miércoles, 9 de mayo de 2018

ULTRA GRADERAS VALL DE VIO


Después de una semana de relax haciendo turismo en el puente de mayo, tocaba volver a la montaña. Este mes de mayo voy a bajar el kilometraje de las carreras y solo haré dos,  y las haré en Huesca.
La primera de las carreras en las que voy a participar en mayo es la que he hecho este sábado, la Ultra Graderas Vall de Vió.
El valle de Vió es un valle desconocido dentro de la comarca del Sobrarbe, muy cerca de lugares más visitados como Ordesa y el Cañon de Añisclo. El recorrido de la carrera utiliza los antiguos senderos que existían para ir de pueblo a pueblo, Fanlo, Buerba, Nerín, Yeba, Buisán, Gallisué, Cereruela y Sercue son los pueblos que forman el valle.
Este año la carrera forma parte del circuito Sobrarbe de carreras por montaña. El circuito consta de las 7 pruebas que se desarrollan en el Sobrarbe y se divide en dos modalidades, modalidad Trail de más de 20 km. y modalidad 10K de entre 10 y 14 km. El pertenecer al circuito ha hecho que este año aumente la cifra de inscritos a la carrera, ya que el año pasado fuimos 14 corredores en la prueba larga y 30 en la Trail y este año éramos el doble en las dos pruebas.
Como me gusta que amigos y compañeros prueben carreras en las que yo he participado, conseguí que Jordi Cot y Jordi Subirà se apuntaran conmigo a la de 58km y Oriol un compañero de Oju Ke Passu se apuntara a la trail de 30km. Finalmente Jordi Subirà se cambió de distancia y Oriol no pudo venir por culpa de una inoportuna lesión.
La carrera sale del pequeño pueblo de Buerba, un pueblo en el que la mayoría de casas son alojamientos rurales por lo que durante el año no vive mucha gente allí. Cuando llegamos fui a buscar el dorsal acompañado por mi mujer Cristina y mis amigos Jordi Subirà y Jordi Cot, la charla técnica es individualizada ya que el organizador explica el recorrido enseñando fotos que tiene en el móvil. Nos comentó que habían tenido que modificar un tramo en la subida hacia el Mondoto y que al Comiello se subiría por el cortafuego ya que la subida original estaba impracticable por la nieve.
Me levanté sin necesidad de despertador ya que nos acostamos muy pronto y a las 6:30h. ya estaba despierto, el día amaneció bastante despejado y mi única duda era saber si me pondría una camiseta o llevaría más ropa por si hacia frio. Opté por ponerme solo una camiseta y llevar los manguitos, en la mochila llevaba el chubasquero ya que había mirado la meteo y pintaba algo de lluvia para las 5 de la tarde. A las 7:15h fuimos hacia la salida, la hora de salida de carrera la habían retrasado a las 8:00h para que hiciera algo más de calor a la hora de llegar a las cimas. En principio no hacia frio pero a medida que se iba acercando la hora de la salida el viento se hacía notar, cuando quedaban 10 minutos para empezar entramos todos los corredores en el corralito. Jordi Subirà se había colocado en primera fila junto a Jordi Cot, yo no quería ponerme allí porque esa no era mi carrera y yo quería salir tranquilo.
Con Jordi Subirà y Jordi Cot.
A las 8:00h se dio la salida, dimos un pequeño rodeo a la iglesia del pueblo y entramos en montaña. Jordi Cot estaría en los puestos de cabeza así que yo me concentré en intentar pillar a Jordi Subirà para ver si llegábamos juntos hasta el kilómetro 30 que es donde él acababa. Después de salir del pueblo se atravesaba un prado y un pequeño tramo de bajada empedrada para después subir por sendero hasta la carretera. Jordi se había distanciado ya que yo me paré a hacer una foto, tras llegar a la carretera seguimos un camino ancho en el que me puse a correr rápido para intentar pillar a Jordi. Acabado el camino aun no veía a Jordi y entrabamos en un sendero que descendía hacia el fondo del valle, en el sendero se podía correr bastante bien aunque había alguna zona con bastante piedra suelta. Como llevaba un ritmo bastante alto conseguí contactar con Jordi pero me paré a hacer una foto y se volvió a distanciar. El sendero finalizaba cruzando un puente de piedra para cruzar el rio.
Descendiendo hacia el valle.

Cruzando el río por primera vez.
 A partir de ese punto se hacia una pequeña pero inclinada subida, ese era mi terreno y adelanté a muchos corredores. El año pasado los dorsales eran todos iguales y no se podía distinguir entre los corredores de la Trail y los de la Ultra, este año los dorsales eran verdes los de la Trail y rojos lo de la Ultra por lo que era más fácil distinguirlos. Acabada la subida se descendía por un sendero hasta el rio, en el sendero adelanté a Jordi. Me había costado 5 kilómetros pillarlo y eso que yo iba a muy buen ritmo, le comenté que quizás iba un poco rápido y me comentó que iba cómodo. Seguimos juntos y cruzamos los dos puentes hechos con troncos que había preparado la organización para cruzar el rio, tras cruzar a la otra orilla empezaba la subida.
Jordi cruzando el puente de madera.
 
Me encontraba fuerte para tirar y le dije a Jordi que si me seguía, me dijo que no, que tirara. Empecé a subir fuerte pero enseguida tuve que frenar ya que había un grupo grande de corredores y era imposible adelantar, el sendero subía primero por un frondoso bosque y después alternaba tramos de llaneo y pequeñas rampas hasta llegar a la carretera.
Esperaba encontrarme el avituallamiento en Gallisué como el año pasado, pero allí no había nada. Esperé que llegara Jordi y le dije que le esperaba para llegar juntos a Vió, Jordi se tuvo que parar en las ruinas del pueblo de Gallisué para quitarse ropa ya que tenía mucho calor. Le dije que yo iba tirando y ya me pillaría en la bajada, encaraba el tramo del sendero de la Sardinera. Un sendero que bordea un espectacular cañón y en que mis ojos se deleitaban con los paisajes del pirineo nevado y la imponente figura de la Peña Montañesa. 
Atravesando un campo al paso por Gallisué.
El año pasado hice este sendero junto a Martin solos los dos y este año éramos un grupo de 10 que íbamos todos juntos en el continuo sube y baja que hay que hacer para llegar al pueblo de Vió al que se llega tras una pequeña subida. Al lado del avituallamiento me esperaba Cristina. 
Llegando a Vió.
El año pasado estuvo ayudando en la organización pero este año me quería hacer el seguimiento. Tras comer algo y sobretodo hidratarme bien ya que estaba haciendo mucho calor, me puse de nuevo en marcha aprovechando que el grupo se lo estaba tomando en calma. Quería coger algo de ventaja para bajar tranquilo. Se salía del pueblo subiendo por un sendero y se llegaba al GR 15.1 hasta las Fuebas. Deteniéndome un instante a contemplar las vistas del Mondoto con el Monte Perdido nevado, este tramo lo hice trotando hasta cruzar la carretera que va de Buerba a Fanlo. Seguí trotando toda la pista forestal de Metils dejando la estampa del pueblo de Vió a mi espalda y viendo como venia todo el grupo de corredores y alguno más que se había unido. 
El Mondoto y el macizo del Monte Perdido.



Alejandome de Vió la estampa es maravillosa.
El año pasado este tramo lo hice todo andando, así que este año me encontraba mejor físicamente. Tras 1 kilómetro me desvié a la derecha por la pista del fenal viello, una pista poco usada y con tramos donde había que agachar la cabeza para no golpearse con las ramas. Al final de la pista se giraba a la derecha por un sendero bastante inclinado y resbaladizo, yo no sé bajar bien y por eso había intentado sacarle ventaja al grupo de corredores que me seguían. Por suerte conseguí bajar el sendero entero sin tener que apartarme para ceder el paso, al llegar al final del sendero se seguía una pista ancha durante un buen rato. Aproveché la pista para acelerar un poco el ritmo, al llegar a la altura de dos voluntarios giré a la izquierda. Seguía llevando algo de ventaja al grupo así que podía ir tranquilo, descendí unos metros y de repente me encontré con una rampa en la que en su inicio era muy inclinada. Después se descendía por un bonito bosque siguiendo el antiguo camino de Nerín a Buerba hasta el puente de Mallarguero que se cruzaba por debajo, escuchaba voces detrás de mí desde hacía rato pero no me atrapaba ningún corredor. Tras atravesar por debajo del puente seguí a buen ritmo hasta el barranco de Mallarguero, giré a la derecha y pasando por el puente y la cueva de la Espucialla. Desde allí se iniciaba la subida por sendero hasta la plaza de Sercué, antes de llegar al pueblo me adelantaron dos corredores que venían a un ritmo muy alto. 
Llegando al pueblo de Sercué.
Llevaba muy poco en el avituallamiento y de repente llegó todo el pelotón de corredores, salí de Sercué con fuerzas para encarar la subida al Mondoto. Un primer tramo de camino daba paso a un sendero que iba siguiendo la ladera del Mondoto en ascenso continuo, subía a buen ritmo pero mucho más lento que el año pasado para guardar energía de cara al tramo final de la subida. Adelanté a 5 corredores durante la subida hasta el cruce donde se juntaba la subida y bajada a la cima, el sendero era fácil de seguir porque aparte de la poca vegetación debido a un incendio, estaba plagado de señales azules que indicaban el camino a seguir. Llegué al cruce totalmente solo y me crucé con algún corredor que descendía, desde el cruce a la cima solo había que seguir la ladera y atravesar varias congestas de nieve. A medida que subía me iba quedando más alucinado del espectacular paisaje que se podía ver, me crucé a varios corredores que bajaban. Al llegar a la cima me llevé una sorpresa, Pau un conocido de las Ultras que le da mucha caña estaba allí. No podía ser que yo fuera tan fuerte, algo había tenido que pasar. Me comentó que las piernas no le tiraban y se retiraría en Nerín, comí alguna cosa y me puse a hacer fotos del paisaje. Las vistas del Monte Perdido y los Tres Sorores nevados era espectacular y ver la inmensidad del Cañón de Añisclo desde el avituallamiento una pasada. 
Congestas de nieve durante la subida.

Paisaje desde el avituallamiento.

Con este paisaje cualquiera no para.

Comencé el descenso hacia Nerín siguiendo el mismo camino de subida hasta el cruce. El grupo de corredores con el que iba coincidiendo desde Vió se iba reduciendo, al pasar el cruce de subida y bajada me paré a quitarme una piedra que me estaba molestando. Al estirar la pierna para quitarme la bamba, me dio un tirón la pierna y me costó un poco recuperarme. Decidí bajar caminando para no forzar ya que el sendero de bajada era muy empedrado, me adelantaron unos cuantos corredores pero no me preocupaba. Atrapé a Pau y descendí con él hasta Nerín mientras íbamos hablando. Al llegar a Nerín me esperaba Cristina que también se quedó sorprendida de verme llegar junto a Pau ya que ella lo conocía del año pasado y sabía que iba muy rápido.
Llegando a Nerín.
Había llegado a Nerín en 5h así que iba media hora mejor que el año pasado, me tomé mi tiempo para descansar y Cristina me ayudó a llenar los bidones y me dio pollo para comer. Del grupo que habíamos ido coincidiendo desde Vió se había reducido a 5 corredores que se fueron rápido del avituallamiento, después de descansar salí dispuesto a afrontar la subida hacia el Cuello Arenas. Primero había que subir por el mismo tramo por el que habíamos bajado y coincidir con algún corredor que bajaba, llegué al cruce donde tenía que desviarme hacía el Cuello Arenas y no había visto a Jordi. Seguí mi camino y pensaba que haría lo que quedaba de carrera en solitario, al final del sendero se llegaba a una pista. Me adelantó un corredor al que tuve que avisar porque se pasaba el desvió hacia el sendero que va de Cuello Arenas a Buisán. Primero se subía un poco y se iniciaba un largo descenso muy empedrado y de muy mal pisar. Iba trotando y notaba que las piernas me daban avisos de rampas, decidí aflojar el ritmo y ponerme a caminar. A pesar de bajar caminando no me adelantó nadie bajando, incluso al llegar a Guampe atrapé al grupo de 5 corredores. Subimos juntos por pista hasta Buisán, un pueblo casi abandonado en el que están reconstruyendo alguna casa. 
El pueblo de Buisán, aprovechando la fuente.
Bebí agua aprovechando la fuente del pueblo, como los demás se quedaron recargando agua yo salí solo del pueblo. Atravesé un sendero y seguí el GR 15 por pista dirección Fanlo, aprovechando que la pista no tenía mucha inclinación me puse a caminar a ritmo bastante alto y le saqué ventaja al grupo. Tras salir de la pista se iba por sendero hasta el pueblo, allí me esperaba encontrarme el avituallamiento en el mismo sitio que el año pasado pero me lo encontré enseguida al lado de la iglesia. Allí me esperaba Cristina, estaba bastante cansado así que decidí tomarme unos minutos para descansar. 
Descansando en Fanlo.
Enseguida llegó el grupo de corredores, salí del avituallamiento acompañado de Cristina. Me despedí de ella y me dispuse a afrontar el tramo nuevo de este año, al poco de iniciar la subida me paso Martín el compañero que acabó conmigo el año pasado junto a otros dos chicos. Llevaban un ritmo alto así que decidí subir a mi ritmo que no era lento, la subida hasta el avituallamiento era seguir una pista forestal así que pude mantener un ritmo constante hasta el avituallamiento.
El lugar donde estaba situado el avituallamiento era un mirador desde donde había una panorámica impresionante, lástima que se había nublado bastante y no se apreciaban bien las montañas nevadas. Mientras estaba reponiendo líquidos observé que se acercaban un montón de corredores, ¿cómo podía ser? Si había mirado atrás mientras subía y no venía nadie. 
En el avituallamiento.

Observando el cortafuegos por donde tenía que subir.

Salí del avituallamiento dispuesto a dar alcance a Martín y sus dos acompañantes en la subida al Comiello, seguí la pista unos metros y me desvié hacia el cortafuego. No había marcas porque era un camino evidente, pero en algún tramo fui montaña a través. Conseguí atrapar a Martín y los dos corredores que iban con él, ya que se pararon a ponerse el chubasquero porque estaba empezando a llover y la temperatura había bajado. Yo decidí que me abrigaría al llegar a la cima ya que solo quedaban unos 300 metros de distancia, esos metros se hicieron largos ya que la inclinación era considerable. Al llegar a la cima me puse rápidamente el chubasquero para entrar en calor y me puse en marcha, Martín y los otros dos corredores no pararon así que se distanciaron.
Vistas desde el Comiello
 
Desde la cima del Comiello se seguía el cortafuego pasando por la Punta Estallo hasta la Collata Salas, un tramo bueno para correr si llegas con piernas. No fue mi caso y lo que yo hice fue trotar suavemente para no forzar, aun así baje más rápido que el año pasado que lo hice caminando. Pensaba que en la bajada me atraparían todos los corredores que venían por detrás, pero solo me paso un corredor. Antes de abandonar la pista volví a contactar con Martín, pero me tuve que parar a quitarme una piedra y me dejaron atrás. Seguí el camino por llamarlo de alguna manera, ya que continuamente había que pasar bajo troncos caídos y pincharse las piernas con las plantas que había. Antes de llegar a un depósito de agua desde donde se veía el pueblo de Yeba me adelantó un corredor (disculpa compañero pero no me acuerdo de tu nombre) cogimos un antiguo sendero que nos dejó a la entrada del pueblo de Yeba. Me puse a hablar con el compañero a medida que avanzábamos por el bonito sendero que discurría paralelo al rio, mientras había zonas de pequeñas subidas íbamos juntos pero a la que hubo un tramo largo de bajada y llano se me distanció. Volvía a estar solo y recordaba aquel tramo como muy largo, me puse a trotar al ritmo que me permitían los músculos y casi sin darme cuenta estaba atravesando el bonito barranco que llegaba a las ruinas del molino de Buerba. Muy cerca de allí se encuentra la cueva de Manatuero y Malapreciata. Escuchaba voces que venían por detrás y pensaba que me darían alcance pronto, pero a partir de ese punto venía la última subida de la carrera. Una subida no muy larga pero con un desnivel considerable en un camino que zigzagueaba, suerte que me había quitado el chubasquero antes de llegar a Yeba sino en esa subida me habría dado algo debido al fuerte calor que estaba pegando. Justo antes de llegar al pueblo, me encontré que venían Jordi y Cristina, me acompañaron hasta la meta y después nos fuimos a recoger la medalla de finisher.

56 Kilómetros

3600 Metros de desnivel positivo

3600 Metros de desnivel negativo

7200 Metros de desnivel total acumulado

En conclusión, la primera parte de la carrera me he encontrado muy bien físicamente y he ido por encima de mis posibilidades. El hecho de apretar los primeros 30 kilómetros, ha hecho que las piernas se me cargaran en exceso y he llegado a meta bastante agotado, por suerte en mi gran reto de la temporada no tendré que correr tanto. El recorrido de la carrera es espectacular, los senderos muy guapos y los paisajes de ensueño. El marcaje de la carrera me ha parecido perfecto y casi imposible perderse, a pesar de ello algún corredor se ha perdido. Los avituallamientos eran bastante completos, pero podía haber habido algo más de sólido. Un placer haber vuelto a coincidir con Jordi Cot, nos volveremos a ver en Ehunmilak. Felicitar a Jordi Subirà por su carrera en los 30 kilómetros, mejorando poco a poco en montaña aunque sigue resistiéndose a escuchar algún consejillo que le digo (modestamente), agradecerle a Cristina una vez más que me siga allí donde voy, encontrarla en cada pueblo era una ayuda extra.

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