La Ehunmilak es una espectacular Ultra
Trail que se celebra en el País Vasco. Se recorre por los mágicos montes de 5
comarcas de Euskal Herria, el Goierri, Urola, Urola Kosta, Debagoiena y
Tolosaldea. La prueba reina es la Ehunmilak las 100 millas vascas, con sus 168
km y 11000 metros de desnivel positivo. Pero también se celebran dos pruebas más,
la G2 Haundiak Goierri trail con 88 km y 6000 metros de desnivel positivo y la
prueba pequeña la Marimurumendi con 42,195 km y 2300 metros de desnivel
positivo.
El año pasado me
quedó la espinita clavada en la Ehunmilak, ya que me tuve que retirar por
principio de hipotermia en el km 113. Este año tenía que ser el bueno, así que
cuando salieron las inscripciones no lo dudé y me apunté de nuevo.
Jueves 12 de julio
En esta aventura me
iba a compañar una vez más Cristina y también Jordi, al mediodía salimos hacia
Beasain. A las 19:00h ya estábamos allí. Y nos fuimos para el hotel y primera
sorpresa del fin de semana, ya hacía tiempo que teníamos el hotel reservado y
cuando pedimos la habitación nos dicen que las tenían todas ocupadas. Después
de un buen rato esperando para ver si nos solucionaban el problema, nos
consiguieron alojamiento en unos apartamentos en Zegama. No era el plan que
teníamos previsto, pero al menos teníamos sitio donde dormir.
Viernes 13 de julio
Llegó el gran día,
nos acercamos a Beasain para recoger el dorsal y las bolsas de vida. Una vez
recogido el dorsal nos encontramos con los compañeros del CEI que también
correrían la Ehunmilak Martí y Vicenç y sus parejas, Maite y Anna, Jordi
correría la Marimurumendi.
La Expedición del CEI al completo. |
Fuimos a tomar unos pinchos y después a la comida
que organizaba la carrera, allí nos encontramos con Jordi Cot que también
correría la Ehunmilak. Después de comer fuimos a dejar las bolsas de vida, y
luego hacia el apartamento para tumbarme un rato, yo no soy de hacer siestas así
que lo único que hice fue tumbarme un rato para intentar descansar un poco.
A las 17h y me dirigí junto a los compañeros a la
zona de salida, pasamos el control de material y entramos en el corralito. La
espera antes de la salida se hace más amena escuchando como tocan la Txalaparta
un instrumento que se toca con troncos de madera, después desde la organización
nos comentaron las previsiones meteorológicas. Por lo que comentaron la cosa no
pintaba muy bien, teníamos un montón de tormentas eléctricas rondando por la
zona y nos comentaron que según evolucionaran podrían haber neutralizaciones
temporales.
Antes de la salida con Vicenç y Martí. |
A las 18:00h y tras
presenciar el Aurresku dio comienzo nuestra aventura, los primeros metros de la
carrera discurren por las calles de Beasain unas calles repletas de gente
animando. Yo me puse a trotar pero sin forzar en exceso, Vicenç me seguía pero
Martí se había quedado un poco más atrás.
Trotando por las calles de Beasain. |
Salimos de Beasain y entramos en el
monte, tras unos metros de pista llegamos al primer sendero de la carrera. El tapón
para entrar en el sendero era considerable y al igual que el año pasado el
calor y la humedad eran bestiales, tras casi 10 minutos conseguimos entrar en
el sendero. Poco a poco íbamos subiendo hasta conectar de nuevo con la pista,
por suerte no llovía y parecía que se estaban abriendo claros. Tras un buen
rato subiendo llegamos al tramo final de la primera subida, los últimos metros
de la ascensión estaban repletos de gente animando a pesar del mal tiempo que
estaba haciendo. Yo llegué primero arriba y enseguida llegó Vicenç, a Martí no se le veía venir. Nos sabia mal que
no nos pudiera seguir, pero antes de salir ya habíamos hablado de no
hipotecarnos la carrera. Empezamos a descender por un sendero algo resbaladizo,
empezaba a llover con bastante intensidad y al final de la bajada decidimos
pararnos a ponernos el chubasquero y así esperábamos por si llegaba Martí.
Estuvimos un buen rato esperando y no llegaba, decidimos seguir y haber si en
Zumarraga nos podíamos juntar. A los pocos metros de habernos puesto el impermeable,
nos tuvimos que parar nuevamente a quitárnoslo ya que hacia muchísima calor.
Tras bajar por unos prados y después de una pequeña subida, descendimos a
travesando un pequeño bosque repleto de gente animando y llegamos al primer
avituallamiento Mandubia. Llevábamos 10 kilómetros y 1:50h, unos 20 minutos
peor de lo que tenía previsto.
Saliendo del avituallamiento. |
Salimos del
avituallamiento y seguíamos sin tener señales de Martí, tras salir del
avituallamiento se seguía un camino ancho y se iba subiendo hasta llegar a una
ermita. El tiempo nos estaba respetando y eso hacía que nos fuéramos animando,
Ttras descender por una pista donde pudimos trotar cómodamente, nos tocaba
afrontar la segunda subida del día. El inicio de la subida era muy inclinado y
poco a poco iba dejando atrás a Vicenç. Me dijo que tirara hacia adelante, yo
me encontraba muy bien y subía sin esfuerzo. La parte final de la subida la
hice bajo una intensa niebla que no me dejaba admirar el paisaje, casi sin
darme cuenta empecé a escuchar a un voluntario dando ánimos desde la cima.
Llegué a la cima casi sin darme cuenta, una vez arriba me puse a bajar
caminando para ver si Vicenç se juntaba. La niebla era densa y no era cuestión
de quedarnos solos, a los pocos minutos llegó Vicenç, seguimos juntos bajando
por un fantasmagórico bosque. Al salir del bosque llegamos a una pista, volvían
a verse claros en el cielo. Aprovechamos la pista para ponernos a trotar y
ganar un poco de tiempo, descendimos por un camino asfaltado hasta las calles
de Zumarraga y enseguida llegamos a donde nos esperaban Cristina, Maite, Ana y
Jordi. Estábamos en el km 20 y llevábamos 3:42h así que le habíamos ganado algo
de tiempo al corte horario.
Entrando en el avituallamiento de Zumarraga. |
Tras avituallarnos,
nos pusimos los frontales dispuestos a afrontar la primera noche de la carrera.
Salimos de Zumarraga y nos metimos en un bosque, enseguida llegamos a una
carretera que seguimos hasta un merendero. Ya era de noche y habíamos tenido
que encender los frontales, el tiempo seguía respetándonos pero se empezaban a
ver relámpagos a lo lejos. Tras atravesar el merendero, la subida se endurecía
bastante y el sendero se inclinaba en el interior de un bosque. Vicenç se iba
quedando cada vez más atrás y me sabia mal alejarme, cuando llegué a la cima me
encontré que habían dos voluntarios con agua y una tortilla de patatas con muy
buena pinta. Cuando llegó Vicenç nos dijeron que si queríamos comer podíamos,
no nos lo pensamos dos veces y nos comimos un poco. Antes de empezar el
descenso tuvimos que crestear y pasar por pequeñas cimas, la niebla volvía a
hacer acto de presencia y esta vez era muy intensa. Había tramos donde nos
encontrábamos mucha niebla y otros donde apenas había, empezamos a descender
por el inclinado sendero del bosque y avanzando poco a poco. Los relámpagos
seguían escuchándose pero por suerte no llovía, una vez atravesamos el bosque
pasamos un tramo de pista y llegamos a un nuevo avituallamiento.
Preguntamos cómo
estaba el tema de las tormentas y nos dijeron que nos iban a pillar de pleno,
mientras estábamos en el avituallamiento empezó a llover con fuerza. Algunos
corredores abandonaban allí mismo, pero nosotros lo que queríamos era terminar
y nos daba igual que lloviera. Salimos del avituallamiento con la esperanza de
que las tormentas cambiaran de dirección y no nos pillaran, a 1 km del
avituallamiento y cuando pasamos por un cruce de carreteras nos encontramos un tío
que nos dijo que nos iban a neutralizar en Azpeitia. Eso nos desanimó mucho ya
que no esperábamos que nos cortaran, seguimos el camino con esperanza de que el
tiempo cambiara. Empezamos a ascender por una pista bajo una persistente
lluvia, empezamos a descender por un largo tramo de pista. De repente
nuevamente el camino volvía a subir, la subida se hizo durilla y al llegar
arriba nos encontramos con un tío que nos dijo que las tormentas se estaban
alejando y que en 3,5 kilómetros encontraríamos un avituallamiento donde había
flan casero. La noticia de las tormentas nos devolvió la confianza, pero cuando
llevábamos unos metros de descenso vimos que subía un tío y nos dijo que en
Azpeitia se había suspendido la carrera por las tormentas. ¿Pero por qué? Si
apenas llovía y encima estaba haciendo un tiempo fantástico ya que no hacia ni
frio ni calor. La noticia nos dejó hechos polvo y seguimos bajando hacia el
avituallamiento con la esperanza de que aquello no fuera cierto, el tramo hasta
el avituallamiento se nos hizo larguísimo. Una vez llegamos al avituallamiento
nos confirmaron la mala noticia, la carrera se había suspendido definitivamente
en Azpeitia. Nos dijeron que a nosotros nos llevarían hacia allí desde
Madarixa, salimos del avituallamiento en el que por cierto no quedaba ni un
solo flan, dispuestos a afrontar los últimos kilómetros de nuestra aventura.
Descendimos por una pista hasta una carretera y allí seguimos la carretera unos
2 km hasta el pueblo de Madarixa, comimos algo y nos pusimos en la cola para
que nos llevaran hasta Azpeitia. Al haber tal cantidad de corredores esperando,
nos iban recogiendo en autobuses, ambulancias y coches particulares. Cuando
llegamos a Azpeitia nos encontramos con Martí, el llevaba un rato allí y había
venido desde el control que había justo después de Zumarraga. También estaba
Jordi Cot que había llegado hasta allí, tuvimos que esperar un buen rato a que
viniera un autocar a buscarnos. Cuando llegamos a Beasain nos habían venido a
buscar Cristina, Maite, Anna y Jordi.
Al día siguiente a
la carrera el día era espectacular. Como nos habíamos quedado con ganas de
andar decidimos hacer una excursión familiar a San Adrian.
Toda la expedición en San Adrian. |
43,67 Kilómetros
2508 Metros de
desnivel positivo
2140 Metros de
desnivel negativo
4648 Metros de
desnivel acumulado
8:46 Horas
En conclusión, este
año llegaba con muchas ganas y mucha confianza a la carrera. Lamentablemente no
se puede luchar contra las inclemencias meteorológicas. Felicitar a la
organización por la decisión tomada. En un principio cuando te dan la noticia
no te la tomas muy bien, pero después piensas que podía haber pasado alguna
desgracia y éramos mucha gente entre voluntarios y corredores esparcidos por
las montañas. En el aspecto físico, tenía mis dudas por unas molestias que
tengo en los pies últimamente. La verdad es que en carrera me encontraba muy
bien y los pies no me molestaban nada, quizás podría haber tirado un poco más
rápido pero como iba más o menos como tenía previsto, decidí ir con Vicenç para
ir juntos durante la noche. Lástima que Martí no pudiera seguirnos, habría
estado muy bien haber hecho todos los kilómetros que hicimos juntos. Habrá que
volver nuevamente al País Vasco para terminar la carrera, no sé si será el año
que viene o en otra ocasión pero la Ehunmilak a de caer. Agradecerle nuevamente
a Cristina que me acompañe en estas aventuras, también agradecerles a Maite y
Anna los ánimos y a Jordi por los suyos. Jordi renunció a correr la
Marimurumendi la única prueba que se pudo disputar por completo, lástima porque
yo hubiera corrido si me hubiesen dejado.
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