miércoles, 23 de octubre de 2019

ULTRA-TRAIL GUARA SOMONTANO 2019


Hace dos años participé por primera vez en la Ultra-Trail Guara Somontano, era una carrera que hacía tiempo que quería hacer y pude disfrutarla con los compañeros del CEI. A mediados de año Vicenç me comentó que él y algunos amigos más del club se iban a apuntar a la edición de este año.
Cuando yo fui en 2017 la carrera era de 103 kilómetros y unos 5300 metros de desnivel positivo, este año la distancia aumentaba en 3 kilómetros y en 300 metros más de desnivel que estarían situados más o menos a mitad de carrera.
La Ultra-Trail Guara Somontano se realiza por las sierras contiguas a la población de Alquézar (Huesca), y discurre por los espectaculares caminos de montaña y sendas del Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara. Es una de las ultras más espectaculares de Europa y pertenece desde la primera edición a la Spain Ultra Cup, el circuito de Ultra Trail referente en España.

La carrera daba inicio el sábado a las 00:30h y yo había quedado con los compañeros a las 17:30h para salir hacia Alquézar, nada más salir encontramos caravana en la autopista y un poco más adelante en la autovía. Poco a poco las horas iban pasando y el miedo a llegar justos iba apareciendo. Xavi Y Natalia nos llamaron desde Alquézar ya que habían llegado antes que nosotros y les dijimos que llegaríamos muy justos. Efectivamente llegamos a Barbastro para coger las llaves del hotel y rápidamente hacia Alquézar a buscar el dorsal y a cenar. Antes de empezar la carrera ya se hace un buen calentamiento. Para empezar el coche lo dejamos en la otra punta del pueblo en la zona de parquin, después para recoger el dorsal se tenía que hacer un tour turístico por las calles de Alquézar hasta llegar a los pies de la colegiata.
La entrega de dorsales a los pies de la Colegiata.
Una vez tuvimos los dorsales nos sentamos a cenar tranquilamente y descansar hasta la hora que dieran la salida, cuando quedaban unos 50 minutos nos fuimos para dejar las bolsas de vida y entrar un poco en ambiente. Minutos antes de dar inicio un gaitero se subió en un muro y nos tocó una pieza, después tocó una chica la canción del último Mohicano. Nos situamos en la línea de salida los 6 que íbamos del CEI y Roque un amigo de las ultras.


Tras la cuenta atrás da comienzo la carrera, nada más empezar primer contratiempo. La salida es en subida y encima la mochila de Roque se queda enganchada a la mía, subo la primera rampa tirando de Roque hasta que nos paramos para desengancharnos. Una vez solucionado el problema nos ponemos en marcha, salimos al trote ya que los primeros 14 kilómetros tienen un horario de corte bastante justo. Tras atravesar las calles de Alquézar entramos en un sendero pedregoso, primeras piedras de la carrera y acabamos de empezar. Poco a poco vamos ascendiendo y de los 6 que vamos hacemos tres grupos diferentes, Xavi y Natalia van delante, seguimos Vicenç y yo, y Francisco y Torrijos se quedan algo más rezagados. Al final de la subida descendemos hacia el barranco de Lumos, tras atravesar el barranco por el cauce del río seco comenzamos a ascender nuevamente. La subida es por sendero estrecho lo que hace que en las zonas llanas nos pidan paso continuamente para ponerse a correr, a medida que ascendemos vamos viendo la espectacular serpiente de frontales que se va formando a nuestra espalda. Pasamos por toda la cresta que es una zona de piedra lisa muy parecida a la zona de la Mola y el Montcau aquí en Cataluña. Vicenç sigue conmigo pero no vemos a Xavi y Natalia ni tampoco a Torrijos y Francisco. Al final de la cresta comenzamos a descender por un largo sendero, aceleramos el ritmo para ganar unos minutos al crono de cara al corte horario. Al final del sendero llegamos a una pista ancha y rápidamente entramos en las calles de Asque donde estaba situado el primer avituallamiento, habíamos llegado exactamente en el mismo tiempo que hace dos años por lo que íbamos bastante bien.

En el avituallamiento no paramos ya que acabamos de empezar y teníamos de todo, solo salir de Asque se cogía un camino ancho muy cómodo para trotar. Vicenç y yo decidimos no malgastar energía y solo trotar cuando el camino hiciera bajada. A dos kilómetros del pueblo dejamos la pista y entramos en un sendero que nos condujo hasta el Río Vero el cual atravesamos por el Puente Baños. A lo lejos veíamos la silueta de Alquézar iluminado, una bonita imagen. 
Caminando en la oscuridad con Alquézar.

Hace dos años en ese punto nos comenzó a amanecer, este año al salir de noche aún nos quedaban unas cuantas horas de oscuridad. Tras cruzar el puente comenzamos a subir por una pista en dirección al pueblo, justo antes de encarar la subida en dirección al pueblo nos desviaban hacia un sendero que descendía hacia la espectacular ruta de las pasarelas de Alquézar. Una ruta que de día es una pasada, pero que de noche también tiene su encanto. La ruta de las pasarelas tiene dos tramos de pasarelas metálicas que recorren el último tramo del cañon del río Vero pero nosotros solo hicimos uno de ellos que es el que pasaba por la antigua central hidroeléctrica de Alquézar. Al salir de las pasarelas metálicas y tras pasar por una roca agujereada ascendimos al pueblo nuevamente, subimos por unas pasarelas de madera que subían encajonadas entre la Peña Castibián, a la derecha, y los Muros de la Colegiata, a la izquierda. Una vez en Alquézar llegamos al avituallamiento donde estaba el primer corte horario de la carrera, habíamos llegado con poco más de 15 minutos de margen. 

Decidimos esperar haber si llegaban los compañeros, enseguida llegaron Torrijos y Francisco, yo pensaba que Xavi y Natalia iban delante pero ellos me dijeron que se habían quedado más atrás.
Salimos de Alquézar sin perder más tiempo ya que había que ir ganando algo de margen a los cortes. La Guara Somontano está pensada para correr bastante durante la primera parte de la carrera, por lo que los que somos de caminar vamos un poco justos. Salimos del pueblo y atravesamos un sendero por el que había una acequia que dificultaba nuestro avance, no sabías si caminar por dentro de la acequia o por fuera donde habían muchísimas piedras. Poco a poco fuimos avanzando y tras atravesar el barranco de la Payuala llegamos a las Balsas de Basacol. Estas balsas, se alimentan de la fuente de San Pelegrín y servían para abastecer de agua a la población de Alquézar y a sus huertas. De día el sitio es muy bonito pero de noche la verdad es que no pudimos disfrutarlo. Comenzaba a hacer frío por lo que les dije a los compañeros que fueran tirando que yo me iba a abrigar. Mientras me estaba abrigando me pasaron unos cuantos corredores hasta que hubo un momento donde me quedé solo, me puse de nuevo en marcha y aceleré el ritmo para pillar a los compañeros. Por suerte venía un tramo de subida por sendero y eso se me da bien, comencé a adelantar a corredores durante la subida. Una vez arriba me entró nuevamente calor por lo que me tuve que volver a parar, esta vez para quitarme ropa. Me quité la camiseta del club y me quedé solo con la térmica, contacté con los compañeros y comenzamos el descenso todos juntos. Algunos compañeros comenzaban a notar síntomas de sueño así que poco a poco se volvían a quedar atrás, descendimos hasta el barranco de Modovil donde cogimos el sendero natural del Somontano. Tras unos dos kilómetros llegamos al siguiente avituallamiento, Viña. Hace dos años este avituallamiento coincidía con los últimos kilómetros de la carrera y había que pasar dos veces por aquel punto. Este año habíamos hecho un rodeo bastante largo para llegar hasta allí.

Solo salir del avituallamiento seguíamos por el sendero natural del  Somontano, de repente me dio un fuerte dolor de barriga y tuve que parar en un lado del camino. Los compañeros se habían distanciado un poco pero me puse a correr rápido y enseguida contacté con ellos. Seguimos atravesando numerosos afluentes muy conocidos en el mundo del descenso de barrancos hasta que atravesamos el río Isuala por el Tranco de las Olas, un puente metálico situado entre gorgas donde acababa el barranco de los oscuros de Balces. Tras cruzar el río comenzamos a ascender por un tramo bastante inclinado, al final de la subida descendimos por un sendero en el que a lo lejos podíamos divisar el pueblo de las Almunias. Tras cruzar una carretera y pasar por una zona de campos entramos al pueblo y enseguida llegamos al avituallamiento. Seguíamos un poco justos con respecto al corte horario y aun nos quedaban unos cuantos kilómetros hasta Rodellar, el siguiente corte.  

Salimos del avituallamiento dispuestos a enfrentarnos a una de las subidas más duras de la carrera, a medida que íbamos subiendo iba amaneciendo y un soleado día nos mostraba la espectacularidad de la zona. Me encontraba bien por lo que comencé a subir a un ritmo alto intentando marcarles un ritmo a los compañeros que nos permitiera ganar tiempo al crono, a mitad de subida dejamos el sendero por el que estábamos ascendiendo para continuar subiendo por pista ancha. Nos juntamos los 6 y comenzamos a caminar rápido mientras seguíamos subiendo
Ya amaneciendo y caminando con pista.

Dejamos nuevamente la pista y seguimos unos metros más por sendero para llegar a un espectacular cortado. Allí habían dos voluntarios que nos pasaban control de paso, Torrijos se había adelantado y nos llevaba unos metros de distancia. Vicenç y yo nos pusimos a trotar para ver si le dábamos alcance, el descenso hacia Rodellar no era fácil precisamente. Se descendía por un sendero repleto de piedras en el que tenías que vigilar para no torcerte el pie. 
Vistas de Rodellar durante la bajada.

Nos habíamos distanciado de Xavi, Natalia y Francisco pero habíamos conseguido contactar con Torrijos. Justo antes de llegar a Rodellar nos vinieron a recibir Pedro y Maite, nuestro equipo de apoyo (como me hubiera gustado que Cristina estuviera allí). Entramos en Rodellar y recogimos la bolsa de vida. Yo me fui detrás de la carpa a cambiarme de ropa mientras mis compañeros se fueron al avituallamiento, le dije a Pedro que me echara una mano ya que no estaba Cristina que es la que me ayuda en estos casos. Yo le iba pidiendo lo que necesitaba y Pedro me lo iba dando, una vez cambiado de mallas, calzoncillos y calcetines me fui hacia el avituallamiento para comer algo. Los compañeros me dijeron que no quedaba pasta y que ellos iban a ir tirando para no ir tan justos, yo les dije que comería alguna cosa y saldría a su alcance. Francisco se sentó un rato a descansar ya que había tenido rampas y quería recuperarse antes de seguir, me dijo que fuera tirando que el vendría después. 

Salí de Rodellar por al lado del albergue y entrando en un sendero para descender hasta el cauce del Mascún, en el avituallamiento nos habíamos juntado con varios corredores por lo que antes de dar alcance a los compañeros tuve que adelantar a algún corredor/a. 
Descendiendo de Rodellar hacía el puente de las cabras.

Tras cruzar el espectacular puente de las cabras comenzaba una dura subida, el calor empezaba a hacer acto de presencia y la subida se iba a hacer muy dura. En el avituallamiento con las prisas no había rellenado los bidones por lo que solo llevaba medio litro de líquido, rápidamente acabé con las reservas de líquido y le tuve que pedir a los compañeros si me podían dar justo al final de la subida.
Llegando al collado.
Habíamos llegado al collado y ni rastro de Francisco, nos sabíamos si nos daría alcance o no. Descendimos hacia el barranco del Barrasil y nos desviamos para descender por el barranco de Andrebod entre enormes paredes de roca y un sendero muy técnico con muchísima roca suelta hasta el cauce del mascún. Estábamos en una de las zonas más espectaculares de la ultra, a nuestra espalda divisamos una ventana natural en la roca con forma de Delfín. 
En el barranco de Andrebod.

En aquel punto y preparados para hacer de escobas un tramo, estaban Jordi Cot y Borja. Estuvimos un rato hablando con ellos y nos pusimos en marcha dispuestos a enfrentarnos a una nueva dificultad, debíamos ascender hacia la Ciudadela, una estructura rocosa similar a una fortificación. 
Ascendiendo hacía la ciudadela.
El calor nos estaba castigando severamente y el tiempo de corte del siguiente punto se nos echaba encima, una vez finalizamos la subida descendimos atravesando por debajo de una pared rocosa por un camino espectacular. 
Espectacular paso por la ladera rocosa.

Tras una subida y atravesar parte del pueblo abandonado de Otín descendimos por un sendero y llegamos al siguiente avituallamiento, justo antes de que nos pasaran control nos avisaron que nos quedaban 5 minutos para que cerraran el control. Preguntamos si podíamos estar allí un poco para descansar, nos dijeron que si pero que iban a desmontar el avituallamiento. Comimos bastante y repusimos líquidos y nos pusimos de nuevo en marcha.

Solo salir de Otín iniciamos una nueva subida, a lo lejos veíamos la silueta del pueblo abandonado por donde pasamos hace dos años y donde se llegaba subiendo por una pista ancha. Justo antes de encarar la pista nos desviaron y nos hicieron hacer un larguísimo tramo totalmente nuevo este año, una larga subida donde el sol nos castigó con dureza. Poco a poco las fuerzas iban disminuyendo pero seguíamos tirando de cabeza, a medida que ascendíamos pasábamos a corredores que estaban totalmente destrozados por el calor. El final de la subida tuvo su recompensa, ante nosotros un horizonte donde podíamos divisar todo el pirineo en su máximo esplendor. Llegamos a un punto donde nos ofrecieron agua y seguidamente descendimos por un camino muy técnico repleto de piedras hasta una pista que nos dejó en el avituallamiento de Bagüeste, allí nuevamente vimos a Jordi y Borja que nos preguntaron si nos habíamos perdido o que. Les dijimos que no, pero que el sol nos estaba matando.
La vista del pirineo era brutal!!


Llegando al avituallamiento de Bagüeste.
En aquel avituallamiento habían bastantes corredores descansando y algunos que abandonaban, Vicenç nos dijo que fuéramos tirando que el iba a abandonar en Las Bellostas que era el siguiente avituallamiento. Francisco no había llegado a tiempo al corte de Otín por lo que nos quedábamos solo Xavi, Natalia, Torrijos y yo. El tramo desde Bagüeste hasta las Bellostas no era demasiado complicado, pero el calor nos había dejado bastante tocados y cada vez que veíamos un remanso de agua nos daban ganas de quedarnos allí bañandonos. Al llegar a las Bellostas nos encontramos con Pedro, Maite y Francisco que habían venido a nuestro encuentro, yo estaba pensando en retirarme ya que no estaba muy fino debido al calor. Al llegar al avituallamiento estuvimos hablando entre Xavi Rodríguez y Xavi Torrijos si nos retirábamos o no, yo incluso paré el GPS y le dije a Vicenç que iba a abandonar allí. Pero Natalia insistia que no había ido hasta allí para abandonar y que iba a continuar, por supuesto Xavi no iba a dejarla sola y Torrijos si quería continuar pero no se veía capaz de seguirles el ritmo. Torrijos me comentó si salía con el para continuar juntos, como lo iba a dejar solo, aunque no estaba fino decidí que intentaría seguir pero que si no iba fino me daría media vuelta.

Puse de nuevo en marcha el GPS y nos pusimos los cuatro manos a la obra a por los 35 kilómetros que nos quedaban. Solo llevábamos 1,5 kilómetros desde que habíamos salido del avituallamiento y le tuve que pedir a Xavi si me podía dejar crema para la entrepierna ya que empezaba a notarme muy rozado y antes de sufrir hasta el final había que poner remedio. Me dejó la crema pero él y Natalia fueron tirando, Torrijos se quedó a esperarme y seguimos juntos. Empezamos a ascender y al poco le tuve que decir que fuera tirando haber si pillaba a Xavi y a Natalia ya que yo aún estaba tocado por la calor y necesitaba un tiempo para recuperarme, me senté en una roca cinco minutos y me puse de nuevo en marcha. Poco a poco iba subiendo y a medida que iba avanzando iba recuperando las fuerzas, poco a poco comencé a caminar más rápido e incluso me puse a trotar para ver si podía pillar a Torrijos. A lo lejos lo iba viendo pero no conseguía pillarlo, casi sin darme cuenta llegué al Collado de Pedro Buil donde estaba el siguiente avituallamiento. 
Ascendiendo en solitario hacía el Collado de Pedro Buil.

Me senté en una silla y me puse a comer tranquilamente, le pregunté a los chicos del control si lo que quedaba hasta el siguiente avituallamiento era muy duro o no. Me dijeron que venia un tramo bueno para recuperar que estuviera tranquilo, antes de volver a ponerme en marcha me puse los manguitos porque había refrescado un poco. Me puse de nuevo en marcha dispuesto a recuperar energías y conseguir pillar a Torrijos, como me habían dicho en el avituallamiento el tramo era una pista ancha que llaneaba por lo que me puse a caminar todo lo rápido que pude. Me pilló un corredor y estuvimos hablando un rato, a medida que avanzaba iba oscureciendo así que me tuve que parar a ponerme el frontal. La pista después de un buen rato llaneando ahora tiraba hacia abajo, decidí que tenía que probar si había recuperado la energía y me puse a correr. Me encontraba muy bien y no quedaba ni rastro de mi agotamiento físico por el calor del mediodía, avanzaba a buen ritmo incluso en subida por lo que veía que podía ser capaz de contactar con Torrijos. Cuando estaba subiendo una loma me pareció verlo pero es que además también vi que iba con Xavi y Natalia. Aceleré un poco más y conseguí darles alcance, me había costado contactar con ellos pero por fin volvíamos a caminar los cuatro juntos. Por suerte los enganché antes de de descender una bajada muy técnica hasta el Castillo de los Santo donde había control de paso, estábamos a poca distancia del siguiente avituallamiento. Tras pasar el control se descendía por un tramo de bajada muy técnico y resbaladizo, después se iba ascendiendo y recorriendo la loma de la montaña hasta que de repente llegamos al avituallamiento del Mesón de Sevil.

En este avituallamiento por fin había pasta y caldo caliente, pero yo no quise arriesgarme y decidí seguir comiendo como hasta ese momento. Algo de fruta y trozos de jamón y de una coca que estaba bastante buena, en aquel avituallamiento también nos encontramos una gran cantidad de corredores. Salimos dispuestos a afrontar los últimos 15 kilómetros de carrera. Comenzamos a descender por lo que es una pista bastante cómoda, pero lo bueno dura muy poco rato y enseguida nos desviaron para bajar por un cortafuegos. Un sendero muy técnico y equipado con una cuerda en algún punto. Los corredores allí ya iban maldiciendo y diciendo que aquello sobraba. Salimos de aquel tramo técnico y cogimos un nuevo sendero que nos condujo hasta el camino natural del Somontano, ya desde allí por pista llegamos hasta las calles del pueblo de Radiquero. A pesar de la hora que era había gente en las calles que nos animaban. Llegamos al avituallamiento y nos ofrecieron si queríamos tomarnos una cerveza o un chocolate caliente, lo que queríamos era llegar ya a Alquézar. Salimos del avituallamiento con ganas de finalizar la carrera, aún nos quedaba un ascenso antes de encarar el tramo final hasta Alquézar. 

Ascendimos por una pista por una subida progresiva y no muy dura por lo que en poco tiempo ya estábamos en la cima, ya solo quedaba descender hacia a Alquézar o eso pensábamos nosotros porque algún repecho más aunque pequeño aún tuvimos que hacer. Al llegar a la ermita de San Gregorio pensábamos que descenderíamos por el mismo sitio que hace dos años, pero nos hicieron hacer un largo tramo de pista que iba a parar al mismo sitio. Ya divisábamos Alquézar a lo lejos y de repente me empieza a avisar el frontal que me estoy quedando sin batería, por suerte enseguida llegamos al albergue y con la luz de las farolas no me hace falta cambiar la batería. Atravesamos las calles del pueblo y entramos en la línea de meta todos juntos, lo conseguimos somos Finishers!!!
Finisher de la darrera cursa Ultra del 2019.

108 kilómetros

5800 Metros de desnivel positivo

5800 Metros de desnivel negativo

11600 Metros de desnivel total acumulado

24:35 horas

En conclusión, damos por cerrada la temporada de ultras 2019. Con la Ultra-Guara Somontano acaba un año donde he realizado muchas carreras de larga distancia y en la que solo en una tuve que abandonar por problemas físicos. En el aspecto físico he de decir que a pesar del bajón que tuve por culpa del calor me he encontrado muy bien y no he notado ninguna molestia. 
Con respecto a la carrera, los tiempos de corte están pensados para correr y los avituallamientos son un poco escasos, pero la carrera pasa por zonas realmente espectaculares y vale la pena hacerla aunque sea una vez. 
Después de muchas carreras corriendo en solitario, por fin he podido compartir kilómetros con los amigos del CEI. 
Agradecerle a Pedro y Maite el seguimiento y el apoyo que nos han dado a pesar de que esta carrera no sea de las mejores para hacer seguimiento, lamentablemente Cristina no ha podido venir ya que esta embarazada de nuestro primer hijo (Marc). Ahora ya me espera la mejor carrera de mi vida que es el verlo crecer junto a Cristina. 
Agradecerle a Cristina que me dejara apuntarme a la carrera a pesar del riesgo que existía de que me llamara porque Marc estaba en camino, ahora toca frenar un poco y estar por ella y por Marc.

jueves, 19 de septiembre de 2019

GRAND RAID DES PYRENEES 2019 POR UNA SEGUIDORA


Vuelvo a tener la oportunidad de escribir mis vivencias en la última carrera de Blas. Para esta carrera estaba muy tranquila en lo que a desplazamientos se refiere. Como ya estuvimos en la carrera del año pasado, ya sabía cómo eran las carreteras y en vez de coger el hotel para todos los días al lado de la salida/meta, este año lo que hice fue coger un hotel para la noche antes de la salida y el día de llegada a meta y otro hotel para las dos noches del medio de la carrera donde una coincidía que había una base de vida y para la otra noche las bases de vida estaban a 20 min. más o menos.

Este año iba a estar sola otra vez haciendo el seguimiento pero a mediados del mes de julio se apuntaron unos amigos, Pedro y Carmen. Enseguida me puse con la búsqueda de alojamiento para ellos pero a un mes de la carrera era imposible coincidir en los mismos hoteles.


Miércoles, 21 de agosto.

Llegamos a Saint Lary Soulan. Tras haber dejado parte del equipaje en nuestro hotel, nos dirigimos a Vielle Aure para recoger el dorsal el y dejar las bolsas de vida que ya las llevamos preparadas y separadas de casa.



El protocolo para pasar el control de la mochila era como el año pasado. Cuando le dan el dorsal a Blas, le colocan una pulsera de papel y nos encontramos con los primeros problemas. A Blas le molesta la pulsera porque se la han dejado muy suelta. Se pone nervioso porque la señora no le entendía y le decía que no se la podía quitar. Intentamos tranquilizarlo diciéndole que la enganchamos con algo pero no funciona. Nos vamos a otra mesa para comprar 2 tickets para el buffet del último día para Pedro y Carmen. Una vez acaba el plazo de inscripción ya no se podían comprar on-line junto con el dorsal.

En la cola veo que al chico de delante de nosotros le colocan la misma pulsera. Busco el traductor del tel. (bendito traductor porque en más de una ocasión nos ha ayudado en este viaje), escribo que si por favor le pueden cambiar la pulsera porque se la han dejado muy suelta y le molesta. La señora muy amablemente le cambia la pulsera y nos vende los tickets del buffet. Blas ya está más tranquilo.

El año pasado nos dieron unas bolsas marcadas con el nombre de cada base de vida y allí ponías lo que necesitaba para cada base, este año la cosa cambió. Uno de los regalos que le dieron era una bolsa de deporte bastante grande donde se tenía que meter todo lo de las bases de vida. Al principio no entendíamos que si meten las 3 bolsas que llevábamos en esa bolsa grande, cómo sabrían qué bolsa iba a cada base de vida. Al final entendimos que la bolsa pasaría por todas las bases de vida. Una vez pasaba el corredor por una base, se llevarían la bolsa a la siguiente base de vida.
 
Una vez hecho todo nos fuimos en busca del apartamento donde se alojarían Pedro y Carmen. Al llegar Blas y Pedro se bajaron para ir a la recepción. Carmen y yo nos quedamos fuera del coche. Un corredor nos saludó en francés, como llevaba el dorsal en la mano le vi la bandera española y le saludé en castellano. Se paró y comenzamos a hablar. Nos dijo que hacía la Ultra y le dije que mi marido también. Me preguntó por el número de dorsal para ver si lo veía durante la carrera. Como se dirigió a la recepción donde estaba Blas le dije al chico que se lo encontraría allí dentro, que mi marido era un chico de azul muy guapo. Bromeó diciendo que él era guapo, le dije que puede pero no vas de azul. Nos reímos.

Al poco rato salieron Blas y Pedro y nos dijeron que habían hablado con Borja, el corredor. Subimos un poco más con el coche y llegamos al apartamento. Vimos que Borja subía por unas escaleras acortando camino y la casualidad hizo que estuviera a dos apartamentos a la derecha del de Pedro y Carmen. Nos preguntó cómo íbamos a ir a salida y le dijimos que en coche. Nos preguntó si podía ir con nosotros y por supuesto que le dijimos que sí.  

Cenamos sobre las 19h-19:30h porque Blas quería acostarse pronto para el madrugón de la salida.
Terminamos de cenar y nos fuimos de regreso al hotel. Terminó de prepararse la mochila mientras yo le preparaba la ropa encima de la cama para hacer la típica foto friki que nos encanta hacer. Creo que eran las 21 h cuando apagamos la luz de la habitación.



Jueves, 22 de agosto

Suena la alarma del tel de Blas, son las 4:15 h. Nos vestimos rápidamente y recogemos todo ya que yo iba a dejar el hotel a esa hora para no tener que volver otra vez. Pasamos por el apartamento para recoger a Pedro, Carmen y Borja.

Llegamos a Vielle Aure, se bajan Blas y Borja para que vayan tomando café, y los demás vamos al aparcamiento para dejar el coche. Blas quería ir al mismo bar donde ya estuvo el año pasado porque le había ido bien, como sabía cuál era enseguida nos reunimos con ellos.



Otra de las cosas que quería repetir Blas era el situarse cerca de primera línea para evitar atascos en la salida. Blas se despide de todos nosotros y le da un besito a mi barriguita.
Cuando ya habíamos salido del corralito para irnos a buscar sitio para ver la salida, vemos a Jesús, compañero de club y amigo.  Estuvo un momento con Blas y luego vino a situarse a nuestro lado para ver la salida. Ya le habíamos dicho a Blas donde estaríamos para que nos viera bien al pasar.

Comienza la animación, los pelillos se ponen de punta. Lástima que no entendemos lo que dicen pero lo importante en ese momento son los corredores y los vemos a todos agachados y de repente todos saltando. Blas se lo debe estar pasando bien.

Y llegó la hora: 4, 3, 2, 1, da inicio la carrera. Hacía nosotros vienen corriendo un montón de corredores, algunos con el frontal encendido. Los ojos van a mil buscando a Blas, lo veo sonriente y nos saluda. Pasa casi de los primeros. Sigo grabando la salida y estoy como 3-4 minutos viendo pasar a corredores. Qué cantidad!!!  Ya se había formado el atasco al pasar el puente y cuando llegan a nuestra altura van todos caminando porque es imposible correr. Dejo de grabar cuando ya veo a los últimos corredores.

La gente ya comienza a irse y muchos aprovechamos para ir detrás de los últimos corredores y dirigirnos hacía el parking. Cuando estamos llegando al parking vemos a un corredor rezagado y despistado que no sabía hacía donde había salido la carrera, le indico la dirección y se pone a correr esquivando a la gente. Después de hablar con Jesús nos despedimos de él y nos vamos hacia el apartamento para desayunar tranquilamente dado que teníamos margen de sobra para llegar al primer punto donde podríamos ver a Blas que sería sobre las 9:30h. en Payolle.

Siempre me gusta estar antes de tiempo porque sé que se puede adelantar un poco y como teníamos unos 45 min. de trayecto nos fuimos del apartamento sobre las 8h. menos algo.

La carretera que cogimos para llegar al avituallamiento había un tramo muy malo, estrecho y eso me pone nerviosa por si me encuentro a algún coche de frente. Por suerte cuando nos cruzamos con alguno había hueco para los dos. En la cima de la montaña que subimos habían unas vistas espectaculares donde se veía el mar de nubes que formada la niebla. Nos paramos 5 min. a hacer un par de fotos y disfrutar del paisaje. Al llegar al punto de avituallamiento tuvimos suerte y un coche se marchaba, aproveché y me aparqué en el arcén de la carretera.

Como en teoría íbamos con tiempo de sobra, fuimos caminando tranquilamente hacia donde estaba toda la gente. A punto de llegar oímos “Pedro” era Blas que ya estaba dentro del avituallamiento. Madre mía, se había adelantado mucho. No quería nada de lo que llevábamos para darle, ni chuches ni fuet…  Lo vimos salir muy sonriente y nos despedimos de él.




Hasta el siguiente punto el Pic du Midi y según un planning que nos había hecho Blas, teníamos 5h. de margen. Yo quería ir a un supermercado famoso en el mundillo mio de las manualidades y como había margen de tiempo ya lo llevaba todo calculado. 45 min hasta el super, 1 h. dentro comprando como máximo y 1 h. de vuelta hasta La Mongie, que es donde se coge el Telecabina para subir al Pic du Midi. Aún tendríamos 2 h. de margen para subir y estar arriba para esperar a Blas.

Por supuesto fuimos al super pero eso no viene ahora al caso, je je. Con 2 horas de margen llegamos a La Mongie. Yo no podía subir en el telecabina por el embarazo, estaba desaconsejado.  Me dio mucha rabia cuando lo leí en la web unos pocos días antes de irnos y como no quería arriesgarme ya lo tenía asumido. El día estaba precioso y desde la cima se verían unas vistas espectaculares, no como el año pasado que no vi la antena de la cima y que gracias a un pequeño momento que se fue la niebla por un instante pude ver el lago y como subían los corredores.

Carmen me dijo que ella no subiría y que se quedaría conmigo esperando  a Pedro que él si iba a subir. Me acerqué todo lo que pude a las taquillas para dejar a Pedro. Cuál fue nuestra sorpresa que había una cola enorme, primero para comprar el ticket y otra cola muchísimo más larga para coger el telecabina. Se bajó Pedro y se puso en cola. Carmen también se bajó y se puso en cola para guardarle el sitio para la cola de coger el telecabina.

Me suena el tel. y Blas me dice que en 1 hora estaba en el Pic du Midi. Maldición!! Es imposible que Pedro llegue a tiempo cuando el telecabina ya tarda como 15-20 min en subir porque hay que cambiar de cabina a mitad de trayecto. Me acerco a Pedro y se lo digo y me dice que lo va a probar, que le hacía ilusión subir y ver llegar a Blas.

Me voy a aparcar el coche porque donde estaba no podía dejarlo mucho tiempo. Cuando regreso a la cola, Carmen me dice que estaban diciendo que la cola que había era para unas 2 horas. Se lo digo a Pedro y desiste de subir.

Los pensamientos de si no hubiera ido al super, si hubiéramos venido directamente…son inevitables. Pero quién lo iba a saber, si el año anterior compré el ticket y me fui directamente al telecabina y no habían colas por ninguna parte. Evidentemente el día tan bonito que hacía era para aprovecharlo y subir. Seguramente todo el mundo pensó lo mismo, menos yo.

Le dije a Pedro que si quería subir que subiera para ver todo lo de arriba pero él lo que quería ver era a Blas y de paso pues ya vería lo demás. Entre lágrimas le dejé un audio a Blas porque no habría nadie arriba para esperarlo. Vaya seguimiento, al primero no llegamos a tiempo y al segundo no podemos subir.

Nuestro próximo destino sería llegar a Pierrefitte Nestalás donde estaban nuestros hoteles y la primera base de vida.

Para llegar a Pierrefitte se tenía que pasar por el famoso Tourmalet. En la cima había atasco de coches porque la gente estaba por medio de la carretera haciéndose fotos en la famosa estatua del ciclista. Mi intención era de parar a hacer fotos ya que el año pasado no lo pude ver por la lluvia y la niebla que pillé. A penas veía 2 metros delante de mí, así que este año lo quería ver todo. Como fue imposible pararme en la cima, lo hice varias curvas más abajo donde pillé un hueco para parar y desde allí hicimos varias fotos al valle.



Siguiendo la carretera llegamos al pueblo de Barèges. Se acercaba la hora de comer y como vi un parque decidí parar para ver si allí podríamos comer algo. Encontramos una mesa de madera en la sombrita, ideal!! Sacamos la nevera y todo lo necesario para comer. Justo al lado del parque estaba el ayuntamiento y allí montarían un avituallamiento donde iríamos el sábado.



Continuamos el trayecto hasta Pierrefitte. La entrada a mi hotel la tenía a las 15h., Pedro y Carmen a las 16h. Mientras esperábamos a que abrieran, llegó un señor y entre francés, señas con las manos…nos dijo que por la mañana nos había visto en el bar en la salida. Su hijo estaba haciendo la misma carrera que Blas. Había hecho como yo, coger el hotel al lado de la base de vida, sabiendo que llegaría por la tarde-noche. Y es que la teníamos a un paso del hotel.

Después de coger la llave nos fuimos para el hotel de Pedro y Carmen. Estaba mucho mejor que el mío ya que era de 3 estrellas y el mío se podría decir que era más bien un hostal que un 2 estrellas, pero me fui a lo barato ya que total no iba a pisarlo mucho.

Una vez recogidas todas las llaves nos dirigimos hacia la estación de esquí de Hautacam que estaba a unos 30 min. de coche. Allí veríamos a Blas porque había un avituallamiento. Dejé a Carmen lo más cerca posible, Pedro y yo fuimos a aparcar el coche. Donde aparcamos hasta el avituallamiento tuvimos que caminar un poco. Carmen tiene mal la rodilla y yo con el embarazo… el caminar para nosotras era ir muy despacito y sin prisas, je je. Pedro en cambio es puro nervio y sí que me dijo de aparcar él el coche pero le dije que había tiempo de sobra y que ya lo aparcaba yo.

Buscamos donde estaba situado el avituallamiento y nos pusimos un poco más arriba para ver llegar a los corredores. Ellos llegaban bajando la montaña. Encontramos un poco de sombra y allí me cobijé un rato. Pedro estaba en su salsa. Llevaba como una trompetilla que la iba haciendo sonar cada vez que llegaba un corredor. Algunos daban las gracias por los ánimos otros no hacían caso, pero él seguía.

Carmen estaba abajo en la cafetería, justo en la entrada del avituallamiento. Cuando ya no me sentía el culete de estar sentada me acerqué a donde estaba Pedro, ahí seguía con la trompetilla. Blas me llamó y me dijo que estaba a punto de llegar al avituallamiento, le dije que allí estábamos esperándolo. Quizás no se fiaba de si estábamos o no viendo nuestro historial.

Blas nos dijo que se había equivocado y lo que veía no era aún Hautacam, pero no andaría muy lejos por el horario que le marcaba la web y por el km que iba. Estábamos lejos pero cuando veíamos un corredor con camiseta rojiza, comentábamos si era o no. Hasta que si era él. Lo vimos bajar. Pedro se quedó a esperarlo y yo me fui hacia el avituallamiento para grabarlo al entrar.

Dentro no nos dejaban estar porque era muy pequeña la sala. No estuvo mucho rato, lo suficiente para reponer fuerzas y descansar un poco. Seguía sin querer chuches ni fuet. Nos comentó al salir que un poco más abajo lo veríamos porque caminaban unos metros por la carretera. Al subir ya habíamos visto las cintas e incluso a algún corredor.  Como teníamos que ir a buscar el coche no sabía si nos daría tiempo de verlo pasar. Quedamos en que me llamaría cuando estuviera en la carretera.

Pedro se ofreció a ir a por el coche. Encantada le di las llaves y se dio una carrerita. Carmen y yo fuimos caminando poco a poco hasta el punto máximo que se podía acceder con el coche.

Encontré un hueco en la carretera para meter el coche y allí esperar a Blas. Me llamó y le dije que estábamos un poco más abajo. Lo vimos pasar y nos despedimos de él, hasta la base de vida.

Regresamos a Pierrefitte y como donde tenía yo el hotel era no se podía aparcar por más de 15 min. y al estar  al lado del avituallamiento no había mucho sitio libre, le dije a Pedro que se llevara el coche a su hotel ya que allí tenía mucho sitio para aparcar. Quedamos para ir a cenar sobre las 20 h. antes de que llegara Blas.

En la habitación del hotel iba controlando la web y marcaba que Blas llegaría sobre las 19:30h pero como en el punto anterior Blas llegó 1 hora después de lo que le marcaba no le quería hacer mucho caso. Aún así le comenté a Pedro que se vinieran antes para cenar por si acaso. Justo nos sentamos en una mesa de una pizzería y nos dan la carta cuando me llama Blas preguntándome dónde estábamos. Le digo que a punto de cenar y él me dice que ya está en Pierrefitte. No puede ser!!! Sigue adelantándose a su planning, nos va a volver locos con las prisas. Según la web ahora iba 20 min más lento que lo que marcaba.

Salimos rápidamente de la pizzería, creo que Pedro le dijo a la señora que ahora regresábamos en un rato. Por suerte solo eran 100 mts y cruzar una calle. Entramos en la base de vida y no encontramos a Blas. Estaba en la zona de baños cambiándose de ropa. Cuando lo vemos nos ponemos cerca y monto el campamento. Me tengo que sentar en el suelo porque me es imposible estar agachada mucho rato. La barriga abulta ya lo suyo. 




Comienzan los nervios, donde está la crema, pon esto a cargar, saca esto, mete aquello. Me agobio enseguida. Cuando me consigo centrar recuerdo que él lleva crema en su mochila, la busco y se la doy. El reloj a cargar, ropa sucia a una bolsa, lo limpio a la mochila de vuelta. Lo que sobra de la primera base de vida se queda dentro de la mochila para la siguiente base y me llevo encima lo que es tema comida y alguna cosa más por si acaso.

Después de 45 min. sale de la base de vida, otro besito a mi barriga y continúa la carrera. 




Una vez él está en marcha regresamos a la pizzería. Gracias al traductor del tel. le digo a la señora que mi marido estaba en la carrera y que nos había avisado de que ya había llegado, que si aún podíamos cenar. Ella muy “amablemente” (sarcasmo puro y duro) nos dijo que lo sentía que lo tenía todo reservado. Le dimos las gracias y nos fuimos maldiciéndola mil veces porque allí no tenía nada preparado e incluso la parte de fuera estaba libre. Encontramos otra pizzería pero era solo para llevar. Decidimos coger dos pizzas y ya veríamos donde nos las comíamos, si en la habitación o en un banco. Y así lo hicimos en un banco. Los de la segunda pizzería hablaban un poco español y fueron muy amables. Nos dieron vasos de plástico y pudimos comprar también una botella grande de agua.

Entre nosotros nos reíamos diciendo que como no nos querían en la pizzeria, nos veíamos comiendo en un banco. Que por la mañana había sido en la mesa de un parque y que ahora ya estábamos bajando el nivel. La verdad es que cenamos muy bien y estaban muy buenas las pizzas. Entre más risas y como al día siguiente seguiríamos en el mismo pueblo, dijimos de cenar en la pizzería que nos “echaron”, ja ja ja. Luego nos dimos cuenta que muchos acompañantes estaban comiendo pizza como nosotros al lado del avituallamiento.

La segunda base de vida sería por la mañana y había que controlar cómo iba Blas por los puntos anteriores para calcular más o menos la hora porque lo del planning ya no servía para mucho. Pedro ya me había dicho que dejaría el tel. encendido y que le avisara. Al final nos dieron casi las 22:30h. nos despedimos y cada cual a su hotel. Ellos se llevaron el coche de nuevo. 



Viernes, 23 de agosto

Cuando Blas está de carrera no suelo dormir mucho. Me despierto a casi cada hora y aprovecho para controlar por la web como va. Marcaba que sobre las 4:55h de la mañana llegaría a Cautarets. Él nos había dicho que por la noche bajaría el ritmo y que entre punto y punto haría lo planeado pero viendo lo visto no nos podíamos fiar mucho.

Aún no eran ni las 4h. de la mañana que no sé qué hacer, aviso a Pedro o me espero un poco. Si hubiera tenido el coche sé perfectamente lo que hubiera hecho, aunque luego me hubiera llevado la bronca de Pedro por no llamarle pero es que me sabía mal que se pegara otro madrugón. Al final le mando un wassap y me responde de que en 10-15 min estaba debajo de mi hotel.

Llegando a Cauterets me suena el tel. Era Blas. No tengo conectado el manos libre del coche y no lo cogemos a tiempo. Madre mia eran las 4:50h eso significaba que Blas ya estaría allí y nosotros otra vez le habíamos fallado. Mis pensamientos… tenía que haber salido antes  si es que lo sabía…

Ahora suena el tel de Pedro, sabiendo que estaríamos juntos le dice que le quedaban 4 km hasta Cauterets. Menos mal. Llegaríamos nosotros antes que él. Me relajo un poco. Llegamos a Cauterets y más o menos según el mapa que pusieron nos acercamos bastante a donde estaba el avituallamiento pero por allí no se veía mucho movimiento y no estábamos seguros. Pedro se bajó a preguntar porque vimos varias furgonetas. Sí, era allí.

Fuimos a aparcar por la parte de atrás. Estuvimos cerca de una hora esperando hasta que decidimos acercarnos para verlo llegar y acompañarlo. Encontramos una parada de bus y allí nos sentamos. A los 5 min llegaba Blas. Eran las 6h. de la mañana y aún no había amanecido.

Una vez dentro de la base de vida monto mi campamento cerca de donde duermen los corredores. Por allí había una silla libre y la pillamos. Blas se fue a dormir 30 min. Es de agradecer ese tiempo porque le pude preparar todo con mucha calma. Reloj y tel. cargando, ropa preparada para cambiarse, bidones rellenados, comida reserva cargada en la mochila.




Mientras esperábamos  que despertara veíamos como un chico estaba en enfermería con la manta térmica encima, otros en el fisio. Otros que llegaban para dormir. Y muchos otros por ahí tumbados en el suelo. Cuando quedaban 5 min para despertarlo, Blas  ya iba levantando la cabeza como diciendo, ¿Cuánto queda? Le decía que 5 min. y volvía a tumbarse.  Cuando se levantó solo tuvo que cambiarse de ropa y comer algo. Sobre las 7 h salía de la base de vida. Ahora ya sí que había amanecido. Nos preguntó si iríamos a verlo al Pont d’Espagne, le dijimos que lo intentaríamos.




Al ir tan rápido en la carrera e ir muy adelantado según el horario nuestros planes se fueron a pique. En principio él tenía que haber llegado según su planning sobre las 10:30h a Cauterets y eran las 7h. y ya se iba. Mi planning inicial era que después de Cauterets iría directamente al Pont d’Espagne para verlo ya que había visto por internet que habían cascadas y un lago. De Cauterets al Pont d’Espagne solo habían como 15 min de coche. Tendríamos margen de 8 h hasta el siguiente punto para verlo así que podríamos hacer un poco de turismo de relax. Los planes cambiaron porque al ser tan pronto cuando nos fuimos de Pierrefitte, Carmen se había quedado en el hotel durmiendo y teníamos que volver a recogerla. Eso nos suponía 30 min. ir a por ella y 45 min. de vuelta hasta el Pont. Y claro también teníamos que desayunar algo que desde las 4 h. estábamos despiertos y sin comer nada.

Sin perder mucho tiempo fuimos y regresamos, desayunamos algo súper rápido y llegamos al Pont d’ Espagne.  Si es verdad que nos entretuvimos un poco en el coche preparando la mochila, que si nos llevamos algo de comer, cogemos agua. Una vez listos vemos que allí mismo se cogían los tickets para el telecabina mini y el telesilla. Decidimos primero ir al encuentro de Blas y luego tranquilamente ya mirarlo bien. De todas formas hasta las 9 h no abrían las taquillas.

Carmen se queda por las taquillas por si se forma mucha cola mientras Pedro y yo subimos caminando. Solo serían unos 400 mts. hasta el punto donde se cruzaba el camino de Blas con el nuestro. Os podéis creer que justo llegamos al cruce y llega. Iba 40 min. adelantado de su nuevo horario. Nos hacemos un par de fotos con el Pont de fondo y nos despedimos. Le dijimos que subiríamos al lago pero que hasta las 9 h no podíamos comprar el ticket. A todo esto eran las 8:50 h.



Regresamos a las taquillas. Éramos los cuartos en la cola. Nos montamos los 3 juntos en el mini telecabina que solo dura como 5 min. Luego se tenía que caminar unos 10 min a nuestro ritmo para llegar al telesilla. Llegamos y todavía no estaba en marcha así que esperamos y de nuevo éramos los cuartos en la cola.



El telesilla si que tarda como 15 min en subir. Una vez arriba hay que caminar unos 15 min hasta el lago que a nuestro paso llegaron a ser como 25 min. Pedro se adelantó para ver si lo veía. Cuando me di cuenta por donde llegaban los corredores intenté apretar el paso pero a mi querido Marc por lo visto no le gusta que la mami camine y se puso en una zona que me hacía daño, así que de nuevo tuve que aflojar mi ritmo. Cuando llegué al lago me crucé con un corredor, era un japonés que se había quedado más tiempo que Blas en Cauterets, lo que significaba que Blas ya había pasado por allí.

Saco el tel. para hacer fotos y me veo varios intentos de llamada de Blas que o bien él o yo no teníamos cobertura. Eran casi las 10h, luego supe que él llegó al lago a las 9:30 h justo cuando nosotros llegábamos arriba del telesilla. Como él no vio ningún rastro de telesilla pensó que ese no sería el mismo lago al que llegaríamos nosotros. Los primeros que se bajaron del telesilla seguro que aún no habrían ni llegado al lago. Ya le habíamos dicho que si lo veíamos bien que sino que él siguiera para adelante. Ya le habíamos visto abajo y estábamos tranquilos.



Disfrutamos del lago e hicimos muchas fotos. Cuando ya decidimos regresar ya estaba apretando el sol y al menos a mí el calor me mata mucho. El camino encima a lo primero era sin sombras y cuando encontrábamos un poco aprovechamos para parar a descansar y beber o comer algo.

De bajada en el telesilla creo que solo íbamos nosotros 3 y un par un poco más adelantados. En cambio subiendo estaban todos llenos. Disfrutamos con los niños que subían saludándolos.

Ya de vuelta en el parking aprovechamos para comer. Nuestro nivel cada vez estaba decayendo más y esta vez comimos en un muro. Primero sentados y luego apoyados en él. Nos pegamos otras risas pensando que más bajo ya no podíamos caer. Al estar cerca del río Pedro quiso meter los pies en el agua. Yo le seguí pero solo con el pie derecho ya que me estaba fastidiando el día y quería ver si me mejoraba un poco. El agua estaba super helada.

Nuestro siguiente destino era Gavarnie. Allí tendría un avituallamiento. Ya no quisimos arriesgar más y llegar tarde así que nos fuimos directamente para allí. Nos encontramos con que no se podía acceder a la zona donde estaba el avituallamiento y nos obligaban a aparcar el coche e ir caminando. Carmen se bajó y fue hacia el avituallamiento, al menos si llegaba Blas que viera a alguien. Pedro y yo nos fuimos a aparcar. Intentamos dejar el coche en varios sitios pero eran privados. Total que sin quererlo si o si tuvimos que ir al parking. Encima los 2 primeros estaban llenos y nos fuimos más lejos. Se tenía que dejar un ticket de pago porque era un pago único de 5 € el tiempo que sea. Tuvimos que ayudar al chico de antes que nosotros en la máquina y cuando nos tocó a nosotros no éramos capaces de hacerlo y el señor de detrás nos ayudó, parecía ayuda en cadena, ja ja. Pedro volvió al coche a dejar el ticket mientras yo fui caminando hacia el avituallamiento.

Cuando vimos donde estaba situado nos fuimos un poco más adelante para verlo llegar. Me llamó y me dijo que le dolía mucho la rodilla. Llegamos a la salida del camino y yo me quedé allí esperando. Pedro siguió el camino arriba para ir a su encuentro y acompañarlo un poco.

Estuvimos esperando un rato largo. Carmen desde el avituallamiento veía a Pedro. Le dije que me avisara cuando viera a Blas y en ese momento me dijo que ya bajaban juntos. Me moví  un poco de sitio y por un hueco de las hierbas veía el camino a lo lejos. Vi que venía despacito.

Volví a la salida del camino y comencé a grabar. Cuando llegó a mi altura me dijo de nuevo que le dolía la rodilla y que pensaba en dejarlo allí. Dejé de grabar al momento.

Luego de camino al avituallamiento me decía que intentaría llegar hasta la base de vida para dejarlo allí porque le sabía mal por Pedro y Carmen ya que habían ido a animarlo. No era el siguiente control por lo que le dije que si tenía intención de dejarlo en la base de vida, que para qué iba a esforzarse más y que lo dejara allí.

Llegamos al avituallamiento y la gente que esperaba a otros corredores le aplaudieron al llegar. En ese momento me emocioné porque sabía que lo iba a dejar allí. Si lo veo sufrir soy la primera en decir que no pasa nada en dejarlo si así lo cree conveniente pero si lo veo bien le animo a continuar. En este caso era convencerlo de que no pasaba nada si lo dejaba allí, además ya iba con ese pensamiento.

En el avituallamiento un voluntario que hablaba español le acompañó a la zona de fisios. Allí habían un par de chicos y muuuuchas chicas. Una de ellas le cogió y comenzó a hacerle ejercicios para ver que le dolía. Pedro me decía que me sentara fuera al fresco pero entre bromas yo le decía que no, que me quedaba allí vigilando a la fisio. Y es que si veis el video de Blas se ve que hay 3 fisios más al lado mirando a Blas, lagartas, ja ja. Por supuesto todo era en plan broma, si hasta Pedro hizo ver que le dolía una pierna para ver si alguna le masajeaba un poco, ja ja. No coló. 




La carrera ya había acabado para Blas. Para nosotros fue un poco relajante ya que aunque no camines como él, no paras quieto mucho rato. Él hizo 146 km, más o menos pero en coche hicimos el doble. 

El año pasado estuve esperando como 3h. arriba del Pic du Midi porque el muñequito de la web me engañó, luego 5 h. más en otro sitio por no estar casi 4h. conduciendo para regresar al hotel y volver. 
Es en esos momentos cuando deseas tener a alguién con el que hablar y pasar el rato.

La compañía de Pedro y Carmen ha sido fantástica. Les agradezco enormemente que hayan venido. Me he sentido muy arropada por ellos. MIL GRACIAS!!!

De Blas poco puedo decir cuando a los dos días de regresar ya salió para hacer una ruta y "probar como va la rodilla". Que aproveche ahora que pronto se le acabará el chollo. Solo se lo digo para chinchar un poco porque sé que en cuanto pueda se apuntará a la primera carrera que haya con tal de entrar en meta con Marc.

Ojo!!! Que allí estaré super emocionada y orgullosa de él. 

jueves, 29 de agosto de 2019

GRAND RAID DES PYRENEES 2019

Tras mi última aventura en tierras vascas apenas había pasado un mes, pero nuevamente me enfrentaba a un nuevo reto deportivo. El nuevo reto al que me tenia que enfrentar suponía el hacer la mayor cantidad de kilómetros a los que me había enfrentado nunca, 220 kilómetros recorriendo los Altos Pirineos Franceses participando en el Grand Raid des Pyrenees una carrera en la que ya el año pasado conseguí ser finisher en los 170 km.

El Grand Raid des Pyrénées es una prueba deportiva que se celebra en las montañas de los Altos Pirineos de Francia, recorriendo infinidad de senderos y pasos por encima de 2000 metros de altitud.

Durante el fin de semana la prueba ofrece varias carreras con diferentes niveles de dificultad y distancia.

La carrera a la que me iba a enfrentar era la Ultra Tour de 220 kilómetros con 12500 metros de desnivel positivo a realizar en 72 horas.

Me enfrentaba a este nuevo reto con dudas, ya que arrastraba una sobrecarga en la rodilla izquierda que me había dado problemas en los entrenos previos a la carrera. ¿Sería capaz de hacer tantos km? ¿La rodilla me dolería? ¿Cómo afrontar la tercera noche? muchas preguntas antes de la carrera, pero lo único seguro es que yo me veía capaz de hacerla y con muchas ganas.

En esta nueva aventura volvía a contar con un gran equipo de apoyo, Mi mujer Cristina, Pedro un amigo del pueblo y Carmen la mujer de Pedro. La carrera salía el jueves, por lo que el lunes fui al fisío para que me pusiera los músculos a tono y me mirara la rodilla. El martes salimos hacia Francia haciendo una parada en Boltaña (Huesca). El tiempo del martes era lluvioso pero por suerte anunciaban buen tiempo para los días de la carrera, el miércoles ya salimos en dirección a Francia. Desde Boltaña nos dirigimos hacia Bielsa para cruzar el túnel que separa España de Francia, antes de cruzar al país vecino visitamos el pueblo de Bielsa y el Valle de Pineta. Después de comer nos dirigimos hacia Francia, solo entrar en el país vecino te quedas maravillado con la inmensidad de un valle rodeado de enormes montañas. Una vez instalados en Sant Lary Soulan que era donde teníamos el hotel, solo quedaba hacer tiempo hasta la hora de la entrega de dorsales en el vecino pueblo de Ville Aure.

A las 17:00 h nos fuimos hacia Ville Aure, tras aparcar el coche nos dirigimos hacia la enorme carpa donde repartían los dorsales. Antes de entrar te entregaban un papel con todo el material obligatorio que había que presentar y una bandeja donde tenias que depositarlo, al igual que me paso el año pasado ya me había dejado cosas que era obligatorio presentar. Por suerte llevaba las mochilas de las bolsas de vida así que pude coger lo que necesitaba para pasar el control, una vez pasado el control de material me dirigí a la cola donde te entregaban el dorsal y te ponen la pulsera para poder pasar por los avituallamientos. Al ponerme la pulsera no me di cuenta que me la habían puesto demasiado floja y tuve que volver para ver si me la podían cambiar, no me entendieron pero por suerte al ir a comprar dos tickets para el buffet de clausura para Pedro y Carmen, la mujer que había allí me cambió la pulsera y me la puso bien apretada.

Tras pasar todos los trámites de recogida de dorsales solo me quedaba entregar las bolsas para las bases de vida. Las bases de vida son puntos de la carrera donde se puede dejar una bolsa con ropa limpia, bambas, comida, frontales, para poder utilizar en caso de necesidad. En la carrera iba a disponer de tres bases de vida en el km 74, km 112 y km 167. Con todos los deberes hechos nos fuimos a cenar en el apartamento en el que se alojaban Pedro y carmen, allí conocimos a un chico, Borja, que también corría mi carrera, nos comentó si nos importaba acercarlo hasta la salida el jueves y le dijimos que no había ningún problema. Tras cenar tocaba acabar de preparar la ropa para el dia siguiente y acostarse pronto ya que el jueves tocaba madrugar.

Recogiendo el dorsal.


Jueves 22 de agosto

A las 5:00 h pasamos a recoger a Pedro, Carmen y Borja para ir hacia la salida. Enseguida llegamos a la zona de salida y nos dirigimos hacia el bar que había junto al arco de salida para tomar un café antes de la salida, una vez me tomé el café salí junto a Borja para colocarnos junto al arco de salida. El año pasado me puse en primera línea y me fue bien así que este año quería repetir, sabía que enseguida me pasarían muchos corredores pero al menos evitaría encontrar tapón y no perdería tiempo.

Esperando el momento que dieran la salida.
Cristina, Pedro y Carmen me hicieron compañía un rato pero después salieron para colocarse para ver la salida, antes de salir me llevé una sorpresa ya que un amigo del club, Jesús, que estaba pasando unos días en la zona vino a saludarme. Poco a poco se acercaba la hora de la salida y el speaker calentaba el ambiente haciéndonos levantar los brazos y jaleando al público asistente.




Ville Aure - Payolle 20,1 km   1019+  721-
Tiempo límite: 4:45 horas  Tiempo invertido: 2:48 horas

A las 6:00 h comienza la aventura, el pelotón sale a una velocidad considerable y enseguida me van adelantando corredores. Paso el primer km corriendo sin parar y con un terreno muy llano, decido bajar un poco el ritmo porque veo que voy demasiado rápido. Pasado el primer km salimos del asfalto y tras cruzar un puente de madera entramos en un camino ancho que nos lleva hasta un pequeño lago, tras pasar el lago comienza la subida. 

Entramos en un sendero estrecho que sube ligeramente para enseguida convertirse en una pista que sube ya con más inclinación, por fin aquel era mi terreno y no tanto correr. Me pongo a caminar utilizando los bastones y adelanto a muchos corredores. Al final de la subida en teoría ya había hecho el desnivel positivo del primer tramo que me había marcado como referencia, como siempre me iba a equivocar o simplemente la organización no había puesto el desnivel correcto. 

Tras bajar por asfalto hasta unas casas donde se agolpaban varias personas animando comenzaba una nueva subida por asfalto, la oscuridad de la noche poco a poco iba desapareciendo y amanecía un día radiante. A medida que iba subiendo observaba como la niebla estaba presente en el valle, tras la breve subida se descendía hasta el pueblo de Ancizan. Ya llevaba 7 kilómetros de carrera y apenas una hora, el ritmo estaba siendo elevado y a pesar de eso me habían pasado muchísimos corredores. Tampoco me preocupaba el hecho de que me adelantaran ya que yo tenía que hacer mi carrera y no mirar el ritmo de los demás. Tocaba iniciar la primera subida de la carrera. 

Poco a poco iba ascendiendo por un camino ancho y bastante embarrado, no puse un ritmo muy fuerte para reservar energías para el tramo final de la carrera. A medida que iba ascendiendo disfrutaba de un paisaje espectacular con un mar de nubes al fondo del valle, poco antes de llegar al final de la subida me pilló Borja que se había quedado atrás al principio y se fue hacia adelante. Justo antes de llegar a la cima me paré para quitarme el frontal y los manguitos ya que empezaba a notarse calor. A medida que me acercaba hacia la cima pude comprobar que ya al fondo se veía la cima del Pic du Midi a la que más tarde tendría que ascender. 

Ascendiendo a la primera cima de la carrera.


Una vez en la cima me deleité con el espectacular paisaje, en la zona se congregaba una gran cantidad de gente animando. Tocaba descender hasta el primer avituallamiento de la carrera, el primer tramo de la bajada era por una zona de hierba húmeda que resbalaba bastante pero que por suerte pude bajar sin ningún problema.

Espectacular vista desde la cima.

Al final de ese primer tramo se llegaba a una planicie de hierba en la que se corría muy cómodo y acompañado por la silueta del Pic du Midi al fondo, tras atravesar la planicie se descendía atravesando zonas de bosque preciosas y se llegaba nuevamente a una gran planicie en la que la carretera estaba muy cerca de donde estábamos corriendo. Mientras corría por la planicie me adelantaron Salvador Vilalta y Jaume Folguera dos grandes corredores de Catalunya, no podía ser o ellos iban muy tranquilos o es que yo estaba tirando muy fuerte. 


Me adelantaron y enseguida me dejaron bastante atrás y seguí mi camino hacia el avituallamiento, casi sin darme cuenta llegué al avituallamiento. La gente se amontonaba delante de las mesas del avituallamiento y poder coger algo para comer fue toda una odisea, a parte de comer me hidraté bastante bien para afrontar lo que me venía por delante. 

En teoría había quedado en el avituallamiento con Cristina, Pedro y Carmen pero aún no estaban allí, cuando estaba a punto de llamarlos para decirles que iba a continuar los vi llegar. Llamé a Pedro y se dieron cuenta de que estaba allí, cuando llegaron los saludé y me puse de nuevo en marcha.

En el avituallamiento de Payolle.


Payolle - Pic du Midi  19,3 km  1857+  568-
Tiempo límite: 10 horas  Tiempo invertido: 6:58 horas

Solo salir del avituallamiento subimos hacia una casa desde allí se descendía y se atravesaba un bonito bosque, poco a poco iba avanzando por un terreno con vegetación baja. De repente una corta pero inclinada subida me permitió abrir un pequeño hueco con los corredores que llevaba detrás. Una vez arriba de la subida se descendía por un sendero donde nuevamente me iban adelantando.

El terreno era bueno y avanzaba bastante rápido, a medida que iba avanzando el paisaje iba cambiando y de un espectacular valle con el Pic du Midi al fondo pasaba a un frondoso bosque cerca de Artigues que era donde me encontré un punto de agua. Tocaba afrontar la subida con más desnivel de toda la carrera y desconocía qué tipo de terreno me iba a encontrar. Tras reponer agua inicio la subida ascendiendo paralelo al río. 

Enseguida llegué a una carretera donde habían muchas personas animando, allí nos pararon hasta que cortaron el tráfico para que pasáramos. Solo cruzar la carretera se iniciaba una subida vertical por el interior de un frondoso bosque siguiendo una valla de madera, la inclinación era considerable y eso me permitió ir avanzando a corredores ya que a mí se me da bien la subida. 

El sendero pasaba junto a una espectacular cascada, poco a poco iba avanzando y llegué a un valle muy bonito donde habían algunas casas de pastor. En aquella zona se dejaba el sendero y se subía por una pista ancha, allí pude avanzar algo más rápido, la pista se fue estrechando hasta que nuevamente se convirtió en un nuevo sendero. El sendero discurría por un nuevo valle, un valle espectacular con una imagen brutal del Pic du Midi al fondo. Le pedí a un corredor si me podía hacer una foto y el me pidió a mi lo mismo ya que la foto valía la pena.

A mi espalda el Pic du Midi, el objetivo al finalizar la subida.

el sendero comenzaba a ascender cada vez con más inclinación. Yo no aumente el ritmo pero a pesar de eso avanzaba bastante más rápido que algunos corredores que me habían adelantado bajando, poco a poco iba ascendiendo y el terreno se iba volviendo algo más complicado a medida que ganábamos altura. 


Duro ascenso hasta el Col de Sencours


Las piedras y bloques de roca hacían acto de presencia y endurecían la subida, cada vez me acercaba más a la cima y podía ver el teleférico que lleva hasta la cima del Pic du Midi desde la Mongie. Las paredes verticales que me rodeaban impresionaba pero yo solo pensaba en llegar al Col de Sencours donde iba a encontrar un nuevo avituallamiento. Tras un buen rato subiendo por rocas por fin llegué al Col de Sencours, allí había mucha gente, algunos animando y otros haciendo excursiones por allí. Al llegar al avituallamiento lo primero que hice fue coger la botella de agua con gas para poder hidratarme, el agua con gas me va muy bien en las carreras largas. Después me cogí algo de comer pero sin pasarme ya que tras subir a la cima tenía que volver a pasar por allí, una vez avituallado llamé a Cristina para decirle que iniciaba la subida hacia la cima. 

Cristina ya sabía que ella no podía subir en el telecabina por el embarazo. Cuando la llamé me dijo que les iba a ser imposible ir a verme a la cima ya que había mucha cola para subir, como unas 2 horas y pico y yo en menos de 1 h. estaría arriba. Le dije que no se preocuparan pero que me sabía mal por Pedro y Carmen que iban a perder la oportunidad de ver aquel sitio tan bonito y además hacía un día espléndido y las vistas desde arriba tenían que ser una pasada. 

Me puse en marcha dispuesto a hacer la subida a buen ritmo, la primera parte de la subida era por pista ancha y ganaba desnivel suavemente además estaba entretenido saludando a los corredores que descendían de la cima. Mientras subía me crucé con Borja que ya descendía de la cima, nos saludamos y seguí con mi ascenso. Al terminar la pista me encontré con las famosas llamas del Pic du Midi que estaban pastando por allí. De la pista ancha se pasaba a un sendero estrecho en el que te cruzabas con los corredores que bajaban, los excursionistas que subían y bajaban, total un caos de último tramo.

Llegando a la cima.

El sendero era bastante inclinado pero lo subí mucho mejor que el año pasado, además iba disfrutando del día espectacular que estábamos teniendo y de las impresionantes vistas que nos estaba ofreciendo. Una vez arriba y cuando llegué a la terraza del Pic du Midi me quedé sorprendido de la cantidad de gente que había allí arriba, la terraza estaba repleta de gente y corredores de la carrera por etapas que terminaba su primera etapa allí. Me quedé unos 5 min disfrutando del paisaje y me puse de nuevo en marcha, iba muy bien de tiempo y podía llegar de día a la primera base de vida si no pasaba nada raro.

Un turista más en la cima del Pic du Midi.

Pic du Midi -  Hautacam  21,9 km   756+  1579-
Tiempo límite: 15:45 horas  Tiempo invertido: 11:44 horas

El descenso por el sendero estrecho lo hice bastante rápido trotando un poco en las zonas que podía hacerlo, mientras descendía vi que en la pista había unas llamas allí paradas y yo quería hacerles una foto. Una vez en la pista y cuando me disponía a hacerle una foto a las Llamas, un ruido ensordecedor me dio un buen susto. Un avión de guerra pasó por allí a baja altitud, como me había dicho en voz alta que me había dado un susto, un corredor se giró y me preguntó si era español y que de donde era. Le dije que era de Catalunya y de Barcelona, el me dijo que era de Girona. Me paré a hacerle unas fotos a las Llamas y me puse en marcha, empecé a descender trotando suavemente y enseguida pillé al corredor de Girona. Se llamaba Joan y fuimos hablando un rato mientras bajábamos, yo me puse a trotar y Joan no me siguió. 

El sendero de subida hacia la cima.


Las llamas se mezclaban entre los corredores.
Poco poco me acercaba al avituallamiento del Col du Sencours por segunda vez, esta vez el avituallamiento estaba dentro de una casa de piedra. Me volví a tomar bastante líquido y comí alguna cosa antes de ponerme de nuevo en marcha, a la salida del avituallamiento te controlaban que habías pasado por allí. Mientras me pasaban el control, la chica me dijo que tenía que tener cuidado más adelante ya que había un perro peligroso, que cuando llegara allí no corriera y llevará los bastones pegados al cuerpo. Me puse de nuevo en marcha y comencé a descender por una pista que bordeaba un espectacular lago.

Bordeando el bonito lago.
Tras descender un buen tramo por la pista me desvié hacia un sendero que comenzaba a ascender hacia el Col d'Aobue. Antes de iniciar la subida me tuve que parar a quitarme alguna piedra que me estaba dando por saco. Comencé  a ascender por el sendero mientras disfrutaba del fantástico paisaje ya que el año pasado no pude hacerlo ya que en este tramo había niebla. El tiempo este año estaba siendo perfecto hasta ese momento. Al final de la subida se descendía hacia un valle por un sendero bastante técnico. 

Al iniciar la bajada me empezó a molestar la rodilla izquierda, no podía ser, apenas llevaba 42 kilómetros y ya me estaba molestando la rodilla. En las primeras bajadas me había molestado, pero no como lo estaba haciendo en ese momento. Me empecé a animar a mi mismo de que aquel dolor no iría a más y que se pasaría pronto, al final de la bajada el sendero se adentraba en el valle en dirección a una subida vertical. Tras atravesar una zona de mucha piedra se iniciaba la subida hacia el Col d'Aobue, antes de iniciar la subida me volví a cruzar con Joan con el que estuve hablando un rato hasta que me fui distanciando de él.

Desde la cima del Col d'Aobue.

Una vez en la cima del Col d'Aobue me senté un momento a tomar un poco de aire, me tocaba afrontar un tramo de bajada. Me volvió a adelantar Joan bajando y me dejó atrás, si bajaba trotando la rodilla no me molestaba mucho pero depende como pisaba las molestias volvían a aparecer. Tras la bajada el terreno se allanaba atravesando una bonita zona repleta de ovejas pastando, a medida que iba avanzando observaba que al fondo del valle había un enorme lago, el lac Bleu. 

De repente el sendero descendía hacia el lago por una zona muy resbaladiza y por un tramo de matorrales donde apenas se podían poner los pies, una vez abajo se ascendía por un camino muy empedrado hacia la base del lago. En aquella zona el año pasado me estaba cayendo un diluvio y apenas pude disfrutar, esta vez era totalmente diferente y un día radiante y caluroso me estaba acompañando. 

Comencé a ascender por una zona de roca lisa, al final del primer tramo de subida la imagen del lago era impactante. Llaneé un tramo y enseguida cambié de vertiente de la montaña para iniciar una subida muy vertical, ascendiendo por un sendero muy inclinado hasta coronar la cima del Coll de Bareilles 2238m. Las vistas del lac Bleu y el Pic du Midi eran de ensueño pero tocaba iniciar un nuevo descenso.

Paisaje de ensueño desde el Coll de Bareilles.


Esta vez un descenso algo más inclinado. El año pasado sin molestias en la rodilla bajé por allí bastante rápido. Comencé a descender trotando donde podía y caminando rápido donde no podía trotar. Al final de la bajada volví a contactar con Joan, pero él se fue hacia adelante ya que yo me tuve que parar a cambiarme los calcetines, se me había hecho un agujero debido a los descensos que habíamos hecho hasta aquel momento. 

Una vez con calcetines nuevos me puse de nuevo en marcha, cruce un puente de madera y comencé a descender hacía el Lac d'Ourrec. A medida que iba descendiendo me paso la primera chica de la Ultra, una vez en el lago me encontré un nuevo avituallamiento líquido. Tras bordear el lago se iniciaba una nueva subida, recordaba aquella subida del año pasado por lo que me la tomé con bastante calma para no quemar mucha energía.

Bordeando el Lac d'Ourrec.
 
Una vez coronado el Hourquette d'Ouscouau 1872m, tocaba descender y llanear durante un buen rato, el sendero que se seguía invitaba a trotar como hacían muchos corredores que me adelantaron. Yo decidí hacer aquel tramo a ritmo rápido pero caminando, poco a poco iba avanzando y a lo lejos veía muchos coches. Iba avanzando hacia los coches y al llegar a ellos pude descubrir que aquello no era Hautacam. Llamé a Cristina para decirle que estaba llegando al avituallamiento para ver si ellos estaban allí. Le dije que estaba viendo una caseta que pensé que era el avituallamiento, ella me dijo que los tenía que ver ya que estaban al lado del avituallamiento. Nuevamente me había pasado como en Ehunmilak y me había confundido y aquella caseta no era la del avituallamiento, tras pasar una pequeña loma ya pude ver la caseta y la gente al fondo animando. 

A medida que me acercaba ví a Cristina y Pedro. Pedro estaba tocando la bocina para animar. Descendí por la pista de esquí hasta llegar a la altura de Cristina y Pedro. Pedro bajó hasta el camino para acompañarme mientras Cristina se iba junto a Carmen para grabarme mientras entraba en el avituallamiento. Una vez dentro del avituallamiento comprobé que no habían dejado entrar a mi equipo de apoyo. El año pasado llegué a aquel avituallamiento de noche y este año había llegado a las 18 h. de la tarde. Me senté en una silla y cuando estaba comiendo algo me dí cuenta que Joan estaba allí también. Estuve hablando un poco con él y seguí descansando 5 minutos más mientras Cristina y Carmen me miraban desde fuera y Pedro se coló dentro de la zona del avituallamiento.

Avituallamiento de Hautacam.
Hautacam - Pierrefitte  12,7 km  40+  1074-
Tiempo límite: 18:15 horas  Tiempo invertido: 13:52 horas

Tras un buen descanso me puse de nuevo en marcha sabiendo que me quedaba muy poco para llegar a la primera base de vida, me despedí de mi equipo de apoyo y les dije que más abajo pasaba por la carretera y me podían ver allí. Mientras iba bajando los iba viendo que iban a buscar el coche, yo tuve que atravesar una zona de matorrales muy incómoda y una bajada bastante resbaladiza antes de llegar a la carretera. Una vez en la carretera llamé a Cristina para decirle que ya estaba en el asfalto por si les daba tiempo a llegar a verme, me dijo que estaban un  poco más abajo esperándome. 

Al llegar a su altura les salude y me siguieron con el coche unos metros, salí de la carretera y me metí en un camino ancho. Me volví a encontrar con Joan y me preguntó si había podido ver a mi mujer y le dije que si, él se puso a trotar y rápidamente me dejó atrás. Yo continué un rato caminando rápido y a tramos trotando para avanzar algo más rápido, dejé la pista ancha y me metí en un sendero bastante pronunciado pero muy guapo. 

Estaba bajando bastante rápido pero con cuidado con mi rodilla, mientras descendía me pasó la segunda chica de la ultra. Poco a poco me acercaba al pueblo de Villalongue pero no llegaba nunca, iba atravesando un sendero interminable hasta que por fin llegué al pueblo.

Villalongue desde el sendero de bajada.
Recordaba cuando llegué el año pasado de noche, este año había llegado de día y con bastante margen al corte horario. Aún me quedaban unos kilómetros para llegar a Pierrefitte, tras atravesar todo el pueblo se descendía hasta la carretera. Tras atravesar por debajo la carretera se caminaba paralelos a la carretera por un incómodo camino, una vez en la entrada del pueblo se tenía que cruzar de nuevo la carretera y subir por un sendero muy inclinado. Tras la subida se descendía hacia el pueblo, una vez en el pueblo se atravesaba un tramo y enseguida se llegaba a la base de vida. 


Al entrar en la base de vida de Pierrefitte me dí cuenta que mi equipo de apoyo no estaba allí. Llamé a Cristina para decirle que ya había llegado y me dijo que enseguida llegaban. Mientras mi equipo de apoyo llegaba yo me fui al lavabo para cambiarme de ropa, saqué toda la ropa limpia y vi como Cristina, Pedro y Carmen entraban en la base de vida. Pedro vino a ayudarme y le paso la mochila a Cristina para que fuera rellenando los bidones y me ponía a cargar el reloj, tuvimos algún problema con la crema para las rozaduras ya que se le había olvidado, pero por suerte yo llevaba una pequeña y me pude poner un poco. Una vez cambiado de ropa me fui a coger algo de comer y de beber y me senté junto a mi equipo de apoyo, estuve descansando unos 45 minutos antes de ponerme de nuevo en marcha.

Base de vida de Pierrefitte.

Con Pedro, Carmen y Cristina.
Pierrefitte - Estaing  18,1 km  1176+  666-
Tiempo límite: 24:30 horas  Tiempo invertido: 18:38 horas

Solo salir de la base de vida me despedí de mi equipo de apoyo ya que hasta la mañana no los volvería a ver, comencé a caminar con mucho frío pero enseguida empecé a subir y rápidamente se me quito. Aún me quedaban unos 40 minutos de luz y tenía que intentar hacer el máximo tramo de día posible. Tras llanear un buen rato el camino empezó a subir. 

Poco a poco iba ganando altura siguiendo un camino que iba haciendo curvas, a medida que avanzaba el camino se volvía más oscuro debido a la vegetación del bosque. Al llegar a un claro aproveché para ponerme el frontal, un grupo de 4 corredores me pasó mientras estaba parado. Seguía subiendo por aquel camino cómodamente hasta que aquel camino ancho se convirtió en un sendero que subía más suave que la pista y se atravesaban varias puertas para ganado. Al final del sendero se volvía a llegar a una nueva pista en la que adelanté al grupo de corredores que me había adelantado anteriormente. 

Iba mirando el GPS porque según mi planing el siguiente punto al que debía llegar estaba a una altitud de 1321 m. Lo que no contaba yo que al llegar a aquella altitud aún seguía ascendiendo. Seguí ascendiendo por aquella pista y por sendero hasta los 1549 m. Aquellos metros de más que había ascendido me dejaron algo tocado, pero al iniciar la bajada me fui animando mentalmente. Estaba bajando bastante bien por un sendero bastante amplio pero muy oscuro, a medida que descendía me iba encontrando vacas por el camino pero mi sorpresa fue cuando me encontré con un corredor que estaba parado en medio del camino. 

Al mirar que pasaba me di cuenta que en medio del camino había un grupo de 6 vacas, como no se movían me puse a hacer gritos para espantarlas. Al parecer aquello funcionó y las vacas se movieron, el problema es que taponaban el camino y teníamos que ir trotando detrás de ellas. Mientras íbamos avanzando escuché como se acercaba otro grupo de vacas al trote por detrás nuestro, avisé al compañero que se apartara a un lado y nos pasaron 3 vacas. Por suerte el sendero se bifurcaba y las vacas tomaron la dirección contraria a la nuestra, el sendero pasaba de un tramo llano a descender con fuerte inclinación. Por suerte no había muchas piedras y pude bajar trotando sin que me molestara mucho la rodilla, así llegué al avituallamiento de Cabane d'Artigue det Mi. 

Me senté un momento en una silla a quitarme una piedra y me puse de nuevo en marcha, tras bajar un rato por pista de repente las señales se desviaban hacia un sendero a la derecha, un sendero muy cerrado y de muy mal pisar. Tras pasar ese tramo malo, el sendero seguía bajando con mucha inclinación y con bastantes piedras, lo que hacia que me molestara más la rodilla. Tras un buen rato bajando por un bosque interminable, llegué a un llano que me llevó al avituallamiento de Estaing, que estaba en un local. Después de reponer fuerzas me puse de nuevo en marcha. 


Estaing - Cauterets 19´2 km. 1271+  1330-
Tiempo limite: 30:45 horas  Tiempo invertido: 24:00 horas

Tras salir del avituallamiento me entró un frío terrible. El sendero por el que estaba pasando estaba al lado del río, por suerte rápidamente salimos a una carretera la cual fui subiendo. El frío se me quitó porque seguí subiendo por la carretera durante un buen rato hasta que el camino otra vez se metía por un sendero que tenía pequeñas subidas y bajadas. 

Nuevamente salimos a la carreta y se seguía hasta el lago de Estaing. Bordeé el lago y salí de la carretera para volver comenzar una nueva subida. Iba subiendo poco a poco ya que había mucha inclinación, iba avanzando y la subida se me estaba haciendo muy larga. además me estaba entrando sueño y me tuve que parar en alguna piedra a descansar. A medida que iba subiendo iba alcanzando a corredores. La subida cada vez era más dura y no se veía el final. Yo subía con la cabeza agachada para no ver lo que me quedaba. Iba coronando las pequeñas lomas pensando que ya llegaba al final pero cuando llegaba a una veía luces de los frontales al fondo del valle, lo que significaba que tenía que subir más. 

Después de hora y media subiendo me tumbé en una roca durante 2 minutos para coger aire para afrontar el tramo final. Una vez en marcha de nuevo continué subiendo a ritmo suave para no gastar más energía. A pesar de subir tan despacio adelanté a algún corredor, incluso a la tercera mujer de la Ultra. Al pasar por su altura me dijo en francés que aquello era muy duro. Poco a poco ya iba viendo el final de la subida hasta que por fin llegué a la cima. 

Empecé a descender caminando para no gastar energía. Las señales no estaban muy bien puestas y en un par de ocasiones perdí el camino de vista. Una vez encarrilado en el camino seguí llaneando durante un buen rato hasta que de nuevo vino otra subida por suerte era más corta y enseguida llegué arriba. Una vez arriba se veía a lo lejos una caseta. Descendí por una pista y entré en un sendero con muchas piedras hasta que llegué a la caseta. Yo pensaba que allí me encontraría con un avituallamiento pero solo había un control de paso. Me senté en un banco y comí frutos secos que llevaba en la mochila. 

Solo salir de la caseta se seguía una pista que bajaba. Después de unos metros me encontré con un cartel que ponía Sendero Iniciación de BTT. El sendero era muy inclinado y muy largo, y en algunos tramos con bastantes piedras. En algunas zonas del sendero la rodilla me molestaba bastante. Al final del tramo se llegaba a un llano y enseguida se metía en un bosque que tenía muchas raíces por el suelo. Ya veía el pueblo a lo lejos pero no llegaba nunca. Al llegar al pueblo se tenía que recorrer mucho tramo urbano. Justo antes de llegar al avituallamiento me encontré con Cristina y Pedro. Dentro de la base de vida me tumbé a descansar media hora. Luego me cambié de ropa y comí algo. 

Aprovechando las camillas, me tumbe unos 30 min.


Apunto para continuar con 112 km en las piernas.

Cauterets - Refugio des Oulettes 14 km. 1224+  0-
Tiempo límite: 36:15 horas  Tiempo invertido: 29:04 horas

Eran las 7 h. de la mañana y ya había amanecido. Nada más salir del avituallamiento y tras cruzar un parque se subía por unas escaleras para llegar a un camino bastante llano que se seguía durante 1´5 km. Luego se seguía unos metros por una carretera y se desviaba por un camino paralelo al río. Del camino ancho se pasaba a un sendero que iba ascendiendo. Te ibas encontrando con varias cascadas a cada cual más impresionante. La subida era incómoda porque se tenía que subir continuamente  escalones de piedra. 

Viendo cascadas durante todo el camino.

Avanzaba poco a poco y el sendero se estrechaba. Tras un buen rato subiendo llegué al Pont D´Espagne. Justo antes de llegar vi a Cristina y Pedro que acababan de llegar al cruce de caminos. Nos hicimos un par de fotos y continué mi camino para arriba. Pasé por encima del puente y me desvié para el sendero que subía para el lago Gaube.

Con Cristina en el Pont d'Espagne.
 
En un cartel se indicaba que el lago estaba a 1 hora. El camino eran escalones de piedras lo que hacía que el avanzar fuera muy lento. Había quedado con mi equipo de apoyo que subirían al lago a verme pero no sabían si les daría tiempo a ellos de subir, ya que tenían que coger un telecabina y un telesilla y no abría hasta las 9 h. Al llegar al lago no vi ningún telesilla y pensé que aquel no era el mismo lago.

Lac Gaube.
Intenté llamar a Cristina para avisarle de que ya estaba en el lago pero no tenía cobertura. El camino continuaba bordeando el lado, un tramo muy técnico con muchas piedras sueltas. Luego se subía por un tramo muy inclinado y con más escalones de piedras. A medida que iba subiendo la vista del Vignamale era más impresionante. Llegué a una zona donde había una cascada al fondo, a la que se llegaba atravesando un valle con muchas piedras.

Avanzando por un paraje espectacular.
Antes de llegar el sendero se desviaba y se subía por el lado derecho de la cascada. Una vez arriba se llegaba a un espectacular valle con la imponente figura del Vignamale. Enseguida llegué al refugio des Oulettes, que estaba a 2150 m. de altura. Dentro del refugio estaba el avituallamiento donde repuse fuerzas y descansé 5 min.

El Macizo del Vignamale a mi espalda.

Refugio des Oulettes - Gavarnie  19´2 km.  674+  1454-
Tiempo límite: 42:30 horas  Tiempo invertido: 34:11 horas

Salí del refugio pensando en que debía enfrentarme a una subida durísima, un sendero repleto de rocas y en el que había que subir peldaños formados por la roca. Eso hacía que el cansancio fuera mayor, por suerte la vista a medida que iba subiendo era espectacular. 

Me acercaba a las faldas del Vignamale y el Pic Long con sus imponentes paredes de piedra, debido a la altura a la que estaba en ese momento y la sensación de inmensidad que tenían aquellas paredes pensaba que aquella montaña tenía más de 3000 metros pero en realidad eran 3200 m. Los metros finales se me hicieron interminables.

Vistas durante el ascenso al collado.
 
A lo lejos iba viendo el collado al que tenía que llegar y pude observar que había bastante gente en el a pesar de la altura a la que se encontraba. Yo me había planificado un tiempo para hacer los 4,2 km que separaban el refugio desde el que había salido y el refugio al que debía llegar, pero lo que no había tenido en cuenta era la dureza de aquel tramo, ya que en apenas 3 km subías un desnivel de casi 600 metros positivos por un terreno muy complicado. 

Una vez en la cima, me senté para coger aire y disfrutar de las vistas. Teóricamente desde allí hasta Gavarnie solamente tendría unos 100 metros positivos más. Comencé a bajar y me di cuenta que el dolor de la rodilla cada vez era más fuerte. 

El tipo de terreno por el que bajaba me hacía cargar mucho el peso en las rodillas y eso hacía que me molestara mucho la izquierda. Desde la cima en 15 min llegué al Refuge de Baysellance. 

Por un momento pensé en entrar y pedir un refresco ya que iba muy bien de tiempo, había tardado 10 min menos de lo calculado en hacer el último tramo. Me pasaron control de paso y me ofrecieron agua, también me dijeron si necesitaba recargar líquido puesto que en 14 km no había agua. Les dije que si necesitaba ya cargaría en los ríos y me puse en marcha para ver si conseguía hacer aquellos 14 km lo más rápido posible. Antes de salir el voluntario que había allí me dijo que tuviera cuidado en los primeros 4 km de bajada ya que eran muy técnicos y con pasos expuestos. 

Comencé a bajar intentando no forzar mucho la rodilla, me notaba que me empezaba a venir un bajón de energía pero por suerte era bajada larga y tendría tiempo de recuperar. El sendero por el que estaba descendiendo era espectacular. Descendía hacia un enorme valle atravesando riachuelos y una enorme cascada, aproveché un momento que el sendero pasaba bastante cerca de uno de los riachuelos para coger agua fresca. 

A lo lejos veía un grupo de 3 corredores que iban bajando trotando, yo bajaba andando lo más ligero que podía, me adelantó un corredor que bajaba bastante bien pero eso no me preocupó ya que yo seguía a lo mio. Al final de aquellos 4 km técnicos se cruzaba un río y se llegaba a una enorme planicie que supongo que cuando llueva mucho estará repleta de agua. Aproveché aquel tramo para caminar más rápido. 

Al final de aquella planicie se llegaba a un camino ancho, por fin un sitio donde poder avanzar algo más ligero. Decidí probar si podía aumentar la velocidad aprovechando el buen terreno. Para no forzar la rodilla lo que hice fue caminar lo más rápido posible. La rodilla no me molestaba en aquel terreno y podía caminar a 7 km/h sin problemas. Tras un largo tramo de camino ancho llegué al Pont d'Artigouli. 

Solo me quedaban 5,3 km hasta Gavarnie y estaba pensando en abandonar allí. No quería abandonar porque ya no tuviera fuerzas o no me viera capaz de acabar la carrera, el problema eran las molestias en la rodilla que cada vez iban a más y no me la quería fastidiar. 

El camino hasta Gavarnie no era un paseo si estabas tocado, se seguía un sendero con pequeños subes y bajas, después se descendía un buen tramo atravesando un frondoso bosque. Al salir del bosque se ascendía una rampa que se me atragantó bastante y finalmente se atravesaban un par de aparcamientos de auto caravanas antes de encarar el sendero final que llevaba hasta Gavarnie.

Los últimos kilómetros de mi carrera.
Justo antes de bajar al pueblo me encontré que Pedro había venido a buscarme para acompañarme, le comenté que iba a abandonar allí. Me dijo que le sabía muy mal pero que lo primero era mi rodilla. Al llegar abajo estaba Cristina esperando. Le comenté que me dolía la rodilla y que igual podía probar de llegar al km 167, a la tercera base de vida. Me dijo que si tenía pensamiento de abandonar, que daba igual abandonar allí o en el siguiente avituallamiento. 

Cuando llegué al avituallamiento les comenté que abandonaba, me cortaron un trozo del dorsal y un voluntario me llevó donde estaban los fisios para que me miraran. Me cogió una chica que no entendía muy bien el español. Me iba haciendo preguntas de donde me molestaba y más o menos por gestos le iba diciendo. Al final me comentó otra chica que si hablaba un poco el español que tenía inflamado el tendón de la rodilla y no debía continuar. Por suerte esa decisión ya la había tomado, así que solo quedaba ir hacía el hotel y a descansar.

Siendo tratado por los fisios.
Bueno tras una temporada cargada de retos en las que he podido terminar todas las carreras en las que había participado, llegaba un abandono por culpa de la sobrecarga en la rodilla.

146,2 Kilómetros

8455 Metros de desnivel positivo

7885 Metros de desnivel negativo

16340 Metros de desnivel total acumulado

34:11 Horas


En conclusión, me enfrentaba al mayor reto al que jamás me había apuntado. Hacer una carrera de más de 200 kilómetros no es fácil, pero si además le añades el desnivel y el tipo de terreno al que me tenía que enfrentar hacían que aquello fuera más complicado. 

Estoy contento porque si no hubiera sido por los dolores de mi rodilla izquierda, creo que hubiera conseguido acabar el reto sin problemas y además mucho mejor de lo que me había planificado. Ya venía tocado de la rodilla desde que acabé Ehunmilak y en estos días previos a la carrera no me he recuperado del todo, esto me servirá de lección para el futuro y cuando tenga alguna molestia miraré de descansar más. 

Sobre la carrera que puedo decir, ya cuando la hice el año pasado me quedé maravillado de sus paisajes y entorno. El recorrido es espectacular con una mezcla muy buena de sendero, pistas, bosques, piedras, lagos, subidas interminables, bajadas larguísimas y con un marcaje muy bueno ya que excepto alguna zona, era muy difícil perderse. 

Por poner un pero, comentar que los avituallamientos estaban un poco distanciados, así que si estás pensando en hacer esta carrera deberías llevar una buena reserva de comida por si acaso. Personalmente creo que llevé un buen control de lo que comía y bebía hasta el km 100 a partir de allí comí menos, no se si seria por el mayor nivel de desgaste o que no quería comer mientras subía y aquello no paraba de subir. 

En el apartado de agradecimientos he de agradecerle a Jesús que se acercara a la salida para darme ánimos,  y como no agradecerle infinitamente el haber venido a Pedro y Carmen un equipo de apoyo de lujo. Me sabe mal no haber podido acabar la carrera y que no hayan podido disfrutar del ambiente hasta el final, también por ir un poco más rápido de lo previsto se quedaron sin poder subir a verme al Pic du Midi. Pero siempre se agradece el ver una cara conocida cuando estás haciendo este tipo de carreras, y el ver a Pedro, Cristina y Carmen cuando llegaba a los avituallamientos me daba mucha energía. Pedro se quedó con las ganas de haberme acompañado en algún tramo, pero seguro que volveremos a coincidir en otras carreras y podrá hacerlo. 

Una vez más no tengo palabras para agradecerle a mi mujer Cristina, que me acompañe siempre, pero esta vez con más razón ya que está embarazada de 7 meses y tenía que hacer un esfuerzo extra. Ahora toca desconectar un tiempo del mundo de las carreras, en noviembre nacerá nuestro hijo Marc y me he de dedicar en exclusiva a cuidar de él y de Cristina. Espero seguir disfrutando de las montañas muchos años y poder explicarle a Marc todas mis aventuras. Te quiero mucho Cristina!! y a ti Marc, aún no has nacido, pero te quiero con locura.