Cada
año me apunto a una carrera que es el gran reto de la temporada, este año al no
cogerme en la Ultra Trail del Montblanc decidí apuntarme a la Andorra Ultra Trail
Vallnord. Allí se disputan la Ronda dels Cims 170km, La Ultra Mitic 112km, la Celestrail
83 km, la Marato dels Cims 42,5km y la Solidaritrail 10km.La carrera a la que
me apunte era la Mitic, es una carrera que da la vuelta a Andorra, pasando por
el punto más alto el Comapedrosa (2942m) así como por otros picos emblemáticos.
La
aventura empezó el viernes cuando después de salir de trabajar, mi mujer me
recogió y subimos hacia Andorra. Al llegar al hotel recogí el dorsal y las
bolsas de corredor que me había dejado Ramón en la recepción, comienzan los
primeros nervios. ¿Que poner en las bolsas, me llevo la camiseta térmica puesta
o no? Resuelto los primeros problemas, cogemos
el coche y para Ordino que era donde salía la carrera. Mi mujer (Cristina) y
una amiga (Ana) me acompañaron, cenamos con los compañeros Xavi, Natalia, Ramón,
Xavi Torrijos, Susana (mujer de Torrijos) y su hija Nuria. Acabada la cena nos
dirigimos hacia la salida, antes de entrar en el recinto cerrado de la salida
nos despedimos de los familiares y nos preparamos para empezar la carrera.
Batucada
y ambientazo en la zona de salida, un reloj indicaba las horas que se llevaban
de carrera en la Ronda dels Cims (carrera larga de 170 km) la verdad es que
impresionaba ver el tiempo que llevaban caminando los compañeros y las que aun
les quedaban.
Con los compañeros del CEI |
Justo antes de dar la salida, tiraron fuegos artificiales y la
emoción y los nervios empezaban a aparecer. Justo acabar los fuegos dio inicio
la carrera, la gente salió a darlo todo y enseguida nos quedamos los últimos.
Xavi, Natalia y Ramón se fueron hacia adelante, Miquel, Esteve, Torrijos y yo
nos quedamos formando equipo. Reseguimos la carretera unos 900 metros y después
nos desviamos por un camino, caminábamos en las pequeñas subidas y trotábamos
en bajada y llano. Así casi sin darnos cuenta llegamos al pueblo de La
Cortinada, aquí entramos en la ruta del Ferro (antiguo camino que seguían los
mineros cuando entregaban el mineral a las forjas) Seguíamos siendo los últimos
y llevábamos a los escobas enganchados, eso no nos preocupaba y disfrutábamos
de los primeros kilómetros de la Ultra. Así llegamos a LLorts y nos encontramos
con las aclamaciones del público que había venido a animar a los corredores,
justo después de cruzar el pueblo empezaba lo bueno.
Dejamos
el camino ancho y entramos en un sendero que picaba hacia arriba, los primeros
2 kilómetros eran realmente inclinados y Torrijos se distancio de nosotros. Quedábamos
Miquel, Esteve y yo solos ante el peligro, Miquel iba que tiene mucha
experiencia en grandes distancias nos iba marcando el ritmo. La verdad es que
cogimos un ritmo muy cómodo y subimos bastante bien, después de los primeros
kilómetros el camino se suavizaba un poco mientras atravesábamos un frondoso
bosque. De vez en cuando iba mirando hacia el lateral y veía la altura que
íbamos cogiendo, a medida que íbamos subiendo el frio se hacía notar. Al
finalizar el bosque y ya a una altura de 2237 metros, llegamos al Estret de
l’Angonella. Lástima que fuera de noche, ya que el sitio por donde estábamos
pasando debía de ser espectacular. Nos disponíamos a atacar el tramo final de
la subida, dejamos el sendero agradable de pisar y lo cambiamos por una subida
muy técnica por una senda rocosa. La pendiente se acentuaba fuertemente,
llegamos a realizar tramos de hasta un 15%. Durante la subida adelantamos a dos
corredores, un chico y una chica y también vimos a dos corredores que se daban
la vuelta y volvían a Llorts. Una vez arriba iniciamos una cresta herbosa,
acompañados por la luz de la luna que iluminaba bastante.
Acabada la cresta
empezamos la bajada, menuda bajada que nos hicieron hacer. Una pendiente súper
pronunciada en la que debíamos vigilar para no resbalar, así llegamos hasta un
control de paso. Continuamos por una senda pedregosa durante un buen rato,
después entremos en un frondoso bosque para llegar a graneros de pasto de
montaña ( las Bordas dels Prats Nous) tomaron nota de nuestros dorsales y
continuamos por el interior del bosque. El camino hacia el refugio del Pla de
l’Estany se estaba haciendo larguísimo, íbamos a buen ritmo pero el sendero no
era llano. De repente en el silencio de la noche, escuchamos como se acercaba
alguien corriendo, efectivamente el primer clasificado de la carrera Celestrail
nos estaba adelantando. La Celestrail es otra modalidad de la Ultra de Andorra,
seguimos nuestro camino y pasados unos 10 minutos comenzaron a aparecer
corredores. Poco a poco nos iban adelantando las maquinas del Celestrail, iban
bastante seguidos unos de otros y solo el primero llevaba una tiempo de margen.
Gracias a esto el camino se nos hizo más ameno, y casi sin darnos cuenta
llegamos al refugio. Primer avituallamiento de la Ultra, se había hecho esperar
y lo pillamos con muchas ganas. Había de todo, fuet, queso, agua, isotónico,
agua con gas, caldo caliente, la verdad es que había donde elegir.
Antes
de proseguir y afrontar la subida hacia la cima de Andorra, llegaba el momento
de protegerse contra el frio. Nos tocaba un duro ascenso y los ánimos estaban a
tope, afrontábamos 880 metros de desnivel positivo en 3 kms. El inicio de la
subida era progresivo y por terreno bastante bueno, Esteve tiraba por delante
pero Miquel y yo no perdíamos distancia. Poco a poco el terreno bueno desaparecía
y daba paso a bloques de piedra y tartera, la pendiente se iba inclinando y la
niebla caía sobre nosotros. Se nos hacía difícil seguir el camino correcto
puesto que el terreno era muy técnico, íbamos subiendo a un ritmo suave pero se
nos estaba haciendo muy dura. Tras un buen rato subiendo le pregunte a Esteve (el
llevaba un reloj que marcaba desnivel) cuanto llevábamos subido. Me dijo que
llevábamos 300 metros, se me había hecho durísima la subida y aun me quedaban
580 metros. Seguimos subiendo regulando nuestras fuerzas, cuando de repente a
lo lejos vimos una luz. Cuando ya casi habíamos llegado a la luz, nos dimos
cuenta que eran nuestros compañeros. Natalia que había tenido una mala
experiencia hacia un mes en la Ultra de la Emmona, lo estaba pasando muy mal
con el frio. Entre todos la convencimos de que debía continuar, estábamos allí
para acompañarla y ayudarla si tenía algún problema. La verdad es que el frio
era considerable, pero el único que no tenia frio era Miquel que subía en manga
corta (que machote) quedaba poco para la cima, pero la subida se iba
endureciendo a cada paso que dábamos. La pendiente era del 30% y dar un paso
costaba una barbaridad, el terreno resbalaba muchísimo y me llegue a caer en
subida cosa que no me había pasado nunca, por suerte me agarre a una roca para
no seguir cayendo hacia abajo. Así paso a paso, llegamos a la Collada del Forat
de Malhiverns) aun nos quedaba un tramos de subida muy técnica e inclinada para
llegar a la cima del Compedrosa. Una vez arriba era una pena que fuera de
noche, la vista desde allí debía de ser espectacular. Estábamos en la cima más
alta de Andorra 2942metros, tocaba iniciar la bajada.
El primer tramo de bajada
era infernal, muy rocoso y resbaladizo y de muy mal pisar. Después se convertía
en una senda pedregosa que en algunos puntos tenia pequeñas capas de nieve,
seguíamos en grupo pero algunos compañeros bajaban mejor que otros. Llegamos a
una zona donde había que atravesar una extensión considerable de nieve, por
suerte la nieve estaba bien y pudimos avanzar sin problemas. Al salir de esa zona
llegamos a un punto donde había un tío de la organización, nos advirtió de que
quedaban 200 metros de nieve pero que fuéramos con mucho cuidado pues resbalaba
mucho. Natalia también sufre en las bajadas muy técnicas, así que le dije que
se pusiera detrás mío y pisara donde yo había pisado. Los primeros metros los hicimos bastante
bien, pero después la bajada se inclinaba bastante y además comenzaba a
resbalar una barbaridad. Para postre íbamos paralelos a un pequeño lago, así
que un resbalón podía llevarnos de cabeza al agua. Optamos por ir alternando el
culo a tierra con pasar por pequeñas regateras, así llegamos al final de la
nieve. Durante la bajada habíamos bordeado el Estany Negre y las balsas del
estany Negre, atravesamos un torrente, y en un tramo de la bajada me pegue un resbalón
considerable golpeándome el brazo. Me encontraba fundido físicamente y me
estaba quedando sin fuerzas, suerte que tras una pequeña subida llegamos al
refugio de Comapedrosa.
Yo tuve
que ir al lavabo porque el estomago me estaba molestando y necesitaba vaciar un
poco los excesos, cuando regrese cogí comida para reponer energías. Los
compañeros querían seguir enseguida, yo les dije que necesitaba media hora para
recuperarme. Me dijeron que eso era demasiado tiempo, que intentara recuperarme
durante el camino. Les pedí 5 min para comer algo y nos pusimos en marcha,
todavía me encontraba bastante flojo así que me quede cerrando el pelotón. Decidí
hacer alguna foto para no pensar, suerte que el primer tramo era bastante
llano. Después la subida era bastante empinada sobre un camino pedregoso, los
compañeros iban tirando y yo subía a mi ritmo. Natalia se quedo conmigo durante
toda la subida, me iba animando y diciéndome que seguro que me recuperaría.
Casi sin darme cuenta estaba en la cresta de la Portella de Sanfons, las vistas
eran espectaculares y mis ánimos empezaban a cambiar.
Subiendo hacia la Portella de Sanfons |
Paisajes espectaculares. |
Tremendas montañas. |
Me encontraba mucho mejor
y podía aumentar un poco el ritmo, Xavi y Natalia salieron muy rápido, Esteve y
Torrijos iban un poco más adelante y Miquel y yo cerrábamos el equipo CEI.
Proseguimos por una pendiente descendente disfrutando de las vistas, después
una pequeña subida y llegamos al Port Negre. A Xavi y Natalia ya no los
veíamos, pero Torrijos, Esteve, Miquel y yo volvíamos a estar juntos. Bordeamos
la cresta y nos dirigimos hacia la vertiente sur, el camino se estrechaba y era
bastante inclinado hasta llegar a la carretera. Reseguimos la carretera unos
300 metros y llegamos al Puerto de la Botella, allí recobramos energías y nos
dispusimos a continuar. Ya podíamos guardar los frontales y quitarnos ropa de
abrigo, bueno Miquel no se podía quitar nada, porque había pasado toda la noche
en manga corta (eso que hizo bastante frio) seguimos nuestro camino e iniciamos un tramo
bastante tranquilo de pequeñas subidas y bajadas que nos llevaron hasta la
Collada de Montaner.
Vistas desde la Collada de Montaner, fronteriza con Francia. |
Caminamos un rato por la frontera hispano-andorrana,
después hicimos un tramo bastante lago de llano resiguiendo un sendero.
Coincidimos con un chico que hacia la Celestrail, y un chico de Singapur que
hacia la Mitic. El chico de Singapur se quedo sorprendido cuando nos vio
ponernos a los 4 del equipo CEI hacer una parada técnica (mear) después el
Miquel se puso a hablar con él en ingles, menuda brasa le dio durante el camino
jajaja. Llegamos
a un control de paso y la carrera se bifurcaba, los de la Celestrail bajaban y
nosotros subíamos hacia el Bony de la Pica. El primer tramo de subida era
durísimo y por un bosque, los compañeros volvían a distanciarse pero yo
prefería subir a mi ritmo. Después la subida era más progresiva en los
rododendros y después sobre hierba, llegamos a la cresta y la bordeamos
disfrutando de unas vistas que deleitaban a nuestros ojos. Casi sin darnos
cuenta llegamos a la cima, una vez allí los primeros metros de bajada nos
indicaban a lo que nos íbamos a enfrentar.
La Margineda desde el Bony de la Pica. |
Vistas espectaculares desde la Cresta. |
Llegamos a un control de paso y nos
avisaron que fuéramos con mucho cuidado, una bajada de 1,5 kilómetros muy
técnica por una canal. En algunos tramos de la bajada la pendiente era
considerable, en otras zonas habían colocado cadenas para ayudarnos a bajar.
Pasado la bajada técnica pensábamos que lo más difícil ya había acabado, nos
equivocábamos claramente. Nos endinsamos en un bosque e iniciamos un
vertiginoso descenso, los compañeros se me habían distanciado porque yo me
había encontrado con una chica que me había hecho tapón en la zona de las
cadenas. Intentaba ir lo más rápido posible pero la bajada era bastante fuerte,
el sendero muy estrecho y el terreno repleto de raíces y zonas súper
resbaladizas. Si eres bajador ese tramo lo haces rápido, pero yo a pesar de
bajar todo lo rápido que podía era incapaz de ponerme a correr allí. Conseguí
engancharme a Torrijos, pero Esteve y Miquel se habían distanciado bastante.
Pasamos por la aldea de Aixàs una propiedad privada donde vive una familia, después
de atravesar unos campos hicimos una pequeña subida hasta el Coll Jovell.
Quedaban 600 metros de bajada y se nos hicieron eternos, el camino había
mejorado bastante pero nosotros continuábamos caminando para no desgastarnos en
exceso. Al llegar a la Margineda nos encontramos con la mujer e hija de
Torrijos y un amigo, proseguimos y unos metros más arriba estaba el
avituallamiento.
Inicio del descenso. |
Bajando por la canal. |
Llegando a la aldea de Aixàs. |
Allí
estaban todos los compañeros, Ramón llevaba allí 1 hora descansando y Xavi y Natalia
estaban a punto de salir. Nos dijeron que la Tia Treking ( otra compañera del
club) lo había dejado allí a pesar de haber llegado 3 horas antes, quizás como
hizo la Nuria-Berga la semana anterior había pagado el esfuerzo. Aproveche el
avituallamiento para cambiarme calcetines y gallumbos, después comí y bebí en
abundancia para recuperar fuerzas. Antes de llegar a la Margineda estaba
pensando en dejarlo porque había sufrido mucho, pero al salir de allí mis ánimos
habían cambiado ya que me encontraba muy bien. Proseguimos nuestro camino y
atravesamos el puente románico de la Margineda el punto más bajo de la carrera,
hicimos un tramo de 800 metros totalmente llano y giramos hacia la derecha para
coger una subida por el bosque. Miquel se puso delante y marco un ritmo
tranquilo pero muy constante sin apenas parar, la subida era realmente dura. Subía
y subía por un bosque, poco a poco íbamos avanzando estuvimos una hora sin
parar ni un segundo a descansar hasta que llegamos a un pequeño puerto. Desde
allí podíamos apreciar la vista sobre Sant Julia y a lo lejos España, bajamos
ligeramente, un pequeño trozo llano y llegamos a los graneros de els Cortals de
Manyat.
Vistas de SanJulia y España desde el puerto. |
Allí el calor era considerable y aprovechamos un pequeño abrevadero
para beber y refrescarnos, nos avisaron que nos quedaban unos 400 metros de
subida. Menudo tramo de subida, hasta 3 tíos se daban la vuelta durante la
subida. El terreno no era técnico pero la inclinación era considerable,
pensábamos que llegábamos al final de la subida pero aun nos quedaba un buen
tramo. El camino se suavizo y había tramos llanos, un ligero ascenso y llegamos
al refugio de Prat Primer. Torrijos y yo estábamos sufriendo bastante pero aun
seguíamos animado, aprovechamos un nuevo abrevadero para reponer líquidos antes
de encarar el último tramo de subida. Primer tramo de subida suave por zona
herbosa, después se volvía un camino muy inclinado y pedregoso hasta coronar el
Coll de Bou Mort. Iniciamos una bajada rápida por un sendero pedregoso, después
se suavizaba y coincidíamos en el tramos con los corredores de la Ronda dels
Cims (vaya maquinas) casi sin darnos cuenta llegamos al refugio de Claror.
Bajando hacia el refugio de Claror |
Salimos del refugio con la mente puesta en el siguiente avituallamiento aunque
aun nos quedaban 12 kilómetros, un primer tramo de bajada, después cruzamos un
rio e hicimos una pequeña subida sobre senda rocosa. Llegamos a un magnifico
lago el Estany de la Nou (algunos andorranos dicen que se trata del más bello
de Andorra) pequeña bajada, nuevo rellano, nuevo arroyo y llegamos al refugio
de Perafita.
Estany de la Nou. |
Tocaba hacer una subida de 200 metros, pero menuda subidita.
Primer tramo de subida bastante dura en el bosque, después se suavizaba y así
llegamos a la Collada de Maiana. Frente a nosotros se encontraba el Valle del
Madriu nombre del rio que esta al fondo del valle (declarado patrimonio mundial
por la UNESCO) una bajada bastante larga y pronunciada por bosque y llegamos a
un control de paso. Atravesamos el Madriu por una pasarela de troncos e
inciamos la travesía del Madriu, un camino sombreado que iba siguiendo el rio.
Íbamos en grupo y subíamos a un ritmo suave, poco a poco íbamos ganando altura.
Llegamos a una zona de pequeños lagos donde teníamos a las vacas como compañía,
tras bordear uno de esos lagos por fin vimos el refugio de L’Illa que toma su
nombre del lago que tiene justo encima.
Resiguiendo el rio Madriu. |
El valle del Madriu. |
Parajes de ensueño durante el ascenso. |
En el refugio aprovechamos para
tomarnos caldo calentito y comer un poco de pasta, Xavi y yo habíamos decidido
que cuando llegáramos a les Bordes d’Envalira lo dejaríamos. A pesar de estar
bien físicamente ya no estábamos disfrutando de la ultra, les dijimos a los
compañeros que tiraran pero justo decir eso entro un tío de la organización al
refugio. Nos dijo que para salir de allí debíamos salir en grupos de tres
personas como mínimo, además nos advirtió de que hacia frio y debíamos
abrigarnos. Decidimos entonces que continuaríamos con los compañeros, nos
pusimos ropa de abrigo y nos dispusimos a continuar. Todos íbamos abrigados,
incluso Miquel a pesar de no tener frio había hecho caso de las advertencias.
Bordeamos el Estany de l’Illa con una pendiente ligera, después el camino se
iba endureciendo y la subida se convertía en una autentica pared vertical. Me
encontraba bien y me puse en cabeza, Torrijos me seguía de cerca pero Miquel y
Esteve se estaban quedando atrás. El ritmo que llevaba no era excesivamente
fuerte, pero el desnivel sí que era cada vez más fuerte. Después de un bien
rato subiendo llegamos a la cresta, el camino se suavizaba pero ahora pedíamos
de vista las señales. El sendero estaba poco marcado y las señales apenas las
podíamos ver, a duras penas llegamos a la cima de la Collada de Pessons. Lástima
que fuera de noche ya que desde allí dicen que hay una vista espectacular, con
una visión periférica de 360 grados admirando un rosario de lagos Andorra y
Francia a lo lejos. Iniciamos la bajada y Esteve y Miquel se nos adelantaron,
larguísima y muy técnica bajada por un sendero muy pedregoso. Al final de la
bajada llegamos al circo dels Pessons, un valle inmenso en el que los lagos se
iban sucediendo. El sendero era muy técnico y nuestros tobillos sufrían la
crudeza del terreno, el ritmo que llevaba Esteve era muy rápido y se sentía muy
cómodo por el terreno granítico. El valle se me estaba haciendo interminable y
las señales eran difíciles de encontrar, el terreno se volvía cada vez más
abrupto con piedras, agujeros, riachuelos, terreno pantanoso, hubo un momento
que tuve hasta alucinaciones puesto que me pareció ver a una persona haciendo
de control. Lógicamente cuando llegue al lugar donde me había parecido ver a
esa persona, allí no había nadie. Después de casi una hora atravesando el circo
de Pessons por fin acabo el valle, llegamos a un control y pensamos que nos
dirían que enseguida llegaríamos al avituallamiento. La sorpresa fue nuestra
cuando nos dijeron que todavía nos quedaban 4 kilómetros, primero hicimos una
pequeña subida, después una bajadita por terreno herboso, llaneamos por una
pista y llegamos a un sendero. De repente el frontal me empezó a fallar y
apenas iluminaba nada, Torrijos había puesto un ritmo impresionante y yo no
quería quedarme atrás y además me encontraba fuerte para seguirle. Apenas veía
por donde pisaba pero como caminábamos sobre hierba, no tenía muchos problemas
en seguir a Torrijos. Llevábamos un buen rato dándole caña y todavía no veíamos
el pueblo ni de lejos, el camino empezaba a girar e iniciamos una bajada súper
empinada que atravesaba un extenso bosque. Llegamos al rio Valira de oriente
por el puente de Riberal, subimos una pequeña rampa y llegamos al
avituallamiento. Comunicamos que lo queríamos dejar y nos dijeron que nos lo pensáramos
bien, cuando llegaron Miquel y Esteve dijeron que ellos se iban a echar un rato
a dormir. Xavi Torrijos y yo estuvimos hablando y decidimos que definitivamente
lo dejábamos allí, ya llevábamos 76 kilómetros y 7100 metros de desnivel
positivo ya estaba bien y aunque quedaban pocos kilómetros para Ordino seguro
que tardaríamos unas 15 horas así que con el sueño que teníamos eran demasiadas
horas. Comimos bien y les comunicamos a los de la organización que lo
dejábamos, nos dijeron que vendría un coche a buscarnos. Mientras esperábamos a
que nos vinieran a recoger, nos llevamos una sorpresa pues de la zona donde la
gente dormía salió Ramón. Nos dijo que había parado un rato a dormir y ya se
disponía a salir, Esteve también estaba preparado pero Miquel aun no había
salido. Entonces nos avisaron de que ya había llegado el coche que venía a
buscarnos, nos despedimos de nuestros compañeros deseándoles suerte y fuimos
hacia el coche. Cuando salimos de la zona de avituallamiento nos entro un frio
terrible, suerte que nos abrieron la puerta del coche rápido y pudimos entrar
en calor. El chico que nos iba a llevar nos dijo que debíamos esperar pues tenía
que esperar a una pareja que venía por el camino, por lo que nos comento
pensábamos que podían ser Xavi y Natalia, pero eso no podía ser porque en
teoría ellos dos debían ir delante nuestro. El trayecto que había desde les
Bordes d’Envalira hasta Ordino era larguísimo, me supo mal haber tardado tanto
en llegar hasta allí porque antes de coger el coche había llamado a mi mujer
para que viniera a buscarnos. Cuando llegamos recogimos las bolsas de la
Margineda y para el hotel a dormir, al día siguiente nos enteramos que Miquel,
Xavi y Natalia lo habían dejado en les Bordes d’Envalira y Jesús tuvo que
abandonar en el kilometro 70 de la Ronda dels Cims.
76 kilómetros
7100
metros de desnivel positivo
6180
metros de desnivel negativo
13280
metros de desnivel total acumulado
29:30
horas
En conclusión,
una ultra durísima y espectacular. Lástima que las zonas más espectaculares las
hicimos de noche y no pudimos disfrutar de los paisajes, mis sensaciones físicas
fueron cambiantes a lo largo de la carrera pero lo más importante es que acabe
con unas sensaciones buenísimas y seguro que si hubiera continuado podía haber
acabado la ultra. Haber podido compartir kilómetros con los compañeros del CEI
y compartir la alegría de que Ramón Y Esteve hayan conseguido el reto, ahora
toca descansar y prepararse para afrontar la ultima parte del año en la que
seguro que habrán nuevos e ilusionantes retos por conseguir. Por último
agradecerle a mi mujer que me haya acompañado en esta nueva aventura, y que el
domingo madrugara para venir a buscarnos a Ordino.
¡Buenas noches Blas! acabo de encontrar y leer tu crónica, gracias a la web de la organización de la Andorra Ultra Trail.
ResponderEliminarMe presento, soy Juan, corredor malagueño invitado por Powerbar al evento, compartimos camino y casi tiempos de paso, pero no nos conocimos.
Tu crónica me ha parecido muy interesante, enhorabuena por ella y por tu currículo deportivo, ¡es excelente!
Yo hasta noviembre del año pasado nunca había corrido en montaña, pero llevo ya 2 ultra maratones y 2 ultra trail (los diferencio por el desnivel y la cantidad de km sin asfalto, aunque para mucha gente la distinción es nula), este era mi tercer ultra, pero, como tú, acabé en Bordes.
Sufrí mucho, pero viví una experiencia increíble, ojalá pueda volver para acabarla.
Si vuelves y quieres podemos hacerla juntos, al principio, por lo que he leído, te sacaba un buen trozo, pero conforme avanzaban las horas ibas cada vez más cerca.
Si quieres leer mi experiencia te invito a pasarte por mi blog, llevo 7 años corriendo pero hasta octubre del año pasado no me había dado por escribir.
http://elcorredorerrante.blogspot.com.es/2014/07/andorra-ultra-trail-mitic-2014-viernes.html
Un saludo Blas, ¡espero que nos podamos conocer algún día!