Hoy tocaba entreno de ida y vuelta participando en
la caminata Sta. Perpetua-Tibidabo, una caminata en la que se va caminando
hasta el Tibidabo y se vuelve en autocar. La mayor dificultad de la caminata es
la subida hacia el Tibidabo ya que el resto de camino es bastante llano.
Después de una semana sin haber pisado apenas la
montaña, me tomaba la caminata como un entrenamiento ya que mi intención era
hacerla caminando de ida y corriendo de vuelta. Tras recoger el dorsal me fui a
tomar un café con Cristina que iba a ayudar en la organización, después nos
fuimos hacia la plaza del pueblo desde donde salía la caminata. Comenzaron a
llegar compañeros del CEI y algunos conocidos, también vi que participaban en
la caminata algunos vecinos de Martorelles. Cuando dieron la salida me puse a
caminar junto a Xavi Rodríguez, Natalia, Paco y Vicenç del CEI, amigos y
compañeros de aventuras.
Salimos de Sta. Perpetua tras atravesar por al lado
del pabellón y cruzando las vías del tren por un paso elevado. El ritmo que llevábamos
era lento ya que los compañeros venían a pasar la mañana y no a correr ni
caminar rápido agobiados por llegar tarde a un control. Tras salir del pueblo
entramos en los campos de cultivo siguiendo un monótono camino paralelo a las vías
del tren, allí nos pasaron los vecinos de Martorelles a los cuales acompañaba
Jordi.
Entrando en la zona de cultivos. |
También compartimos algunos caminos con Xavi y Susana hasta el
avituallamiento, llevábamos 5,4 kilómetros y casi 1:10h. Yo tenía pensado
acompañar a Xavi, Natalia y Paco hasta el Tibidabo pero aquel ritmo me estaba
matando, así que decidí empezar a correr. Me despedí de mis compañeros y comencé
a trotar pasando a muchos participantes mientras atravesábamos las calles de
Ripollet. Desde el avituallamiento de la entrada de Ripollet hasta el que
estaba en la entrada del parque de Collserola, venia el tramo más feo de la caminata
ya que se atraviesa los núcleos urbanos de Ripollet y Cerdanyola. Al llegar al
avituallamiento le di a Cristina la ropa de abrigo que llevaba ya que tenía
mucho calor y sabia que no me iba a hacer falta, me cogí un bocadillo, le di un
beso a Cristina y me puse en marcha.
Cristina en el avituallamiento. |
Desde donde estaba el avituallamiento se entraba en
el parque de Collserola, por fin entraba en la naturaleza. También sabía que me
iba a encontrar a muchísimos ciclistas y corredores por los caminos de Collserola,
hasta que no me acabé de comer el bocadillo no me puse a correr de nuevo.
Entrando en el parque de Collserola |
Inicio de la subida, aunque no lo parece este camino estaba masificado. |
Una
vez terminado el bocadillo me puse a correr aunque el camino picaba hacia
arriba, al llegar a un cruce vi que este año la subida al Tibidabo no la íbamos
a hacer por el mismo sitio que el año pasado. El año pasado subimos por Can
Borrell y sus senderos, este año hemos subido por pistas y senderos hacia el
Forat del Vent. La subida la he hecho toda corriendo ya que no tenia excesiva inclinación,
mientras subía he dudado en algún punto ya que habían pocas señales, suerte que
me oriento bastante bien. Mientras subía me he cruzado con infinidad de
ciclistas, al llegar arriba las vistas de Barcelona eran espectaculares y se
conectaba con el transitadísimo Camí de les Aigües.
Vistas de Barcelona espectaculares. |
Desde allí me he puesto a
caminar subiendo por la subida del Matamachos donde he dado alcance a Manel y
Leire, los he acompañado hasta el avituallamiento mientras íbamos hablando. El avituallamiento
estaba pasado el Forat del Vent y situado en el mirador del Portell de Valldaura,
allí estaban Fermi y Pilar otros dos compañeros del CEI. Tras reponer energías
le he dicho a Manel y Leire que yo tiraba hacia adelante, tras cruzar la
carretera que lleva hacia Cerdanyola por una pasarela habilitada para ello he
iniciado la subida hacia el Turó de Valldaura. Subida en la que he dejado de
correr y me he puesto a caminar, ya que el sendero que subía hacia allí tenía
bastante inclinación y era muy empedrado. No se subía hasta la cima del turó y
se bordeaba para coger un sendero emboscado y muy guapo hasta el turó del
Maltall de Magarola, una cima desde donde se tiene una panorámica espectacular
de Barcelona a un lado y de Montserrat al otro.
Montserrat desde el turó del Maltall de Magerola. |
No he podido hacer fotos en la
cima ya que había muchísima gente, seguí mi camino y tras una bajada había un
cruce donde dudé un poco de hacia donde tirar ya que no veía las marcas. Me di
cuenta que se giraba y se subía hacia una rampa considerable, me puse a trotar
y subí casi toda la subida sin parar. Antes de llegar al final de la subida, se
pasaba junto a un tronco que tenía una cara dibujada como los caga tió.
El Tio del Tibidabo. |
Al llegar
al final de la subida se descendía hacia la carretera de Sant Cugat por un
camino inclinado y bastante empedrado, después se seguía un sendero paralelo a
la carretera hasta que se salía y había que atravesarla. He seguido trotando
hasta que he vuelto a entrar en un nuevo sendero, allí he subido caminando para
volver a ponerme a trotar cuando el sendero llaneaba. Tras salir del sendero se
llegaba a un camino ancho que te dejaba justo en las calles que suben hacia el
parque de atracciones del Tibidabo, allí había muchísima gente entre los que
iban al parque, los ciclistas y excursionistas. Tras pasar por el Sagrat Cor se
seguía un poco más y se llegaba al final de la caminata.
Punto final de la caminata el Tibidabo |
Tras reponer fuerzas y
beber algo, le di un beso a Cristina y me puse manos a la obra para volver por
el mismo camino de la ida. Los pies me dolían bastante bajando y cuando he
llegado a los tramos llanos lo he pasado bastante mal.
20,7 Kilómetros ida
21,5 Kilómetros vuelta
42,2 Kilómetros total
1050 Metros de desnivel positivo total
1050 Metros de desnivel negativo total
2100 Metros de desnivel total acumulado
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