miércoles, 14 de marzo de 2018

ULTRA TRAIL SIERRAS DEL BANDOLERO 2018 PARTE 2


Salimos de Villaluenga bajo una fuerte lluvia, el día ya se iba apagando y pronto tendríamos que sacar el frontal. Por suerte la salida del pueblo era por calles asfaltadas y un camino asfaltado que ascendía hasta una cantera, a la altura de la cantera ya nos tuvimos que parar a colocarnos los frontales ya que había anochecido de repente. Comenzamos a bajar por pista y nos íbamos cruzando con compañeros que ya volvían hacia Villaluenga, el tramo de Villaluenga a Montejaque debíamos hacerlo de ida y vuelta ya que el resto de recorrido lo habían tenido que cortar por el mal estado en el que se encontraba. A medida que descendíamos la lluvia aumentaba en intensidad y encima tuvimos que atravesar partes del camino que estaban inundadas, Xavi y Francisco se adelantaron un poco porque el camino hacia subida, yo me quedé con Esteve un poco más atrás. A medida que íbamos subiendo por el serpenteante sendero, nos íbamos cruzando a corredores que bajaban y esquivábamos infinidad de charcos en el sendero.

Delante mio y de Esteve se puso un corredor que nos estaba relantizando mucho la marcha, Francisco y Xavi habían desaparecido de nuestra visión. Esteve y yo nos equivocamos y tuvimos que volver marcha atrás para encontrar de nuevo las cintas, empezamos a llamar a Xavi y Francisco pero no contestaban. Seguimos subiendo y un poco más adelante nos los encontramos, Xavi iba muy serio y cuando estábamos a punto de llegar arriba oí como le preguntaba a un corredor “cuanto queda para el avituallamiento” normalmente eso Xavi no lo suele hacer y pensé que igual le estaba afectando un poco el tema de la lluvia constante. Le quité importancia pensando que se le pasaría ya que es un tío duro. Al llegar a la cima descendimos hasta los llanos de Libar. Una planicie que se encontraba bastante inundada de agua y en la que costaba bastante ver las señales y guiarse, por suerte iban viniendo corredores de frente y eso nos facilitaba el poder guiarnos. 

Después de un buen rato para atravesar los llanos llegamos al refugio de Llanos de Libar, al entrar nos sorprendimos ya que Xavi les preguntó si podía abandonar allí. Muy mal lo tenía que ver para querer abandonar, los chicos del avituallamiento le dijeron que allí no se podía abandonar y que debía seguir hasta Montejaque. En un principio Xavi se enfadó bastante, pero después se sentó junto a la chimenea y se bebió un vaso de caldo caliente. Nos explicó que estaba helado y que tenía las manos heladas, la sensación de frio no se le quitaba y por eso quería abandonar. Después de descansar unos minutos y tratar de que Xavi entrara en calor, salimos del avituallamiento. Los primeros kilómetros eran de bajada por pista y Xavi se puso a tirar con fuerza para ver si el frio que sentía desaparecía, Esteve y yo nos quedamos un poco más atrás. Cuando nos juntamos los cuatro intentamos quitarle a Xavi la idea de abandonar por turnos, primero se lo comentó Francisco, después Esteve y finalmente lo intenté yo. La decisión la tenía muy clara, abandonaría en Montejaque ya que notaba mucho frio y no se la quería jugar. Enseguida comprendí que estaba tomando una decisión acertada, yo tuve la misma sensación en Ehunmilak y decidí dejarlo. La carrera seguirá celebrándose el año que viene y el siguiente, habría más posibilidades de volver y acabarla juntos. Al llegar al avituallamiento de Montejaque hicimos un último intento de convencer a Xavi de que siguiera, pero después de tomarse un par de caldos y no entrar en calor, decidió abandonar definitivamente. La situación nos produjo un dilema, ¿qué hacíamos? ¿Continuábamos los tres y dejábamos allí a Xavi? ¿Abandonábamos? Hablamos con Xavi y le preguntamos si a él le importaría que siguiéramos, nos dijo que por favor que continuáramos y acabáramos por él. Esas palabras nos ayudaron a tomar la decisión de continuar en carrera, con tristeza por dejar a Xavi allí nos dispusimos a continuar. Le dimos un emotivo abrazo y nos despedimos de él, yo me sentía mal por continuar sin Xavi, él es siempre el que me anima cuando estoy pasando un mal momento.

Salimos de Montejaque intentando mentalizarnos de que habíamos dejado a un amigo en el avituallamiento, además nos enfrentábamos a 19 kilómetros de recorrido que ya habíamos hecho de ida y ahora debíamos hacerlos de vuelta. La única buena noticia es que había dejado de llover. Empezamos a subir hacia el Refugio de Libar cruzándonos con algún corredor que aún iba en dirección a Montejaque. Antes de llegar al refugio se puso a llover otra vez, cuando llegamos al refugio pedimos un caldo caliente para entrar en calor. Nos dijeron que no les quedaba, en vez de caldo nos ofrecieron café con leche caliente. Una vez recuperadas las fuerzas nos dispusimos a afrontar los kilómetros que nos separaban del refugio de Libar a Villaluenga, al llegar a los llanos de Libar se puso a llover con muchísima fuerza y cruzar los llanos se convirtió en una autentica odisea. Entre el terreno inundado y la lluvia que nos caía en la cara nos costaba avanzar, tras atravesar los llanos y subir un pequeño tramo iniciamos el descenso. El sendero que ya habíamos hecho de ida, era totalmente diferente de vuelta ya que por el sendero bajaban ríos de agua y se hacía imposible no pisar agua. Por suerte como íbamos hablando la bajada no se nos hizo muy larga, al llegar abajo nos adelantaron un par de corredores. Subimos por pista hasta la cantera e iniciamos el descenso hacia Villaluenga, al llegar a Villaluenga estaba cayendo bastante agua. Por suerte la bolsa con nuestra ropa seca la teníamos en el mismo sitio que el avituallamiento, nos cambiamos de ropa ya que estábamos totalmente empapados. Ya cambiados y avituallados, nos pusimos de nuevo en marcha dispuestos a afrontar los últimos 40 kilómetros de la carrera. 

Antes de salir nos paramos en el puesto de la Cruz Roja para pedirle unos guantes de plástico para ponérnoslo debajo de los guantes, salimos de Villaluenga por un agradable camino pero enseguida entramos en un sendero que subía fuertemente. Subimos durante un buen rato dirigiéndonos hacia la Sierra de Grazalema, el sendero era muy empedrado y sus rocas resbalaban bastante. Las cintas estaban bastante distanciadas y nos costaba orientarnos, suerte que llevaba el track en el reloj y pudimos seguir el itinerario correcto. Después de más de 2 horas subiendo por fin parecía que habíamos llegado a la cima, empezamos a llanear por un tramo repleto de charcos. Francisco intentaba esquivar el pisar el agua, yo le comenté que no valía la pena y que pasáramos por en medio. Aún nos quedaban unos 6 kilómetros para llegar a Grazalema, y yo me estaba quedando sin luz en el frontal. En algunos tramos me costaba ver el terreno y además estábamos bajando por un tramo muy técnico, seguía lloviendo sin parar y la noche se nos estaba haciendo muy larga. Antes de llegar a Grazalema amaneció y ya pudimos guardar los frontales, habíamos tardado 4 horas en hacer 12 kilómetros y aún nos quedaban unos 16 km.hasta Prado del Rey. Francisco me comentó que igual deberíamos abandonar allí porque no nos iba a dar tiempo a llegar a Prado del Rey y que nos quedara tiempo para ducharnos, comer y viajar hasta Málaga a buscar el avión. Yo le dije que estaba segurísimo que llegábamos a tiempo, Esteve no tenía prisa porque se quedaba a dormir allí. Nos comentó que llegáramos al avituallamiento y descansáramos antes de valorar si seguíamos o no. Al llegar al avituallamiento yo me fui directo al lavabo porque no podía más, cuando salí del lavabo me informaron que desde la organización habían decidido neutralizar la carrera en Benamahoma.

Eso nos tranquilizó y nos hizo estar segurísimos de que llegaríamos a tiempo, salimos del avituallamiento con unos 10 corredores que estaban allí. Cuando salíamos de Grazalema el cielo se estaba despejando y por un momento vimos salir el sol, el momento duró pocos minutos ya que se puso otra vez a llover. Subimos hasta el puerto del Boyar siguiendo un camino paralelo a la carretera que subía muy suave, tras pasar el puerto descendimos por el mismo sendero que habíamos seguido el día antes de subida. El sendero estaba muy embarrado y nos pasaron muchos corredores, pasamos la carretera y bajamos hasta los llanos de Campo, nuevamente descendimos a la carretera y afrontamos el último sendero hasta llegar a Benamahoma. Al llegar al pueblo nos recibieron Xavi y Jordi, y en el avituallamiento estaba Cristina. Lo habíamos conseguido, no habíamos hecho 100 millas y tampoco el recorrido de 136 km. Pero las condiciones del terreno y meteorológicas la habían hecho épica. Nos sentamos y nos relajamos mientras hablábamos con Xavi, la organización nos dijo que nos trasladarían a Prado del Rey para que pudiéramos hacer nuestra entrada por el arco de llegada. Xavi, Cristina, Jordi, Francisco y yo bajamos juntos en el coche de alquiler en el que se había movido Cristina y a Esteve lo bajaron en furgoneta. Hicimos nuestra entrada en el arco caminando tranquilamente, no fue nuestra entrada soñada pero habíamos conseguido terminar una de las carreras más duras que habíamos corrido.
Lo conseguimos, volveremos a compartir km muy pronto.
104,3 Kilómetros

4300 Metros de desnivel positivo

4300 Metros de desnivel negativo

8600 Metros de desnivel acumulado

24:58 Horas

En conclusión, hemos finalizado una de las carreras más complicadas en las que hemos participado. Esta edición de la Ultra Trail Sierras del Bandolero ha sido épica, el estado del recorrido, barro, rocas resbaladizas, agua y más agua en el suelo, viento y lluvia durante horas nos ha hecho tirar mucho de cabeza. En el plano físico estoy muy contento porque físicamente me he encontrado muy bien durante toda la carrera, he tenido algunos dolores en el pie pero he acabado bastante bien. La parte negativa de la carrera es que Xavi no haya acabado con nosotros, al parecer estuvo un buen rato en Montejaque hasta que lo llevaron a Prado del Rey a las 00:30h de la noche, en Prado del Rey no tenia ropa para cambiarse y tuvo que dormir en el pabellón buscándose la vida con un saco que encontró para poder entrar en calor. De la carrera comentar que la decisión de retrasar la salida al sábado por parte de la organización fue muy acertada, ya que si hubiéramos pasado dos noches con ese tiempo de lluvia constante hubiera sido un verdadero infierno para los corredores. Las modificaciones que se han hecho del recorrido se han hecho por la seguridad de los corredores, quizás se tendría que tener planificado un recorrido alternativo evitando las zonas comprometidas en caso de mal tiempo. El recorrido me ha encantado y desconocía que en Cádiz hubiera unos paisajes tan verdes y unos senderos tan guapos, el recorrido estaba impecablemente marcado. Me encanta compartir kilómetros con mis amigos Francisco, Esteve y Xavi Torrijos y espero que próximamente volvamos a compartir una aventura como la vivida este fin de semana. Agradecerle a Cristina y Jordi que me acompañaron nuevamente en esta nueva aventura, Cristina gracias por acompañarme siempre y dejarme practicar el deporte que me gusta. Agradecerle también a Betlem, Roger y Esteve Jr. por los ánimos. Seguimos sumando kilómetros y nuevas aventuras.
Con Cristina, gracias a ella disfruto de lo que más me gusta.

Os dejo el video de la carrera por si aun no lo habéis visto.





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