lunes, 27 de mayo de 2019

EH MENDI ERRONKA POR UNA ESPECTADORA


Esta crónica está escrita desde el punto de vista de un espectador/seguidor.  En un trail somos los que estamos al otro lado de las cintas, viviendo la carrera aunque de forma diferente.

Lo primero de todo me presento, soy Cristina, la mujer de Blas y su fan número 1.

En esta primera ocasión os voy a hablar del seguimiento que le hice a Blas en la EH Mendi Erronka de este pasado fin de semana. Siempre leéis cómo le va a Blas en las carreras pero ¿Qué pasa con nosotros, los seguidores? ¿Qué hacemos en esos ratos de espera? ¿Qué sentimos cuando no llegan? 


Viernes 17-05-19

Era el cumple de Blas. Después de almorzar con parte de mi familia nos dirigimos hacia Leitza (Navarra) a 5:30h. de casa.  Llegamos sobre las 17h. con tiempo de llegar al hotel y descansar un rato. A las 18:30h. fuimos a recoger el dorsal. Ya se palpaba el ambientillo de las carreras. Mucha gente con las bolsas en las manos, otros que se saludan, y nosotros estábamos allí solos, sin conocer a nadie.

Leitza

Siempre me gusta ir haciendo fotos cuando Blas recoge el dorsal, no sé, pienso que quizás es buena foto para luego ponerla en su crónica de la carrera. A las 19:15h pasaban un documental del Tor des Geants de Silvia Trigueros. Por supuesto que fuimos a verlo y la verdad tengo que decir que me emocioné viéndolo. Blas cuando se da cuenta se pone a reír porque sabe que esas cosas me emocionan. Luego me preguntó que por qué me había emocionado y le dije que era cuando Silvia hablaba de su marido, las palabras que le dedicaba con cariño porque le acompañaba en sus carreras y le ayudaba en todo lo posible. Ese reconocimiento me emocionó mucho.  Leo cuando Blas me agradece que vaya a verlo a los controles pero no sabes si pensar que lo hace por peloteo para que le deje ir a otras carreras (je je je) o porque verdaderamente lo siente así.
Después del documental que no pudimos terminar  de ver porque me comencé a marear por el calor que hacía en la sala, nos fuimos a cenar y de ahí ya al hotel a descansar.


Sábado 18-05-19

El despertador de Blas suena muy pronto. Nooooo, necesito dormir un poquito más. Sobre las 7h ya estamos listos y nos vamos a desayunar a una cafetería que ya habíamos visto el día antes y sabíamos que estaría abierta. Sobre las 7:25h ya estamos al lado de la salida. Nos hacemos fotos de recuerdo y busco el mejor sitio para ver la salida.



Cuando dan aviso de que los corredores ya pueden entrar al corralito, nos despedimos. Blas se va por un lado del arco de salida para el típico control de material mientras yo tengo que ir por otro lado para situarme para ver la salida.

Una vez Blas ya está dentro del corralito me puedo acercar lo suficiente para hacerle alguna foto más. 


Regreso a mi sitio antes de que me lo quiten. Creo que estoy en buen sitio porque la salida es un poco recta y luego hace curva, y en donde estoy no me tapará nadie la visión.  Faltan 15 min. y comienza a llover un poco. En ese momento te acuerdas de …

El reloj del arco de salida va avanzando y se acerca ya a las 8h. Minutos antes han hecho un homenaje a Iker Carrera.



Estamos en el último minuto y ya está sonando la música a tope que te pone los pelillos de punta de la emoción. Blas está en primera línea de salida y lo veo perfectamente. Comienza la cuenta atrás en euskera, 3, 2, 1… Salen los corredores y la gente comienza a animar, en ese momento se junta la emoción, la adrenalina de los corredores. Buscas a tu corredor entre la multitud, normalmente los ojos van a 100 por hora en ese momento pero por suerte como Blas estaba en primera línea no tuve problemas y lo pude saludar. Iba sonriendo y grabando la salida.

Me quedo grabando hasta que pasan los últimos corredores y veo a los escobas. Acabo de grabar y cuando me giro para irme, veo que toda la gente sale corriendo hacia una calle. En otras circunstancias hubiera salido corriendo sin saber bien a donde ir porque eso significaba que los corredores pasaban por un punto cercano y se les podía ver. Esta vez me tocaba caminar un poco rápido pero sin llegar a correr. Cuando llegué a la rotonda donde estaba la gente, vi a lo lejos la cola del pelotón.

La carrera ya está en marcha y ahora comienza mi seguimiento. Es hora de regresar al hotel y prepararme las cosas para irme. Mochila, paraguas, algo de comer, agua, un libro, cargador del tel. Repaso donde creo que está el avituallamiento y preparo el gps del tel.

Ya en el coche y en marcha me dirijo hasta el pueblo de Gorriti que estaba a 15 min. Blas me dijo que el avituallamiento estaría en Pagozelai y el único sitio con ese nombre era un área de servicio de la A-15. Entro en el área pero no veo ningún movimiento de carrera. Salgo del área y continuo por la A-15. Justo 500 mts. antes de la salida de Gorriti veo que hay gente caminando por un camino lateral a la autopista. Por ahí debe estar el primer avituallamiento.

Mientras voy saliendo por la salida me encuentro coches aparcados en el arcén. Sin pensármelo mucho me coloco detrás del último y aparco. Antes de salir del coche ya tenía 3 coches aparcados detrás de mí.

Sigo a la gente y entro en el camino de tierra que va paralelo a la autopista. El camino parece toboganes, subiendo y bajando. A unos 400 mts. aprox. llego al sitio por donde pasa la carrera y se bifurca para subir una buena cuesta. Hay bastante gente animando en la subida. Veo a lo lejos el avituallamiento que estaba situado justo encima de un túnel que había justo al salir del área, por eso motivo no vi ningún movimiento de gente porque desde la parte del área no se veía.

Podría continuar caminando por el camino hasta llegar al avituallamiento pero tenía que subir más y ya estaba cansada. Además los corredores venían por ese camino, así que me quedé allí a esperar. Me coloqué en un sitio para verlo subir y así darme tiempo a hacer foto o vídeo.

Solo llevaban 9´6 km y todavía se les veía que iban frescos. Vi a varias corredoras. Uf que valor, tienen todo mi respeto por hacer esa hazaña. Me encanta cuando la gente va en grupo a animar y montan jaleo. Yo estaba sola animando a Blas.

Gorriti
Conoces la camiseta que tú corredor lleva puesta pero tienes que pensar que quizás va con el chubasquero y no lo controlo bien, así que ya tienes que buscar a alguien de rojo/negro o de azul. Venía con la camiseta del club y cuando me vio me sacó una buena sonrisa. Al no estar en el avituallamiento quizás pensaba que no iba a estar en ese punto. Se paró y me dio un beso. Ahí no podía pararse mucho por lo que fue un visto y no visto.

¿Vale la pena haber estado ahí para verlo pasar unos segundos?  Para mí sí porque es la única forma que tengo de ver cómo va.  Una vez se ha marchado regreso para el coche. Por el camino ya voy poniendo el gps para el siguiente punto. Tengo unos 20 min de coche hasta el pueblo de Arribe. Para él son solo 5 km.

Llego al coche y miro la montaña que estaba subiendo Blas. Arriba del todo por el borde de la montaña se ve pasar a los corredores.  No me lo pienso mucho más y me pongo en marcha sino él llegará antes que yo.

Al llegar al pueblo de Arribe, los corredores tenían que atravesar la carretera por donde yo iba. Eso hizo que los voluntarios cortaran la circulación cada vez que se acercaba un corredor para cruzar. Después de estar como 5 min. esperando y ya comenzar a ponerme nerviosa por si pasaba Blas y no lo veía, consigo pasar ese tramo. Ahora toca aparcar. Por los dos lados de la carretera había coches aparcados. Veo que en el sentido contrario hay hueco y aprovecho una gasolinera para dar la vuelta. Por suerte casi al salir de la gasolinera veo un hueco y dejo ahí el coche.

En la gasolinera habían varios taxis. Sabía que en ese pueblo la organización ponía un servicio de taxis para llevar a la gente al pueblo de Gaintza, donde estaba el siguiente avituallamiento. Seguramente esos eran los taxis.

Voy caminando por la carretera hasta el punto por donde cruzaban los corredores. Estaba en otro sitio donde solamente vería pasar a Blas. Pasaban corredores que me sonaban de haberlos vistos en el punto anterior. No tardaría mucho en pasar Blas. Por un momento pensé que quizás ya había pasado y no sabía si irme o no. Por suerte no lo hice y Blas pasó enseguida. Otra gran sonrisa en su cara. Le dije que si podía que subiría a Gaintza.

Regreso a la gasolinera y pregunto a los voluntarios por los taxis. Es un servicio gratuito, pero tengo que esperar a que vengan más personas porque solo estaba yo para subir. Le digo a un chico que iba al coche un momento para coger el paraguas, que con las prisas me lo había dejado. Cuando regreso veo que venían 5 chicas corriendo y que se suben a una furgoneta taxi. El voluntario le dice al conductor que yo estaba primero pero no le escuchó. Otro conductor me dice, vente conmigo que voy ya para arriba. Un taxi para mi sola. Era un trayecto de 3 km. el conductor me iba hablando de la carrera. Aproveché para preguntarle cómo estaba la carretera para ir al santuario de San Miguel de Aralar ya que por google lo había mirado y parecía un poco estrecha. Me dijo es más ancha que esta por la que vamos. Me quedé más tranquila.

Enseguida llegamos al pueblo de Gaintza. Un pueblo muy pequeño. Con razón no dejaban subir a la gente con coches privados ya que se colapsaría el pueblo, tal y como me contó el conductor que pasó en la primera edición de la carrera, desde entonces se sube en taxi a ese punto.   
La llegada a ese pueblo para los corredores era en subida. Estuve esperando a Blas justo al lado del avituallamiento. Los corredores iban llegando y a ratos el avituallamiento estaba muy lleno y a ratos solo había 8-10 corredores.

Vi llegar a Blas, venía grabando. Le cogí los bastones para que pudiera comer tranquilo y no tuviera nada en las manos. Estaba en el km. 19. Comió y bebió un poco y enseguida se puso en marcha. Justo en ese punto marcaba que comenzaba el kilómetro vertical. Lo vi marchar a paso ligero y eso que iba subiendo.
Gaintza

Regresé al sitio donde me había dejado el taxi. Allí había una chica con su hijo que estaban esperando para bajar en taxi. Esta vez era un coche de un voluntario. Me hizo gracia porque el hombre tenía los asientos y las alfombras, todo protegido con bolsas de basura. Nos contó que luego tenía que ir a punto a recoger a corredores si se retiraban y claro al estar el día lloviendo y con barro en la montaña, el coche quedaría fatal.

La chica iba diciendo que su marido decía de retirarse en la sierra de Aralar. Yo pensaba, para qué continua si ya piensa en retirarse al siguiente punto. Yo les comenté que según el planing de mi marido llegaría a meta casi a la hora del cierre, pero que con llegar ya estaba contento.
Nos despedimos en la gasolinera y me fui para coger el coche. Gps en marcha dirección Lekunberri, aunque no tenía pérdida porque era por la carretera que había llegado al pueblo de Arribe y continuar un par de km más.

Mi intención era hacer tiempo en ese pueblo antes de subir al santuario de San Miguel de Aralar. Pensé que arriba no tendría cobertura y que era mejor esperar allí un poco. Me fui a una cafetería a tomar algo e ir al baño. De hora eran las 11 y poco. Mi intención era la de subir al santuario para las 13h. ya que Blas me puso que llegaría sobre las 14:20h pero iba con media hora de adelanto tenía que estar arriba antes. Di una vuelta por el pueblo y como encontré un supermercado aproveché para comprarme algo para comer arriba en el santuario. Cogí pan de molde, embutido de pechuga de pavo y una bolsa de patatas. Bebida ya llevaba. Regresé al coche y comencé a pintar un poco. En otra carrera me había comprado un cuaderno para pintar mandalas. Para pasar el rato y relajarte está bien. De vez en cuando miraba la web del seguimiento del chip que llevan en el dorsal, para ver si le marcaba que ya había pasado por una cima que era el punto anterior al que yo tenía que ir. Me dio por mirar a qué hora había  pasado el primero y vi que no le había marcado. Abrí el listado de todos los corredores y evidentemente en ese punto no estaba marcando a ningún corredor por lo que no podía saber si ya había pasado o no.

Cambio de planes. Aún no eran las 12 h. y yo ya me iba para el santuario. Era preferible subir tranquila y estar allí esperando. No me gustaba la idea de estar sin cobertura pero bueno. Me habían dicho que eran 17 km. de carretera de curvas. Qué alegría!!!

En el km 14 de la carretera había una zona de aparcamiento enorme. El taxista me había dicho que en ese punto se podía ver pasar a los corredores y luego subir un poco más hasta el santuario donde estaría el avituallamiento. Al llegar a ese punto de la carretera los voluntarios paraban el tráfico. Tenía delante un par de coches. Miro a la izquierda para ver a los corredores y veo a Blas. Bajé la ventanilla rápidamente y le animé. Me escuchó y se giró. Le dije que iba para arriba y allí le vería. Cuando nos dan paso continuo subiendo por la carretera. Llegamos un poco más arriba y nos detenemos de nuevo. Estamos como 5 min. sin movernos y viendo como bajaban un montón de coches. En ese momento ya empiezan los nervios porque no puedes avanzar, tu corredor está a punto de llegar y no sabes donde dejar el coche y salir corriendo.

Me bajé del coche para ver qué pasaba, el chico de delante sacaba la cabeza por la ventanilla para mirar.  Había coches aparcados a los 2 lados de la carretera y solo cabía un coche por medio. Hasta que no terminaran de bajar no podíamos subir. Los nervios suben un nivel y ya te estás cagando en todo. Por suerte comenzamos a movernos y veo hueco un poco más adelante. No me lo pienso y dejo ahí el coche. Mochila, paraguas, venga rápido y para arriba los últimos metros que me faltaban. Veía las carpas a lo lejos y yo sin poder correr. Pensaba que Blas ya estaría allí buscándome.

Lo primero que hice fue acercarme al avituallamiento y buscarlo. No lo veía por ningún lado. ¿Me hubiera llamado si se hubiese ido? Cuando me doy cuenta de que no está en el avituallamiento me relajo un poco y me acerco a mirar por donde llegaban los corredores. Madre mía de mi corazón hermoso!!! (hay que ponerle un poco de salsa a la historia). 

Ahora sin exagerar, bajaban de una montaña toda embarrada. Arriba de todo había varias antenas y se veía a gente caminar por al lado de ellas. Lo que para mí eran 3 km de carretera, yo pensaba que para Blas a campo a través sería menos…resultó que él tenía que hacer una mega subida y luego una buena bajaba. Con razón aún no había llegado el pobre.

Sierra de Aralar
Llovía con más intensidad y ya tuve que abrir el paraguas. Los corredores llegaban con bastante barro en las piernas. Algunos con toda la parte de atrás manchada de haberse caído. Ese era el km. 32

Continuamente iban llegando corredores. Iba buscando montaña arriba para ver si veía a Blas. No sabía si se habría puesto el chubasquero en la cima. Cuando lo había visto cruzar la carretera iba en camiseta. Veo a uno que puede ser, pero no es. Y ese que tal, no no. Hasta que ves a uno y por la forma de andar lo reconoces. Soy miope y a pesar de llevar lentillas, de lejos no veo muy bien, pero cuando llega tu corredor lo ves perfectamente. Si, ese es Blas. Me preparo para grabarlo. Cuando llega a mi altura le cojo los bastones y le digo dónde está la bolsa de vida. Yo tenía que dar una vuelta y esperarlo al otro lado en la salida. No sé porque dicen que los puedes ayudar en los avituallamientos si allí no dejaban entrar a nadie.

Vi que comía algo y se metió en la carpa de las bolsas de vida. Yo no sentía las manos, estaba helada de frío de aguantar el paraguas y los bastones. Estuvo casi 5 min. allí dentro cambiándose de ropa. Cuando salió me dio la bolsa para que yo me la llevara. Le di los bastones, nos despedimos y esperé para verlo bajar hasta que se alejó.

Cuando ya me iba me saludó un señor. Era el voluntario que me había bajado en coche de Gaintza. Me preguntó si mi chico iba bien, y le dije ahí va bajando. Me comentó que la bajada era bastante mala. Qué bien, es bueno saberlo, gracias!! (ironía).

Vista al fondo del santuario de San Miguel Aralar

Rápidamente me fui para el coche. En la parte donde había dejado el coche solo quedaban 3. Uno un poco más arriba que se ve en la foto y luego el que estaba justo delante del mío. Necesitaba entrar en calor y puse la calefacción. Subí con el coche hasta el parking del santuario. No sabía si dar la vuelta y bajar ya o aprovechar y visitar el santuario. Sabía que tenía por lo menos 2 h. de margen así que hice lo segundo. Hice una visita rápida, un par de fotos y al coche de nuevo. Eran las 14h.

Santuario de San Miguel de Aralar

Allí arriba hacía frío así que decidí bajar de nuevo al pueblo de Lekunberri. Mientras pasaba por donde estaba el avituallamiento veía que todavía estaban llegando corredores. Estaba tranquila de saber que Blas no iba muy atrás.

Llegué al pueblo y vi una carpa, pensé que ahí estaría el control. Busqué aparcamiento y justo donde aparqué la carrera pasaba por delante de mío.

Aproveché para comer dentro del coche mientras veía como pasaban los corredores. Seguía lloviendo y no me apetecía nada estar a fuera pasando frío. Calculé el tiempo y me fui para el avituallamiento. No estaba donde había visto la carpa sino más cerca del coche, así que genial para mí, 3 min. caminando.

Allí esperé como unos 20 min. y por fin apareció Blas. Otra sonrisa que me hacía ver que venía perfectamente. Esta vez sí traía el chubasquero puesto. Ahí pudo sentarse y comer un poco de pasta. Estuvo el tiempo justo para descansar un poco y ponerse de nuevo en marcha.



Como tenía el coche en la misma dirección que él iba, lo acompañé hasta que comenzó a aligerar el paso y ya lo dejé ir. Mi misión ya estaba hecha. Era el km 45. Ahora solo me tocaba esperarlo en meta.

Regresé al hotel y estuve esperando 3 h. Iba controlando la web del chip porque en el km 56 tenía que marcar. Vi que paso bien de tiempo, incluso iba avanzado. Lo que suelo hacer llegado ese punto es mirar que tardan en el último tramo. Los corredores que iban más o menos a su ritmo estaban tardando 1:30h. aprox. Así que para las 19:30h quería estar en meta porque según mis cálculos llegaría antes de las 20h.

Como ya he ido diciendo, en otras circunstancias corro a la salida, corro en un avituallamiento e incluso corro detrás de él para grabarlo mientras llega a meta pero ahora no puedo correr así que me tuve que poner lo más cerca posible del arco de meta pero siempre con buena visión a la recta de llegada. Cuando oía palmas de la curva, me preparaba para grabar, por si acaso. Por fin llegaba Blas.



Lo vi llegar medio agachado y casi me da algo. Comencé a animarlo de que ya lo tenía hecho. Solo necesitaba respirar un poco y como nuevo. 




A la llegada tenían un avituallamiento con paella, fruta y bebida. Ahí si pude estar sentada con él.
Mi última ayuda es en el baño del hotel para sacarle las perneras y calcetines sin provocarle una rampa, ja ja, y evitar también que no quedara mucho barro en el baño.

Han sido 11:46h de carrera para hacer 67 km. de dureza y puro barro.

Que puedo decir de Blas, que estoy súper orgullosa de todas las hazañas que hace. Él sabe que siempre puede contar conmigo para acompañarlo en estas locuras. Y no es que me obligue, sino que me gusta ir y estar ahí cerca por si acaso me necesita. 

¿La siguiente? En junio en Ainsa (Huesca). Si Blas me deja un hueco por aquí, os escribiré mis vivencias. 


jueves, 23 de mayo de 2019

EUSKAL HERRIA MENDI ERRONKA


Ya queda menos para que llegue uno de los grandes retos de la temporada, la Ehunmilak, las 100 millas vascas. Pensando en lo que me encontraré en las montañas del País Vasco, que mejor manera que entrenar que haciendo una carrera por esas tierras y por una zona muy próxima a la que transcurrirá la Ehunmilak.
Tenía que buscar una carrera que fuera larga y además exigente de cara a una buena preparación , la carrera escogida para tal fin fue la EH Mendi Erronka.
La Euskal Herria Mendi Erronka es una carrera que promueve los valores del montañismo vasco, las carreras por montaña así como la comarca del Plazaola. Esta carrera se celebra en Leitza, un bonito pueblo de casi 3.000 habitantes situado al norte de Navarra, cerca de la frontera con Gipuzkoa, y conocido entre otras cosas por ser la cuna de Iñaki Perurena y Mikel Nieve entre otros. Esta es la séptima edición de la carrera y va a servir además como campeonato de Euskal Herria de ultra trail, por lo que se espera que vengan todos los mejores corredores de Euskal Herria. En esta nueva aventura contaría de nuevo con la compañía de mi mujer Cristina. En principio si todo iba bien y el tiempo acompañaba me iría a ver a todos los puntos que pudiera. 

Viernes 17 de mayo ( el día de mi 44 cumpleaños)
Ya soy todo un veterano pues he cumplido 44 años, pero hay sigo disfrutando de lo que me gusta que es correr por la montaña. El día empezó almorzando con el padre y el hermano de Cristina, después de almorzar salimos en dirección a Leitza (Navarra), durante el camino nos llueve en abundancia hasta que llegamos a la zona de Lleida. Allí tímidamente el sol va apareciendo, pero no es hasta que entramos en Aragón que el cielo se despeja y viajamos con sol. Hacemos una parada para comer y continuamos nuestro camino, al entrar en la provincia de Navarra nos pasa igual que en la peli de ocho apellidos vascos, el cielo se nubla y comienza a llover con fuerza. Así hasta que llegamos a Leitza, nos alojamos en un hostal y nos vamos para la zona donde se entregan los dorsales. He de decir que a pesar de tener experiencia en este tipo de carreras, iba hacia la entrega de dorsales un poco acojonado. Al mediodía la organización había mandado un correo diciendo que dentro del material obligatorio, había que llevar mallas piratas. Mierda!!! No tengo mallas piratas y además no me gustan, Cristina me tranquiliza y me dice que pregunte y que me saquen de dudas. Después de recoger el dorsal me acerco a un miembro de la organización a preguntar, me comenta que son obligatorias sí, pero que no hace falta llevarlas puestas sino en la mochila. Ufff que alivio, por suerte sí que llevaba unos pantalones largos impermeables que también eran validos. Saludamos a un compañero de carrera y Youtuber de Barcelona Alberto Ahumada que también venia a la carrera, comentamos varios aspectos de la carrera y nos despedimos hasta el día siguiente. A las 19:15h pasaban un documental del Tor del Geants que hizo Silvia Trigueros, durante el documental Cristina se emocionó. Le pregunté por qué, y me dijo que era por el marido de Silvia con el que se sentía identificada. Salimos antes de que acabara el documental porque teníamos mucha calor y nos fuimos a cenar, después de cenar, al hostal a acabar de preparar las cosas y a dormir.

Sábado 18 de mayo (llegó el gran día)
Las 6:30h suena el despertador, pero yo ya llevaba 15 minutos despierto. Dudo que ropa ponerme pero al final me decido por ponerme una camiseta técnica interior y encima la del club y en las piernas las mallas y las perneras Hoko, salimos del hostal y vamos a un bar que teníamos localizado del día de antes. El bar está lleno de corredores que participaran en la carrera, salimos del bar y nos dirigimos a la zona de salida. Me despido de Cristina y me meto en el corralito, no era mi intención colocarme en primera fila pero pienso que en una carrera que todo el mundo saldrá a tope lo mejor es estar delante y que ya me irían pasando. 10 minutos antes de salir se le hace un homenaje a Iker Karrera una leyenda del trail running vasco, mientras suena el Aurresku se pone a llover. Mierda!! Nos podía haber respetado al menos en la salida. Bueno me resigno y busco el impermeable para ponérmelo, no consigo abrir la cremallera del impermeable y me pongo un poco nervioso.
No puedo abrir la cremallera. 
Queda poco para que den la salida y yo sin poder abrir la cremallera, al final opto por ponérmelo por debajo y así no forzar la cremallera. Consigo abrir la cremallera y me vuelvo a quitar el impermeable para ponerlo por encima de la mochila, ya queda un minuto y estoy preparado. Veo que a mi lado se ha colocado Alberto Ahumada, nos deseamos suerte y nos preparamos para salir. 
Con Alberto Ahumada en primera linea.
Comienza la cuenta atrás en euskera y da inicio la carrera.
Salimos con un ambientazo total en la zona de salida, las vallas están repletas de espectadores y las calles del pueblo también a pesar de que en ese momento llovía con fuerza. Vi a Cristina entre el público pero no pude saludarla al ir con la cámara en una mano y los palos en la otra, salimos del pueblo por el polígono y enseguida comenzamos a subir por unas calles asfaltadas. 
Salgo cámara en mano preparado para la aventura.
 Había dejado de llover y al fondo del valle se veía el sol, comenzaba a tener calor así que no tardé mucho en pararme a quitarme el impermeable. Más o menos a los dos kilómetros salimos del asfalto y empieza el espectáculo, subida y bastante inclinada. Decido poner mi ritmo de subida y comienzo a pasar a corredores, subiendo me encuentro cómodo pero a la que llega un trozo de plano la gente se pone a correr como locos. Tras un primer tramo de ascenso fuerte, llegábamos a una zona de senderos por unos bosques de ensueño. Un par de subidas más y llego a una zona donde se divisa un valle espectacular, además el sol cubre medio valle y la imagen queda en la retina.
subiendo me encuentro cómodo.
 
Ya llevábamos 6 kilómetros y tocaba descender hacia el avituallamiento, me pongo de nuevo a trotar aprovechando un tramo bueno de bajada, y enseguida llegamos al primer avituallamiento situado en Pagozelai que estaba encima de la carretera y cerca del pueblo de Gorriti. Había hecho aquel tramo en 1:15h por lo que iba unos 5 minutos mejor de lo que me había calculado,  solo salir del avituallamiento se giraba y se iba por un camino paralelo a la carretera. Pasé por una zona repleta de gente animando y comencé a subir por una pista cimentada, a los pocos metros vi que allí estaba Cristina. Me alegré de que hubiera encontrado el primer punto y que hubiera podido venir, le di un beso y me despedí de ella. Me supo mal pasar tan rápido pero no era momento de entretenerse, unos metros más adelante se dejaba el camino cimentado y se comenzaba a subir hacia un bosque. El ambiente era impresionante, una gran cantidad de gente dándonos ánimos. Al poco de empezar a subir pasé junto al letrero del km 10, ya quedaba poco y además enseguida tenía que venir un tramo de bajada según el perfil. 
Ya quedaba menos.

Comencé a subir por un bosque y de repente vi que la gente se frenaba en seco, ¿qué estaba pasando? Nada grave había que saltar una valla y la gente hizo un poco de cola. Después se seguía subiendo y se volvía a saltar una nueva valla, desde allí vino un tramo bastante técnico donde se juntaban barro, piedras resbaladizas y un sendero muy estrecho de bajada. Pasado aquel tramo me puse a correr algo más rápido para ganarle tiempo al corte horario, el descenso de unos 3 kilómetros me llevó hasta el pueblo de Arribe. 
Disfrutando del momento.

Allí no me esperaba encontrar a Cristina pero sí que se acercó a ver como pasábamos por allí, me alegré de verla y me dio ánimos para continuar. Quedaban unos 5 kilómetros hasta Gaintza que era el punto donde había un corte horario, solo salir de Arribe se ascendía por una pista hasta una zona de campos. Allí y con unas vistas magnificas del valle nos íbamos acercando al pueblo que se veía a lo lejos, también se intuía hacia donde subiría el kilómetro vertical pero después pude comprobar que me equivocaba. Tras 2:20 horas de carrera me plantaba en el pueblo de Gaintza, llevaba unos 20 minutos menos de lo que había previsto y lo que es más importante casi una hora de margen al corte horario.

Cristina estaba allí esperándome y me cogió los palos para que pudiera comer tranquilo, lo primero que hice fue beberme dos vasos de líquido. Después me comí tres plátanos y algunas chuches, sin pensármelo mucho me puse de nuevo en marcha. Tocaba afrontar la subida más dura de la carrera, desde Gaintza partía el kilómetro vertical que contaba como clasificación a parte también. El más rápido en hacer el kilometro vertical tenia premio, lógicamente y a pesar de que las subidas es lo mío, sabía que no tenía ninguna opción. Me despedí de Cristina y quedamos en vernos en el kilómetro 33 Putzuzar, el primer kilómetro del vertical era por una pista asfaltada y espoleado por los ánimos de una multitud de gente que se había desplazado hasta allí para animar a los corredores. 
Inicio del kilómetro vertical.
Subía a un ritmo bastante rápido pero sabía que seguramente tendría que bajar el ritmo, salimos de la pista asfaltada y se seguía por camino ancho siempre en fuerte subida. Poco a poco el camino ancho daba paso a un sendero y comenzaba la verdadera inclinación, una zona donde tuve que poner a prueba mis piernas y mi mente. Un sendero muy inclinado, a parte embarrado y con zonas de hierba resbaladiza donde costaba dar un paso. Ya con un ritmo más lento iba subiendo, a pesar de que pensaba que iba despacio fui adelantando a muchos corredores/as. A medida que íbamos subiendo la niebla iba cubriendo la montaña y la sensación de frío se hacía más evidente, por suerte iba bien abrigado con la camiseta técnica debajo de la del club y los manguitos y apenas notaba fresco. Hicimos un tramo que la niebla era muy intensa y en el que comenzaba la zona de rocas que nos acompañaría hasta la cima, el tramo final hasta la cima era por una zona de rocas que resbalaban muchísimo debido a la lluvia caída. Además la niebla cubría toda la montaña y no se veía lo que teníamos alrededor. Llegué a la cima y le pedí a los voluntarios que había allí si me podían hacer una foto. Me hice la foto y me puse en marcha, sabía que iba a pasarlo mal bajando porque yo no soy un buen bajador. 
Zona de mucha inclinación.

En la cima con bastante frío y mucha niebla

La bajada era bastante técnica y repleta de rocas resbaladizas, algunos corredores/as me pasaban como cohetes pero yo prefería bajar con precaución. Suerte que había cintas cada metro sino con aquella niebla era imposible ver el camino, tras pasar el tramo complicado de rocas el sendero se suavizaba y se bajaba por una zona herbosa hasta el avituallamiento. El avituallamiento estaba repleto de corredores/as y costaba acercarse para coger algo, no soy de tomar caldo en las carreras pero en ese momento me apetecía. Pregunté si tenían y me dijeron que en aquel avituallamiento no había, pero en el siguiente sí. Bebí líquido y cogí dos pastas de hojaldre que estaban buenísimas y me puse de nuevo en marcha. Solo salir del avituallamiento se subía ligeramente, pero después venía una zona de unos 3 kilómetros de falsos llanos y bajadas hasta un punto intermedio antes de encarar la subida hacia Aralar. 
Tramo de bajada antes del avituallamiento.
Llegué al punto intermedio que era una carretera repleta de gente animando a banda y banda y con coches subiendo y bajando, solo cruzar la carretera y cuando empezaba a subir oí que me decían.. Vinga Blas!! Era Cristina que iba con el coche, que casualidad que me hubiera visto allí. La subida hacia Aralar era bastante fuerte y por un bosque precioso, algunas zonas costaba subir por el barro ya que te tiraba hacia atrás. Yo fui subiendo a buen ritmo y adelantando a mucha gente, cuando parecía que ya había llegado al final de la subida me encontré con una sorpresa. Veía unas enormes antenas arriba a mi derecha pero pensaba que el camino seguiría recto, pues no, nos hicieron subir hasta las antenas por una zona muy parecida a un tramo que se hace en Ehunmilak. En la subida te encontrabas gente animando y eso te daba alas para seguir subiendo, una vez arriba tocaba descender hacia el avituallamiento que se veía abajo. Empezaba a llover y a la vez en el valle hacia sol, el descenso era por un sendero embarrado y bastante inclinado, la llegada al avituallamiento de Putzuzar era impresionante ya que desde arriba veías la gran cantidad de gente que se esperaba allí a la llegada de los corredores.
Impresionante descenso.

Entre medio de todos los corredores/as bajando a Putzuzar.

Cuando ya estaba a punto de llegar al avituallamiento vi que allí estaba Cristina esperándome, le expliqué como lo había pasado en aquel tramo y me fui hacia el avituallamiento. Llevaba 32,8 kilómetros y 1:30 horas de margen al corte horario que allí era a las 15:00h así que iba muy bien de tiempo, aprovechando que en aquel avituallamiento había dejado una mochila con ropa de recambio me fui a cambiar. A pesar de que ponía que allí podían ayudarme, a Cristina no la dejaron entrar por lo que tuve que apañármelas solito. Me cambié la camiseta interior por una térmica y las del club por otra igual, también me cambié de calcetines ya que los que llevaba estaban mojados. Las mallas y las bambas decidí no ponérmelas. Seguía lloviendo y esta vez con más fuerza así que me puse el impermeable. Salí de la carpa donde me había cambiado y me fui hacia Cristina para despedirme de ella, estaba muerta de frío la pobre. Me puse en marcha dispuesto a afrontar un tramo bastante largo, tenía que hacer 13 kilómetros y te daban 1:30 h para hacerlos. Por suerte llevaba margen suficiente, en teoría era un tramo prácticamente todo bajada. Pero más bien eran falsos llanos y eso si muchos tramos de bajada, en algunas zonas te encontrabas caminos anchos con auténticos barrizales y otras senderos más estrechos pero igualmente embarrados. Avanzar por aquellas zonas se hacía muy costoso y además la lluvia no dejaba de caer, el día se había cerrado definitivamente y la pequeña tregua que nos había dado había acabado. Después de bajar un buen rato por un bonito bosque me encontré de repente con una bajada espectacular, una zona súper embarrada y donde habían colocado una cuerda para ayudar a bajar. Allí tenía dos corredores delante mío, uno de ellos pegó un culetazo en el suelo espectacular y el otro no dejaba de resbalar. Yo como medida de precaución me fui por la zona de hierba aunque tardara un poco más en bajar. 
Barro,barro y más barro.
No me esperaba encontrar ningún avituallamiento antes de llegar al km 45,5 pero en el 39 había un avituallamiento, en una carpa en medio de un camino. Allí bebí algo de líquido y me comí un par de barritas y me puse de nuevo en marcha. Desde allí a Lekunberri el camino mejoraba un poco, pero aun me encontré bastantes zonas de barro que me dificultaban el avance. Los últimos dos kilómetros antes del avituallamiento ya eran por una pista más fácil, el avituallamiento estaba en el camping Aralar.
Al llegar al avituallamiento me esperaba nuevamente Cristina, me volvió a coger los palos y me dijo que me podía sentar a cubierto para no mojarme. Me cogí el plato de macarrones y me senté debajo de un techado, estuve unos 10 minutos no más porque no quería coger frio. Me despedí de Cristina y ya quedamos en vernos en meta, desde allí no había ningún punto más donde me pudiera venir a ver. Cristina me acompañó unos metros ya que tenía el coche aparcado cerca del avituallamiento, seguí mi camino siguiendo el trazado de una vía verde muy chulo. Acabado aquel tramo que era bastante cómodo y llano tocaba subir, la subida no era excesivamente dura pero el hecho de que no dejara de llover y además el terreno fuera muy embarrado te hacia exprimirte al máximo. Aquel tramo de subida hasta el siguiente avituallamiento se me hizo bastante pesado, el barro me estaba haciendo mella psicológicamente pero seguía con ganas. Tras un buen rato de subir vino un tramo de bajada con la imagen de unos campos delante de mí, al final de la bajada nos desviaban y en fuerte subida se llegaba al avituallamiento. En este avituallamiento bebí algo de líquido y me comí media barrita. Salí del avituallamiento dispuesto a afrontar el último tramo de subida. En teoría eran pocos metros pero se hicieron durísimos, el primer tramo de la subida era muy parecido al del kilómetro vertical. Se subía por una pista cimentada y se podía avanzar rápido, después se caminaba junto a un cercado por un sendero brutal. Al final del sendero empezaba el cachondeo, el terreno empezaba a picar hacia arriba y cada vez más inclinado. Pero si no era suficiente con aquello, además de la inclinación del terreno se le añadía que estaba muy embarrado y además un barro resbaladizo. Subía clavando los palos con fuerza para ayudarme, el tramo final de la subida era espectacular. La inclinación era brutal, el terreno entre embarrado, muy embarrado y además la niebla y la lluvia se asociaban para dificultarnos el avance. Entre las piedras y donde yo pensaba que ya era la cima había un voluntario, al llegar a él me di cuenta que nos hacían girar hacia una cresta de roca viva para seguir ascendiendo hacia la cima. En la cima no me entretuve mucho, ya que soplaba un viento helado que no invitaba a quedarse allí precisamente. Los guantes que me había puesto solo salir de Lekunberri los llevaba empapados, Cristina me había comentado de llevarme los otros en la mochila y no lo hice. Me hubieran venido muy bien aquel par de guantes secos en aquel momento, tenía mucho frio en las manos y la cara pero la temperatura corporal la tenía bien. Mentalmente me repetía la frase de que si descendía de cota el frio iría a menos, eso fue mi consigna mental durante el descenso hacia el avituallamiento de Idiazábal. En el avituallamiento había una fogata que invitaba a ponerse al lado para calentarse un poco, yo decidí no acercarme ya que sino igual no hubiera arrancado. Seguí la misma dinámica de los avituallamientos anteriores, comer alguna cosa la que me entrara por el ojo en aquel momento y beber dos vasos de líquido. Salí del avituallamiento dispuesto afrontar los últimos kilómetros de la carrera, solo salir vi el letrero del kilómetro 60 y a mí el GPS me ponía 59,3. Bueno entraba dentro de lo normal, en toda la carrera me había ido pasando al encontrarme puntos kilométricos que a veces me cuadraban y a veces no. Iba avanzando a buen ritmo pero caminando rápido ya que el terreno era irregular, se tenía que caminar por la hierba pisando de lado ya que el sendero era un rió. Se sucedían las pequeñas rampas de subidas y las bajadas, hasta que por fin y tras una buena subidita con la compañía de unos molinos eólicos se acababa el desnivel positivo de la carrera. Quedaban 4 kilómetros a meta y ya todo seria bajada, llovía con fuerza y además comenzaba a notar la ingle irritada al llevar las mallas mojadas.
Momentos de la carrera.
Nuevamente había que volver a tirar de cabeza para afrontar aquellos kilómetros, descendí primero un prado de hierba y después un sendero que me llevó a un avituallamiento. En este avituallamiento ni siquiera me paré, tenía ganas de acabar. Al igual que yo varios corredores que vi tampoco pararon, justo pasar el avituallamiento me veo el letrero de km 64, ¿aún quedaban 3 kilómetros? Pero si mi GPS marcaba ya 65. Bueno no pasaba nada por 1 kilómetro más no me iba a dar algo, el descenso era por un sendero repleto de agua así que no mojarse los pies era tarea imposible así que ya solo podía correr y no pensar en que me estaba mojando. Por fin después de un buen rato por aquel rio/sendero veía el pueblo de Leitza, unos metros más y ya estaba en el asfalto. Le llegada a meta se hacía subiendo la misma calle que habíamos bajado en la salida, saqué las ultimas fuerzas y para arriba. Recta final cruzo la meta con un gesto de rabia, lo había conseguido pese al tremendo esfuerzo físico y mental. Me agaché un poco para tomar aire, Cristina se asustó pensando que estaba mal. Pero rápidamente me incorporé para que viera que solo era para coger aire. Un buen plato de paella y para el hostal a descansar.
Unos segundos para coger aire.

Tranquilizando a Cristina.

67 Kilómetros

3600 Metros de desnivel positivo

3600 Metros de desnivel negativo

7200 Metros de desnivel total acumulado

11:46 Horas

En conclusión, la Euskal Herria Mendi Erronka me ha parecido una carrera brutal. El ambiente era espectacular, a pesar del mal tiempo te podías encontrar muchísima gente animando. El recorrido era una pasada, bosques de ensueño y paisajes de película. El marcaje de la carrera era una pasada, en las zonas de niebla te encontrabas una marca cada metro y donde no había niebla los cruces perfectamente señalizados. Los avituallamientos estaban pensados para gente corredora y que para poco, bebida había en grandes cantidades pero encontré a faltar algo más de solido. Mi elección de esta carrera como entreno de cara a Ehunmilak ha sido muy acertado, muchas situaciones que se dieron durante la carrera me pueden ayudar en las 100 millas. Físicamente me he encontrado a tope, apenas he notado molestias. El tener a Cristina en muchos puntos del recorrido me ha ayudado mucho en el plano psicológico, y el poder verla en muchos puntos fue muy importante. En Ehunmilak su compañía será un punto más para poder acabar el gran reto del año, ha sido un placer poder saludar y compartir algún kilometro con Alberto Ahumada. Alberto también vendrá a Ehunmilak así que nos volveremos a ver, ahora solo queda seguir entrenando y sumando kilómetros y experiencia.


jueves, 16 de mayo de 2019

MONTSEC ULTRA TRAIL

Tres semanas después de la Trencacims tocaba afrontar un nuevo reto, iba a ser la tercera carrera del calendario de la temporada y una de las más duras.
Esta vez tocaba enfrentarse a la Montsec Ultra Trail, esta fue la primera carrera de más de 100 kilómetros que conseguí acabar y además está considerada como una de las más duras de Catalunya.
El año pasado participé en la carrera y quedé casi el último, por lo que este año quería rebajar mi crono y mirar de no quedar de los últimos otra vez.
En marzo estuve entrenando por el recorrido con mi amigo Jordi Cot y pudimos comprobar que había algunas zonas muy tapadas por la vegetación, pero un mes antes de la carrera colgaron el perfil y pudimos comprobar que este año habían cambiado el recorrido.
Este año se hacía en sentido contrario y además tenía menos kilómetros y desnivel, eso me hacía replantearme la estrategia de carrera. La Montsec Ultra Trail tiene como principal aliciente el paso por el Congosto de Montrebei, pero al contrario que el año pasado este año lo haríamos de noche y sin turistas.
En esta nueva aventura me acompañaban mi mujer Cristina, su padre Antonio y mi amigo Jordi Subira que corría la media maratón. En la ultra también me encontraría con Jordi Cot y Toni Santana, aunque ellos tienen un ritmo más alto que yo y seguramente no compartiríamos muchos kilómetros. Después de cenar todos juntos en el camping, Jordi Cot, Toni y yo fuimos a escuchar el breafing.
En el breafing nos informaron de las novedades que nos encontraríamos este año y los puntos más complicados, cuando acabamos el breafing quedamos en vernos en la colegiata de Ager que era desde donde salía la carrera. Me fui para mi bungalow y me tumbé un poco antes de cambiarme para la carrera, cuando quedaban 45 min. para la salida nos fuimos Antonio, Jordi, Cristina y yo hacia la colegiata.
Una vez dentro de la colegiata me encontré con Marcos antiguo compañero del CEI, me dijo que si podía le gustaría ir conmigo en la carrera. Le dije que no tenía ningún problema, pero que si no podía seguirle en algún momento o por casualidad yo tiraba más fuerte haría mi carrera. Antes de dar la salida Dani el organizador nos dijo unas palabras, nos dijo que cuando dieran las 23:00h y con las campanadas nos pondríamos en marcha. Toni y Jordi se pusieron en primera fila dispuestos a salir rápido, yo quería dosificar así que no me preocupaba donde colocarme.
Las 23:00h suenan las campanas de la colegiata y nos ponemos en marcha, atravesamos las entrañas de la colegiata como si fuéramos antiguos caballeros templarios.
Salida atravesando la colegiata.
Solo salir de la colegiata descendimos por una estrecha y empedrada calle y bajamos a las calles del pueblo, al igual que el año pasado la salida había sido neutralizada. Pero los que iban delante marcando el ritmo iban muy rápido, solo salir del pueblo entramos en un camino ancho. La gente no paraba de correr y ya había perdido de vista a Toni y Jordi, Marcos iba siguiendo mi ritmo y poco a poco íbamos avanzando. Había tramos de la pista que subían un poco y donde me ponía a caminar, pero la gente no paraba de correr. Los primeros 9 kilómetros fueron muy monótonos sin parar de correr y siguiendo pistas que atravesaban campos de cultivo, por fin a partir del km 9 comenzaba la subida. Salíamos del camino ancho para meternos en un sendero que picaba hacia arriba, necesitaba cambiar el ritmo ya que de tanto correr tenia las piernas agarrotadas. Subía a ritmo rápido y cada vez iba dejando más atrás a Marcos, iba siguiendo a un grupo de tres corredores que subían a un ritmo muy alto. Salimos del sendero y entramos en una pista más ancha que seguía subiendo, después de un buen rato subiendo me dio por mirar el track y vi que nos habíamos desviado de la ruta. Mierda, tocaba retroceder hasta el cruce que nos habíamos saltado. Una vez en el camino bueno me encontré de nuevo a Marcos que por lo visto no se saltó el desvío, unos metros más adelante estuve a punto de saltarme de nuevo un cruce pero por suerte me dio tiempo a rectificar. Tras un tramo de bastantes piedras volvimos a salir a una pista y la seguimos hasta el primer avituallamiento, llevaba 15 kilómetros y  menos de 2 horas de carrera. 
A pocos metros del avituallamiento.
Aquel ritmo era muy rápido para una ultra y tarde o temprano tendría que bajarlo, en el avituallamiento estaba Dani el organizador y me dijo que se había acabado la San Silvestre que a partir de allí empezaba lo bueno.
Repuse líquidos y comí alguna cosa y de nuevo en marcha, tocaba descender hasta la entrada del Congosto de Montrebei. El primer tramo de descenso era por una zona bastante técnica de piedra resbaladiza así que me lo tomé con precaución, a partir de allí se descendía por un sendero atravesando un bosque por lo que aumenté el ritmo. Extrañamente y a pesar de que yo no bajo muy bien, nadie me seguía de cerca. Era noche cerrada pero en la oscuridad se intuía la imponente figura de las paredes que forman el congosto, llegué al cruce de las pasarelas de Montfalcó y me dirigí hacia la entrada del congost. El año pasado se llegaba hasta el refugio de Montfalcó y se atravesaban las pasarelas dos veces, este año por lo visto están haciendo obras en las pasarelas y no se podía pasar y eso reducía en kilómetros la carrera. El paso por el congosto de Montrebeí de noche era imponente, aunque con precaución crucé todo el congosto corriendo, eso sí pegadito a la pared por si acaso. Solo salir del tramo estrecho del congosto, me encontré con una chica que dudaba si estaba en la dirección correcta. Le comenté que allí no había perdido puesto que solo había un camino así que seguimos, un poco más adelante llegamos al paso por el puente colgante. Un puente que al pasar por el varias personas se mueve bastante, cruzar el puente de día o de noche cambia mucho ya que de día te encuentras multitud de turistas y has de pasar con precaución para que no se asusten.
Solo cruzar el puente tocaba afrontar lo que para mí fue el año pasado el tramo más duro de la carrera, comenzamos a subir a buen ritmo mientras nos seguía un buen grupo de corredores. Después descendimos a una especie de riera y tras un buen rato por su interior comenzamos una dura subida, Marcos poco a poco se iba quedando atrás mientras subíamos. La subida era un continuo zigzagueo por un sendero muy inclinado, yo iba siguiendo a un chico y una chica que subían bastante bien. Una vez finalizada la subida dudé si esperar a Marcos o no, decidí que lo esperaría en el avituallamiento pues no debía ir muy lejos. Tras un tramo bastante más cómodo que el anterior siguiendo un bonito sendero de bosque por fin llegué a las calles de Alzamora, atravesé las calles del pueblo y casi al final encontré el avituallamiento. Llevábamos unos 25 kilómetros y apenas 4:30h y encima era de los últimos ya que dijeron que solo quedaban tres corredores por llegar, les comenté a los del avituallamiento que este año el ritmo estaba siendo muy alto y me dijeron que habían tenido que abrir el avituallamiento 1 hora antes.
El frio en Alzamora era considerable así que nos tuvimos que poner ropa de abrigo, salimos del avituallamiento y le dije a Marcos que me iba a poner a caminar algo más rápido a ver si se me quitaba el frio. Solo salir del pueblo se iba por un camino paralelo a la carretera, el primer tramo no me metí en la carretera porque se alejaba del camino. Pero el segundo tramo sí que me fui un rato por la carretera para descansar un poco los pies, volví a meterme en el camino y me tuve que poner los guantes ya que tenía las manos congeladas. En el cuerpo no tenía frio, pero las manos las tenían heladas. Por suerte tocaba subida y así poco a poco entraría en calor, subíamos a buen ritmo y admirando una luna espectacular. Llegamos al avituallamiento de Coll d’Ares y nos sentamos para descansar un poco y tomar algo caliente, Marcos me comentó que no se encontraba muy fino de la barriga y que se estaba pensando si retirarse. Tras el avituallamiento se seguía subiendo y se llegaba al cruce de carreteras de Sant Alis, una zona donde se tiran en parapente. Salimos del camino y nos pusimos a crestear, pasábamos muy cerca del precipicio y las vistas desde allí eran espectaculares. Tras un buen rato cresteando entrando y saliendo del camino y pasando por la cima de Sant Alis tocaba descender, el descenso a diferencia del año pasado no era por una zona técnica sino siguiendo la pista. Poco a poco iba amaneciendo y pronto podría dejar de utilizar el frontal, en mis previsiones de tiempo me había calculado que a aquel punto llegaría de día así que iba muy bien de tiempo. Llegamos a la zona donde estaba el seiscientos abandonado, a partir de allí se ascendía un poco y se iniciaba la bajada hacia el avituallamiento de Moro. Una vez arriba Marcos me dijo que fuera tirando que él se iba a retirar en el siguiente avituallamiento, a pesar de decirme eso los primeros metros de la bajada los hicimos juntos. Recordaba aquella bajada pero en sentido contrario, sabía que iba a ser un descenso muy inclinado y largo. Solo pasar el primer tramo que era algo más resbaladizo, me puse a trotar para descender algo más rápido. Para mi ritmo yo creo que bajé bastante rápido, incluso al llegar a la pista atrapé a un grupo de cuatro corredores. Atravesé un rio y giramos a la derecha por un sendero para subir al camino de Moro, desde allí al avituallamiento se llegaba enseguida. Ya estaba en el kilómetro 49 de carrera en 7:30 h así que llevaba un ritmo muy alto, estaba muy cerca de la base de vida ya que solo quedaban 11 kilómetros.
Saliendo del avituallamiento de Moro.
Antes de salir del avituallamiento, me quité ropa de abrigo ya que el sol comenzaba a picar con fuerza. Seguí a un grupo de corredores trotando por una pista hasta llegar a un sendero, empezamos a subir cada vez con mayor inclinación, tenía unas magníficas vistas del pantano de Terradets. En la subida dejé atrás al grupo de corredores, una vez arriba venia un tramo bueno donde se podía correr bastante rápido.
Menudas vistas a medida que ascendíamos.
Yo decidí guardar fuerzas de cara al final y avanzaba trotando a buen ritmo, el tramo hasta el inicio de la bajada hacia el barranc del Bosc se me hizo bastante largo. Solo me pasó un corredor que llevaba un ritmo muy rápido corriendo, el descenso hacia el barranco era por un sendero muy técnico repleto de piedras y por la ladera de imponentes paredes de roca.
Descendiendo hacia el Barranc de Bosc.
Una vez abajo se cruzaba el barranco y se ascendía hacia un paso espectacular que bordeaba el barranco, tras un buen rato llaneando descendí hacia el Pont del Diable que era donde estaba la base de vida. Abajo me estaban esperando Cristina y Antonio. Jordi Subira estaba haciendo la media maratón. Me senté a descansar y comer mientras Cristina me ayudaba dándome bebida y pasándome la ropa para cambiarme, decidí cambiarme entero ya que llevaba la ropa sudada.
Descendiendo hacia la base de vida.
Después de descansar unos 20 minutos me puse de nuevo en marcha, había que seguir una antigua carretera que pasaba por la presa y varios túneles. Cristina y Antonio me acompañaron con el coche y me iban haciendo fotos, pasado el tramo de los túneles se llegaba a una carretera. Me despedí de Cristina y Antonio y seguí la carretera durante 1,5 kilómetros, podía haber hecho aquel tramo trotando pero decidí caminar rápido para ahorrar energía.
Cristina y Antonio siguiéndome con el coche
Salí de la carretera y me metí en el rio, allí empezaba un tramo bastante rompe piernas. Un continuo sube y baja por un terreno poco definido que psicológicamente te dejaba un poco tocado, en el tramo final del rio se subía por un sendero muy inclinado junto a una valla. Allí casi le di alcance a Manolo Real un experimentado corredor de ultras, llegamos juntos al avituallamiento previo a la subida más fuerte de la carrera. Después de beber bastante líquido me dispuse a afrontar la subida de las cien curvas, tome la decisión de poner un ritmo bastante alto de subida. El primer tramo de la subida era bastante cómodo ya que era por pista, después de una especie de altar empezaba el sendero de las cien curvas. Curva va curva viene y sin dejar de subir, además la humedad era muy alta y estaba sudando muchísimo. Después de un buen rato subiendo llegué a la ermita de Sant Salvador del Bosc, allí me dio alcance Manolo al cual había dejado atrás en la subida.
Vistas desde la ermita.
Yo decidí pararme a hacer algunas fotos pero él no paré y me pasó, me senté unos segundos y me puse de nuevo en marcha. Antes de llegar al final de la subida aún quedaba un duro tramo de ascenso, una vez arriba me encontré con un avituallamiento solo de agua. Habían dejado un montón de garrafas de agua al lado de un poste indicativo, el agua estaba bastante fresca y me sentó de maravilla.
Vista de la ermita de Sant Salvador del Bosc.
Tocaba un tramo de aproximación hacia el collado de Colobor, un tramo de pequeños sube y bajas. Una vez en el collado se iniciaba un duro descenso, un tramo muy técnico por un sendero de rocas resbaladizas donde los cuádriceps trabajaron de lo lindo. Tras ese primer tramo se llegaba a una especie de masía antigua, yo pensaba que descenderíamos por el sendero que iba cortando la pista por el que habíamos entrenado Jordi Cot y yo.
Collado de Colobor desde abajo.
Pero nos hicieron bajar por una pista que se me hizo pesadísima, en ese tramo de pista volví a pasar a Manolo y a una pareja de corredores. Después de un buen rato bajando por la pista me metí en un sendero, pensé que el descenso sería más cómodo pero la gran cantidad de piedras que había me hizo que aquel tramo de sendero se me hiciera interminable. Justo al final de la bajada me esperaba Cristina, había llegado al avituallamiento de les Bagasses. El año pasado este avituallamiento era el primero de la carrera y llegabas de noche, esta vez había llegado a media tarde y con solecito. Antonio y Jordi Subira que ya había acabado su carrera también estaban allí, decidí no parar mucho rato ya que tenía ganas de llegar al final y veía la posibilidad de llegar de día.  Me despedí de Cristina y Antonio y quedé en vernos en Ager, Jordi me acompañó un trozo mientras me comentaba que Jordi Cot había llegado a las 13:50 h de la tarde y Toni me llevaba 1 hora. No había conseguido reducirle tiempo a Toni que llevaba desde la base de vida con 1 hora de margen, ya vi que iba a ser imposible pillarlo y debía hacer mi carrera.
Saliendo de les Bagasses.
El camino que seguía iba paralelo a donde estaba el área de descanso de les Bagasses, desde allí Cristina me saludó y le dijo a Jordi que volviera. Me despedí de Jordi y continúe mi camino, pasé junto a las vías del tren y encaré la dura subida. El primer tramo de la subida no picaba mucho y vi que a unos 300 metros por delante de mi había un corredor, como aliciente para encarar aquella subida me fijé como objetivo darle alcance. Iba subiendo a buen ritmo pero no había manera de acercarme a él, por lo visto los 300 metros habían sido una ilusión óptica. Tras pasar el tramo suave de la subida llegué a una zona que parecía llana, bueno aquello duró poco porque de repente me encontré con un auténtico muro. Una durísima subida que me dejó bastante tocado, aflojé el ritmo que llevaba y fui subiendo sin parar.
Vistas impresionantes antes de encarar la dura subida.
Una vez arriba la subida ya se suavizaba hasta llegar a unas ruinas, desde allí se seguían unos campos y se ascendía a una pista. Había que seguir la pista unos 4,5 kilómetros hasta el avituallamiento, no tenía ganas de correr así que me puse a caminar a ritmo rápido. El tramo de pista se me hizo interminable, finalmente llegué al avituallamiento. Justo cuando llegué estaba soplando mucho aire y decidí no parar mucho para no coger frio, salí del avituallamiento dispuesto a afrontar los últimos kilómetros lo más rápido que pudiera. Ya tenía las piernas algo cargadas así que me costaba trotar, fui a ratos trotando y a ratos caminando rápido. Tras un primer tramo que engañaba con una subida escondida por el medio, venia un tramo de mucha piedra y se llegaba a una pista ancha. En la pista si me puse a trotar todo lo que pude hasta que por fin llegué a la meta, allí me esperaban Cristina, Antonio y Jordi. Dani el organizador de la carrera me felicitó por haber hecho menos de 20 horas y me dijo que el año que viene volverán a poner el recorrido duro.
Con Cristina en la llegada.

94,62 Kilómetros

5254 Metros de desnivel positivo

5254 Metros de desnivel negativo

10508 Metros de desnivel total acumulado

19:20 Horas

En conclusión, físicamente me he encontrado súper bien aunque no estoy hecho para correr muchos kilómetros, en los últimos tenia las piernas muy pesadas. En lo que se refiere a la carrera, decir que el cambio de recorrido me ha parecido bien aunque el primer tramo era muy monótono. Yo habría añadido algún kilometro más de subida y tramos técnicos para hacer la carrera más atractiva. He batido mi record de carrera aunque con 16 kilómetros menos y 1500+ menos. Esta vez la carrera la he hecho en solitario de principio a fin, aunque el tener a Cristina en algún punto me ha dado mucha energía. Agradecerle a Antonio y Jordi que también hayan venido a animar, felicitar a Jordi Cot y Toni por sus respectivos carrerones. Seguimos sumando de cara a los grandes retos de la temporada.