Salimos de
Villaluenga bajo una fuerte lluvia, el día ya se iba apagando y pronto
tendríamos que sacar el frontal. Por suerte la salida del pueblo era por calles
asfaltadas y un camino asfaltado que ascendía hasta una cantera, a la altura de
la cantera ya nos tuvimos que parar a colocarnos los frontales ya que había
anochecido de repente. Comenzamos a bajar por pista y nos íbamos cruzando con
compañeros que ya volvían hacia Villaluenga, el tramo de Villaluenga a
Montejaque debíamos hacerlo de ida y vuelta ya que el resto de recorrido lo
habían tenido que cortar por el mal estado en el que se encontraba. A medida
que descendíamos la lluvia aumentaba en intensidad y encima tuvimos que
atravesar partes del camino que estaban inundadas, Xavi y Francisco se
adelantaron un poco porque el camino hacia subida, yo me quedé con Esteve un
poco más atrás. A medida que íbamos subiendo por el serpenteante sendero, nos
íbamos cruzando a corredores que bajaban y esquivábamos infinidad de charcos en
el sendero.
Delante mio y de Esteve se puso un corredor que nos estaba
relantizando mucho la marcha, Francisco y Xavi habían desaparecido de nuestra visión.
Esteve y yo nos equivocamos y tuvimos que volver marcha atrás para encontrar de
nuevo las cintas, empezamos a llamar a Xavi y Francisco pero no contestaban.
Seguimos subiendo y un poco más adelante nos los encontramos, Xavi iba muy
serio y cuando estábamos a punto de llegar arriba oí como le preguntaba a un
corredor “cuanto queda para el avituallamiento” normalmente eso Xavi no lo
suele hacer y pensé que igual le estaba afectando un poco el tema de la lluvia
constante. Le quité importancia pensando que se le pasaría ya que es un tío
duro. Al llegar a la cima descendimos hasta los llanos de Libar. Una planicie
que se encontraba bastante inundada de agua y en la que costaba bastante ver
las señales y guiarse, por suerte iban viniendo corredores de frente y eso nos
facilitaba el poder guiarnos.
Después de un buen rato para atravesar los llanos
llegamos al refugio de Llanos de Libar, al entrar nos sorprendimos ya que Xavi
les preguntó si podía abandonar allí. Muy mal lo tenía que ver para querer
abandonar, los chicos del avituallamiento le dijeron que allí no se podía
abandonar y que debía seguir hasta Montejaque. En un principio Xavi se enfadó
bastante, pero después se sentó junto a la chimenea y se bebió un vaso de caldo
caliente. Nos explicó que estaba helado y que tenía las manos heladas, la
sensación de frio no se le quitaba y por eso quería abandonar. Después de
descansar unos minutos y tratar de que Xavi entrara en calor, salimos del
avituallamiento. Los primeros kilómetros eran de bajada por pista y Xavi se
puso a tirar con fuerza para ver si el frio que sentía desaparecía, Esteve y yo
nos quedamos un poco más atrás. Cuando nos juntamos los cuatro intentamos
quitarle a Xavi la idea de abandonar por turnos, primero se lo comentó
Francisco, después Esteve y finalmente lo intenté yo. La decisión la tenía muy
clara, abandonaría en Montejaque ya que notaba mucho frio y no se la quería
jugar. Enseguida comprendí que estaba tomando una decisión acertada, yo tuve la
misma sensación en Ehunmilak y decidí dejarlo. La carrera seguirá celebrándose
el año que viene y el siguiente, habría más posibilidades de volver y acabarla
juntos. Al llegar al avituallamiento de Montejaque hicimos un último intento de
convencer a Xavi de que siguiera, pero después de tomarse un par de caldos y no
entrar en calor, decidió abandonar definitivamente. La situación nos produjo un
dilema, ¿qué hacíamos? ¿Continuábamos los tres y dejábamos allí a Xavi? ¿Abandonábamos?
Hablamos con Xavi y le preguntamos si a él le importaría que siguiéramos, nos
dijo que por favor que continuáramos y acabáramos por él. Esas palabras nos ayudaron
a tomar la decisión de continuar en carrera, con tristeza por dejar a Xavi allí
nos dispusimos a continuar. Le dimos un emotivo abrazo y nos despedimos de él,
yo me sentía mal por continuar sin Xavi, él es siempre el que me anima cuando
estoy pasando un mal momento.
Salimos de
Montejaque intentando mentalizarnos de que habíamos dejado a un amigo en el
avituallamiento, además nos enfrentábamos a 19 kilómetros de recorrido que ya
habíamos hecho de ida y ahora debíamos hacerlos de vuelta. La única buena noticia
es que había dejado de llover. Empezamos a subir hacia el Refugio de Libar
cruzándonos con algún corredor que aún iba en dirección a Montejaque. Antes de
llegar al refugio se puso a llover otra vez, cuando llegamos al refugio pedimos
un caldo caliente para entrar en calor. Nos dijeron que no les quedaba, en vez
de caldo nos ofrecieron café con leche caliente. Una vez recuperadas las
fuerzas nos dispusimos a afrontar los kilómetros que nos separaban del refugio
de Libar a Villaluenga, al llegar a los llanos de Libar se puso a llover con
muchísima fuerza y cruzar los llanos se convirtió en una autentica odisea.
Entre el terreno inundado y la lluvia que nos caía en la cara nos costaba
avanzar, tras atravesar los llanos y subir un pequeño tramo iniciamos el
descenso. El sendero que ya habíamos hecho de ida, era totalmente diferente de
vuelta ya que por el sendero bajaban ríos de agua y se hacía imposible no pisar
agua. Por suerte como íbamos hablando la bajada no se nos hizo muy larga, al
llegar abajo nos adelantaron un par de corredores. Subimos por pista hasta la
cantera e iniciamos el descenso hacia Villaluenga, al llegar a Villaluenga
estaba cayendo bastante agua. Por suerte la bolsa con nuestra ropa seca la
teníamos en el mismo sitio que el avituallamiento, nos cambiamos de ropa ya que
estábamos totalmente empapados. Ya cambiados y avituallados, nos pusimos de
nuevo en marcha dispuestos a afrontar los últimos 40 kilómetros de la carrera.
Antes de salir nos paramos en el puesto de la Cruz Roja para pedirle unos
guantes de plástico para ponérnoslo debajo de los guantes, salimos de
Villaluenga por un agradable camino pero enseguida entramos en un sendero que
subía fuertemente. Subimos durante un buen rato dirigiéndonos hacia la Sierra
de Grazalema, el sendero era muy empedrado y sus rocas resbalaban bastante. Las
cintas estaban bastante distanciadas y nos costaba orientarnos, suerte que
llevaba el track en el reloj y pudimos seguir el itinerario correcto. Después
de más de 2 horas subiendo por fin parecía que habíamos llegado a la cima,
empezamos a llanear por un tramo repleto de charcos. Francisco intentaba
esquivar el pisar el agua, yo le comenté que no valía la pena y que pasáramos
por en medio. Aún nos quedaban unos 6 kilómetros para llegar a Grazalema, y yo
me estaba quedando sin luz en el frontal. En algunos tramos me costaba ver el
terreno y además estábamos bajando por un tramo muy técnico, seguía lloviendo
sin parar y la noche se nos estaba haciendo muy larga. Antes de llegar a
Grazalema amaneció y ya pudimos guardar los frontales, habíamos tardado 4 horas
en hacer 12 kilómetros y aún nos quedaban unos 16 km.hasta Prado del Rey.
Francisco me comentó que igual deberíamos abandonar allí porque no nos iba a
dar tiempo a llegar a Prado del Rey y que nos quedara tiempo para ducharnos,
comer y viajar hasta Málaga a buscar el avión. Yo le dije que estaba segurísimo
que llegábamos a tiempo, Esteve no tenía prisa porque se quedaba a dormir allí.
Nos comentó que llegáramos al avituallamiento y descansáramos antes de valorar
si seguíamos o no. Al llegar al avituallamiento yo me fui directo al lavabo
porque no podía más, cuando salí del lavabo me informaron que desde la
organización habían decidido neutralizar la carrera en Benamahoma.
Eso nos tranquilizó
y nos hizo estar segurísimos de que llegaríamos a tiempo, salimos del
avituallamiento con unos 10 corredores que estaban allí. Cuando salíamos de
Grazalema el cielo se estaba despejando y por un momento vimos salir el sol, el
momento duró pocos minutos ya que se puso otra vez a llover. Subimos hasta el
puerto del Boyar siguiendo un camino paralelo a la carretera que subía muy
suave, tras pasar el puerto descendimos por el mismo sendero que habíamos
seguido el día antes de subida. El sendero estaba muy embarrado y nos pasaron
muchos corredores, pasamos la carretera y bajamos hasta los llanos de Campo,
nuevamente descendimos a la carretera y afrontamos el último sendero hasta
llegar a Benamahoma. Al llegar al pueblo nos recibieron Xavi y Jordi, y en el
avituallamiento estaba Cristina. Lo habíamos conseguido, no habíamos hecho 100 millas
y tampoco el recorrido de 136 km. Pero las condiciones del terreno y meteorológicas
la habían hecho épica. Nos sentamos y nos relajamos mientras hablábamos con
Xavi, la organización nos dijo que nos trasladarían a Prado del Rey para que
pudiéramos hacer nuestra entrada por el arco de llegada. Xavi, Cristina, Jordi,
Francisco y yo bajamos juntos en el coche de alquiler en el que se había movido
Cristina y a Esteve lo bajaron en furgoneta. Hicimos nuestra entrada en el arco
caminando tranquilamente, no fue nuestra entrada soñada pero habíamos
conseguido terminar una de las carreras más duras que habíamos corrido.
Lo conseguimos, volveremos a compartir km muy pronto. |
104,3 Kilómetros
4300 Metros de
desnivel positivo
4300 Metros de
desnivel negativo
8600 Metros de
desnivel acumulado
24:58 Horas
En conclusión,
hemos finalizado una de las carreras más complicadas en las que hemos
participado. Esta edición de la Ultra Trail Sierras del Bandolero ha sido épica,
el estado del recorrido, barro, rocas resbaladizas, agua y más agua en el
suelo, viento y lluvia durante horas nos ha hecho tirar mucho de cabeza. En el
plano físico estoy muy contento porque físicamente me he encontrado muy bien
durante toda la carrera, he tenido algunos dolores en el pie pero he acabado
bastante bien. La parte negativa de la carrera es que Xavi no haya acabado con
nosotros, al parecer estuvo un buen rato en Montejaque hasta que lo llevaron a
Prado del Rey a las 00:30h de la noche, en Prado del Rey no tenia ropa para
cambiarse y tuvo que dormir en el pabellón buscándose la vida con un saco que
encontró para poder entrar en calor. De la carrera comentar que la decisión de
retrasar la salida al sábado por parte de la organización fue muy acertada, ya
que si hubiéramos pasado dos noches con ese tiempo de lluvia constante hubiera
sido un verdadero infierno para los corredores. Las modificaciones que se han
hecho del recorrido se han hecho por la seguridad de los corredores, quizás se
tendría que tener planificado un recorrido alternativo evitando las zonas
comprometidas en caso de mal tiempo. El recorrido me ha encantado y desconocía
que en Cádiz hubiera unos paisajes tan verdes y unos senderos tan guapos, el
recorrido estaba impecablemente marcado. Me encanta compartir kilómetros con
mis amigos Francisco, Esteve y Xavi Torrijos y espero que próximamente volvamos
a compartir una aventura como la vivida este fin de semana. Agradecerle a
Cristina y Jordi que me acompañaron nuevamente en esta nueva aventura, Cristina
gracias por acompañarme siempre y dejarme practicar el deporte que me gusta.
Agradecerle también a Betlem, Roger y Esteve Jr. por los ánimos. Seguimos
sumando kilómetros y nuevas aventuras.
Con Cristina, gracias a ella disfruto de lo que más me gusta. |
Os dejo el video de la carrera por si aun no lo habéis visto.
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