martes, 29 de mayo de 2018

O VIENTO RONDADOR 2018


Como ya viene siendo tradición los últimos años, he vuelto a Boltaña  (Huesca) para participar en la carrera O Viento Rondador. Boltaña es el pueblo donde pasaba los veranos de pequeño y siempre es especial volver, además cada vez que participo en la carrera descubro nuevos senderos y lugares que no conocía.
Viernes:
Despues de alojarnos en el camping la Gorga de Boltaña, me fui a subir al Castillo de Boltaña, una tradición cada vez que voy. Después Cristina y yo fuimos paseando a recoger el dorsal y acudir a la charla técnica. Era mi cuarta participación en la carrera, pero aun así me gusta ir a la charla técnica para enterarme de cualquier cambio. Este año la novedad era un cambio en algunos tramos del recorrido, para evitar la carretera se habían abierto varios senderos. Una vez escuchada la charla técnica a cenar y a dormir para el día siguiente.
Sábado:
6:30h suena el despertador, había estado toda la noche lloviendo y no sabía si durante la carrera me podría librar o una vez más este año me tocaría mojarme. A las 7:15h subimos hacia la plaza mayor para ir a la zona de salida, como llegamos pronto nos metimos en el bar a tomar algo caliente antes de la salida. Cuando quedaban 10 min. para empezar me metí en el corralito, no estaba nervioso ya que el conocer parte del recorrido me daba confianza.
Las 8:00h salimos de la plaza descendiendo por la carretera, el ritmo que llevo es muy fuerte pero por suerte a los 500m empezamos a subir. Subo a buen ritmo y trotando donde el terreno no se inclina en exceso, a medida que vamos subiendo vamos adentrándonos en el bosque y atravesando un bonito sendero hasta llegar al desvío de Liaso.

Primeros metros de la carrera.
 
Empezamos a subir.
Allí estaba situado el primer avituallamiento y el desvío de las carreras, a la derecha se iba la carrera de 10 km y a la izquierda nos desviamos los de 42 km y los de 21 km. Me pongo a trotar aprovechando que venia un tramo de pista, cuando acababa la pista se giraba hacia la derecha para bajar hacia las Pozas de Ascaso. Yo no soy muy buen bajador, pero bajé a muy buen ritmo. Detrás mio venían muchísimos corredores por lo que me fue muy bien que enseguida viniera un tramo de subida, se subía por una ladera de piedra muy inclinada que pasaba junto a las pozas (piscinas naturales) cuando estaba a punto de girar y pasar por un puente en dirección al pueblo, vi que bajaban muchísimos corredores de la ladera de la montaña. Por lo visto se habían pasado el desvío y se habían equivocado, tras cruzar el puente enseguida llegué a Ascaso. Tras reponer líquidos me puse de nuevo en marcha dispuesto a afrontar la subida hacia Santa Marina, en el avituallamiento me habían pasado muchos corredores que no habían parado a avituallar. Me puse a subir regulando las fuerzas, pero una vez giré para encarar el tramo más duro de la subida aceleré el ritmo. La subida es siguiendo una ladera muy inclinada de piedra, bajar no se me da bien pero en las subidas voy fuerte, así que aproveché y me puse a subir a un ritmo rápido. Adelanté a muchos corredores incluyendo dos chicas que yo pensaba que eran la primera y la segunda. A medida que se subía las vistas eran mas espectaculares. El día estaba respetando y aunque estaba un poco nublado, no llovía y la temperatura era muy agradable. Llegué al avituallamiento y me bebí dos vasos de Aquarius y comí dos plátanos,  últimamente en las carreras se me cargan mucho las piernas y quería probar si comiendo plátanos podría solucionarlo.

Inicio de la subida a Nabaín.

En la cima con un paisaje espectacular a mi espalda.

Me esperé un poco antes de iniciar la bajada a que me pasara un buen grupo de corredores que no habían parado en el avituallamiento, la bajada era de 5 km y se descendían 900 metros de desnivel. Un sendero que en su primer tramo tiene mucha piedra, un tramo intermedio más corrible y con bajadas muy inclinadas y un último tramo donde se puede correr bastante rápido. A pesar de no bajar muy bien, conseguí bajar a un ritmo bastante rápido aunque tuve que dejar pasar a más de un corredor ya que venían los de 21 km a mucha velocidad. Al llegar al final de la bajada el año pasado se cruzaba la carretera y se descendía hacia Jánovas, este año han abierto un sendero para evitar la carretera. Un sendero de muy mal pisar y con algún sube y baja corto, antes de descender hacia el pueblo me encontré con una bajada muy inclinada en la que habían colocado una cuerda para ayudarse a bajar. Al final de la bajada vi que estaba Cristina, me dijo que tirara los palos y me ayudara de la cuerda para bajar. Tiré los palos y cogí la cuerda para bajar, en ese momento apareció un corredor que casi me tira por querer pasarme. Una vez abajo pasé por debajo de un puente y pasé al otro lado de la carretera, me despedí de Cristina y me fui hacia el camino que desciende a Jánovas. No se llegaba al pueblo debido a que el río estaba muy crecido, el avituallamiento estaba situado después del puente colgante.
 
Tramo nuevo este año, menuda bajadita.

Encarando el camino a Janovás.

Tras pasar por el avituallamiento y aprovechando que no venia nadie detrás, aceleré el ritmo para afrontar el tramo más peligroso de la carrera sin nadie detrás agobiando. Tras seguir un tramo el cauce del río llegué a la zona más espectacular de la carrera, un paso muy estrecho escavado en la roca que pasaba junto al río. El río este año bajaba con mucha fuerza y con un caudal de agua abundante, la organización lo tenía todo previsto y en el paso más complicado tenía gente vigilando que ningún corredor se cayera al agua.

El paso más impresionante de la carrera.
Pasado el tramo complicado se entraba en el bosque para seguir un sendero espectacular, un tramo que engaña ya que en el perfil sale que es bastante llano y por el contrario es un continuo sube y baja. Hice el tramo casi solo ya que llevaba un ritmo fuerte y solo me pasaron 2 corredores de la de 21 km, había conseguido abrir hueco con el grupo grande de corredores con los que había llegado a Ascaso. Salí del sendero y seguí la pista unos 2 km hasta llegar al avituallamiento, allí estaba Cristina esperándome. Me ofreció si quería beber agua con gas que me había comprado, le dije que no tenia ganas y que me iba a poner en marcha rápido ya que se estaba poniendo negro y no me quería mojar.
Salí del avituallamiento solo y dispuesto a afrontar un tramo nuevo de este año, un sendero que pasaba junto al río y llegaba directamente al merendero de Moscarales.

Pasando bajo el puente en el tramo hacia Moscarales.
Tras seguir un sendero paralelo al río se llegaba al desvío que iba hacia Campodarbe. Para ir hacia Campodarbe se seguía el sendero de la Coasta, un sendero que sube bastante inclinado y con algún tramo llano. Me puse a subir a un ritmo muy rápido pero sin ir a tope, conseguí atrapar a un corredor y seguimos juntos hasta la pista. Me comentó que no se encontraba bien y que tenia ganas de vomitar, hicimos juntos un tramo del sendero que iba cortando la pista. Tuvo que pararse y me dijo que fuera tirando, me puse a tirar y tras la subida me puse a trotar aprovechando un llano y una bajada. Antes de llegar a Campodarbe había una chica haciendo fotos, le dije que esperara que llegara que iba a hacer postureo. Llegué a Campodarbe y vi que aun no había llegado Cristina, le había dicho en el anterior control que tardaría 1:45 h en hacer el tramo y había tardado 1:15 h. Cuando les estaba comentando a las chicas del avituallamiento que si llegaba una chica preguntando por mi dorsal, le dijeran que ya me había ido, vi que llegaba Cristina con el coche. Le di un beso y le di el móvil para que se lo quedara, se había puesto muy negro y podía empezar a llover en cualquier momento.

Reponiendo fuerzas en Campodarbe.
Me despedí de ella y me puse en marcha, el tramo hasta San Martin era atravesando senderos y pozas espectaculares. Me encontraba bastante bien y pude hacer prácticamente todo el tramo trotando, me pasaron varios corredores pero no me importaba ya que quería reservar fuerzas para el tramo final. Llegué al avituallamiento y me senté a quitarme una piedra, una vez repuestas las fuerzas me puse de nuevo en marcha. Tras un par de subidas inesperadas me dirigí hacia el sendero de la Valle, aprovechando que no tenia mucha inclinación me puse a trotar y rápidamente me planté ante la subida hacia el cuello de la Madalena. Un poco de subida que mis piernas notaron y descenso hacia el pueblo de Sieste, al llegar al pueblo me esperaba Cristina.

Llegando a Sieste.
Este año en vez de dar un rodeo largo como el año anterior, se llegaba por la parte de atrás del pueblo y se rodeaba el pueblo para llegar al avituallamiento que estaba al lado de la iglesia.
Al llegar miré por curiosidad como iba clasificado y vi que iba el 47, 13 puestos peor que el año pasado y eso que este año iba más fuerte de ritmo. Eso me hizo ver que el nivel este año de los corredores era alto, de Sieste se salía en bajada y se enlazaba con el camino que hicimos el año pasado y que bordea la Madalena. En ese tramo me pasaron 3 corredores, entre ellos la tercera chica. Llegué al camino que va de Boltaña a Marguded y me puse a correr algo más rápido para ver si conseguía engancharme a ellos. Antes de llegar al camping conseguí adelantar a un corredor, pero la chica y un chico que iba con ella no dejaban de correr y yo ya estaba un poco harto. En el puente del camping que lleva al pueblo me esperaba Cristina que me hizo fotos mientras pasaba por debajo, otro antiguo camino recuperado de la carrera que después de pasar por debajo del puente del río y debajo de otro puente que cruzaba la carretera por debajo, te dejaba en el otro lado.

Tramo nueva cruzando debajo del puente.
Allí se tenía que seguir un largo camino casi hasta la salida del pueblo. Veía a la chica y al chico delante mio y aceleré el ritmo de nuevo. Se me hizo muy largo el tramo llano hasta el desvío hacia el camino que llevaba al pueblo, un nuevo camino recuperado muy bonito que atravesaba los campos y donde conseguí contactar con la chica y el chico. Aprovechando la subida los adelanté y llegamos juntos a la plaza de Boltaña, teóricamente allí debía acabar la carrera, pero como anunciaban lluvias habían trasladado la llegada al pabellón por lo que tocaba hacer casi 1 km más. El chico y la chica me volvieron a adelantar y se distanciaron, pero entonces llegué a las calles del casco viejo, unas calles que conozco bien y donde me puse a correr muy rápido. Cuando quedaban unos 500 metros para llegar conseguí atrapar al chico y la chica, me comentaron que me adelantara y así me harían las fotos a mi solo. Yo les dije que me sabia mal, pero como insistieron pues me hice un sprint hasta meta.

42,8 Kilómetros

2600 Metros de desnivel positivo

2600 Metros de desnivel negativo

5200 Metros de desnivel total acumulado

6:50 Horas

En conclusión, los dos últimos años he acabado esta carrera muy cargado de piernas, pero sin embargo este año he acabado muy fuerte. Muscularmente no he notado muchas molestias, el pie me ha respetado bastante excepto en algún tramo. Que decir de la carrera, básicamente el recorrido es el mismo todos los años, pero siempre le añaden alguna novedad para hacerlo más atractivo. La señalización es fantástica, es imposible perderse, los avituallamientos están muy bien ya que no haces muchos kilómetros sin encontrarte uno. Una vez más agradecerle a Cristina que me hiciera el seguimiento en la carrera, me alegro cuando llego a un avituallamiento y la puedo ver, me da más energía. Bueno ahora ya se han acabado las pruebas oficiales, ahora toca seguir entrenando y en julio afrontar el gran reto de Ehunmilak.

miércoles, 9 de mayo de 2018

ULTRA GRADERAS VALL DE VIO


Después de una semana de relax haciendo turismo en el puente de mayo, tocaba volver a la montaña. Este mes de mayo voy a bajar el kilometraje de las carreras y solo haré dos,  y las haré en Huesca.
La primera de las carreras en las que voy a participar en mayo es la que he hecho este sábado, la Ultra Graderas Vall de Vió.
El valle de Vió es un valle desconocido dentro de la comarca del Sobrarbe, muy cerca de lugares más visitados como Ordesa y el Cañon de Añisclo. El recorrido de la carrera utiliza los antiguos senderos que existían para ir de pueblo a pueblo, Fanlo, Buerba, Nerín, Yeba, Buisán, Gallisué, Cereruela y Sercue son los pueblos que forman el valle.
Este año la carrera forma parte del circuito Sobrarbe de carreras por montaña. El circuito consta de las 7 pruebas que se desarrollan en el Sobrarbe y se divide en dos modalidades, modalidad Trail de más de 20 km. y modalidad 10K de entre 10 y 14 km. El pertenecer al circuito ha hecho que este año aumente la cifra de inscritos a la carrera, ya que el año pasado fuimos 14 corredores en la prueba larga y 30 en la Trail y este año éramos el doble en las dos pruebas.
Como me gusta que amigos y compañeros prueben carreras en las que yo he participado, conseguí que Jordi Cot y Jordi Subirà se apuntaran conmigo a la de 58km y Oriol un compañero de Oju Ke Passu se apuntara a la trail de 30km. Finalmente Jordi Subirà se cambió de distancia y Oriol no pudo venir por culpa de una inoportuna lesión.
La carrera sale del pequeño pueblo de Buerba, un pueblo en el que la mayoría de casas son alojamientos rurales por lo que durante el año no vive mucha gente allí. Cuando llegamos fui a buscar el dorsal acompañado por mi mujer Cristina y mis amigos Jordi Subirà y Jordi Cot, la charla técnica es individualizada ya que el organizador explica el recorrido enseñando fotos que tiene en el móvil. Nos comentó que habían tenido que modificar un tramo en la subida hacia el Mondoto y que al Comiello se subiría por el cortafuego ya que la subida original estaba impracticable por la nieve.
Me levanté sin necesidad de despertador ya que nos acostamos muy pronto y a las 6:30h. ya estaba despierto, el día amaneció bastante despejado y mi única duda era saber si me pondría una camiseta o llevaría más ropa por si hacia frio. Opté por ponerme solo una camiseta y llevar los manguitos, en la mochila llevaba el chubasquero ya que había mirado la meteo y pintaba algo de lluvia para las 5 de la tarde. A las 7:15h fuimos hacia la salida, la hora de salida de carrera la habían retrasado a las 8:00h para que hiciera algo más de calor a la hora de llegar a las cimas. En principio no hacia frio pero a medida que se iba acercando la hora de la salida el viento se hacía notar, cuando quedaban 10 minutos para empezar entramos todos los corredores en el corralito. Jordi Subirà se había colocado en primera fila junto a Jordi Cot, yo no quería ponerme allí porque esa no era mi carrera y yo quería salir tranquilo.
Con Jordi Subirà y Jordi Cot.
A las 8:00h se dio la salida, dimos un pequeño rodeo a la iglesia del pueblo y entramos en montaña. Jordi Cot estaría en los puestos de cabeza así que yo me concentré en intentar pillar a Jordi Subirà para ver si llegábamos juntos hasta el kilómetro 30 que es donde él acababa. Después de salir del pueblo se atravesaba un prado y un pequeño tramo de bajada empedrada para después subir por sendero hasta la carretera. Jordi se había distanciado ya que yo me paré a hacer una foto, tras llegar a la carretera seguimos un camino ancho en el que me puse a correr rápido para intentar pillar a Jordi. Acabado el camino aun no veía a Jordi y entrabamos en un sendero que descendía hacia el fondo del valle, en el sendero se podía correr bastante bien aunque había alguna zona con bastante piedra suelta. Como llevaba un ritmo bastante alto conseguí contactar con Jordi pero me paré a hacer una foto y se volvió a distanciar. El sendero finalizaba cruzando un puente de piedra para cruzar el rio.
Descendiendo hacia el valle.

Cruzando el río por primera vez.
 A partir de ese punto se hacia una pequeña pero inclinada subida, ese era mi terreno y adelanté a muchos corredores. El año pasado los dorsales eran todos iguales y no se podía distinguir entre los corredores de la Trail y los de la Ultra, este año los dorsales eran verdes los de la Trail y rojos lo de la Ultra por lo que era más fácil distinguirlos. Acabada la subida se descendía por un sendero hasta el rio, en el sendero adelanté a Jordi. Me había costado 5 kilómetros pillarlo y eso que yo iba a muy buen ritmo, le comenté que quizás iba un poco rápido y me comentó que iba cómodo. Seguimos juntos y cruzamos los dos puentes hechos con troncos que había preparado la organización para cruzar el rio, tras cruzar a la otra orilla empezaba la subida.
Jordi cruzando el puente de madera.
 
Me encontraba fuerte para tirar y le dije a Jordi que si me seguía, me dijo que no, que tirara. Empecé a subir fuerte pero enseguida tuve que frenar ya que había un grupo grande de corredores y era imposible adelantar, el sendero subía primero por un frondoso bosque y después alternaba tramos de llaneo y pequeñas rampas hasta llegar a la carretera.
Esperaba encontrarme el avituallamiento en Gallisué como el año pasado, pero allí no había nada. Esperé que llegara Jordi y le dije que le esperaba para llegar juntos a Vió, Jordi se tuvo que parar en las ruinas del pueblo de Gallisué para quitarse ropa ya que tenía mucho calor. Le dije que yo iba tirando y ya me pillaría en la bajada, encaraba el tramo del sendero de la Sardinera. Un sendero que bordea un espectacular cañón y en que mis ojos se deleitaban con los paisajes del pirineo nevado y la imponente figura de la Peña Montañesa. 
Atravesando un campo al paso por Gallisué.
El año pasado hice este sendero junto a Martin solos los dos y este año éramos un grupo de 10 que íbamos todos juntos en el continuo sube y baja que hay que hacer para llegar al pueblo de Vió al que se llega tras una pequeña subida. Al lado del avituallamiento me esperaba Cristina. 
Llegando a Vió.
El año pasado estuvo ayudando en la organización pero este año me quería hacer el seguimiento. Tras comer algo y sobretodo hidratarme bien ya que estaba haciendo mucho calor, me puse de nuevo en marcha aprovechando que el grupo se lo estaba tomando en calma. Quería coger algo de ventaja para bajar tranquilo. Se salía del pueblo subiendo por un sendero y se llegaba al GR 15.1 hasta las Fuebas. Deteniéndome un instante a contemplar las vistas del Mondoto con el Monte Perdido nevado, este tramo lo hice trotando hasta cruzar la carretera que va de Buerba a Fanlo. Seguí trotando toda la pista forestal de Metils dejando la estampa del pueblo de Vió a mi espalda y viendo como venia todo el grupo de corredores y alguno más que se había unido. 
El Mondoto y el macizo del Monte Perdido.



Alejandome de Vió la estampa es maravillosa.
El año pasado este tramo lo hice todo andando, así que este año me encontraba mejor físicamente. Tras 1 kilómetro me desvié a la derecha por la pista del fenal viello, una pista poco usada y con tramos donde había que agachar la cabeza para no golpearse con las ramas. Al final de la pista se giraba a la derecha por un sendero bastante inclinado y resbaladizo, yo no sé bajar bien y por eso había intentado sacarle ventaja al grupo de corredores que me seguían. Por suerte conseguí bajar el sendero entero sin tener que apartarme para ceder el paso, al llegar al final del sendero se seguía una pista ancha durante un buen rato. Aproveché la pista para acelerar un poco el ritmo, al llegar a la altura de dos voluntarios giré a la izquierda. Seguía llevando algo de ventaja al grupo así que podía ir tranquilo, descendí unos metros y de repente me encontré con una rampa en la que en su inicio era muy inclinada. Después se descendía por un bonito bosque siguiendo el antiguo camino de Nerín a Buerba hasta el puente de Mallarguero que se cruzaba por debajo, escuchaba voces detrás de mí desde hacía rato pero no me atrapaba ningún corredor. Tras atravesar por debajo del puente seguí a buen ritmo hasta el barranco de Mallarguero, giré a la derecha y pasando por el puente y la cueva de la Espucialla. Desde allí se iniciaba la subida por sendero hasta la plaza de Sercué, antes de llegar al pueblo me adelantaron dos corredores que venían a un ritmo muy alto. 
Llegando al pueblo de Sercué.
Llevaba muy poco en el avituallamiento y de repente llegó todo el pelotón de corredores, salí de Sercué con fuerzas para encarar la subida al Mondoto. Un primer tramo de camino daba paso a un sendero que iba siguiendo la ladera del Mondoto en ascenso continuo, subía a buen ritmo pero mucho más lento que el año pasado para guardar energía de cara al tramo final de la subida. Adelanté a 5 corredores durante la subida hasta el cruce donde se juntaba la subida y bajada a la cima, el sendero era fácil de seguir porque aparte de la poca vegetación debido a un incendio, estaba plagado de señales azules que indicaban el camino a seguir. Llegué al cruce totalmente solo y me crucé con algún corredor que descendía, desde el cruce a la cima solo había que seguir la ladera y atravesar varias congestas de nieve. A medida que subía me iba quedando más alucinado del espectacular paisaje que se podía ver, me crucé a varios corredores que bajaban. Al llegar a la cima me llevé una sorpresa, Pau un conocido de las Ultras que le da mucha caña estaba allí. No podía ser que yo fuera tan fuerte, algo había tenido que pasar. Me comentó que las piernas no le tiraban y se retiraría en Nerín, comí alguna cosa y me puse a hacer fotos del paisaje. Las vistas del Monte Perdido y los Tres Sorores nevados era espectacular y ver la inmensidad del Cañón de Añisclo desde el avituallamiento una pasada. 
Congestas de nieve durante la subida.

Paisaje desde el avituallamiento.

Con este paisaje cualquiera no para.

Comencé el descenso hacia Nerín siguiendo el mismo camino de subida hasta el cruce. El grupo de corredores con el que iba coincidiendo desde Vió se iba reduciendo, al pasar el cruce de subida y bajada me paré a quitarme una piedra que me estaba molestando. Al estirar la pierna para quitarme la bamba, me dio un tirón la pierna y me costó un poco recuperarme. Decidí bajar caminando para no forzar ya que el sendero de bajada era muy empedrado, me adelantaron unos cuantos corredores pero no me preocupaba. Atrapé a Pau y descendí con él hasta Nerín mientras íbamos hablando. Al llegar a Nerín me esperaba Cristina que también se quedó sorprendida de verme llegar junto a Pau ya que ella lo conocía del año pasado y sabía que iba muy rápido.
Llegando a Nerín.
Había llegado a Nerín en 5h así que iba media hora mejor que el año pasado, me tomé mi tiempo para descansar y Cristina me ayudó a llenar los bidones y me dio pollo para comer. Del grupo que habíamos ido coincidiendo desde Vió se había reducido a 5 corredores que se fueron rápido del avituallamiento, después de descansar salí dispuesto a afrontar la subida hacia el Cuello Arenas. Primero había que subir por el mismo tramo por el que habíamos bajado y coincidir con algún corredor que bajaba, llegué al cruce donde tenía que desviarme hacía el Cuello Arenas y no había visto a Jordi. Seguí mi camino y pensaba que haría lo que quedaba de carrera en solitario, al final del sendero se llegaba a una pista. Me adelantó un corredor al que tuve que avisar porque se pasaba el desvió hacia el sendero que va de Cuello Arenas a Buisán. Primero se subía un poco y se iniciaba un largo descenso muy empedrado y de muy mal pisar. Iba trotando y notaba que las piernas me daban avisos de rampas, decidí aflojar el ritmo y ponerme a caminar. A pesar de bajar caminando no me adelantó nadie bajando, incluso al llegar a Guampe atrapé al grupo de 5 corredores. Subimos juntos por pista hasta Buisán, un pueblo casi abandonado en el que están reconstruyendo alguna casa. 
El pueblo de Buisán, aprovechando la fuente.
Bebí agua aprovechando la fuente del pueblo, como los demás se quedaron recargando agua yo salí solo del pueblo. Atravesé un sendero y seguí el GR 15 por pista dirección Fanlo, aprovechando que la pista no tenía mucha inclinación me puse a caminar a ritmo bastante alto y le saqué ventaja al grupo. Tras salir de la pista se iba por sendero hasta el pueblo, allí me esperaba encontrarme el avituallamiento en el mismo sitio que el año pasado pero me lo encontré enseguida al lado de la iglesia. Allí me esperaba Cristina, estaba bastante cansado así que decidí tomarme unos minutos para descansar. 
Descansando en Fanlo.
Enseguida llegó el grupo de corredores, salí del avituallamiento acompañado de Cristina. Me despedí de ella y me dispuse a afrontar el tramo nuevo de este año, al poco de iniciar la subida me paso Martín el compañero que acabó conmigo el año pasado junto a otros dos chicos. Llevaban un ritmo alto así que decidí subir a mi ritmo que no era lento, la subida hasta el avituallamiento era seguir una pista forestal así que pude mantener un ritmo constante hasta el avituallamiento.
El lugar donde estaba situado el avituallamiento era un mirador desde donde había una panorámica impresionante, lástima que se había nublado bastante y no se apreciaban bien las montañas nevadas. Mientras estaba reponiendo líquidos observé que se acercaban un montón de corredores, ¿cómo podía ser? Si había mirado atrás mientras subía y no venía nadie. 
En el avituallamiento.

Observando el cortafuegos por donde tenía que subir.

Salí del avituallamiento dispuesto a dar alcance a Martín y sus dos acompañantes en la subida al Comiello, seguí la pista unos metros y me desvié hacia el cortafuego. No había marcas porque era un camino evidente, pero en algún tramo fui montaña a través. Conseguí atrapar a Martín y los dos corredores que iban con él, ya que se pararon a ponerse el chubasquero porque estaba empezando a llover y la temperatura había bajado. Yo decidí que me abrigaría al llegar a la cima ya que solo quedaban unos 300 metros de distancia, esos metros se hicieron largos ya que la inclinación era considerable. Al llegar a la cima me puse rápidamente el chubasquero para entrar en calor y me puse en marcha, Martín y los otros dos corredores no pararon así que se distanciaron.
Vistas desde el Comiello
 
Desde la cima del Comiello se seguía el cortafuego pasando por la Punta Estallo hasta la Collata Salas, un tramo bueno para correr si llegas con piernas. No fue mi caso y lo que yo hice fue trotar suavemente para no forzar, aun así baje más rápido que el año pasado que lo hice caminando. Pensaba que en la bajada me atraparían todos los corredores que venían por detrás, pero solo me paso un corredor. Antes de abandonar la pista volví a contactar con Martín, pero me tuve que parar a quitarme una piedra y me dejaron atrás. Seguí el camino por llamarlo de alguna manera, ya que continuamente había que pasar bajo troncos caídos y pincharse las piernas con las plantas que había. Antes de llegar a un depósito de agua desde donde se veía el pueblo de Yeba me adelantó un corredor (disculpa compañero pero no me acuerdo de tu nombre) cogimos un antiguo sendero que nos dejó a la entrada del pueblo de Yeba. Me puse a hablar con el compañero a medida que avanzábamos por el bonito sendero que discurría paralelo al rio, mientras había zonas de pequeñas subidas íbamos juntos pero a la que hubo un tramo largo de bajada y llano se me distanció. Volvía a estar solo y recordaba aquel tramo como muy largo, me puse a trotar al ritmo que me permitían los músculos y casi sin darme cuenta estaba atravesando el bonito barranco que llegaba a las ruinas del molino de Buerba. Muy cerca de allí se encuentra la cueva de Manatuero y Malapreciata. Escuchaba voces que venían por detrás y pensaba que me darían alcance pronto, pero a partir de ese punto venía la última subida de la carrera. Una subida no muy larga pero con un desnivel considerable en un camino que zigzagueaba, suerte que me había quitado el chubasquero antes de llegar a Yeba sino en esa subida me habría dado algo debido al fuerte calor que estaba pegando. Justo antes de llegar al pueblo, me encontré que venían Jordi y Cristina, me acompañaron hasta la meta y después nos fuimos a recoger la medalla de finisher.

56 Kilómetros

3600 Metros de desnivel positivo

3600 Metros de desnivel negativo

7200 Metros de desnivel total acumulado

En conclusión, la primera parte de la carrera me he encontrado muy bien físicamente y he ido por encima de mis posibilidades. El hecho de apretar los primeros 30 kilómetros, ha hecho que las piernas se me cargaran en exceso y he llegado a meta bastante agotado, por suerte en mi gran reto de la temporada no tendré que correr tanto. El recorrido de la carrera es espectacular, los senderos muy guapos y los paisajes de ensueño. El marcaje de la carrera me ha parecido perfecto y casi imposible perderse, a pesar de ello algún corredor se ha perdido. Los avituallamientos eran bastante completos, pero podía haber habido algo más de sólido. Un placer haber vuelto a coincidir con Jordi Cot, nos volveremos a ver en Ehunmilak. Felicitar a Jordi Subirà por su carrera en los 30 kilómetros, mejorando poco a poco en montaña aunque sigue resistiéndose a escuchar algún consejillo que le digo (modestamente), agradecerle a Cristina una vez más que me siga allí donde voy, encontrarla en cada pueblo era una ayuda extra.