastante cómodo a medida que me pasaban muchos corredores, yo bajaba trotando suave pero el dolor de pies me hizo ponerme a caminar. De repente la niebla se hizo más intensa y apenas se veía a 3 metros de distancia, para postre el último tramo de sendero hasta el pueblo de Soulan se hizo eterno y además era bastante inclinado y obligaba a frenarse bastante. Una vez en Soulan ya solo me quedaban 5,1 km así que decidí comenzar a descontar km. Descendí unos metros por la carretera y luego por una pista ancha. Tras unos 2 kilómetros el camino se desviaba y se descendía por un sendero más inclinado  a través de un bosque. A medida que bajaba empezaba a tener calor por lo que decidí pararme en una mesa que vi en el camino a quitarme ropa. A los pocos metros de allí me encontré con un control donde ponía que quedaban 1,8 kilómetros, ya quedaba muy poco para conseguir el reto. Pasé por un puente y tras desviarme cogí un camino paralelo al rio, me quedaba 1 kilómetro a meta.
Últimos metros de la carrera.
 
Me quería poner a correr pero me puse y no me encontré cómodo por lo que seguí andando, cuando quedaban unos 200 metros a meta me encontré con Cristina. Le di la cámara y me acompañó hasta la meta para acabar así una durísima carrera. Siiii reto conseguido!!.
Reto conseguido.
Al día siguiente y tras dormir unas horas, fuimos a ver la entrega de premios y a la comida de final de carrera, una comida donde no te quedabas con hambre, había de todo.
En la comida final había de todo.
170,6 Kilómetros

10800 Metros de desnivel positivo

10800 Metros de desnivel negativo

21600 Metros de desnivel total acumulado

43:54 horas

En conclusión, a la tercera fue la vencida. Por fin he podido acabar una carrera de 100 millas este 2018. Esta carrera no era mi gran reto de la temporada pero después de lo que pasó en las dos anteriores pasó a serlo. En el plano físico estoy muy contento porque me he encontrado perfectamente, a pesar de los dos momentos de bajón físico que son normales en este tipo de carreras. He tenido molestias en las plantas de los pies debido al tipo de terreno, también me ha dolido el pie derecho como siempre y la parte del talón del pie izquierdo pero he aguantado muy bien el dolor. He mejorado mucho en el tema mental puesto que en esta carrera he ido solo y apenas he hablado con alguien a parte de un rato con Francisco y con el chico vasco-francés, por lo que he hablado conmigo mismo durante muchas fases. En lo referente a la carrera, decir que el recorrido es espectacular. Quitando los primeros 15 kilómetros el resto no te da apenas respiro, paisajes alucinantes, infinidad de rocas y muchos lagos, la señalización muy buena y casi imposible perderse excepto algunas zonas que no estaban del todo bien marcadas. Agradecerle a Cristina que a pesar de que el seguimiento en esta carrera haya sido complicado, haya estado ahí dándome su apoyo como siempre.


viernes, 14 de septiembre de 2018

GRAND RAID DES PYRÉNÉES 1ª PARTE


A la tercera fue la vencida. Era la tercera prueba de 100 millas a la que me enfrentaba este año, las dos anteriores no conseguí hacer la distancia entera por culpa de las inclemencias meteorológicas.

En marzo participé en la Ultra Trail Sierra de los Bandoleros y recortaron la carrera a los 104 kilómetros debido a que las fuertes lluvias dejaron muchos caminos impracticables, en julio tocaba el segundo asalto y también mi segundo intento de acabar la Ehunmilak ( las 100 millas vascas) el año pasado me tuve que retirar por un principio de hipotermia. Este año cuando solo llevaba 42 kilómetros pararon la carrera por fuertes tormentas eléctricas, la mala suerte se volvió a cebar conmigo.

Y por fin llegó la definitiva, quizás la más dura de las tres carreras a las que me había apuntado este año y de momento la más dura que he hecho nunca. Esta vez el mal tiempo no pudo conmigo ni fue motivo de que me recortaran o neutralizaran la prueba, hubo momentos de todo tipo, soledad, lluvia, niebla, frio, calor, subidas interminables, bajadas interminables, lagos, saltos de roca en roca….
Hacía tiempo que me quería apuntar al Grand Rayd des Pyrénées, pero siempre coincidía que me apuntaba a la UTMB y no podía compaginar las dos carreras. Después de mi paso por la Ultra Bandoleros decidí que me apuntaría al Grand Rayd, así me ponía como reto hacer dos carreras de 100 millas en el espacio de 1 mes.
El Grand Rayd des Pyrénées es una prueba poco conocida a nivel internacional pero de una dureza extrema, donde se hace una incursión en la zona de Hautes- Pyrénées (Altos Pirineos) la prueba consta de 5 distancias diferentes.
  • Ultra Tour : 167 km et 10000 m de D+, la prueba en la que iba a participar.
  • Tour des Cirques : 123 km et 7000 m de D+,
  • Tour des Lacs : 82 km et 5000 m de D+,
  • Tour du Néouvielle : 43 km et 2500 m de D+,
  • Pyrénées Tour Trail (carrera en 3 días y 4 etapas) :  21 km el jueves 23 por la mañana, KV (Kilómetro vertical) el jueves por la noche, 32 km el viernes, 43 km el sábado
Jueves 23 de agosto
Mi mujer Cristina y yo salimos desde Boltaña donde habíamos pasado la noche hacia el pueblo de Sant Laury Soulan. A Sant Laury se llega tras atravesar el túnel de Bielsa. Una vez nos instalamos en el hotel nos fuimos hacia el pueblo de Ville Aure que estaba a 1 km de donde estábamos alojados para recoger el dorsal, al llegar aparcamos en una enorme esplanada habilitada para tal fin y desde allí fuimos hacia la enorme carpa donde se hacían entregas los dorsales. Al recoger la hoja de material obligatorio y la bandeja donde debíamos dejar dicho material, me di cuenta que me había dejado en el coche un botellin así que me tuve que comprar uno para pasar del paso. Me pasaron el control de material sin ningún problema ya que normalmente llevo incluso más de lo que te piden normalmente, me dirigí a una nueva mesa donde me entregarían el dorsal y la bolsa del corredor con las dos bolsas de vida de las que disponíamos en carrera. Una bolsa estaría en el km 74,3 y otra en el km 115,8, en estas bolsas dejaría ropa para cambiarme y algo de comida de sobras por si tenía que reponer. Tras recoger el dorsal y activarlo pasándolo por un escáner nos fuimos hacia el hotel para descansar un rato hasta la hora del Breafing y la Pasta Party, una vez descansado y con las bolsas de vida preparadas nos fuimos a entregar las bolsas y escuchar el Breafing.  
Pasando el control del material.

Recogiendo el dorsal.

El breafing se hizo interminable pues el chico que lo hacia se enrolló mucho hablando, a parte no me enteraba de nada porque era en Francés. Eso si solo se me quedo una frase de las que dijo, es posible que tengamos que neutralizar en algún momento. Antes de que acabara el Breafing y como Cristina y yo ya estábamos aburridos, nos fuimos hacia el Pasta Party. Cenamos y nos fuimos para el hotel para dormir y estar descansado de cara a la carrera.

Viernes 24 de agosto
Las 3:45 horas y suena el despertador, la salida era a las 5:00h y estábamos bastante cerca pero quería ir pronto por si encontrábamos algún sitio donde tomar algo y colocarme lo más adelante posible para no pillar atasco y que me penalizara en el cierre horario. Llegamos a la zona de salida a las 4:15h y nos metimos en un bar a tomar algo caliente, después salimos del bar y yo entré en el corralito y me coloqué justo en primera línea de salida. 
Cogiendo posiciones para la salida.
Momentos previos a la salida.
Mi intención no era la de hacer postureo y salir en la foto, había leído y había visto algún video de que al inicio se formaba un poco de tapón y quería evitarlo. Poco a poco el ambiente se iba animando con la música que ponía la organización y con la llegada de los corredores, el speaker también se dedicaba a animar a los corredores haciéndonos levantar los brazos y aplaudir. Llegó el gran momento comienza la cuenta atrás 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1 vamooos.

Vielle Aure – Restaurant Merlans 15,8 km 1509+ 262-
Tiempo límite: 3:30 horas tiempo invertido: 2:48 horas


Como toda carrera ya sea de 10 km o de 168 km el pelotón arranca al sprint, yo me pongo a un lado y cojo un ritmo cómodo de trote aprovechando que los 2 primeros kilómetros son llanos y atraviesan las calles de Vielle Aure y Vignec. 
Empieza la aventura.
Me pasan corredores por todos lados, pero no me preocupa sé que la carrera es muy larga y tengo que regularme. A la salida de Vignec el camino empieza a picar hacia arriba, seguimos una carretera que va subiendo. Al ser buen terreno puedo avanzar a buen ritmo con ayuda de los palos. Unos km más arriba abandonamos la carretera y cogemos un camino de tierra también muy cómodo para avanzar subiendo. Así casi sin darme cuenta llego al primer punto que me había marcado como referencia en carrera Pla d’Adet, ya llevábamos 8,5 km y 800 metros de ascenso. A pesar de que aun era bastante temprano había bastante gente animándonos a nuestro paso, iba muy bien con respecto a lo que tenía planificado así que tocaba seguir así. Salimos de Pla d’Adet y encaramos un camino de pista de esquí mientras iba amaneciendo, al llegar arriba se iniciaba un descenso de unos dos kilómetros por pista ancha. Decidí no forzar y bajar a un ritmo suave a pesar de que el camino invitaba a correr rápido, al final de la bajada me paré a un lado para quitarme el frontal y colocarme los manguitos ya que la temperatura había descendido un poco. Proseguí mi camino dispuesto a afrontar el ascenso hacia el Coll de Portet, primero por pista ancha y luego por un sendero muy inclinado que cruzaba la carretera por encima. Me encontraba cómodo subiendo y eso me permitió avanzar con rapidez y llegar con energías al final de la subida, una vez arriba más gente animando.
Primeras rampas duras.

Gente animando al final de la subida.

Desde el Coll ya solo quedaba descender hacia el Restaurant Merlans siguiendo una pista de esquí muy cómoda de bajar, había llegado al primer corte horario y uno de los más exigentes en 2:48 horas así que tenia margen de tiempo para descansar.
Restaurant Merlans.
Restaurant Merlans – La Mongie 16,5 km 976+ 1296-
Tiempo límite: 8:30 horas Tiempo invertido: 7:00 horas


Una vez recuperadas las energías tocaba afrontar un tramo de la carrera más técnico y complicado, saliendo del restaurante se subía un pequeño repecho y se llegaba a un sendero desde el que se apreciaba un enorme lago al fondo. A partir de ese punto venia un tramo de sendero llano donde me puse a trotar, no por ganar tiempo sino porque coincidimos con una prueba de las que hacían por etapas y los corredores venían a tope.
Bonito tramo hacia el Col de Bastanet.


A medida que iba avanzando el terreno iba endureciéndose y hacían acto de presencia los bloques de piedra, tras pasar el lago de Bastan se iniciaba la subida hacia el Col de Bastanet. Me encontraba fuerte y avanzaba bastante rápido a pesar de que constantemente había que ir saltando de una piedra a otra, tras una dura rampa final en la que adelanté a bastantes corredores llegué a la cima del Col. Las vistas desde la cima eran espectaculares, ante mí se abría un valle donde se podía apreciar el Lac de Houquette al fondo y un mar de nubes que tapaba las montañas.
Vistas desde la cima.


Me tomé un momento de respiro y me puse de nuevo en marcha, se descendía hasta el lago y se bordeaba para encarar una nueva subida. Esta vez había que subir a una pequeña cima para llegar a otro col, desde allí una nueva maravilla para los ojos otro inmenso valle con un par de enormes lagos. El inicio de la bajada era algo técnico, pero después se convertía en un sendero muy bueno para trotar. Había que bordear el inmenso lago de Port Bielh, iba siguiendo a un grupo de corredores sin prestar atención a las marcas, cuando me di cuenta que habían ido por donde habían querido y nos habíamos alejado un poco de las marcas. Estábamos metidos en una zona de piedras y plantas bajas que era muy incómoda y peligrosa para los tobillos, decidí dejar de seguirles e ir en busca de las marcas. Una vez recuperado el camino me puse a caminar rápido para recuperar el tiempo perdido, tras bordear el lago tocaba subir. Una subida corta pero bastante inclinada para llegar al Houquette Nére, había que descender a otro valle. 
Pujada corta pero dura.


El inicio de la bajada era bastante técnico y con alguna roca resbaladiza, pero lo bajé sin problemas. Tras llanear un buen rato trotando y caminando rápido cambié de dirección para encarar la subida hacia el Pas de la Crabe, primero se subía por hierba y luego daba paso a un terreno más abrupto. La subida era dura de verdad, con tramos de piedras sueltas y continuos resaltes a superar, cuando estaba a pocos metros de la cima escuché como si hubiera gente animando con cencerros y vítores. Al llegar arriba pude comprobar que habían unas cuantas personas dando ánimos a los corredores, tras unos minutos deleitándome con las impresionantes vistas me dispuse a encarar la bajada.
Al fondo el Pic du Midi y al frente la bajada.

 En el breifing nos advirtieron que esta bajada era muy técnica, la verdad es que no se quedaron cortos describiendo la bajada. Un descenso muy técnico con constantes saltos, raíces y muchísimos bloques de piedra, tras pasar un par de repechos que no salían en el perfil llegué a las pistas de esquí. Por fin un camino cómodo, pues no, el primer tramo de pista estaba repleto de rocas que hacían incómodo el avanzar. Tras pasar aquel tramo ya me pude poner a trotar un poco, siempre controlando de no pasarme demasiado ya que después vendría la subida y no lo quería pagar. Tras descender atravesando las pistas de esquí y llanear un tramo paralelo a un pequeño riachuelo, llegué al control de La Mongie. Pensaba que al llegar me encontraría con Cristina pero no la veía por ningún lado, antes de ir a comer algo la llamé para ver si es que aun no había llegado. Me dijo que el sistema de seguimiento no funcionaba y que pensaba que había pasado por allí hacia 2 horas, ella estaba en el Pic du Midi esperándome. Le dije que yo tenía que parar un momento en el avituallamiento y que desde allí al menos me quedaban 3 horas para llegar, me dijo que no me preocupara, que ella me esperaría allí.

La Mongie – Col de Sencours 12,3 km 1248+ 590-
         Tiempo límite: 12 horas Tiempo invertido: 10:39 horas


Solo salir del control de La Mongie se seguía un tramo de asfalto ascendente, enseguida se salía del asfalto y se subía por un sendero muy inclinado. Decidí poner un ritmo algo más suave de subida para guardar fuerzas de cara a subir a Pic du Midi, a medida que íbamos subiendo la niebla iba invadiendo las montañas. El ambiente era fresco pero se podía soportar, de vez en cuando iba mirando los dorsales de los corredores para ver si encontraba algún español con el que hablar un rato (hasta ese momento no había encontrado ninguno) de repente vi un dorsal con la bandera de España. Francisco se llamaba el corredor y era de Barcelona, estuvimos hablando un rato mientras ascendíamos por una larga pista. Me comentó que había venido a entrenar aquel tramo y me explicó lo que encontraríamos, dejamos la pista y ascendimos por una ladera muy inclinada hasta un telesilla. Aprovechando que allí había unas mesas me paré a ponerme los manguitos y un chaleco para el frio, Francisco tiró para delante y me volví a encontrar solo ante el peligro. Pasé un tramo aéreo donde habían unos colaboradores vigilando que ningún corredor tuviera problemas, pasado aquel tramo se descendía por un sendero empedrado y se ascendía nuevamente hacia el Coume de Sencours. Desde allí ya se bajaba hacia el Coll de Sencours observando la imponente figura del Pic Du Midi cuando la niebla nos dejaba, finalmente llegué al avituallamiento. Por allí tenía que pasar a la vuelta ya que debía ascender y descender a la cima, por suerte la subida era en gran parte por una pista ancha, esto me permitió mantener un ritmo alto de ascenso. Solo el tramo final que era más o menos de 1,7 km era por un sendero muy inclinado en el que incluso tenias que agacharte para pasar por debajo de una tubería. 
Tramo final de ascenso al Pic Du Midi.


A pocos metros de la cima ya pude ver a Cristina, la pobre llevaba allí unas horas esperándome. Me acompañó hasta una terraza que estaba pasado el control, allí me estuve 10 minutos hablando con Cristina y ella me ayudó a rellenar los bidones y me dio algo de comida que llevaba. Nos despedimos sin saber cuando volveríamos a vernos, en principio por el tiempo que llevaba ella podía ir hasta el control de Hautacam o incluso a la base de vida, todo dependería del tiempo que hiciera. Abandoné el Pic Du Midi por el mismo sitio que había llegado, esta vez el sendero por donde había subido estaba repleto de corredores, unos que subían y otros que bajábamos y la imagen era espectacular. 
Paisaje de ensueño con el camino que debiamos seguir.
Una vez en la pista me puse a veces a caminar rápido y otras a trotar hasta llegar de nuevo al avituallamiento de Sencours, esta vez el avituallamiento aunque estuviera uno al lado del otro estaban en diferentes sitios.

Col de Sencours – Hautacam 18,4 km 756+ 1623-
Tiempo límite: 17 horas  tiempo invertido: 15:05 horas

Solo salir del avituallamiento se seguía una pista, pero enseguida había que desviarse para pasar junto al Lac d’Oncet. La niebla iba y venía a medida que avanzaba por los senderos, tras ascender un pequeño repecho se descendía por un sendero empedrado hasta un nuevo lago el Lac d’Aouda. Tras atravesar un pequeño nevero tocaba apretar los dientes para afrontar la dura subida hasta el Col d’Aoube, una subida que me tomé con mucha calma para reservar fuerzas de cara a la segunda mitad de carrera. Una vez en la cima tocaba llanear durante un buen rato por un bonito sendero en el que mi compañía eran las ovejas que allí pastaban, descendí unos metros por un sendero un poco resbaladizo de arena  blanda y llegué a una especie de pasaje entre las rocas. La niebla había dado paso a unos feos nubarrones y empezó a llover, tras pasar aquel pasaje observé que había una cabaña. Aproveché para meterme dentro y ponerme el chubasquero, reemprendí y me puse a ascender hacia el Coll de Bareilles tras un inicio de subida bordeando el lac Bleu se ascendía por un sendero zigzagueante muy inclinado. Cada vez llovía con más fuerza y tuve que aflojar mi ritmo, una vez arriba comenzaba un largo descenso hacia el lac d’Ourrec. 
El primer tramo del descenso era bastante técnico con muchas raíces y piedras pero después de afrontar ese primer tramo con calma. Llegó el segundo tramo de la bajada, allí me dejé ir y bajé bastante rápido aprovechando que el sendero no presentaba mucha dificultad. Al final de la bajada atravesé una especie de valle por el que discurría un pequeño arrollo, tras descender un poco por el valle ya divisé el espectacular Lac d’Ourrec. Allí antes de bordear el lago había una cabaña donde había dos voluntarios dando agua, rellené los bidones y me dispuse a continuar. Tras bordear el lago y llanear un buen rato encaré una nueva subida. La lluvia volvía a hacer acto de presencia, por suerte durante el descenso no me cayó ni una gota. Esta nueva subida no era tan inclinada como la anterior y casi sin darme cuenta ya estaba arriba, lo que iba a ser un tramo de apenas 2 kilómetros hasta el avituallamiento de Hautacam resultó ser mucho más largo. El sendero llaneaba por la ladera de la montaña, pero la lluvia era más intensa y ya no caminaba sobre tierra sino sobre un palmo de agua acumulado en el sendero. Tras este largo tramo de sendero se llegaba a una pista, allí por un momento perdí las señales de vista debido a la fuerte niebla que no me dejaba ver a más de 2 metros de distancia. Una vez en el camino bueno descendí unos metros por la ladera de la montaña y llegué al avituallamiento de Hautacam, cuando entrabas dentro del recinto donde estaba el avituallamiento si no eras fuerte mentalmente te podía dar la tentación de dejarlo allí. Fuera hacia frio y hacia un día de perros, allí se estaba muy calentito y además había comida, bebida y unas camillas para tumbarse. Las camillas estaban repletas de corredores, algunos de ellos bastante jodidos. Aprovechando el momento decidí no arriesgar más y cambiarme los calcetines, llevaba los pies muy húmedos y corría riesgo de que me saliera una ampolla.

Hautacam – Pierrefitte 1ª Base de vida 11,6 km 40+ 1074-
Tiempo limite: 19:15 horas tiempo invertido: 17:36 horas

Tras descansar unos minutos y equipado contra el frio me dispuse a continuar, ya quedaba menos para la base de vida y allí a lo mejor me esperaba Cristina. En Hautacam no estaba así que o me esperaba allí o no nos veríamos hasta el día siguiente, tras un primer tramo de descenso por un sendero bastante resbaladizo se llegaba al asfalto. Normalmente no me gusta correr por asfalto, pero agradecí ese kilómetro que se descendía por él. Tras abandonar el asfalto se entraba en una pista ancha donde se podía correr bien. 
Me empezaron a pasar bastantes corredores que bajaban corriendo a buen ritmo, yo seguía regulando mis fuerzas así que opté por la misma táctica que había hecho en la bajada del Pic Du Midi. Alternando el caminar rápido con trotar fui descendiendo, había dejado de llover y el cielo parecía que se abría. Me paré en un lado del camino y me quité capas de ropa y me puse el frontal pues ya estaba oscureciendo, tras descender un buen rato por la pista me desvié por un sendero donde marcaba que quedaban 4 kilómetros para el pueblo de Villalongue. El sendero era muy oscuro y tuve que poner la luz del frontal a máxima potencia, de día seguro que habría disfrutado de aquel sendero que tenía pinta de atravesar un bosque muy chulo. De noche solo parecía que estaba descendiendo por un oscuro tubo que no tenia final, después de un buen rato descendiendo llegué al pueblo de Villalongue. Desde allí a la base de vida teóricamente solo quedaban 2,1 kilómetros, digo teóricamente porque nos hicieron dar un rodeo bestial. Mientras recorría las calles del pueblo le comenté en Frances chapurreao a un corredor “que largo se estaba haciendo aquel tramo”, me sorprendió porque me contestó en español. Era un corredor vasco-Francés y estuvimos hablando mientras llegábamos a la entrada del pueblo de Pierrefitte, vimos una sirena y pensamos que estábamos llegando al avituallamiento. Cuando llegamos nos dimos cuenta que eran dos de protección civil que nos desviaban hacia un sendero, el sendero subía muy poco tramo pero con una pendiente brutal. Dejé atrás al compañero y a unos cuantos corredores para subir bastante fuerte, una vez arriba se descendía por una calle asfaltada hasta las calles de Pierrefitte. Aun no había llegado al avituallamiento y ya llevaba 2 kilómetros más de los que habían puesto en el rutómetro, tras pasar una rotonda llegué a la base de vida de Pierrefitte. Tras entrar en el recinto me fui a por la bolsa donde tenía la ropa seca y comida de reserva, me fui a los lavabos para cambiarme. 

Aprovechando los lavabos también tuve que hacer una técnica larga, después me cambié de ropa entero y me fui hacia donde estaban las mesas. Le pregunté a una chica que hablaba español si había pasta y me dijo que si, fue muy amable y me la trajo a la mesa. Mientras comía aproveché para poner a cargar el reloj y organizarme un poco la mochila antes de salir, me comí dos platos de pasta y bebí bastante agua con gas que era lo que mejor me sentaba. Había sopa, pero la descarté tras ver el color que tenia, si no me entraba visualmente tenía muchos números de que no me sentara bien. Tras unos 30 minutos parado volví a dejar la bolsa en su sitio y me dispuse a encarar la segunda parte de la carrera, tocaba afrontar la primera noche.